Allan Calderón Moya, Jorge Hernández Villalobos y Abraham Sánchez Obaldía
Otras variables utilizadas
5.1. Gastos de corretaje
En un enfoque de transacciones, se hace muy importante la consideración del
costo de convertir los activos financieros a dinero y viceversa; sin
embargo, la práctica usual ha sido la de ignorar estos costos, argumentando
que son constantes, aunque nadie lo sostenga categóricamente, pero debido a
la dificultad de cálculo de esta variable, generalmente no se incluye en los
cálculos de demanda de dinero. Teóricamente la introducción de nuevos
activos financieros, que permitan la reducción de estos costos, debería
reflejarse inversamente en la demanda de dinero.
Sin embargo, para efectos de este estudio, dada la dificultad de cálculo y
obtención de información, no se utiliza esta variable, que se plantea como
un reto de cálculo para futuros estudios.
5.2. Variables artificiales
Debido a la utilización de variables subanuales y dado que tanto PIB como
emisión y por lo tanto M1 son variables que presentan un claro patrón
estacional, muy concentrado en el último trimestre de cada año, se utilizan
variables exógenas estacionales (t1, t2, t3), tipo dummy, para identificar
cada uno de los trimestres. Según señalan Torres y Villalobos (1999), con
referencia a Kikut y Torres (1998), el uso de estas variables captura y
explica dicho fenómeno sin tener que eliminarlo, tal y como lo hacen las
técnicas de desestacionalización de series de tiempo.
Se espera que los coeficientes de estas variables tengan valores negativos
entre cero y menos uno.
5.3. Cambio estructural
Debido a los resultados obtenidos en los cálculos preliminares de la
regresión, y al observar el comportamiento de M1 durante el periodo de
estudio, se plantea posteriormente, una de las variables incorporadas al
análisis de demanda monetaria propuesto por Larraín y Larraín (1988:265), de
cambio estructural y cuya hipótesis es la presencia de cambio estructural en
la demanda, producto de las innovaciones financieras y sus efectos sobre la
demanda, desplazando la función, explicando el poco poder predictivo de
algunas estimaciones que no consideran estos cambios.
El shock o inestabilidad fácilmente observable en M1, corresponde a un
periodo de casi 3 años (I semestre de 1995 hasta el II semestre de 1997),
que corresponden al periodo de gobierno de José María Figueres Olsen, y en
el cual, la emisión monetaria se vio alterada producto de la quiebra del
Banco Anglo Costarricense (Torres y Villalobos; 1999: 14).