Jorge Hernández, Abraham Sánchez y Allan Calderón
METODOLOGÍA GENERAL DEL TRABAJO
La tarifa utilizada por la ARESEP para el cálculo de las tarifas e todos los
servicios públicos regulados se basan en la fijación de tarifas al costo.
Tal como se describe en los apartados anteriores este tipo de fijación
requiere una gran cantidad de consideraciones de idoneidad en la
prestación del servicio, así como proyecciones de la demanda que deberán
satisfacer las empresas
Para determinar las tarifas del servicio eléctrico, se proyectan los
ingresos con base en las variables económicas que pueden afectar el
crecimiento de la demanda de electricidad y principalmente los datos
históricos del crecimiento de los abonados; el consumo y el precio promedio
de cada sector de consumo, de cuyo producto se obtienen los ingresos por
servicio y a los que se le agregan otros ingresos que las empresas
eléctricas reciben por la prestación del servicio de energía eléctrico como
los cargos por reconexión, multas y otros para completar los ingresos
totales. Para tales efectos, se suelen contratar consultorías
independientes, con expertos internacionales. Dichos cálculos requieren la
formulación de modelos de proyección que deben tratar de considerar todas
las variables relevantes que afectan la demanda de energía eléctrica, de
modo que se pueda proyectar la demanda futura para una cantidad de años que
permita a las empresas (especialmente las del sector eléctrico) desarrollar
planes de inversión a largo plazo.
A los ingresos totales se le deducen los gastos, los cuales se estiman con
los siguientes criterios: en el caso de las empresas distribuidoras el
cálculo del costo de las compras de energía se realiza de acuerdo con la
tarifa de establecida por el ICE para ventas en bloque y todos los restantes
gastos se proyectan tomando como año base los datos del año anterior al de
la fecha de presentación de la petición tarifaria.
Para la proyección de los gastos propios de operación de cada empresa se
realiza un análisis de cada una de las cuentas, considerando el
comportamiento de los años anteriores al año base, los efectos que tiene la
inflación o la devaluación sobre cada rubro, los posibles incrementos
salariales, las necesidades de crecimiento de la empresa, así como también
las economías o reducciones por factores tecnológicos, de orden
presupuestario o de otro tipo.
La deducción de los ingresos totales menos los gastos da como resultado la
rentabilidad o utilidad de operación, monto que al dividirse entre la base
tarifaria da como resultado la rentabilidad porcentual.
La base tarifaria utilizada en 1998, con muy pocas variaciones a la
actualidad varía ligeramente según la empresa de que se trate, así por
ejemplo para el caso del ICE se calcula como el activo fijo neto promedio
revaluado, más el capital de explotación, constituido este último por 2/12
del ingreso de explotación (facturación por el suministro de energía
eléctrica y otros ingresos menores como servicios de conexión). En el caso
del ICE esta base tarifaria fue establecida en el Contrato de Préstamo 535/OC-CR
con el BID (Programa de Desarrollo Eléctrico). Para el caso de las
cooperativas de electrificación rural, la base tarifaria fue definida por la
Junta Directiva del anterior SNE en su Sesión # 2045-81 (artículo # VI), la
cual estableció que la base tarifaria estaría conformada por el promedio
anual de los siguientes renglones: activo fijo neto en operación más capital
de trabajo menos deudas a largo plazo, siendo el activo fijo neto la
diferencia entre el Activo Fijo Bruto en Operación y la Depreciación
Acumulada de este mismo activo, mientras que el Capital de Trabajo se
define como la suma reconocida a la empresa por la aplicación de recursos
financieros que debe tener para satisfacer sus egresos de operación
corrientes desde que entrega la energía eléctrica, hasta que el consumidor
paga el recibo por el servicio suministrado. Este monto se debe estimar
dividiendo el total de gastos anuales entre 360 días, multiplicando el
cociente por el período medio de cobro, período que normalmente está entre
45 y 60 días, según se determine en cada caso..
Para obtener el activo fijo neto revaluado se hace un cálculo de las
proporciones internas y externas que componen cada clase de activos que
tienen las empresas eléctricas, al componente interno se le aplica un índice
de inflación interna y al componente externo se le aplica otro índice que es
el producto de la inflación de Estados Unidos por la devaluación del colón.
Se agregan además las adiciones en inversiones del período analizado.
En términos teóricos se puede considerar que la rentabilidad porcentual que
se obtiene es como mínimo real y no nominal, real por el efecto de
revaluación que se aplica a los activos y mínima porque a través del tiempo
se ha podido comprobar que por los conceptos económicos que se utilizan para
el cálculo de los índices (que no resultan ser los más apropiados para la
actividad eléctrica y no consideran otros efectos como los de obsolescencia
tecnológicos), el costo de los activos resulta ser superior a un cálculo de
costo de reposición de activos, de esta forma el cálculo del gasto por
depreciación también resulta ser superior, disminuyendo la rentabilidad o
utilidad de operación e incrementando el denominador del cálculo de la
rentabilidad porcentual.