OFERTA AGREGADA, SALARIOS, DESEMPLEO E INFLACIÓN

Tal como se señaló en la sección anterior, existe una relación entre el mercado laboral y la formación de precios en la economía, relación que sin embargo, es alimentada por políticas monetarias expansivas. Los salarios que se establecen en una economía tienen gran nexo con los precios, veamos el modelo:

W = Pe . F (u, z)

Este modelo establece que el salario nominal agregado, W, depende de tres factores. El primero es el nivel esperado de precios, Pe. El segundo es la tasa de desempleo, u, el tercero es una variable residual, z, que engloba todas las demás variables que influyen en el resultado de la fijación de los salarios, por ejemplo la experiencia en el puesto, la calificación y otros.
¿Por qué afecta el nivel de precios a los salarios? Porque a los trabajadores y a las empresas no les interesan los salarios nominales sino los salarios reales. A los trabajadores no les interesa saber cuántos dólares recibirán sino cuántos bienes podrán comprar con sus salarios. En otras palabras, les interesa su salario expresado en bienes. W / P. Asimismo, a las empresas no les interesan los salarios nominales que pagan a los trabajadores, sino los salarios nominales que pagan expresados en el precio del producto que venden, por lo tanto, una vez más, les interesa W / P, así pues, si ambas partes supieran que el nivel de precios iba a duplicarse, acordarían duplicar también el salario nominal. Una duplicación del nivel (esperado) de precios provoca una duplicación del salario nominal elegido cuando se fijan los salarios.
¿Por qué dependen los salarios del nivel esperado de precios, Pe y no del nivel efectivo de precio, P? Porque los salarios se fijan en términos nominales y cuando se fijan, aún no se sabe cuál será el nivel de precios relevantes.
El segundo factor que influye en el salario, es la tasa de desempleo. La relación entre salario y desempleo u es negativa, es decir un aumento de la tasa de desempleo reduce los salarios. Ésta es una de las principales implicaciones de nuestro análisis anterior de la determinación de los salarios. Un aumento del desempleo reduce el poder de negociación de los trabajadores y los obliga a aceptar unos salarios más bajos.
La última variable que afecta al salario es, z, es una variable residual que recoge todos los factores que afectan a los salarios, dado el nivel esperado de precios y la tasa de desempleo. Por convención, z se define de tal forma que cuando aumenta, sube el salario.
Por ejemplo, un seguro de desempleo protege a los trabajadores de la pérdida total de renta siempre y cuando se quedan sin empleo. Existen buenas razones por las que la sociedad debe brindar, al menos, un seguro parcial a los trabajadores que pierden el empleo y que tienen dificultades para encontrar otro. Pero apenas hay duda de que haciendo menos angustiosa la perspectiva de quedarse sin empleo, unas prestaciones por desempleo más generosas elevan los salarios. En nuestro país pasa algo similar con la Compensación por tiempo de servicios o CTS.
Dado que los salarios se comparan con los precios de los bienes, sería bueno definir como se determinan estos, los precios se forman de acuerdo a los costos, supongamos que las empresas producen bienes utilizando trabajo como único factor de producción y de acuerdo con la siguiente función de producción.

Y = AN

Donde Y es la producción. N es el empleo y A es la productividad del trabajo. Suponemos que la productividad del trabajo (el cociente entre la producción y el número de trabajadores) es constante e igual A.
Resulta útil señalar las simplificaciones implícitas en esta ecuación. En realidad, la empresas utilizan no sólo el factor de producción trabajo, sino también otros que van desde las materias primas hasta el capital. En realidad la productividad del trabajo no es constante sino que aumenta continuamente con el paso del tiempo.
Dado nuestro supuesto de que la productividad del trabajo, A, es constante, podemos hacer otra simplificación más en la notación. Podemos elegir las unidades de producción de tal forma que un trabajador produzca una unidad, de tal manera que A = 1.

Y = N

La función de producción Y = N implica que el costo de producir una unidad adicional es el coste de emplear un trabajador más y por lo tanto, es igual al salario W.
Utilizando la terminología microeconómica, el costo marginal de producción es igual a W. Si hubiera competencia perfecta en el mercado de bienes, el precio P de una unidad de producción sería igual al costo marginal y a su vez P sería igual a W. Pero muchos mercados de bienes no son competitivos y las empresas cobran un precio superior a su costo marginal.
Una sencilla manera de recoger este hecho es suponer que las empresas fijan su precio de acuerdo con:

P = ( 1 + ) W

Donde es el margen del precio sobre el costo. Si los mercados de bienes fueran perfectamente competitivos, el precio sería simplemente igual al costo y sería cero. En la medida en que no lo son y de que las empresas tienen poder de mercado, el precio es más alto que el costo y tiene un valor positivo.
La relación entre los precios y el nivel de empleo o desempleo es resultado de las fricciones del mercado laboral.
Veamos el siguiente modelo:

t = t-1 - l ( Ut - Un )

Donde:
: Inflación
Ut : Desempleo
Un : Desempleo natural

La tasa de desempleo natural es aquella que mide el nivel de desempleo, cuando la economía esta en el máximo uso de su capacidad instalada o en su nivel tendencial de crecimiento. La ecuación anterior, relaciona la inflación con sus causantes que pueden ser el comportamiento pasado de los precios y el neto entre desempleo y desempleo natural.
El efecto inflacionario o deflacionario de las diferencias entre desempleo y desempleo natural, implica que cuando el desempleo es creciente, sucede una caída de precios, debido al poco consumo y porque la producción decreciente reduce la demanda de insumos. En este caso el efecto en el salario real depende de cuanto afecte el desempleo en la baja de los salarios nominales, si el salario nominal cae junto con los precios entonces el salario es menor y puede incentivar la demanda de trabajo.
Cuando el desempleo es bajo, las empresas demandan más insumos, presionan al alza de costos y con ello al alza de precios, favorecido además por un crecimiento del consumo.
Sin embargo, el gobierno puede decidir elevar el empleo, para ello realiza políticas expansivas que elevan la inflación y reducen el desempleo, por lo que existe una relación inversa entre desempleo e inflación, conocida como curva de phillips.
Veamos el gráfico 4.5:

GRÁFICO 4.5. RELACIÓN INFLACIÓN DESEMPLEO

Cuando el gobierno se da cuenta que suben los precios, entonces aplica políticas restrictivas, con lo que eleva el desempleo al mismo nivel de precios. De este modo pasamos a una nueva curva de phillips. Los precios no se reducen porque los salarios pueden ser lentos en cambiar, de modo que los costos empresariales siguen siendo altos, de igual modo puede suceder con los diversos precios de la economía que subieron en la expansión, pero tienen rigideces a la baja. Veamos el gráfico 4.6:

GRÁFICO 4.6. DINAMICA INFLACIÓN DESEMPLEO

En ese camino, lo único que sucede, es que el gobierno ante cada política expansiva o contractiva que intente mejorar los niveles de empleo o reducir la inflación, lo único que conseguirá es situarse a largo plazo en un nivel de desempleo fijo, esto se denomina la tasa natural de desempleo y es equivalente a D0.
Podemos concluir que los efectos de las políticas económicas son sólo de corto plazo, mientras que a largo plazo, lo único que suben son los precios. Para ello comparemos la tasa de desempleo con el nivel natural o de largo plazo. Un crecimiento del desempleo por encima del natural, significa capacidad ociosa, de modo que una política expansiva puede lograr reducir el desempleo elevando la producción y con ello los precios, pero si seguimos haciendo políticas expansivas, sólo suben los precios y ya no la producción, porque la economía llego al pleno uso de capacidad instalada. Veamos el gráfico 4.7.

GRÁFICO 4.7. DESEMPLEO A LARGO PLAZO

Los avances en el análisis económico del mercado laboral, sostienen que la información que manejan los agentes y las políticas anunciadas o sorpresivas del Banco Central, influyen en el impacto real o en la neutralidad de las acciones monetarias en el sector real.
Supongamos que el Banco Central aumente la oferta monetaria de manera no prevista por los agentes, esto hará elevar los precios, se reduce el salario real y se incentiva la demanda de trabajo. Finalmente ello consigue incrementar la producción. Este proceso se da mientras los agentes no manejen información o no aprenden de sus errores, sin embargo cuando el agente modifica su conducta y sabe que el Banco Central elevó la oferta monetaria, inmediatamente se ajustan los salarios, con ello el salario real se mantiene fijo y no se tienen efectos en el mercado de trabajo y la producción, a ello se denomina neutralidad del dinero.

El gráfico 4.8 a, muestra la forma de la oferta agregada clásica, que es totalmente inelástica al nivel de producción de pleno empleo. Cambios en el nivel de precios no ejercen ningún efecto sobre la oferta porque, con salarios y precios flexibles, el equilibrio del mercado laboral asegura un nivel dado del salario real (w / p), y un nivel dado de trabajo, L, el que, a su vez, determina el nivel de producción.
El gráfico 4.8 b, describe el caso keynesiano en el que los salarios rígidos hacen que la curva de oferta agregada tenga pendiente positiva. El enlace crucial entre precios y producto se efectúa a través de los salarios reales. Incrementos en el nivel de precios, al reducir el salario real, impulsan a las empresas a buscar la contratación de más trabajo y suministrar así más producto. Sin embargo, en este caso, la determinación del salario real no establece el equilibrio en el mercado laboral y puede existir extenso desempleo. Por último, la curva de oferta agregada es horizontal en el caso keynesiano extremo de rigidez de salarios combinada con un producto marginal constante del trabajo, como se muestra en el gráfico 4.8 c.

GRÁFICO 4.8. OFERTA AGREGADA

También es necesario considerar los efectos del impacto en el producto sea a corto plazo o largo plazo, en este caso es probable que la producción en el corto plazo responda de manera positiva a los incentivos de gasto en la economía, este impacto positivo puede continuar en un mediano plazo sólo si se expande la actividad productiva por una mayor inversión, no por emisión monetaria. Sin embargo a largo plazo, los incentivos del gasto o emisión, se verán diluidos, debido a que los agentes no aceptaran más el impuesto inflación por la baja en su capacidad de consumo, afectando con ello los incrementos productivos, haciendo rígida la curva de oferta agregada y llevando a la economía a una espiral inflacionaria. Este comportamiento puede mostrarse en el gráfico 4.9.

GRÁFICO 4.9. OFERTA AGREGADA CORTO Y LARGO PLAZO

La relación entre la política monetaria y los precios futuros afectan los salarios, de este modo puede generarse un impacto real o mayor producción a corto plazo. Esto se da porque los agentes fijan su salario real en función a los precios pasados, información que puede ser insuficiente para estimar correctamente el salario real.
Una mala especificación del salario real, por ejemplo a la baja, produce incrementos productivos y demanda de empleo. Una especificación excesiva genera desempleo y reduce la producción.
A medida que los agentes manejan más información y realizan un correcto ajuste de precios alienado a la emisión primaria, se puede decir que ellos deciden el salario real por expectativas racionales. En este caso los agentes predicen correctamente la inflación y ajustan rápidamente su salario, de modo que éste y el producto no crecen. Las expectativas racionales señalan que el agente optimiza su decisión bajo información completa. Al respecto veamos el gráfico 4.10.

GRÁFICO 4.10. OFERTA AGREGADA Y EXPECTATIVAS