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EL FUTURO, DE LA ESPERANZA
Alejandro A. Tagliavini

La 'gratuidad' en la educación. El estatismo redistributivo(1).

"Mucha gente bien intencionada cree que los pobres son quienes más tienen que ganar con la educación estatal, sin embargo, al menos en Chicago, lo opuesto es lo cierto", asegura Howard Baetjer jr(2).

El razonamiento sostenido es notablemente primitivo: el Estado coercitivo tiene la fuerza física y, en consecuencia, debe quitarle dinero a quienes tienen en exceso, para darlo a los de escasos recursos. El famoso argumento del (falso) 'Estado redistributivo'. Se repite hasta el cansancio, que tiene la obligación de garantizar la educación gratuita para todos, de modo de favorecer a quienes no tienen manera de financiarse. Pero, como nada es gratuito, la educación estatista suele pagarse por vía de impuestos.

Ahora, lo que sucede en la realidad, es que estos tributos serán, como vimos, inevitablemente trasladados hacia abajo, recayendo con más fuerza sobre los de más escasos recursos. En cualquier caso, los más perjudicados, son los de niveles más bajos, que no pueden ir a la universidad porque tienen que trabajar, entre otras cosas, para poder pagar la educación de los niveles más acomodados. Y a esto llaman 'justicia social', cuando la verdadera Justicia Social es el respeto al orden natural social, empezando por negar la violencia institucional.

Así es que, todos los relevamientos en las universidades actualmente en manos del Estado argentino, por caso, señalan que la abrumadora mayoría de los alumnos pertenece a niveles medios, una parte considerable a niveles altos y una ínfima proporción a niveles bajos. Y esto no es casual sino deliberado. Es decir que, la educación estatista, no significa otra cosa que el aprovechamiento que hacen del Estado coercitivo los niveles medios, en particular, para poder estudiar gratuitamente a costa de los más humildes, que no pueden acceder a esta educación, entre otras cosas, como dije, porque tienen que trabajar para sostener, por vía de traslado tributario, a la educación universitaria de los otros.

Lo que viene a desmentir la supuesta 'igualdad de oportunidades', que brinda el sistema estatista, según lo conocemos hoy(3). Y este es, en definitiva, el carácter redistributivo que inevitablemente produce la coerción: que los más débiles, materialmente, trabajen para el resto(4).

En definitiva, la gran disyuntiva entre educación privada, en el sentido de surgida del mercado natural, y estatal coercitiva, es que, mientras que la primera es eficiente y la paga quien la utiliza, la segunda es ineficiente por definición, como es todo lo que se sostenga coercitivamente, según ya vimos.


(1) "La tradición de la educación privada existe en todas las civilizaciones conocidas. Cuando Confucio dijo que enseñaría a cualquiera que le diera de comer, quería decir que no le importaba cuánto recibiría, siempre y cuando se aceptara el principio de pagar. La idea de que la educación debe ser 'gratuita' y organizada por el Estado tiene orígenes relativamente recientes. Se estableció en Europa y Norteamérica en el siglo XIX... ", Gabriel Roth, 'La privatización de los servicios públicos', en 'Privatización y Desarrollo', coordinador Steve Hanke, Editorial Trillas, México 1989, p. 129.

(2) 'Private Schools in the Inner City', The Freeman, vol. 36, no. 11, November 1986, The FEE, Irvington-on-Hudson, New York, p. 434.

(3) Según A. V. Dicey, citando a Leslie Stephen (English Utilitarianism, i, pp. 111-112), aunque el sistema de educación estatal "...era deficiente (o más bien inexistente), 'probablemente no exista ningún período en la historia inglesa en el que llegaran a descollar un número tan amplio de hombres de orígenes modestos' como al final del siglo XVIII y principios del XIX", 'Law and Opinion in England', (Macmillan, 1952), p. 113.

(4) "Cuando analizamos el índice de éxito de los alumnos contra el nivel de gasto en la educación advertimos que los países latinoamericanos quedan entre los peores... tiene que ver con cuestiones estructurales que están creando grandes distancias entre los pobres y los ricos... pensamos que debería ser posible no subsidiar la educación universitaria (en Latinoamérica) sino financiarla, dado que existen graves problemas de asignación de recursos", conferencia pronunciada durante la convención de ADEBA, por Guillermo Perry, del Banco Mundial, en Buenos Aires el día 20 de mayo de 1997.

 


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