La internacionalización

Podemos comenzar precisando el significado que en el sector financiero tiene el término «internacionalización». Desde nuestro punto de vista, el proceso de internacionalización financiera es aquel por el que los agentes e instituciones, que conforman el sistema financiero de un país, se ven obligados, si quieren defender su posición competitiva, a superar los límites nacionales para buscar mercados a escala mundial27.

La internacionalización de las finanzas de un país es un tema claramente relacionado con lo que se ha dado en llamar «mundialización» o «globalización» de los mercados financieros. De hecho, ambos términos, internacionalización y globalización, son usados, muy a menudo, en la literatura financiera como sinónimos.

La integración a escala internacional de nuestro sistema financiero es un hecho inevitable tras la apertura exterior de la economía española. Una economía en desarrollo necesita altos niveles de financiación, cubiertos insuficientemente con el ahorro nacional, que a su vez busca en el exterior mejores oportunidades de rentabilidad, riesgo y diversificación.

Las dos últimas décadas han significado para las finanzas españolas un importante cambio desde la óptica internacional. El Sistema Financiero Español está a la altura, tanto en desarrollo estructural como organizativo, de los sistemas más avanzados, contando con un elevado nivel de competencia, posibilitando a los inversores españoles tener ante sí un amplio abanico de posibilidades; desde los mercados domésticos, pasando por los mercados internacionales y los euromercados.

No hay que olvidar que la integración de España en la CEE en 1986, como impulsor en el proceso de internacionalización de nuestro sistema financiero, así como en la fase expansiva de crecimiento de la economía. La adaptación de la legislación española a las Directivas de la Comunidad y la participación activa en el proyecto de Unión Europea han sido fundamentales para la integración de las finanzas españolas, primero a escala europea y posteriormente a escala mundial.

Por todo lo cual, la expansión internacional de la banca española ha sido propiciada por la integración en la Comunidad Europea y la creación del Mercado Único, y posteriormente de la moneda única .Euro., lo cual creó una influencia de efecto inmediato, como se puede comprobar por el despliegue de las inversiones en América Latina. Además, en este nuevo contexto europeo, se comenzaron también a tejer alianzas y acuerdos de colaboración con entidades fundamentalmente comunitarias, las cuales, aunque no han sido todo lo importantes que se esperaba, auguran un futuro en donde, con el euro ya asentado, se producirán nuevas operaciones, ambiciosas y de gran tamaño.

Este proceso de internacionalización de la banca española tomó una particular y singular fuerza desde los inicios de la década de los noventa. A ello contribuyó el irse despejando «favorablemente» un número de variables e incógnitas que presionaban sobre el futuro de la actividad bancaria más tradicional, como era la banca al por menor.

Por consiguiente, el fenómeno de la internacionalización no resulta un hecho aislado; por el contrario, forma parte de un creciente proceso de globalización en la industria de los servicios financieros, proceso al que España no puede sustraerse. La proyección de la actividad financiera apunta, a un escenario de globalización de los mercados, con una tenue diferenciación entre los domésticos y los internacionales. En unos y otros concurrirán conglomerados o grupos financieros, con filiales para ofertas específicas, e incluso, con entramados de empresas de otros sectores, así como de otros bancos e instituciones con especialización geográfica. Este fenómeno se ha apoyado en dos factores:

La «conjunción» de estos dos elementos, alimenta el proceso de expansión internacional, que ni está limitado a la banca española, ni ha llegado a su fin, sino que forma parte del proceso de crecimiento económico en un mundo sin fronteras financieras. A su vez, este proceso creciente de internacionalización global que vive la banca española está orientado por los siguientes vectores básicos:

  • La consabida búsqueda de dimensión, que tiene que ver con labúsqueda de mayor eficiencia y de competitividad global.

  • El acercamiento a mercados expansivos, con el correlativo despla-zamiento (menor inversión) de los mercados maduros, como evidentemente es el mercado español.

  • La explotación global de recursos, capacidades financieras,organizativas y tecnológicas.

  • La diversificación adecuada del riesgo con la rentabilidad28.

  • Esta creciente presencia en el exterior obliga a tener muy claros loscriterios sobre los cuales se apoya esta expansión internacional, como los siguientes:

    • La aproximación a Europa, con mercados maduros y posibilida-des de adquisiciones escasas y de alto precio, requiere fórmulas que se apartan de lo convencional.

    • Una expansión internacional, ni se improvisa ni se puede hacer pre-cipitadamente.

  • Realizadas estas consideraciones, entendemos que las oportunidades para un crecimiento rentable, se encuentran en una expansión internacional «prudente» de sus actividades, de modo que se alcance el tamaño suficiente para competir globalmente, distribuyendo más adecuadamente los riesgos y disponiendo de una mayor flexibilidad para manejar el binomio riesgo-rentabilidad, esencial en el actual panorama bancario latinoamericano e internacional, tanto que hay afirmaciones de que las grandes fusiones protagonizadas por ambos bancos (Santander y BCH, BBV y Argentaria), tuvieron un gran impulso por la necesidad de diluir el riesgo asumido, excesivamente concentrado en una sóla región (América Latina).


    27 Está generalmente aceptado que fueron los bancos británicos los que iniciaron el proceso de internacionalización del capital financiero, y que la competencia y rivalidad entre ellos y los norteamericanos explica los avances en la multinacionalización de la banca hasta mediados de la década de los sesenta. La internacionalización de la banca fue anterior a la de las empresas industriales: en 1914 había 2091 sucursales de bancos británicos en todo el mundo bajo el control de 36 sociedades, si se añaden a esta lista los 3538 bancos coloniales, resulta evidente que el Reino Unido era el único país que disponía de una red bancaria en todo el mundo.
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    28 Esta consideración ha tomado gran importancia a tenor de la crisis en Argentina, donde la banca española asumió importantes inversiones que ineludiblemente conllevan sus correspondientes riesgos.
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