EFECTOS SOBRE EL FINANCIAMIENTO

A comienzos del año 2001 se pensaba, a raíz del plan de financiamiento multilateral aprobado para Argentina y las reducciones de las tasas de interés en los Estados Unidos, que el déficit de la cuenta corriente previsto para la región en 2001 se podría financiar con capitales autónomos. Los dos primeros meses mostraban una continuación de la tendencia de leve recuperación de las reservas internacionales de la región, que alcanzaron 164.000 millones de dólares (el nivel más alto registrado desde la declaración de la moratoria rusa).

Sin embargo, transcurrido el primer semestre, al deterioro del entorno económico internacional se agregó la delicada situación en Argentina para aumentar la incertidumbre de los inversionistas extranjeros, lo que atenuó la entrada de capitales en la región y abrió la posibilidad de un registro significativamente inferior en el año. El nivel de reservas sufrió en marzo y abril sucesivas caídas concentradas en Argentina.

En el año 2000, entraron en la región 52.000 millones de dólares en términos netos, cifra superior a la de 1999, aunque por debajo de las registradas en años anteriores. Excluidas las inversiones extranjeras directas (IED), las cuales ascendieron a 57.000 millones de dólares, las entradas fueron negativas. En 2001 se registró una contracción de las inversiones extranjeras directas, al igual que sucedió el año anterior. Otro tipo de capitales parecían poder compensar esa reducción, como por ejemplo las emisiones de bonos. Respondiendo a la mejora de las condiciones, las colocaciones aumentaron considerablemente a principios de 2001, tras un cuarto trimestre de 2000 con escasa actividad. Sin embargo, la tendencia del agregado regional ha sido a la baja durante los cuatro primeros meses del 2001 y el monto total de este período, inferior a 13.900 millones de dólares, está lejos de los 17.000 millones emitidos en igual período del 2000. Esta diferencia es atribuible, sobre todo, a la contracción de las colocaciones argentinas. Las cifras disponibles para las demás entradas de capital en la región muestran una reducción de los capitales accionarios, mientras que es notable la bajada de los créditos bancarios.