Desafíos para la industrialización

En la industria se alberga la fuerza que más dinamismo le imprime al desarrollo económico. Todas las naciones que gozan de un alto nivel de desarrollo han pertenecido al mundo industrializado. Y por el contrario, los países sin industria, o con una actividad fabril insuficiente, sufren las penurias que son el rasgo común de las regiones subdesarrolladas. La experiencia confirma la validez de ambas premisas, y de ellas se desprende, como una suerte de silogismo, esta conclusión terminante: sin el desarrollo industrial no es posible el desarrollo económico.

En efecto, la industria se halla presente en todo cuanto contribuye a generar el progreso de la economía, y éstas son las principales razones que justifican sobradamente la conveniencia de promover la industrialización como objetivo del más alto interés nacional para América Latina.

En los tiempos actuales54, la industrialización es, para los países avanzados, un reto más que superado. El estudio de la industrialización ha dejado de ser una preocupación corriente para convertirse en una ocupación de los historiadores de la economía.

Sin embargo, no debemos olvidar que hacia 1800 la punta de lanza de la modernidad económica era la revolución industrial y que todo el siglo XIX fue el siglo de la industrialización. No se puede interpretar nada de esa centuria sin considerar el impacto de la primera revolución industrial inglesa y los esfuerzos del resto del mundo .muy especialmente de la Europa occidental. por imitar el ejemplo británico. Es lo que conocemos como la función de los recursos naturales disponibles (la disponibilidad de carbón y hierro), de los recursos humanos (la alfabetización de las poblaciones), y de las políticas desplegadas, desde las de cambio institucional (liquidación del Antiguo Régimen e instauración de marcos legales liberales) hasta las comerciales (proteccionismo o librecambismo). En 1900, los cambios en la industria seguían siendo el motor de la economía, de hecho, se ha hablado, con plena propiedad, de una segunda revolución industrial.

Desde finales del siglo XIX hasta finales del tercer cuarto del siglo XX, la difusión de la segunda industrialización ha seguido dominando la agenda de todas las potencias y de los países que aspiraban a contar en la sociedad internacional. A diferencia de la primera revolución industrial, la segunda tuvo sus orígenes en Alemania y en los Estados Unidos. Por los avatares políticos del siglo XX, fueron los Estados Unidos los que acabaron convirtiéndose en el foco innovador y difusor de la segunda industrialización. Todavía en los años cincuenta y sesenta, y hasta la crisis del petróleo, la industria seguía siendo sinónimo de progreso económico. En la actualidad se puede y debe hablar de una tercera revolución, pero ya no se la puede adjetivar de industrial, sino de tecnológica, donde la materia prima es el conocimiento y la información.

Aunque, para los países en desarrollo, a pesar de la gran contracción de la industria, la industrialización sigue estando a la orden del día en los países más pobres. Los ecomonistas, incluso, han rescatado el concepto de industrialización para subrayar en qué consiste salir de la pobreza. Mientras que el concepto de desarrollo económico se operativiza, al referirlo a los países más atrasados del mundo, como un salto industrializador. En efecto, sólo es entre los países menos desarrollados, es donde observamos movimientos enérgicos en la dirección de la industrialización. En la última década, y atendiendo a los datos recopilados por las Naciones Unidas y ampliamente reproducidos por el Banco Mundial, el valor añadido de la industria manufacturera sólo gana importancia en el PIB de países como Arabia Saudí, Bangladesh, Burkina Faso, China, Corea del Sur, Costa Rica, Ecuador, Egipto, El Salvador, Eritrea, Finlandia, Honduras, Hungría, Indonesia, Jordania, Laos, Malasia, Isla Mauricio, Mozambique, Namibia, Nepal, Sanegal, Sri Lanka, Tailandia, Túnez, Uganda y Yemen.

Ciertamente hay algún país avanzado como Finlandia, algún país como Arabia Saudí y algún país medio avanzado como Hungría y la República de Corea. Pero, en conjunto, se trata de países pobres que están tratando de dejar de serlo: como algunos pequeños países de América Latina. Muy pocos alcanzan en 1999 una especialización manufacturera superior al treinta por ciento del PIB: sólo China (38%) y Corea, Malasia y Tailandia, los tres con el 32%. Estos cuatro son los únicos países donde la industrialización se está produciendo ante nuestros ojos y donde ha llegado a proporciones equivalentes a las que había alcanzado en los países más desarrollados en el cénit de su industrialización.

En los países de población creciente y con capacidades sociales suficientes para acoger nuevas iniciativas industriales, bien vengan de dentro, bien, como es más habitual, de fuera, se ha producido un fuerte movimiento industrializador. En los países europeos y, en general, en los países donde los salarios eran altos, el efecto ha sido muy claro: contracción o cierre progresivo de los establecimientos industriales. El proceso ha sido poderoso en su dirección e intensidad, pues al cabo de una generación se ha comprobado cómo el grueso de las actividades industriales de los países más avanzados, no podían soportar la competencia de los productos procedentes de los países en vías de industrialización, aunque esta provenga especialmente del sudeste asiático y Extremo Oriente, no de América Latina . Primero fueron las manufacturas textiles, luego los productos de la industria pesada (elaboración de metales y productos para la construcción), más tarde la fabricación y montaje de manufacturas complejas, comenzando con los electrodomésticos y acabando con los buques y los vehículos automóviles; más tarde, los artículos electrónicos e informáticos. El proceso no ha acabado, está en cambio continuo, pero con vitalidad.

En segundo lugar, va a seguir la competencia entre países en vías de industrialización por captar una parte, tan grande como sea posible, de la demanda de trabajo inducida por la deslocalización industrial occidental. Cada vez hay más candidatos, aunque también es verdad que cada vez son más pobres. Por la enormidad de su población, por la velocidad de los incrementos absolutos de la misma y por la decisión de sus políticas industrializadoras, el Extremo Oriente tiene las de ganar. ¿Ganar respecto a quién? Respecto a América Latina. La ventaja que lleva el Extremo y, en menor medida, el Medio Oriente (la India) es muy grande, y es una combinación de capital humano, políticas públicas, capacidades sociales y diseño autónomo de objetivos nacionales. Todos ellos van en la dirección de apoyar la industrialización como palanca de crecimiento. Siendo China la más avanzada en el proceso industrializador, representando actualmente el país con la proporción más alta de PIB procedente de la industria manufacturera. También es el que goza de un crecimiento más rápido, y que cuenta con una masa más espectacular de paro encubierto agrario, que tiende a desplazarse aceleradamente hacia destinos urbanos e industriales.

El despliegue industrial del mundo en vías de desarrollo da una respuesta contundente a las dudas sobre la sostenibilidad del crecimiento del sector de servicios; estando claro que aún le queda mucho trecho por recorrer.

Sin duda, el desafío de América Latina, continúa siendo en gran medida un desafío industrial y por extensión para los países con zonas o regiones muy industrializadas, como es el caso del Estado de Sao Paulo, que fuertemente establecida su industrialización debe emprender y consolidar la otra revolución: las nuevas tecnologías que conforman regiones y empresas más avanzadas dando origen a nuevos desafíos competitivos en la sociedad de la información y del conocimiento.

TABLA VI. DESAFÍOS Y PROPUESTAS PARA UNA NUEVA DÉCADA
DimensiónAspectos claveDesafíosPropuestas
ECONÓMICO Consolidar dinámica exportadora.
Elevar el ahorro interno.
Consolidar la IED.
Potenciar la Marca País.
Intensificar I + D
Economías de escala y aprendizaje vs. Rendimientos decrecientes.
Estabilidad vs. Vulnerabilidad.
Aumentar productividad
Nuevos mercados internacionales
Políticas de desarrollo productivo intensas en innovación, en procesos, tecnología y creación de redes comerciales internacionales.
Políticas de estímulo al ahorro familiar e inversión empresarial (Pyme).
Seguridad jurídica de los contratos
Derechos de propiedad.
Dinamizar actividades promocionales internacionales
AMBIENTAL Defensa de la calidad de vida.
Preservar y ampliar capital natural ecosistémico.
Crecimiento y concentración de actividad socioeconómica vs. Descongestión y descontaminación.
Fomento producción no contaminante.
Administración ecosistemas.
Nuevas leyes ambientales.
Desarrollo económico sostenible.
Ordenamiento territorial.
Reestructuración del transporte público y privado.
Descontaminación aire, agua, suelo.
Nuevo mapa ambiental regional
Políticas proactivas de cambio cultural e institucional.
CULTURAL Solidaridad.
Diversidad.
Aumentar continuidad y calidad de la educación en todos los niveles.
Primaria, secundaria, universitaria y formación profesional.
Individualismo vs. Comunidad.
Nuevos hábitos de consumo
Consumismo homogenizador vs. Diversidad.
Innovación y potenciación de nuevos sistemas educativos.
Políticas para estimular y fortalecer instituciones civiles y comunitarias en todas las dimensiones.
Apoyo prioritario actividades socioculturales marginadas por el mercado y a grupos sociales discriminados.
Apoyo a la Sociedad de la Información y del Conocimiento.
Crear estructuras y redes de telecomunicaciones.
POLÍTICA Nuevo rol del Estado.
Nuevo rol de la sociedad civil.
Nuevo rol de las Relaciones Institucionales
Debilitamiento vs. Fortalecimiento.
Ausencia o Debilidad vs. Creación y fortalecimiento de instituciones no estatales y para estatales.
Pacto fiscal en función de nuevas tareas del Estado.
Descentralización y participación administrativa.
Políticas para la creación y fortalecimiento de instituciones y organizaciones civiles que proporcionen bienes en áreas económicas, sociales, culturales y ambientales.
SOCIAL Ampliar oportunidades de trabajo.
Ampliar, mejorar y facilitar acceso a servicios sociales.
Creación vs. Desplazamiento de oportunidades de trabajo.
Nuevos mecanismos de financiación empresarial y social.
Privatización vs. Servicio público.
Políticas de reconversión productiva, reasignación geográfica, promoción Pyme, educación, formación técnica y empresarial

Fuente: Foro América Latina 2010. Osvaldo Sunkel, Universidad de Chile y elaboración propia.


54 Véase para más detalle: Cameron, A., La industrialización: Perspectivas temporales y espaciales. Fundación Juan March, 2001 y Simón Teltel y Larri, E. Westplal, Compiladores: Cambio Tecnológico y Desarrollo Industrial. Fondo de Cultura Económica. México 1994.
volver