Diccionario de economía política

de Borísov, Zhamin y Makárova

 

SALARIO, EN EL CAPITALISMO: expresión monetaria del valor (del precio) de la fuerza de trabajo vendida por el obrero asalariado al capitalista. Es un exponente de las relaciones de explotación a que los capitalistas someten a los obreros. Después de trabajar cierto tiempo en una empresa, el obrero recibe del capitalista una determinada suma de dinero en calidad de salario. Aparentemente, al obrero se le paga todo el trabajo y el salario es el precio de su trabajo. Pero, como quiera que el trabajo, fuente de todo valor, no posee valor, tampoco puede tener precio. Lo que se paga en forma de salario no es toda la jornada, sino únicamente la parte en que se reproduce lo equivalente al valor de la fuerza de trabajo; durante la otra parte, no pagada, de la jornada de trabajo, el proletario crea la plusvalía, de la que se apropie el capitalista. El valor de la fuerza de trabajo es determinado por el de los medios de vida indispensables para la subsistencia del obrero y de los miembros de su familia, para la reproducción de la fuerza de trabajo. En su afán de obtener beneficios, los capitalistas procuran disminuir el salario por debajo del valor de la fuerza de trabajo. Esta diferencia entre el valor y el precio de la fuerza de trabajo constituye una fuente adicional de ganancia capitalista. En la sociedad capitalista existen dos formas principales de salario: por tiempo y a destajo. El salario por tiempo se paga con arreglo al tiempo en que funciona la fuerza de trabajo (hora, día, semana): ofrece al capitalista amplias posibilidades para aumentar el grado de explotación alargando la jornada laboral. En los casos en que los capitalistas acceden a reducir esta jornada disminuyen correspondientemente el salario y aumentan la intensidad del trabajo de los obreros. Con el salario a destajo (por piezas) el valor de la fuerza de trabajo se paga en dependencia de la cantidad y de la calidad de los artículos elaborados o de las operaciones de producción ejecutadas. Esta forma de salario disimula en mayor medida que el salario por tiempo la explotación de los obreros. Aparentemente, el obrero vende al capitalista los productos de su trabajo. En realidad, sin embargo, el capitalista se apropia gratuitamente de parte del nuevo valor, como plusvalía. En distintos períodos alcanza mayor difusión una u otra forma salarial, en dependencia de las ventajas que proporcionan a los capitalistas. En el capitalismo moderno, cuando se emplean en gran escala novísimas máquinas y dispositivos automáticos, cuando se borran las diferencias individuales en el trabajo de los obreros, se aplica cada vez más el tipo de salario por tiempo. Lo característico de las condiciones actuales estriba en que se establecen algunos nuevos sistemas de salarios (variantes de las formas del salario por tiempo y a destajo), tendientes a aumentar más aun la explotación de los obreros intensificando el trabajo. Lenin caracterizaba estos sistemas de salario como sistemas ''científicos" de exprimir sudor. Entre tales sistemas extenuantes de trabajo, los más empleados son el Taylor (la norma de trabajo se calcula partiendo de la máxima tensión de fuerzas del obrero), el sistema Helsi (el coeficiente de la remuneración se establece a tenor de lo que se produce por encima de la norma), el sistema de la evaluación analítica de los trabajos (se establece una cantidad de tarifas de salarios mediante una compleja estimación, por puntos, de los diversos tipos de trabajo), etc. Hay que distinguir entre salario nominal y salario real. El salario nominal es la suma de dinero que el obrero, por su fuerza de trabajo, recibe del capitalista. El salario real es el conjunto de medios de vida y de servicios que el obrero puede comprar con la remuneración monetaria que percibe. El nivel del salario real depende del monto del salario nominal y del nivel de los precios de los bienes y servicios indispensables al obrero y a su familia, así como de los impuestos que sobre éste gravitan. En el capitalismo se observa la tendencia a que el salario vaya a la zaga del valor de la fuerza de trabajo y a que disminuye el nivel del salario real. Con su lucha (económica y política), los trabajadores se oponen a que se rebajen los salarios, exigen que se eleven. Pero bajo el capitalismo incluso sosteniendo una lucha económica activísima, los obreros sólo pueden lograr, en algunos períodos que los salarios se aproximen al valor, de la fuerza de trabajo; no pueden librarse de la explotación capitalista. Esto sólo puede alcanzarse como resultado de una amplia lucha política de la clase obrera por liquidar el régimen capitalista y sustituirlo por el socialista.


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