La pobreza: Las diferencias entre ricos y pobres



Véase también sobre este tema el artículo 
"Conceptos de convergencia económica" 
incluido en este CD-ROM o sitio web.

 ¿Cómo será la sociedad humana en el futuro próximo? Muchas personas piensan que las diferencias económicas entre los países ricos y los países pobres están aumentando por lo que el abismo que separa al primer mundo del tercer mundo es cada vez mayor ¿Es eso cierto? Y si eso es cierto ¿No hay forma, no hay esperanza de que se invierta la tendencia? 

Durante casi todo el siglo veinte se pensó que podía haber diferentes caminos para el crecimiento económico y que los países pobres tenían que elegir entre diferentes vías de desarrollo. Eso implicaba una promesa de que algunos caminos funcionaban como "atajos" que permitirían llegar más lejos, antes que los demás.

La  desaparición de los regímenes comunistas parece haber eliminado de nuestras mentes la posibilidad de elegir entre diferentes caminos y con ello la esperanza de encontrar atajos. Sólo queda un camino y es precisamente por el que estamos avanzando todos los países. En este camino hay algunos viajeros que están muy avanzados y otros muy atrasados. Si la distancia entre los ricos y los pobres es cada vez mayor es comprensible que cunda el pesimismo y el desaliento.

Pero ¿Es eso realmente lo que está ocurriendo? ¿Estamos realmente condenados a la divergencia para siempre? ¿No será que la imagen del camino es un espejismo que nos engaña sobre lo que sucede en la realidad?

Si analizamos los datos estadísticos del producto nacional de los países ricos y los países pobres podemos comprobar que, en efecto, los países ricos son cada vez más ricos y las diferencias en términos absolutos con los pobres están aumentando.

Pero, por una parte, eso no quiere decir que los pobres sean cada vez más pobres. Los pobres se están también enriqueciendo. Todos los caminantes van en la misma dirección.

En otras palabras, aunque la diferencia entre las rentas esté aumentando en términos absolutos, es posible que en términos relativos esté disminuyendo y que, contrariamente a las apariencias, los países más atrasados estén acercándose a los avanzados.

Veamos un ejemplo numérico. Supongamos dos países, R (el rico) y P (el pobre).

Supongamos que la renta media de los ciudadanos del país rico es diez veces la de los ciudadanos del país pobre. Por ejemplo, la renta per cápita en R es 1000 y en P es 100. 

Supongamos que la renta de R crece al ritmo del 3% anual. La verosimilitud de este supuesto puede comprobarse teniendo en cuenta que es aproximadamente la tasa media de crecimiento de los países miembros de la OCDE en los últimos 20 años.Entre 1990 y 1998 la tasa media anual de crecimiento de las rentas ha sido inferior al 3% en USA, Canadá, Japón y todos los países de la UE (excepto Irlanda y Luxemburgo).

Supongamos que la renta de P crece al 7%. La verosimilitud de este supuesto se comprueba teniendo en cuenta que la tasa media de crecimiento anual real de las rentas entre 1990 y 1998 ha sido superior al 6% en Chile, Corea del Sur, India, Laos, Lesotho, Líbano, Malasia, Myanmar, Singapur, Tailandia, Uganda y Vietnam. En el caso de China, la tasa media de crecimiento anual de las rentas ha sido superior al 10% en los últimos veinticinco años.

En ese ejemplo ocurrirá lo siguiente:

La diferencia en la renta per cápita estará aumentando en términos absolutos... durante 40 años.

El porcentaje que representa la renta media en P respecto a R, que inicialmente es del 10%, crece de forma sostenida desde el primer momento.

A partir del año 41, las diferencias se empiezan a hacer menores incluso en términos absolutos.

A partir del año 62 los ciudadanos del país P serán más ricos que los del país R.

Vemos por tanto que el ejemplo del camino no sirve como analogía del crecimiento económico de los países. Si dos caminantes van en la misma dirección y la distancia absoluta ente ellos está aumentando, es porque el que va delante anda más deprisa que el que va detrás. Pero en el caso del desarrollo económico de los países, el que la distancia absoluta aumente no indica que el rico crezca más rápidamente que el pobre. Lo que hay que considerar es la distancia relativa, en el porcentaje que representa la diferencia sobre el total de la renta. Si esta distancia relativa está disminuyendo, la conclusión que debemos sacar es de optimismo.

Por otra parte, otra conclusión que se puede extraer del ejemplo propuesto es que no debemos esperar milagros. Aún en el caso de que el país pobre pueda mantener de forma sostenida el ritmo de crecimiento del 7%, necesitará 60 años para igualarse al rico. Además, es previsible que cuando su renta media se acerque a la de los países ricos, cuando sea un país "casi rico", la tasa de crecimiento de la renta también disminuir