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Número Internacional Normalizado de Publicaciones Seriadas
ISSN 16968360

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Metas Inflacionarias, Análisis de las Implicaciones de Política Monetaria.*

Alberto Gregorio Castellano Montiel** 

Resumen

En la actualidad, la generalidad de los Bancos Centrales de los países en desarrollo y emergentes aceptan y aplican como política la consecución de objetivos inflacionarios, este hecho tiene consecuencia a nivel de política monetaria, originado por la aceptación de una diversidad de supuestos que engloba varias teorías económicas en tiempos anteriores, en este sentido este estudio pretende describir dichos supuestos a la luz de entender sus implicaciones en política económica en general y en la monetaria específicamente.

Palabras Clave: Metas Inflacionarias, Política Monetaria, Teoría Económica.

Inflationary targets, Analysis of Monetary Politics's Implications.

Abstract

At the present time, the majority of the Central banks of the countries developing and emergent accepts and applies like policy the attainment of inflationary objectives, this fact has consequence at level of monetary policy, originated by the acceptance of a diversity of supposed that it includes several economic theories in previous times, in this sense this study tries to describe these assumptions to the light specifically to understand its implications in economic policy in general and the monetary one.

Key  Words: Inflationary Targets, Monetary Polity, Economic Theory.


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Castellano Montiel, A.G.:  "Metas Inflacionarias, Análisis de las Implicaciones de Política Monetaria"; en Contribuciones a la Economía, febrero 2006. Texto completo en http://www.eumed.net/ce/


Introducción

            En las últimas tres décadas se ha discutido, sobre la pertinencia de reglas claras en economía o discrecionalidad a nivel de la política económica. En esta tónica se mueve la investigación en economía y la aplicación de política económica en general. Dentro de esta perspectiva de discusión, en la década de los setenta, la alta inflación y el deterioro en el desempeño de las economías industrializadas, popularizó la Teoría Monetarista. Dejando a un lado algunos postulados keynesianos[1], pasando de un extremo hacia el otro en la aplicación de la política económica. En la actualidad un importante número de Bancos Centrales de países desarrollados y emergentes a nivel mundial[2] poseen como política el mantener Metas Inflacionarias que significa que la política monetaria debe estar apuntada a lograr objetivos inflacionarios de mediano plazo, cooperando con la estabilización de la economía en el corto plazo  (evitando shocks monetarios en el corto plazo), postulado basado en la alta correlación empírica existente entre los altos procesos inflacionarios y el decrecimiento de la economía. García y Valdés (2003).

            Desde luego, se requiere suponer para ello varios supuestos opuestos en tiempos anteriores, por ejemplo la existencia de cierta inflexibilidad de los precios y salarios, endogeneidad de la política monetaria (no neutralidad en el corto plazo), inestabilidad de la demanda de dinero, entre otros;  lo cual lleva a pensar en la existencia de cierto acuerdo en materia de política monetaria, más allá de la confluencia de postulados Monetaristas, Keynesianos y Post Keynesianos.

 

1. Significado de las Metas Inflacionarias[3]

Lo que se denomina, en el ámbito macroeconómico como una política de meta de inflación es algo diferente a lo que el común de las personas pudiera suponer. En este sentido, la autoridad monetaria no centra su política monetaría sólo en torno a metas puntuales de inflación  (p) para un período determinado, cuestión que podría expresarse en una función de pérdida cuyo único argumento es la tasa de inflación, como por ejemplo, L = ap2  . Como se indica en Bernanke y Mishkin (1997) citado por Rosende (2002) lo que se entiende por una estrategia de metas inflacionarias es un marco de referencia para la planeación de política monetaria, mas que una política como tal, en este sentido, Giannoni y Woodford (2003) expresan que las llamadas metas involucran no sólo a la tasa de inflación si no otras variables como la medida del producto.

Dentro de esta perspectiva, los bancos centrales disponen de cierto grado de discrecionalidad para hacer frente a fluctuaciones importantes de variables diferentes a la inflación. Específicamente, se plantea en la política monetaria el objetivo de estabilizar la tendencia del producto y empleo frente a shocks (reales o nominales) que pudieran afectar la inflación. Para Rosende (2002: 208), las razones que justificarían este compromiso flexible con un cierto objetivo inflacionario son en esencia tres:

·        La política monetaria opera con rezagos, por lo que no tiene sentido establecer metas contemporáneas de inflación;

·        Con frecuencia las economías se ven expuestas a perturbaciones reales, las que pueden alterar temporalmente la tasa de inflación y el nivel de producto de sus niveles de equilibrio inicial;

·        Dado el punto anterior y considerando una específica teoría de la oferta agregada que se expone más adelante, se estima que la política monetaria puede estabilizar las fluctuaciones de corto plazo del producto, lo que sería socialmente deseable. Ello, no obstante que esta estrategia pudiera ocasionar algún aumento de la inflación en el corto plazo.

En este sentido, la nueva función de pérdida de la autoridad monetaria debe incluir el término  (y t - K) donde "y t" es el nivel de producto real en el período  “t”, mientras que “K” es el nivel de producto objetivo de la autoridad. Este nivel de producto objetivo de la autoridad puede ser diferente al producto potencial debido a la existencia de regulaciones e impuestos que reducen el nivel de esta variable, estimulando así la adopción de políticas keynesianas de expansión de la demanda agregada.

En el ámbito de la variable inflación, se debe mantener una tasa promedio semejante a la tasa objetivo en el mediano plazo.

Utilizando la economía de la optimización, los bancos centrales buscan minimizar dicha función de perdida, describiendo las fluctuaciones del producto en el corto plazo a través de una ecuación de oferta agregada.

 

2. Consenso a nivel de la teoría Macroeconómica

Lo que se pudiera denominar como un nuevo consenso en la macroeconomía se sintetiza en la existencia de inflexibilidad de precios y/o salarios en el corto plazo. Supuesto que impide que la economía reaccione con ajustes en los precios relativos ante shocks económicos inesperados, sean estos de oferta o demanda agregada.

En respuesta a ello, la política monetaria tiene que optar entre una mayor variabilidad del producto y de la inflación. Para explicar la existencia de inflexibilidad de precio y salarios en la oferta agregada citaremos a Fischer (1977) y Taylor (1979) citado por  Rosende (2002) los cuales suponen la existencia de un alto grado de inercia en los salarios nominales producidos por los contratos de trabajo centralizados. Si las empresas ajustan con flexibilidad sus costos salariales, amortiguando el efecto de shocks económicos inesperados (obviando la aplicación de políticas de demanda agregada para estabilizar el producto), teniendo la inflación un comportamiento endógeno.

Si por el contrario, las empresas no poseen ajustes importantes en sus costos salariales, se habla de exogeneidad en el comportamiento inflacionario.

En la operacionalización de la teoría de contratos de Taylor citado por  Rosende (2002) se toma este último supuesto, implicando una importante inelasticidad de los salarios reales a los ciclos económicos. Siendo, la variable Inflación un indicador de la inflación promedio de salarios, más que una variable de expectativas propiamente dicha. De este modo, el proceso inflacionario p depende en el largo plazo de los contratos salariales, los cuales deben ser  revisados gradualmente.

En este contexto, se supone un ajuste gradual de las expectativas inflacionarias según la evolución de los contratos salariales.

Igualmente al suponer inflexibilidad en los precios de los bienes finales (como ocurre en un modelo tipo costo menú) la inflación dependerá del grado de flexibilidad de los precios, por lo tanto a mayor inflación mayor ajuste en los precios finales (relación directa positiva entre precios finales e inflación).

En esta perspectiva de rigidez de precios en el corto plazo, la autoridad monetaria influye sobre los equilibrios económicos a través de las expectativas inflacionarias, utilizando como variables instrumentales a la tasa de interés real, fluctuaciones de salarios nominales y precios.

 

3. Consenso a nivel de la aplicación de la Política Monetaria.

            Para regular la discrecionalidad de la autoridad, se asume el uso de “políticas acomodativas” por parte del banco central, justificado en la existencia del shock aleatorio x .

El problema que plantea la minimización de la inflación (p) condicional a Shocks, constituye para Rosende (2002) el marco de análisis de lo que se conoce como la teoría positiva de la política monetaria y la inflación.

Este modelo opera de la siguiente forma:

·        En el período 1 se forman las expectativas de inflación del público, las que

se incorporan en los contratos de precios y salarios

·        En el período 2 aparece un shock inesperado sobre la oferta agregada

·        En el período 3 el banco central determina “p” a través de su política monetaria.

Como se expreso anteriormente, la implementación de objetivos inflacionarios puede interpretarse dentro de la función de pérdida de los bancos centrales como la función de minimización únicamente de la variable inflación, pero la consecución de metas presupone por parte del ente emisor, la búsqueda de cierto grado de estabilidad de los ciclos económicos suponiendo la influencia de la inflación sobre el crecimiento económico y el desempleo.

Por su parte, Zavarce (2001) expresa que las decisiones de política monetaria toman en cuenta primero la meta de inflación y segundo la tendencia y pronostico de la inflación en base al estado general de la economía, del desempleo y del comportamiento de los agregados monetarios, teniendo como regla simple de decisión si el pronostico es mayor o menor  a la meta esperada, la tasa de interés aumenta o disminuye mediante la intervención en el mercado monetario.

 

4. El Dilema en Macroeconomía

            Mankiw (1992) ya había escrito sobre el divorcio que existe entre la economía aplicada y la economía académica. Ello dado que actualmente aún en materia de política económica se sigue aplicando las curvas ISLM para visualizar los resultados de una política económica especifica; cuando ya existen modelos que representan mejor la realidad de la economía y sus consecuencias, las cuales  han tenido poca relevancia en la economía aplicada. El rompimiento del consenso se origina por dos vías, primero la teoría existente no pudo hacer frente a los niveles de inflación y desempleo originados por las políticas imperantes (estanflación originada de las políticas keynesianas) y segundo la disparidad entre la economía practica y sus principios, cuestión que Friedman (1968) desarrolla en su curva de Phillips vertical  a largo plazo (sostenía que la ilusión monetaria no duraría en el tiempo, además de argumentar que la relación empírica entre ambas variables se rompería si los responsables de las políticas trataban de explotarla; sustentaba esta afirmación al expresar que la tasa de desempleo de equilibrio (o natural), debía depender de la oferta y demanda de trabajo; entre otros puntos comprobando que la inflación crecía sin una reducción permanente en el desempleo, siendo así para Gómez (1998) el último intento de desarrollar teoría económica, al establecer la relación empírica entre la inflación y la masa monetaria. Posteriormente entra en la palestra económica con su enfoque de expectativas racionales Robert Lucas (1976) citado por Sloman (1997) que definitivamente rompe el consenso e inician la discusión en dos vertientes, por un lado los economistas que apoyan las políticas discrecionales y por el otro los que juegan a reglas fijas en política[4].

Más específicamente a nivel de investigación según Mankiw (1992) se desarrollan tres categorías; una basada en las expectativas racionales, la segunda aplicando modelos neoclásicos y la última utilizando modelos neokeynesianos. (quienes combinan el modelo ISLM con la curva de Phillips); es necesario destacar que puede existir una cuarta categoría referida a los post keynesianos quienes buscan desarrollar sobre todo nuevamente la tesis de Keynes incluyendo el concepto de liquidez y dando importancia a la relación salario monetario productividad del trabajo y suponiendo que la correlación entre precios y masa monetario sólo es un cálculo econométrico (empírico), para Del Búfalo (1995) los trabajos post keynesianos pretenden realizar estudios tanto longitudinal como transversal al explicar el crecimiento desigual del capitalismo en términos temporales (los ciclos) como en términos espaciales (diferencias entre países); puntos diversos que merecen ubicarlos como una categoría aparte.

 

 

5. A modo de Conclusión

            El debate sobre reglas versus discrecionalidad continuará. Tanto los neoclásicos como los neokeynesianos mejoraran sus propios paradigmas, en palabras de Mankiw (1992) los teóricos para explicar las fluctuaciones del sistema económico basan la macroeconomía en principios de microeconomía, por ejemplo los neoclásicos  explican ahora los disturbios de la tecnología, la sustitución intertemporal del tiempo y los ciclos económicos; los neokeynesianos por su parte hablan de competencia monopólica, costo de menú y salarios de eficiencia; los post keynesianos por su parte continuarán elaborando un basamento teórico para volver a postulados originares de Keynes.

            Observando esta diversas corrientes, nace tal vez un posible consenso teórico en la aplicación de las denominadas metas inflacionarias, dado que el esquema supone una dosis de flexibilidad en la administración de la política monetaria coherente para el logro de objetivos inflacionarios, con una misión de estabilización de variables en entornos de Shocks económicos; esto es en esencia la política antiinflacionaria de los bancos centrales que en la realidad se basa en fundamentos empíricos más que en relaciones teóricas.

 

Referencias.

·        Del Búfalo, Enzo. (1995) “Opciones Teóricas en Economía” Vol No 2 UCV. pp 156.

·        Garcia, Pablo; Valdés, Rodrigo (2003) "Dinero e Inflación en el Marco de Metas Inflacionarias" Working Paper, No 198. Banco Central de Chile http://www.bcentral.cl/Estudios/DTBC/doctrab.htm Enero. Consultado 30 de Septiembre de 2004. pp 42.

·        Giannoni, Marc; Woodford, Michael (2003) "Optimal Inflation Targeting Rules" Working Paper. NBER Febrero 24. pp 83

·        Gómez, Emeterio. (1998) “La Crisis de la Ciencias Económica” Editorial Panapo. pp 296.

·        Fridman, Milton (1968) “The Role of Monetary Policy” American Economic Review 58 marzo. pp 1-17

·        Mankiw, Gregory. (1992) “Curso Rápido sobre Macroeconomía” Revista Investigaciones Económica 201 julio – septiembre pp 243 – 269.

·        Rosende, Francisco. (2002) “La Nueva Síntesis Keynesiana: Análisis e Implicaciones de Política Monetaria” Revista Cuadernos de Economía Año 39, No 117. Agosto.  pp 203 – 233.

·        Sloman, John. (1997) “Introducción a la Macroeconomía” Tercera Edición. Prentice Hall. Pp 578.

·        Zavarce Harold (2001) “Inflación Objetivo y Modelo de Determinación de la Tasa de Interés en Colombia” Banco Central de Venezuela. Vicepresidencia de Estudios Oficina de Consultoría Económica. Mayo. www.redeconomía.org.ve. Consultado 29-09-04.pp 9


* Ensayo presentado en el XVI Congreso Internacional de la Afeieal 2004.

** Economista, Magister en Gerencia de Empresa mención Gerencia Financiera, cursando Doctorado en Ciencias Económicas. Investigador Docente del Instituto de Investigaciones Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, de la Universidad del Zulia Maracaibo Edo. Zulia Venezuela. E.mail castellanoalberto@gmail.com, Tlf. +58261 7596513.

[1] Aunque, se pretende observar a estas teorías como mutuamente excluyentes, específicamente  ambas teorías coinciden en el intervencionismo del Estado en la política económica para ampliar este comentario consultar a Gómez, Emeterio. (1998) “La Crisis de la Ciencias Económica” Editorial Panapo. pp 296.

[2] Bancos como el Bank of England, el banco de la República de Colombia, el Banco de Chile, el Banco de México y el Bank of New Zealand entre otros 42 que aplican metas inflacionarias. Para profundizar en este punto se sugiere revisar el paper de Carare y Stone (2003) "Inflation Targeting Regimes" IMF. January. Wp/03/9.

[3] La explicación sobre las metas inflacionarias y sus implicaciones en política fueron tomada de Rosende, Francisco. (2002) “La Nueva Síntesis Keynesiana: Análisis e Implicaciones de Política Monetaria” Revista Cuadernos de Economía Año 39, No 117. Agosto.  pp 203 – 233. consultar esta obra para la ampliación sobre el tema.

[4] En Venezuela, desde 1949 hasta 1978 se obtuvo importantes procesos de crecimiento sin inflación, con la aplicación de políticas fijas hasta que ocurre un cambio estructural con la crisis rentista que nos lleva a incluir dentro del repertorio de política económica, políticas discrecionales, para soportar los Shock externos a los que se enfrentó la nación.


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