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Cambio de patrones en la migración y en la distribución territorial de la población en la reestructuración económica

 

I.1  Hecksher-Ohlin: una nueva geografía mundial de la oportunidad económica y su impacto en la migración y distribución territorial de la población

La lógica del esquema que en el nuevo orden económico internacional se implanta, supone que el distinto nivel de ingreso entre las regiones del mundo, incluso entre las naciones, así como la distinta densidad en que existen los factores productivos, en relación a la intensidad en que éstos se utilizan dentro de los procesos de producción de las mercancías, son la base para identificar una nueva geografía de oportunidad económica al presentar (las regiones) ventajas competitivas diferenciadas para cada proceso de la producción. Implica por ello que las industrias deben relocalizar sus plantas productivas en las áreas de la geografía mundial donde adquieran ventajas competitivas.

Las ventajas competitivas regionales no solo tienen que ver con baratura de un proceso de producción, sino también son de tipo institucional, administrativo, fiscal, de naturaleza y condición de los mercados, oportunidad económica, y aspectos en materia de legislación laboral y costo unitario de la mano de obra en razón a su productividad marginal, entre otros aspectos como pueden ser físico – geográficos, climáticos, de nexo y contexto económico, diplomáticos y otros más.

También destacan los acuerdos comerciales y de complementación económica entre las naciones, paz social, estabilidad política, vínculo entre los mercados finales y los mercados de bienes intermedios, demografía, cultura y situaciones favorables en materia de marketing.

El planteamiento teórico parte de postulaciones muy acotadas como lo son los trabajos de Heckscher – Ohlin, P. Samuelson y M. Porter. Destaca principalmente, como la expresión moderna de la ventaja absoluta y la ventaja comparativa clásicas el teorema Heckscher – Ohlin. Por lo que es bueno conocer bien los postulados de los que parten.

La teoría Heckscher – Ohlin sostiene las siguientes dos proposiciones, según indica Chacholiades (1989):

“1. La causa del comercio internacional se encuentra principalmente en las diferencias entre las dotaciones de factores de los diferentes países. En particular, un país tiene una ventaja comparativa en la producción de aquel bien que usa más intensamente el factor más abundante del país. Esta proposición se conoce como el teorema Heckscher – Ohlin,

 

2. El efecto del comercio internacional consiste en tender a igualar los precios de los factores entre países, y así servir en alguna medida como un sustituto de la movilidad de factores. Esta proposición se conoce como el teorema de la igualación del precio de los factores...”

Este enfoque es neoliberal, se le conoce como teoría de las proporciones factoriales. Para que este teorema opere debe existir libre movilidad de los factores productivos, los costes de transporte son mínimos por lo que se trata de mercancías producidas bajo economías a escala (grandes empresas transnacionales con una gigantesca escala productiva). Se requiere un generalizado librecambismo. A esto ahí que considerar que las empresas operan con diferencias en la composición técnica del capital, con tecnologías distintas, muchas empresas no están en posibilidades de desarrollar economías a escala por tratarse de pequeñas plantas productivas, y presentan rendimientos marginales decrecientes, por lo que también sus costos son marginalmente decrecientes. Existen diferentes niveles de renta, aparte no se concibe la organización social del trabajo ni la organización del trabajo dentro de la empresa, así como se discrimina en clima institucional propicio o contrario para que opere este teorema, lo que es limitativo de este enfoque.

Dice Orozco (1998; 25) al respecto:

“Según esta teoría la ventaja competitiva se origina en las diferentes dotaciones factoriales relativas de los países que participan del comercio internacional. En esa medida, la teoría neoclásica del comercio internacional , especialmente la asociada al modelo Heckscher – Ohlin, sostiene que, en condiciones de libre comercio, las remuneraciones de los factores de producción tenderán a igualarse en todo el mundo”.

Esto implica que las diferentes tasas de remuneración salarial existentes entre las naciones, tienden a disminuir y a anularse conforme exista la integración comercial de los países. Con este se cancela el principal móvil de la migración internacional, lo que indica que a la par que el comercio internacional se desgrava y se terminan las trabas comerciales, la migración cambia su carácter, quedando como prominente la migración temporal sobre la definitiva, la cual tiende cada vez a ser menor. Incluso, los demógrafos consideran que no obstante la cooperación entre las naciones parece ocasionar una mayor movilidad del factor trabajo, este proceso es temporal y se revierte en el mediano plazo conforme el capital se localice en las áreas expulsoras de la población, incluso causando la regresión de las migraciones que originalmente causa el comercio internacional.

El mismo autor cita en el mismo trabajo más adelante que:

“Análisis posteriores llegaron a demostrar que el teorema Heckscher  - Ohlin manifiesta algunas limitaciones, si se toma en cuenta que el comercio no se comporta estrictamente en la dirección que establece esta teoría, esto es, que ni el comercio ni los movimientos en los precios de los factores se establecen inequívocamente. Pues en ausencia de competencia perfecta los precios de los bienes no se igualan a los constes marginales de producción, ya que si bien los precios relativos de los bienes determinan la dirección de los flujos comerciales, dichos precios no reflejan los costes... “ (Orozco, 1998; 26)

Los monopolios y otras formas de colusión económica crean desviaciones en el comercio, por lo que no es tan mecánico el resultado que se espera en base a este teorema, y menos aún en variables relacionadas de forma colateral como es la población, su residencia y movilidad.

Los costos de transporte, fletes, seguros, aranceles, costos de embalaje y almacenaje, así como de administración pueden ser tan representativos que la condición geográfica en que opera el teorema puede ser causa de resultados más arbitrarios que predecibles. Sin considerar otros factores que le influyen. Aparte, el carácter periférico de las economías latinoamericanas, especialmente la mexicana agregan algunas otras limitaciones de corte político y social que no deben discriminarse.

Los modelos del comercio internacional no son leyes absolutas, cambian con el tiempo según cambia el régimen de regulación y acumulación. Por otra parte, la situación que viven las naciones en la realidad es muy diversa por región y cambiante en el mediano plazo. Este teorema es muy limitado si se desea usar como una fórmula general para explicar las bondades del comercio internacional y la razón de los flujos de los factores productivos variables como son el capital y el trabajo, más aún en el largo plazo.

De hecho, el esquema es en suma limitado para ser un componente explicativo de la movilidad poblacional y su distribución geográfica. No obstante, el principio es válido de inicio como hipótesis explicativa, siempre y cuando se hagan las acotaciones necesarias que le ajusten a las realidades regionales, nacionales y locales en que se aplica, así como los factores de expulsión – recepción de la población como factor productivo.

Es importante destacar como interactúan las variables que componen y explican el fenómeno migratorio internacional en su lógica inherente de conectividad y desarrollo por lo que se puede destacar los principales patrones o procesos que comportan y determinan.