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Conclusiones generales

 


Este trabajo tiene la intención de presentar a través de sus capítulos las respuestas de tres comunidades de la Costa de Oaxaca ante la propuesta de proyectos productivos sustentables, ofrecida por el Centro de Soporte Ecológico (CSE) -una Organización No Gubernamental (ONG). Con el fin de “saberla” se estableció un objetivo general: “conocer y analizar el proceso de respuesta que presentan las comunidades rurales ante la inducción de un proceso sustentable, llevado hasta sus localidades por un agente externo. Este tiene el objetivo de reconstruir y preservar cuencas y bosques de la Costa de Oaxaca”. Para tener un acercamiento más profundo de esta respuesta se desglosó la búsqueda en objetivos particulares que trataron de conformar el ámbito sociocultural, político, religioso y económico que circunda a estas comunidades.

Durante la evolución de mi trabajo en campo me pude percatar que las comunidades no están desesperadas por recibir ayuda externa. En realidad esperan ayuda, pero que no implique mucho compromiso. Desean que lo que se tenga que entregar a cambio no tenga que ver con esfuerzos que no vayan más allá de su propio bienestar, de su propia sobrevivencia. Esta actitud es resultado de años de programas asistencialistas que han promovido entre los campesinos la entrega de “ayuda” por el voto o, en algunos casos, para limpiar la conciencia de algunos personajes públicos. Debido a que el programa que ofrecía el CSE no tenía tintes paternalistas o asistencialistas la aceptación fue de más a menos; hasta que se quedaron los que en realidad necesitaban los “pocos pesos” que entregaba de apoyo el Centro, a cambio de recuperar el territorio perteneciente a los mismos campesinos.

El desconocimiento sobre el impacto del proyecto pudiera inferirse es una de las causas por la que los campesinos no se comprometen; pero esa conclusión es muy simple. En realidad, los campesinos no se involucran y comprometen en un proyecto determinado porque no está imbricado en la médula misma de sus patrones culturales. En otras palabras no es su proyecto porque no fue generado en el espacio donde ellos deciden su vida colectiva: la asamblea. Lo anterior pude llevarnos a pensar que los proyectos externos de corte sustentable no tendrán éxito alguno; pero esa conclusión también sería muy simple.

Sin embargo, en este trabajo se sugiere que una estrategia importante para “conquistar” a los campesinos está en la negociación con los líderes de las redes de Unidades Domésticas Campesinas. Ellos son los que definen dónde, cuándo y cómo el sistema productivo tradicional se llevará a cabo, también deciden los derroteros de su familia y de las familias creadas a partir de base – hijos e hijas, nietos y nietas específicamente. Una decisión tomada por el líder de una red, impacta a todos sus integrantes. Existen “disidentes” dentro de la red, pero son un número menor y, específicamente son jóvenes que se fueron a trabajar para el “norte” o a algún estado de la república. Estos hombres, jefes de alguna nueva UDC, se oponen muchas veces a las “novedades” que lleguen al pueblo, porque su experiencia en el “mundo” compuesto por el resto de la sociedad le da elementos para dudar.

La complejidad sociocultural de la región es un panorama que debe de ser estudiado con anterioridad para establecer una estrategia de acercamiento. Sin embargo, se debe tener en mente que esta estrategia puede irse “recreando” a medida que la relación entre técnicos y comuneros va creciendo. Pondré esto de otra manera, con una historia estilo campesino: cuando los insectos de la región – abundan muchos y de muchos colores – se sienten amenazados porque un depredador está en las cercanías, se quedan quietos, no se mueven hasta que se sienten a salvo. Con este ejemplo, proporcionado por una campesina para explicarme cómo debería comportarme en las comunidades, hago una analogía hacia la conformación de una estrategia de acercamiento: los técnicos y todo agente externo debe de esperar a que la comunidad tome la decisión de aceptar o rechazar, sino la comunidad se siente agredida y se convierte en un “depredador” de los extraños.

En las entrevistas oí de boca de algunos campesinos, el no saber qué se tendría a cambio de reforestar el territorio. Sin embargo, así como escuché lo anterior, también otros campesinos me hicieron saber el entusiasmo que sentían por sembrar arbolitos para venderlos transformados en sillas, bats u otro producto. Esta situación de “conocimiento y desconocimiento” de los impactos a futuro del proyecto del Centro fue también, un elemento que minó la concreción del mismo en el territorio de Xadani, específicamente. Sin embargo, nunca escuché que los campesinos hablaran de los beneficios que llevaría la reforestación a los ecosistemas. Ellos dan por hecho que los ecosistemas se recuperan solos y que Dios cuida de ellos, nada tiene que ver el ser humano en ese proceso. Pero si comentaban la pérdida de especies, de animales que dejaban de existir en la región y de plantas o “matas” que ya no se reproducían en los campos. Cuando hacían esta reflexión llegaban a la conclusión que el ser humano si tenía que ver en ese “desorden” en la comunidad. Es decir, existen espacios en los campesinos donde un agente externo puede “sembrar” el interés por la conservación de los recursos naturales, pero se necesita paciencia. Un atributo poco conocido en el resto de la sociedad, porque el agente externo está “empujado y/o detenido” por la prisa o el retraso de los procesos burocráticos. Las instancias promotoras de la sustentabilidad otorgan permisos y financiamiento en tiempos imprevistos. En realidad, la burocracia no está acoplada a la recreación de la naturaleza, vive en un mundo de concreto donde lo más cercano a la naturaleza es una planta en una maceta puesta en una esquina –usada de cenicero, regularmente –y el título de la oficina que versa sobre la conservación de recursos naturales.

Observar está separación entre: un mundo eslabonado a los tiempos de recreación de la naturaleza y un mundo imbricado en la premisa de que el tiempo es dinero –léase leyes del mercado – me hizo comprender que cada sección de humanidad – tradicional y moderna – tiene sus tiempos para llevar a cabo proyectos. En primera instancia la tradicional poco conocimiento tiene de la crisis ambiental que vive el planeta y, para ser sinceros no le importa, su prioridad está en alimentarse. Por segunda parte, la moderna está conciente y sabe lo que esa crisis implica para la humanidad y el planeta entero. Cómo disminuir esa crisis ambiental es una de las premisas de la sociedad dominante, a la que le ha dado varios tratamientos: a) sacar a los habitantes donde los ecosistemas aún están en excelentes condiciones y convertirlos en parques ecológicos o áreas ecológicas restringidas; b) dejar a los habitantes de esos reductos en el lugar, pero asignarles el papel de guardianes del bosque, sin que tengan la posibilidad de tocarlos porque ya han sido patentados; y c) convertir a los habitantes de esos ecosistemas en socios en la empresa de la conservación y reconstrucción de los recursos naturales ubicados en ese territorio; pero que dentro de esa sociedad exista la posibilidad de generar microempresas sustentables que tengan como insumo los recursos naturales de la región.

Los dos primeros son parte de la mística del discurso del desarrollo sustentable institucionalizado; el último es parte y esencia del discurso del desarrollo sustentable alternativo. Es en este último que ubicó el CSE su proyecto; pero para concretarlo es necesario y de vital importancia conocer a fondo las características del socio en cuestión. Es en este sentido que se hace la siguiente reseña que responde a los objetivos específicos planteados. La distribución está de la siguiente manera: el inciso “a”, además de formar parte de los objetivos específicos trata de dar un panorama de la economía política regional, mostrando cómo logran mantenerse las comunidades dentro de su territorio cuando la tierra va perdiendo su fertilidad y la invasión al bosque es cada día mayor, en consecuencia los ecosistemas están siendo amenazados cada día más en el afán de sobrevivir. El inciso “b”, describe resumidamente la relación entre las comunidades y el CSE, cómo éste último logra “conquistar” a dos de ellas de manera exitosa y las razones porqué Xadani no acepta participar en la propuesta. El inciso “c”, narra qué transformaciones decidieron, los habitantes de las comunidades involucradas, hacer a sus procesos socioculturales y productivos. Cuáles fueron las fortalezas que adquirieron y los resultados concretos donde éstas se pueden observar. El inciso “d”, trata de proponer las estrategias que pudieran hacer un proyecto sustentable exitoso. Cómo aterrizar el concepto teórico del desarrollo sustentable alternativo, cómo coordinar dos culturas que caminan en rumbos diferentes con la recreación de la naturaleza. Por último en el inciso “e” se hace un análisis sobre la hipótesis planteada para poder decir finalmente que ésta fue cumplida parcialmente debido a varios aspectos que se generaron entre los actores, especialmente los externos: la falta de conocimiento de los usos y costumbres de los habitantes de la región; la burocracia de las instancias no gubernamentales y gubernamentales; la falta de un plan de desarrollo regional sustentable que defina la actuación y proyecto de cada agente externo para evitar “patadas bajo la mesa”; y tener presente, todos los actores, los tiempos de recreación de la naturaleza para estar a “tiempo” en su recuperación.