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Capítulo V.- El Centro de Soporte Ecológico y la participación de tres comunidades oaxaqueñas en su propuesta sustentable

La propuesta del Centro de Soporte Ecológico


A continuación se analizará la relación específica que se estableció entre el Centro de Soporte Ecológico y las tres comunidades sujeto de este trabajo. En primera instancia se describirá la propuesta del Centro de Soporte y la razón de porqué se involucró en un proyecto ecologista. En una segunda sección se describirán el tipo de UDCs que formaron parte del proyecto –se retoma lo analizado en los apartados anteriores para entender cómo entraron y salieron los campesinos de los programas que el Centro les llevó hasta su territorio.

Al impulsar una nueva forma de apropiación de los recursos naturales, las ONGs no sólo suscitan el fortalecimiento a nivel local, sino que muchas veces, se convierten en una fuente divisoria que cimbra las estructuras socioculturales internas de una comunidad. El Centro de Soporte Ecológico tuvo este papel dentro de las comunidades, porque su propuesta fue acogida principalmente por personas segregadas por los diferentes grupos elitistas rurales -líderes : religiosos, políticos y económicos. Cada uno, dentro de su contexto, los discrimina y los dejan con pocas oportunidades para continuar resolviendo sus problemas básicos, como es la alimentación y el derecho a recibir una atención médica adecuada.

La finalidad del CSE es propiciar una infraestructura que facilite el proceso de regeneración y conservación de los recursos naturales, mediante la participación prioritaria de las comunidades involucradas, así como de las diversas instancias oficiales y particulares.

Los inicios de la operación del Centro de Soporte Ecológico (CSE) se remontan al año 1992, cuando la filial de FONATUR llamada Baja Mantenimiento y Operación, solicitó a profesionales y académicos realizar una evaluación de los recursos naturales de la faja costera del Megaresort de las Bahías de Huatulco para su eventual uso sustentable. Durante el proceso también se evaluó la batería de pozos de agua que había perforado FONATUR en el río Copalita. En ese momento, después de realizar trabajos de observación el grupo de expertos encontró que existía una pérdida de un abatimiento en los niveles freáticos repercutiendo en la altura del nivel en los pozos de agua.

Los resultados de los trabajos de campo no fueron del todo alentadores; se encontró que se había extraído y se sigue extrayendo más agua de la que llega a los acuíferos. La filtración había disminuido notoriamente por la destrucción de la cubierta boscosa en la mayor parte del territorio. Los suelos estaban erosionados y seguirán erosionándose por la misma pérdida de la cubierta forestal y por prácticas agrícolas que favorecen la perdida de suelo. Las cuencas desforestadas y los cauces de los ríos están en un proceso de desertificación grave –ver foto 5. Las condiciones anteriores originaron que el agua desapareciera totalmente en varios ríos importantes de la costa y esté por desaparecer en los demás, a menos que exista un cambio substancial en los patrones de uso del agua y de uso del suelo (Paillés,1998). A partir de este hallazgo, el CSE estructuró una estrategia que contrarrestara la problemática ambiental que empezaba a mostrarse en la región Costa de Oaxaca.

La estrategia que diseñó el CSE está basada en un programa de reforestación de las tierras altas de la Costa para regenerar y conservar los bosques (Barkin y Paillés, 2000; Barkin y Paillés, 2002). Estas actividades están enfocadas a la producción de agua para incrementar el nivel de escurrimiento a los mantos freáticos. De esta manera, nace un proyecto con tintes ecológicos, pero debido a las circunstancias se convierte en un proyecto sustentable. La intención era disminuir la crisis ambiental, pero al mismo tiempo inducir, a los habitantes de las comunidades ubicadas en las inmediaciones de las cuencas de la Costa de Oaxaca, procesos productivos amables con la naturaleza. Los campesinos a través de una apropiación racional de los recursos naturales, tendrían la oportunidad de reconstruir sus sociedades.


El proyecto del CSE ha distado mucho de los programas fundamentados en el cuidado de la naturaleza dentro de parques ecológicos, donde la gente local no tiene cabida. Contrariamente, el proyecto es un catalizador de la recuperación de la vida digna de los habitantes. No tiene las características de los programas paternalistas y clientelares utilizadas por el gobierno-partido por más de 70 años. Sin embargo, una de las problemáticas que vive las propuestas del Centro es la restricción monetaria por los retrasos en las entregas de dinero; debido a los trámites burocráticos de las fuentes de financiamiento que la apoyan -organizaciones internacionales con representación nacional, las autoridades de gobierno a nivel nacional, estatal, municipal y local. La inclusión de organizaciones públicas y privadas hace que las propuestas ofrecidas por el CSE sean una propuesta alternativa porque involucran, dentro del proceso de la “producción de agua” (Barkin y Paillés, 2001) a todos los actores, tanto externos como internos, que pudieran ser beneficiados o afectados.

Por otra parte, la inducción de los programas en las comunidades de la Costa de Oaxaca tiene tres objetivos: a) reconstruir y conservar las cuencas y los bosques de la región; b) aprovechar de manera sustentable los ecosistemas; y c) acompañar a los habitantes de la región Costa de Oaxaca en la recuperación de su dignidad. El primer aspecto busca llevar agua a los mantos friáticos de manera constante, dentro del segundo y el tercero se busca dar a los habitantes de estas regiones la posibilidad de reconstruir sus sociedades a través de la apropiación de sistemas productivos complementarios, como alternativas que: a) les apoyen a subsanar el déficit de medios de consumo y producción; y b) diversifiquen su economía.

Los campesinos, a través de la propuesta del Centro, estarían recuperando los ecosistemas y utilizándolos de manera racional. Al mismo tiempo se van capacitando en tecnologías limpias, y actualizan sus tecnologías tradicionales en la cotidianidad, al ir resolviendo problemas prácticos. Hacer uso de los recursos racionalmente significa no tumbar un árbol; sino tomar las ramas resultantes de podas o cortar arbolitos que obstruyan el crecimiento de otros y posibles árboles que estén a punto de caer. Este proceso busca evitar la tala de los montes para venderlos al postor más cercano, que no es el que paga más regularmente. Además, busca diversificar su economía dentro del territorio para que no escojan la migración a los centros urbanos.
El programa de reforestación está fortalecido por sistemas productivos alternos. Estos tienen como insumo árboles de 10 cm de diámetro y ramas de árboles; las ramas y árboles son transformados en sillas, mesas, escritorios, atriles, y bats de béisbol – ver foto 7-; la técnica para muchos de los productos está fundamentada en la tecnología de madera laminada , evitando sacrificar un árbol para hacer puertas o escritorios grandes. El proyecto, no sólo toma en cuenta la reconstrucción de los bosques, sino también toma en cuenta aspectos como: el rescate de la fauna en peligro de extinción para su preservación y consumo local; las actividades encaminadas al ecoturismo manejadas por los mismos habitantes, la regeneración de las cuencas de los ríos a través de la siembra de pasto vetiver y la recuperación de la fertilidad de los suelos agrícolas por medio del frijol nescafé.