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Capítulo II.- Metodología cualitativa: una herramienta para conocer la respuesta de tres comunidades oaxaqueñas.

El trabajo de campo etnográfico


Teóricamente, el trabajo de campo etnográfico involucra la observación y estudio de cómo viene y va la vida de grupos y personas en cotidianidad. Esta actividad contiene dos aspectos diferentes: en primera instancia, el etnógrafo se adentra en el ambiente social con la intención de interpretar las actividades de la gente que se encuentra inmersa en él; sin embargo, el ambiente en su totalidad nunca se llega a conocer de manera íntima como se deseara. Aunque se logró tener un cierto vínculo social con los habitantes de las tres comunidades, se tuvo la conciencia de que la autora, nunca se convertiría en un miembro de las comunidades, ya que, después de terminado su trabajo, se dejaría la localidad. Sin embargo, a través de la convivencia se formaron lazos de amistad que llevaron a preguntar cuál era la postura más ética ante las comunidades para plasmar la información dentro de un documento. Se optó por escribir de una manera en la que se pudiera interpretar de la manera más fidedigna las palabras y pensamiento de los comuneros y comuneras.

Una de las desventajas que tiene la metodología cualitativa es la desviación de plasmar un relato neutro, debido a la posición (empatía o antipatía) entre el investigador y la gente; ésto puede generar información en un relato imaginario, donde se mezcle con facilidad la información ficticia o, por el contrario, una transmisión entrecortada, tediosa, sin interés, por parte del informante, ocultando datos y aspectos que a posteriori pueden ser valiosos.
En el caso de la que esto escribe, el pensamiento de dar a conocer la historia, sentimientos y formas de vida de los comuneros de la parte alta de la Costa de Oaxaca, fue pensar que era necesario contextualizar la vida cotidiana de los habitantes dentro de un marco cercano a la realidad, con el objeto de que se pudieran diseñar proyectos que estén más apegados a las concepciones que ellos tienen de sí mismos y de su entorno. Por lo tanto, la realidad fue escrita evitando dejar fuera información que en un momento determinado fuera relevante para la toma de decisiones, pero respetando las solicitudes de anonimato que los entrevistados hacen. Dentro de este contexto, en este documento se citarán las palabras textuales de los campesinos, pero se omiten los nombres porque ellos así lo pidieron. Sólo el nombre de Señor Julio Hernández se ha dejado tal cual porque él así lo ha permitido.

Una de las características principales de la investigación etnográfica es las relaciones de amistad entre el investigador y el investigado. El primero se sumerge en el nicho ecológico que pretende estudiar y vive con los informadores-colaboradores, experimentando a su lado el fruto de sus actividades. La mejor manera de comprender la significación de los comportamientos que se producen en un determinado contexto es la de participando en ese entorno, desempeñando roles semejantes para conocer cercanamente la cultura de la que participan los sujetos de estudio. Esta connotación de involucramiento hace que la etnografía se distinga de otros tipos de investigación, porque se adscribe a modelos de investigación cualitativa que denotan procesos inductivos, generativos, constructivos y subjetivos; a diferencia de los modelos de investigación cuantitativos cuyos estudios son deductivos, verificativos, enumerativos y objetivos. Lo anterior, no expresa que ambos modelos no participen en un espacio común de decisiones, tocantes al proceso de investigación, esto es: 1) desarrollo del estudio dentro o independientemente de una teoría o marco teórico; 2) selección de fuentes de datos que posibiliten el análisis del estudio, y asunción de un rol hacia las fuentes de datos seleccionados; 3) desarrollo de procedimientos de recopilación de datos de esas fuentes; y, 4) análisis de los datos obtenidos según su relevancia para el estudio. En este sentido, el trabajo de documentación, para esta investigación, se realizó a través de la revisión de diferentes fuentes de datos, tanto cuantitativos como cualitativos. Durante esta revisión se encontró que existe una carencia de información sobre esta región de Oaxaca.

Los campesinos suponen que los investigadores no han incursionado en su territorio debido a la concepción que la geografía del lugar no es propicia para diseñar propuestas productivas a largo plazo; contrariamente, quienes han incursionado en esos territorios han sido personas que buscan las maderas preciosas que la Selva Baja Caducifolia genera, dando en consecuencia una tala inmoderada de madera impulsada, en los últimos años, por los contratistas que construyen el corredor turístico de Bahías de Huatulco. Los que han participado activamente en la propuesta del Centro de Soporte Ecológico piensan que sí podría establecer una estrategia de apropiación de los ecosistemas de una manera más racional y que, al cabo de unos años, ellos podrían ver los frutos de esta nueva relación sus recursos naturales. Sin embargo, también hay personas que piensan que sembrar arbolitos es una pérdida de tiempo porque la naturaleza se encarga de hacer ese trabajo, además, “Dios creó las cosas para beneficio del hombre”.

Entonces, para conocer los procesos de aceptación o rechazo se debe tomar en cuenta, las emociones y sentimientos del campesino ya que éstos nos encaminarían a reconocer los aspectos que harán que los habitantes se apropien de las propuestas con el menor “dolor” posible y saber, también, si ellos consideran a la propuesta la vía más idónea para que ellos reconstruyan su proyecto de vida. Max-Neff (1993) sugiere que una propuesta de desarrollo tiene sinergia cuando cubre necesidades de características existenciales como el entendimiento, la protección, la participación, el afecto y la subsistencia y están combinadas con las necesidades de características axiológicas de ser, tener, hacer y estar. A través de su trabajo dice que los proyectos –las propuestas externas- deben estar compuestos de satisfactores efectivos que cubran con diferente magnitud la mayoría de ellas. Es este, el cause que se toman dentro de este trabajo, los factores mencionados arriba; son los que se pretendieron resaltar para conocer la reacción de las comunidades ante las ofertas del agente externo. Por ejemplo, las comunidades conciben la autonomía como una manera particular de impartir justicia, la que ejercen para resolver sus problemas cotidianos a través de sus formas tradicionales de gobierno, mismo que es, en realidad, un satisfactor que cubre varias necesidades como es la de protección, creación e identidad . En este sentido se trata de conocer, si el proyecto propuesto por el Centro se articula con las concepciones específicas que tiene la comunidad de esos satisfactores, para que estén la disposición de participar de manera activa en alternativas traídas desde el resto de la sociedad.

El tratar de “medir” la percepción anterior, dentro del contexto de la aceptación o rechazo de las propuestas de sistemas productivos complementarios fue un trabajo complejo. Por lo tanto, para hacer una incursión dentro de una posible “medición” fue necesario utilizar un método menos “fotográfico” de cuestiones materiales, con un significado importante para el resto de la sociedad, pero que nos, dejaría entrever el pensamiento de los campesinos. Sin embargo, se corre el peligro de que la dilucidación de esos aspectos subjetivos se entrelace, en algún momento, con la “cosmovisión” personal del encuestador o investigador, al aplicar las herramientas cualitativas. Específicamente porque éste lleva un bagaje de concepciones personales adquiridas a través de su percepción de la vida desde la niñez hasta el momento en que realiza la investigación. Es decir, lleva entre sus pliegues teóricos y pragmáticos un paradigma estructurado que usará como filtro para definir lo que trata de conocer o “medir” sobre el “objeto” de estudio. La postura que se tomó fue la propuesta que tiene Glesne (1998:5) quien dice que: “el investigador se debe concebir asimismo como un interpretador ”. Propone que los interpretadores sean “los que asumen que se enfrentan con múltiples cualidades y realidades socialmente construidas, complejas e invisibles dentro de las variables discretas. Consideran que [el] trabajo de investigación es una manera de entender e interpretar: cómo varios participantes en un espacio social construyen el mundo alrededor de ellos”. Esto significa, interactuar con todas las personas significativas o importantes para los habitantes locales lo que enriquece la visión y permite tener una percepción amplia del impacto o impactos que pudieran darse al proponer un sistema que invita, a ver los ecosistemas del territorio de manera diferente.

La propuesta del Centro es un “objeto” socialmente extraño dentro de las sociedades rurales como lo es el investigador, quien en su momento se convierte en el instrumento principal de la indagación porque a medida de que observa, participa, hace preguntas, entrevista e interactúa con los habitantes, conoce de primera mano los sentimientos y pensamientos de los habitantes locales. En este trabajo de investigación se procuró interpretar, lo más apegado a la realidad, la información recopilada . Sin embargo, se toma en cuenta la sugerencia hecha por Lewis (1968), de repetir el estudio social de las mismas comunidades por otro investigador, en otro tiempo para así poder llenar los espacios que en algún momento se omitieron.

Es, en este último contexto, en el que este proyecto de investigación se desarrolla: en conocer sí las propuestas que está llevando a cabo el Centro de Soporte Ecológico están dentro de la corriente alternativa de la sustentabilidad, que promueve el respeto a las diferentes diversidades que se conjugan dentro de un territorio. Esto sólo se logrará saber a través del grado de aceptación y rechazo que tengan los habitantes al proyecto, y las transformaciones que el entorno social y ecológico llegue a presentar en diferentes momentos.