La aportación de Von Thünen[1].

 

El autor alemán diseñó un modelo explicativo de la localización de los cultivos en un espacio homogéneo en torno al mercado en el que se intercambiarían los productos, que estaba representado por la ciudad. Así, contaba con una población aislada, abastecida con los cultivos de los alrededores, y unos productos surgidos de la tierra, que diferían en rendimiento por hectárea y coste de transporte, y que podían ser cultivados con distinta intensidad.

 

A partir de estas premisas, dos eran las preguntas a las que se trataba de dar respuesta: ¿cómo habrían de ser distribuidas las tierras de los alrededores de esa población para minimizar los costes globales resultantes de producir y transportar una determinada provisión de alimentos hasta la población?, y ¿cómo acabaría por repartirse la tierra si se permitiera una competencia sin control entre agricultores y terratenientes, en la que cada cual actuara pensando únicamente en su propio provecho?

 

La competencia entre agricultores se traduciría en el establecimiento, sin necesidad de organización previa, de un gradiente de arrendamientos[2] de la tierra. Así, el coste de los arrendamientos iría descendiendo desde el máximo registrado junto a la población hasta el cero correspondiente al final de la zona cultivable.

 

Cada agricultor debería elegir entre pagar más por la tierra, o hacerlo en concepto de costes de transporte de los distintos productos a la ciudad. Teniendo en cuenta que el coste del transporte y el rendimiento de la tierra varían en función de los cultivos, el resultado corresponde a un modelo de anillos concéntricos de producción (gráfico II.3).

 

 

Las “ofertas de pago de arrendamientos” por parte de los agricultores dependen de los costes de transporte para los distintos tipos de mercancía producida. Así, el gráfico II.3 muestra como los agricultores que se dedican a las verduras, están dispuestos a ofrecer mayor renta para la tierra muy próxima al centro, que la ofrecida por los que cultivan trigo o crían ganado. Los propietarios de la tierra aceptarán las mejores ofertas recibidas, y, en torno a la ciudad, sin planificación previa alguna, surgirán un primer anillo de tierras de cultivo de verduras, un segundo dedicado al trigo y un tercero especializado en la cría de ganado.
 

En definitiva, dados los supuestos de un espacio uniforme y homogéneo, las técnicas de producción, los costes de transporte y los precios relativos de productos y factores, las localizaciones óptimas corresponden a zonas anulares en torno al centro o mercado, lugar encarnado por la ciudad.

 

Sin embargo, este modelo de Von Thünen no puede explicar el uso de la tierra cuando se introduce en el modelo la evolución dinámica de la población o poblaciones, su número y sus dimensiones. Mills hizo un primer intento cuando adaptó el modelo de Von Thünen, sustituyendo a los campesinos por los empleados que se desplazan a la ciudad a diario, y el pueblo aislado por un centro comercial y de oficinas de una ciudad moderna.

 

Mills obtuvo conclusiones similares a las del autor alemán, prediciendo entonces un modelo monocéntrico de ciudad, en el que la gente quedaba distribuida en una estructura de anillos concéntricos, sin necesidad alguna de planificación urbana centralizada. La evolución real de la estructura urbana poco tiene que ver con las predicciones de Von Thünen o de Mills: predomina la estructura policéntrica[3] en la autoorganización del área urbana, sin que pueda encontrarse explicación a este fenómeno a través de la consideración única de la distribución de arrendamientos del suelo.


 


[1] Von Thünen, J.H., op. cit., 1826.

 

[2] Renta en la terminología clásica.

 

[3] Se habla de 16 “edge cities” en la ciudad de Los Ángeles.

 

 

Este texto forma parte de la tesis doctoral "El factor espacial en la convergencia de las regiones de la Unión Europea", de Mª Amparo Toral Arto, cuyos datos y texto completo son accesibles desde la
FICHA DE LA TESIS

 

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