El desarrollo autóctono.

 

El enfoque teórico del desarrollo autóctono entronca con el concepto de distrito industrial, si bien su respuesta al contexto económico común de globalización económica resulta más completa. Considera que el desarrollo económico se produce como consecuencia de la aplicación del conocimiento en los procesos productivos y la utilización de las economías externas que se generan en los sistemas productivos y en las ciudades, lo que permite que se produzcan rendimientos crecientes y, por tanto, crecimiento económico.

 

Los procesos de desarrollo se producen mediante la utilización del potencial y del excedente generado localmente y la atracción, eventualmente, de recursos externos. La iniciativa y el control que los actores locales realizan a través de sus respuestas estratégicas favorecen los procesos de transformación de las ciudades y regiones.

 

En definitiva, la teoría del desarrollo autóctono considera que en los procesos de desarrollo “intervienen los actores económicos, sociales e institucionales que forman el entorno en el que se desarrolla la actividad productiva y, entre ellos, se forma un sistema de relaciones productivas, comerciales, tecnológicas, culturales e institucionales, cuya densidad y carácter innovador va a favorecer los procesos de crecimiento”[1].

 

Destaca, en particular, dentro de este desarrollo teórico, el papel desempeñado por las ciudades como espacio de los procesos de crecimiento: las ciudades propician la generación de externalidades, favorecen la diversidad en la producción, fomentan la interacción y la formación de redes, crean lugares de encuentro entre todo tipo de actores en incentivan los procesos de innovación. En este nuevo contexto de globalización, las jerarquías urbanas, basadas en el tamaño de los asentamientos, tienden a debilitarse, y surgen otras nuevas, relacionadas con el potencial de desarrollo de cada ciudad, anteriormente estudiado.

 

El segundo papel clave, junto con aquél desempeñado por la ciudad, corresponde a las infraestructuras de comunicación y equipamientos públicos, en tanto que instrumentos indispensable para el funcionamiento del sistema productivo[2].

 

Las teorías del desarrollo autóctono, en definitiva, promueven acciones políticas destinadas al mejor aprovechamiento de los recursos locales, fomentando la flexibilidad productiva y la organización en redes tanto de las empresas locales como entre ciudades, bien comunicadas a través de infraestructuras adecuadas, de forma que cada empresa, de forma conjunta con su red local de empresas aliadas y su entorno regional, resulta competitiva a nivel mundial.


 


[1] Vázquez Barquero, A., Desarrollo, redes e innovación: lecciones sobre desarrollo endógeno. (Madrid: Pirámide), 1999.

 

[2] Chisholm, M, Regions in Recession & Resurgence, (Londres: Unwin Hyman) 1990.

 

 

Este texto forma parte de la tesis doctoral "El factor espacial en la convergencia de las regiones de la Unión Europea", de Mª Amparo Toral Arto, cuyos datos y texto completo son accesibles desde la
FICHA DE LA TESIS

 

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