LA FORMACIÓN SOCIO-HUMANISTA-ASISTENCIAL EN SALUD

LA FORMACIÓN SOCIO-HUMANISTA-ASISTENCIAL EN SALUD

Renán García Tamayo
Universidad de Oriente, Cuba

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1.3- Caracterización de la situación actual en la formación socio-asistencial en la comunidad del profesional de la salud, mediante la valoración crítica en la atención gerontogeriátrica
Desde el análisis epistemológico del proceso de formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud y su gestión, a continuación se puntualiza en la situación actual del el mismo en relación a la gerontogeriatría. En tal sentido para el diagnóstico que se concreta, desde el materialismo dialéctico, se tiene en cuenta la hermenéutica, (Matos y Fuentes: 2008, Matos y cruz: 2011).
Es entonces que por diferentes procedimientos (ver anexos) entre los que se encuentran las encuestas a pacientes y familiares en la comunidad, las entrevistas a profesionales y directivos, las observaciones de diferentes procesos en la atención comunitaria, la revisión de la bibliografía y de documentos así como la sistematización de experiencia, se develan las siguientes manifestaciones que potencian las dificultades e insuficiencias:

  • En el insuficiente tratamiento espiritual gerontogeriátrico por los profesionales de la salud: muchos profesionales del sector en su labor asistencial socio-comunitaria al paciente, a la familia y a la propia comunidad, carecen de habilidades, conocimientos, valores y valoraciones; relacionados con la esencia y la condición humana desde los presupuestos que se asumen, mermando la sensibilidad humana en el trato al paciente, el respeto a la dignidad del mismo, a sus creencias e ideología, lo que se muestra en la insatisfacción sustentada en las entrevistas y las encuestas expuestas en los anexos y que está relacionada con las insuficiente atención espiritual, que emana no solo de los profesionales de la salud sino de casi toda la comunidad investigada.

Los profesionales en la atención gerontogeriátrica, en la mayoría de las oportunidades se centran en los aspectos biológicos y ecológicos y cuando atienden las cuestiones psicológicas, estos dejan fuera la espiritualidad en su vínculo con lo que cada individuo es, sabe, hace y cómo conviven, su ideología, sus creencias, además apenas se tiene en cuenta su actividad en cuanto a cómo se comunican, lo que ellos conocen, sus valoraciones ante determinadas situaciones de salud, ni sus acciones transformadoras, y ello merma en ese sentido la sensibilidad espiritual y la ética humana, así como el respeto a la dignidad del paciente la familia y la comunidad.
Cuando son atendidos, se es poco sensible con los compromisos del individuo que envejece o está envejecido en su contexto de desarrollo y se focalizan para lo que el que atiende, está comprometido en su especialidad, eso acarrea incumplimiento con la flexibilidad en la atención social y espiritual de los individuos.

  • En la escasa comunicación y relación entre el paciente y el profesional en el tratamiento a los problemas de salud en relación con la gerontogeriatría se manifiesta en las intervenciones asistenciales con el paciente y la familia en la comunidad, cuando adolece de un escaso desarrollo de una sensibilidad comunicativa hacia la actividad humana y profesional del paciente en su entorno y en consecuencia, la comunicación, la valoración, la cognición y la transformación cultural que dependen de la espiritualidad se hacen insuficientes. En ese sentido la labor asistencial en el ejercicio profesional en las comunidades carece de acciones en la que se tenga en cuenta la totalidad de la naturaleza humana como debe ser realmente asumida, apartándose de ese modo de los aspectos espirituales.

Numerosas consultas observadas en la atención al individuo que sobrepasa los sesenta años, casi solo se focalizaron al cuándo, cuánto y qué comió, qué enfermedades padece y qué tratamiento es impuesto, cómo se conduce físicamente y si es o no independiente en sus labores de conservación (alimento, baño otros cuidados materiales). Esto se manifiesta más, cuando se restringe la atención gerontológica a valoraciones por la escala de evaluación funcional que más se usa en Cuba,  la cual consta de 13 ítems, (ver anexos) donde se resume la valoración geriátrica, y a pesar  de ser aprobada por el Ministerio de Salud Pública, no aborda la sensibilidad y especificidad de los aspectos espirituales mencionados.
También cuando se usa la escala de Katz y Lawton así como la de Brody para medir grado de dependencia poco se tiene en cuenta la esencia y la existencia del humano como totalidad (ver anexos).
En y durante la comunicación, los que atienden al paciente que envejece o está envejecido muchas veces se comportan poco empáticos y resilientes, en muchas ocasiones se tiene un solo sentido, donde hay un solo emisor y el atendido se comporta como receptor solamente. (Así hemos visto expresarles “Haga solamente lo que yo le oriento y le digo, nada más, que somos los capacitados para eso”).   

  • En la limitada solución a los problemas que se presentan en relación con el envejecimiento y la longevidad en las intervenciones comunitarias del profesional de la salud: se expresa en los profesionales recién graduados fundamentalmente, ya que en su mayoría por sí solos, no son los suficientemente independientes para resolver los problemas más comunes y cotidianos en su esfera de actuación comunitaria en relación con un envejecimiento saludable y una longevidad satisfactoria mediante las intervenciones asistenciales, tampoco la espiritualidad es suficientemente tenida en cuenta en la labor asistencial individual y social por los profesionales de la salud y cuando se intenta efectuar, carecen de un enfoque humano-cultural en relación a la esencia y la existencia, lo que afecta negativamente la sensibilidad humana, el amor, la flexibilidad, la ética, entre otros aspectos, por lo que no satisface a cabalidad las expectativas espirituales de pacientes individuales y la comunidad en su conjunto.

En muchas oportunidades los profesionales no son capaces de tener independencia creativa para resolver problemas de salud en la comunidad donde laboran, y esperan ser orientados por instancias superiores que trazan por otro lado acciones y estrategias descontextualizadas, lo que trasciende a aspectos espirituales.  

  •  En la poca presencia de profesionales de la salud adiestrados o especializados en el servicio de la atención gerontogeriátrica. Se  muestra en los pocos optantes por la Especialidad de Geriatría y Gerontología así como la Maestría en Longevidad Satisfactoria, lo que se traduce en el escaso número de estos graduados para influir en el envejecimiento saludable y la longevidad satisfactoria, quedando demostrado en los anexos donde se expone además el número de estos especialista en Cuba y el territorio en que se investiga, así como el número de instituciones destinadas a esas funciones en relación a la cantidad de gerontes. 

Todo lo anterior se concreta en que el nivel de vida, la calidad de vida y el bienestar social de los individuos que envejecen y pasan de los sesenta años de edad no sean los adecuados y permite que se resuma en sentido general, que en el contexto donde se desarrolla el investigador existe una insuficiencia en la atención socio-asistencial en los procesos de salud por los profesionales de la salud, lo que limita la satisfacción espiritual comunitaria trascendente a cualquier otro problema de salud.

  • Procesos de la formación destinada al desarrollo socio-asistencial del profesional de la salud en la comunidad

Con la municipalización (contextualización) y universalización (globalización) en el contexto de la III Revolución Educacional de la Educación Médica Superior (EMS), la formación del profesional de la salud se ha extendido a nuevos contextos de la (APS) controlada, fiscalizada y guiada por los policlínicos comunitarios, personalizada en sus funcionarios docentes (subdirector docente, profesores del grupo básico de trabajo (GBT)metodólogos” y otros) y asistenciales (directores de áreas, subdirectores de asistencia médica, grupos multidisciplinario de atención a los diferentes programa de salud, entre otros). Estos han de garantizar la formación del profesional de la salud en todos sus niveles.    
En correspondencia con la caracterización y sustentos teóricos hasta aquí asumidos sobre el desarrollo socio-asistencial en salud en la labor comunitaria del profesional de la salud como proceso y sus procesos a desarrollarse en la comunidad y asumiendo los resultados de los estudios del CeeS (Estrabao: 2006) en vínculo con los presupuestos referentes a las intervenciones asistenciales en salud que permitieron caracterizar epistemológicamente el objeto y el campo, se valoran a nivel académico los siguientes procesos y su caracterización actual, lo que permite un acercamiento a la causas que condicionan las deficiencias asistenciales :

  • Proceso de formación de: médicos, enfermeras, tecnólogos, psicólogos y estomatólogos cuya preparación pertinente a una cultura en salud gerontogeriátrica con carácter socio-asistencial es insuficiente en la práctica comunitaria en los momentos actuales, ya que no es adecuadamente generalizada ni sistematizada en la educación en el trabajo comunitario como parte de una totalidad formativa de los profesionales salubristas, y a pesar de estar en el discurso aún los recién-graduados carecen de habilidades asistenciales sensibles con la espiritualidad del ser humano en la labor actual de estos profesionales, lo que se develó concretamente en las manifestaciones fácticas obtenidas mediante la observación, las entrevistas y las encuestas.
  • Proceso de formación de: especialistas en geriatría y gerontología, másteres en longevidad satisfactoria como específicos de la cultura, además de cursos, diplomados y adiestramientos para el desarrollo de la misma; pero también otros especialistas desde cuya cultura puedan influir en satisfacer las demandas de salud, mediante intervenciones asistenciales, que no son suficientes en pleno ejercicio de la profesión comunitaria.

Hoy por los problemas socio-económicos, entre otros, existe una desmotivación en estos procesos formativos y por otro lado los programas de formación de los diferentes especialistas no desarrollan suficientemente los contenidos referentes a dicha formación, porque la sistematización y la generalización de la misma no se desarrolla en correspondencia a lo que la sociedad demanda espiritualmente y casi no se aplican intervenciones asistenciales formativas en comunidad de manera totalizadora, en las que exista una profundización humano-cultural y de sensibilidad espiritual en la asistencia comunitaria.

  • Proceso de investigación y de servicios científico–técnicos, destinado a crear, transformar y revolucionar la cultura socio-asistencial en salud en pleno ejercicio comunitario a los que pueden prestársele una mayor atención en su vínculo con los demás procesos en comunidad, pues a pesar de hacerse por los residentes de la especialidad (geriatría y gerontología), así como los maestrantes (longevidad satisfactoria) y más reciente aún, en tesis doctorales como la de Clemente (2010) y Verdecia. (2010) poco se vinculan con la formación del profesional de la salud en pleno ejercicio comunitario en sentido general y a pesar de que muchas investigaciones de maestrías y de especialistas en Medicina General Integral se enfocan a las intervenciones asistenciales, éstas no tienen un sustento teórico propio desde lo humano-cultural que devele una didáctica específica que desarrolle la sensibilidad espiritual.
  • Proceso de extensión a la comunidad, mediante la proyección y la difusión de la cultura socio-asistencial en salud en pleno ejercicio del profesional en el seno de la comunidad, lo que hoy no es suficiente y es apreciado por las insuficientes intervenciones de los profesionales, que deberían ser pertinentes a las demandas de una sociedad que inevitablemente envejece y padece además de múltiples problemas de salud.

En ese sentido a pesar de hacer extensión universitaria a la comunidad, esta no se hace mediante una pedagogía en consecuencia, que tenga en cuenta aspectos didácticos propios, cuando más se trata, se traslada sin sustentos científicos una didáctica descontextualizada al asumir la pedagogía de la educación primaria o media.
Tampoco las intervenciones que se hacen, tienen un suficiente vínculo con la esencia y la condición humana desde los presupuestos que asume este investigador que retroalimente la sensibilidad espiritual en la formación del profesional en la propia comunidad.

  • Proceso de dirección de los recursos humanos. Encaminados a fomentar la cultura socio-asistencial en salud en ejercicio comunitario, mediante las preparaciones científico-metodológicas y la gestión del los profesores encargados de desarrollar esos contenidos en la labor comunitaria, y a pesar de hacerse gestiones al respecto, aún la motivación para su desarrollo no está lo suficientemente desarrollada.

Faltan acciones encaminadas a desarrollar un pensamiento pedagógico y didáctico en todos y cada uno de los profesionales de la salud para que en todo su accionar comunitario concienticen la formación en salud con sustento socio-asistencial que tenga en cuenta en la labor comunitaria lo esencial y lo existencial del ser humano.

  • Proceso de gestión de recursos materiales y financieros, que logísticamente garanticen el proceso para el desarrollo socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud por los profesionales, lo que en la actualidad no es suficiente. Esto queda develado cuando se muestra la ínfima relación que existe cuando en Cuba hasta el año 2012 solo había 266 geriatras y en Contramaestre, solo uno actualmente para una población que pasa del 17% de personas mayores de sesenta años en relación con la población total. Por otro lado las instituciones destinadas a la atención gerontogeriátrica solo alcanzan para atender alrededor de 100 ancianos; se le presta insuficiente atención política al desarrollo de los círculos de abuelos y a la universidad del adulto mayor.       

En lo que se ha venido develando, existen dificultades que evidencian un insuficiente desarrollo cultural socio-asistencial-formativo de la gerontogeriatría por y en el profesional de la salud en su plena labor comunitaria, lo que lacera el desarrollo de conocimientos, habilidades, valores y valoraciones para un buen desempeño profesional y humano en solventar las demandas de una sociedad que envejece. Así no se ha visto, ni teórica ni metodológicamente acercamiento que integre de manera holística la formación socio-asistencial en salud del profesional en comunidad en relación con la esencia y la condición humanas ni para este ni para ningún otro aspecto de salud.
Por otra parte se asume que el desarrollo socio-asistencial-formativo en comunidad de la gerontogeriatría como cualquier otro aspecto cultural en salud como proceso, demanda establecer la interacción más directa entre los implicados y por tanto se concretan los supuestos de salud, de una planificación de los contenidos que se desarrollan a partir del reconocimiento de su realidad, desde la cultura y la espiritualidad de los implicados, como expresión del contexto en unidad con la sistematización de la cultura universal, lo que hace indispensable una formación contextualizada y universal, aún insuficiente.
En otras palabras, que se desarrollen en labor y práctica comunitaria sus capacidadades transformadoras humanas en lo socio-asistencial dadas en su saber, hacer, ser y convivir, que se expresen en la actividad transformadora, cognitiva, valorativa y comunicativa y sus cualidades humanas y profesionales esenciales de compromiso, flexibilidad, trascendencia y amor, en lo social y profesional. Todo ello se manifiesta en su autoestima, autonomía, independencia, sensibilidad humana, entre otros aspectos, que requieren de una atención inmediata.
Reconociendo además la naturaleza humana dada en lo biológico, lo ecológico, lo social y lo espiritual, cuestiones no tenidas lo suficientemente en cuenta para la formación profesional socio-asistencial en salud en su pleno ejercicio profesional en comunidad.
Lo anterior muestra que no se es todavía lo suficientemente consecuente con la praxis comunitaria del profesional del la salud y sus potencialidades formativas, lo que se concreta en las deficiencias develadas luego de hacer un análisis hermenéutico de los métodos utilizados para la obtención de los datos primarios.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, el autor se permite plantear que las deficiencias e insuficiencias develadas son una expresión particular de la cultura salubrista en general, específicamente en lo referente a los aspectos comunicativos,  la independencia creativa y las intervenciones comunicativas para desarrollar la cultura socio-asistencial y humana del profesional de la salud  en comunidad.
En consecuencia con el enfoque hermenéutico el investigador, luego del análisis realizado en los apartes anteriores, asociados a los métodos para la obtención del dato primario, arriba  a las causas que le explican las manifestaciones fácticas lo que se identifica y se concreta con el diagnóstico causal develado en la introducción de este informe.
Todo lo expuesto permitió develar un deficiente desarrollo de una formación socio-asistencial en salud en los profesionales del sector en la práctica comunitaria como modalidad de formación postgraduada continua y permanente, que limita el desempeño pertinente con el tratamiento a un envejecimiento saludable y una longevidad satisfactoria. Esto muestra una contradicción epistémica dada entre el desarrollo de la cultura socio-asistencial en los procesos formativos del profesional de la salud y la gestión formativa en el contexto de intervención socio-profesional en comunidad.
El análisis epistemológico, lógico, ontológico, praxiológico y axiológico de este objeto ha permitido entonces develar, como inconsistencia epistémica: los insuficientes referentes teóricos(modelo) y metodológicos(estrategias) para relacionar un enfoque didáctico integrador entre la cultura salubrista y su desarrollo a través de una gestión desde la condición humana, que desarrolle competencias encaminadas a una correcta intervención socio profesional desde la formación del profesional de la salud en ejercicio comunitario.
Conclusiones del capítulo-1
La utilización del método histórico lógico permitió determinar los antecedentes en el proceso formativo del profesional de la salud referente al desarrollo socio-asistencial en relación a la gerontogeriatría para la formación de competencias profesionales y también  humanas, que se logró periodizar. Esto  permitió introducirse en aspectos más generales y esenciales relacionados con la salud, ya que al que envejece y el que sobrepasa los sesenta años de edad le es inherente cualquier problema de salud.
El análisis histórico permitió develar una tendencia para transitar hacia nuevos estadios en la gestión formativa socio-humanista en comunidad del profesional de la salud, sustentados en la esencia y la existencia del humano, que aún es insuficiente en los aspectos espirituales y poco contextualizados hacia la formación en el propio ejercicio comunitario del profesional de la salud.
El análisis de las concepciones teóricas de la gestión para la formación socio-asistencial de la salud en comunidad relacionadas con la gerontogeriatría desde el punto de vista ontológico, epistemológico, lógico, axiológico y praxiológico, permitió analizar los principales presupuestos, a saber:

  • La importancia de la gestión para el desarrollo de la formación socio-asistencial en salud estriba en la capacidad de la interpretación totalizadora de dicho proceso.
  • La gestión para el desarrollo socio-asistencial del profesional de la salud en general y en vínculo a la gerontogeriatría en particular, está en estrecha relación con el considerar la esencia y la condición humanas, donde se tengan en cuenta las necesidades y potencialidades espirituales del contexto que haga posible un proceso de formación en la labor comunitaria.

El diagnóstico realizado permitió determinar las principales insuficiencias de la formación del profesional de la salud pertinente al desarrollo socio-asistencial en comunidad, de la salud en general y de la gerontogeriatría en particular.
El análisis crítico de la situación actual para el desarrollo socio-asistencial en salud en comunidad revela la necesidad de contribuir a un proceso formativo del profesional de la salud pertinente con el logro de un envejecimiento saludable y una longevidad satisfactoria que trascienda a la apropiación de dicha cultura en el ejercicio de la profesión en la comunidad, teniendo en cuenta los valores más universales de compromiso, flexibilidad, trascendencia y amor, con gran sensibilidad espiritual en los contextos de universalización y municipalización de la educación superior.
Mediante los juicios, razonamientos y conceptos, junto a la inducción y deducción mediadas por la abstracción y la generalización fue posible analizar y sintetizar que los problemas relacionados con una cultura gerontogeriátrica en su desarrollo socio-cultural-formativo-asistencial en comunidad, trascienden a cualquier problema de salud, lo que permite pensar en una propuesta teórica más abarcadora y trascendente que se desarrollará en el siguiente capítulo.