LA FORMACIÓN SOCIO-HUMANISTA-ASISTENCIAL EN SALUD

LA FORMACIÓN SOCIO-HUMANISTA-ASISTENCIAL EN SALUD

Renán García Tamayo
Universidad de Oriente, Cuba

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2.2  Estrategia de gestión para la formación socio-humanista-asistencial en salud
Se puede proponer entonces una estrategia de gestión para la formación socio-humanista-asistencial en salud en plena labor comunitaria a partir de las relaciones y regularidades que emanan de la modelación teórica (abstracción) como expresión de una comprensión, explicación e interpretación generalizadora de la gestión formativa socio-humanista-asistencial en el ámbito comunitario. Inspirada en una visión proactiva, que parta de la concepción de premisas y requisitos culturales y espirituales relacionados con las regularidades de la teoría aportada, en relación con la práctica asistencial en el ejercicio de la profesión y con el trabajo comunitario. Ello  permite la construcción de un conocimiento científico, así como la definición y logro de objetivos con carácter trascendente, posibilitando el cumplimiento de los objetivos estratégicos como intencionalidad a través del desarrollo de los subprocesos que lo contienen. Estos procesos son: el subproceso docente, el subproceso científico-investigativo, el subproceso gerencial y el propio proceso asistencial.
Por tanto, a través de la estrategia de gestión para la formación socio-humanista-asistencial en salud se viabiliza la profundización cultural socio-humanista y la apropiación de la cultura asistencial en salud en un trabajo comunitario del profesional y en su práctica asistencial formativa.
Todo lo anterior es mediado por la sistematización formativa socio-humanista-asistencial en la labor comunitaria de ese profesional, como relación necesaria y trascendente, al ser expresión del desarrollo de su cultura consecuente con el carácter humano y cultural de la formación socio-asistencial, todo lo cual está sustentado en el desarrollo contextual y universal de una gestión formativa asistencial social y humana de ese profesional, que es síntesis de la práctica asistencial formativa y del trabajo comunitario que desarrolla la formación de funciones socio-laborales y la formación de competencias profesionales y humanas de forma continua y permanente en el propio ejercicio comunitario del profesional de la salud.
En esta estrategia al decir de Fuentes H (2012) “…se establece una ruptura con la tendencia de trasladar los modelos de estrategia empresarial a las instituciones de carácter social, pues se parte de considerar que las empresas se fundamentan en la búsqueda de beneficios, lo cual condiciona todo el planteamiento en la determinación de la misión, la visión y los objetivos, mientras que en instituciones de carácter socio-formativo…, (como es el caso de la universidad médica en la formación socio-humanista-asistencial en comunidad del profesional de la salud) …se desarrollan sobre la base de la contradicción entre preservar, desarrollar, difundir, crear, transformar y revolucionar la cultura…” en salud, lo cual constituye una premisa en la elaboración de esta estrategia.
Al diseño de esta estrategia le es inherente una visión de futuro en el desarrollo de la sistematización formativa socio-humanista-asistencial en la labor del profesional de la salud en la comunidad, desde una flexibilidad que logre dar respuesta a las crecientes demandas de salud en el propio desarrollo contextual comunitario de esta cultura, para insertarse en la construcción de la cultura universal, a su vez enriquecedora de lo contextual inicial como presupuesto esencial.
De ese modo se favorecerá la respuesta de la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud al desarrollo de los procesos que en ella se dan, particularizándose en la región y el territorio donde esta se inserta, singularizándose para un contexto comunitario determinado en relación con el centro de educación médica superior dado y en sus entidades docentes-asistenciales de la comunidad, (policlínicos, consultorios del médico de la familia, casas de abuelos, hogares de ancianos, salas de fisioterapia, entre otros) en correspondencia con las premisas y requisitos que prevean tanto el actual desarrollo como los escenarios futuros en el pleno ejercicio de los profesionales de la salud en la comunidad.
Se parte entonces de concebir esta estrategia a partir de la elaboración de una serie de procedimientos relacionados dialécticamente y que tienen su sustento en las relaciones esenciales del Modelo de Gestión Formativo Socio-humanista-asistencial en Salud en el Ámbito Comunitario, al ser éstas contentivas de un nivel de esencialidad que garantiza el grado de sistematización y generalización necesarios, en tanto es posible especificar su aplicación desde las acciones previstas en la propia estrategia.
Lo anterior posteriormente se concreta en el diseño de estrategias particulares coherentes con los niveles fundamentales que se proponen, lo cual facilita instrumentar los presupuestos epistemológicos concebidos para cualquier contexto, en tanto su aplicación se hace específica a partir de los procedimientos previstos en la misma.
Los  niveles fundamentales han sido definidos como:

  • Primer nivel de esencialidad socio-humanista-asistencial en salud.
  • Segundo nivel de valoración
  • Tercer nivel de concreción.

El primer nivel es expresión de la comprensión de la esencia de la formación socio-humanista-asistencial del profesional de la salud en la comunidad, que a su vez tiene su sustento y se sintetiza en los valores humanos y asistenciales, los  que son síntesis de las premisas y los requisitos que garantizan la práctica asistencial formativa y el trabajo comunitario como proceso esencial del desarrollo de la cultura socio-humanista-asistencial del profesional de la salud, a través de  una sistematización formativa socio-humanista-asistencial en la labor del profesional de la salud en la comunidad.
Los valores humanos y asistenciales, entonces, son condicionados por las premisas dadas y los requisitos diseñados en la estrategia de gestión que se requiere, pero esta al mismo tiempo condiciona y enriquece dichos valore.
Por eso estas premisas y requisitos se constituyen en antecedentes de los valores humanistas y asistenciales, los que a su vez condicionan la práctica asistencial formativa y el trabajo comunitario del profesional de la salud, constituyendo par dialéctico que se sintetiza en un proceso de gestión formativa asistencial, social y humana del profesional da la salud, que determina como cualidad la cultura socio-humanista-asistencial en salud, sobre la que se sustenta toda la subsecuente gestión formativa.
Las premisas en este caso se identifican con las circunstancias que presuponen a la cultura socio-humanista-asistencial en salud contextualizada en la comunidad donde se desarrollará la formación del profesional de la salud, al favorecer su profundización desde el contexto socio-laboral-formativo y que se constituye en las prácticas asistenciales formativas y en el trabajo comunitario, sustentados en valores formados a partir de condicionamientos históricos, ideologías, creencias, tradiciones salubristas asistenciales y humanistas, estas pueden ser personales, pero en este caso deben estar basadas en estructuras de valores compartidos socialmente, a través de las cogniciones sociales implícitas en la gestión formativa socio-humanista-asistencial en salud que han ido conformando valores universales, regionales, territoriales, comunitarios e institucionales.
Estas premisas se asumen entonces como el nivel de desarrollo de la cultura socio-humanista-asistencial del profesional de la salud en cada instante de su labor comunitaria, expresión sintética de las tradiciones y creencias culturales de un contexto asistencial formativo determinado en la comunidad; por tanto, no es posible asumirlas como un estadio estático; por el contrario, a cada momento se enriquecen con los requisitos culturales.
Por otro lado, reconociendo y asumiendo que las premisas representan los condicionamientos que propician el desarrollo de la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud, son factores que independientemente de la conciencia de los implicados en el proceso, están presentes y desde su análisis pueden influir positiva o negativamente en la dinámica de dicho desarrollo, condicionar en tal sentido la entropía y la negaentropía. Éstas  no se cambian a voluntad: son condicionamientos históricos y culturales, y entre ellas están:

  • La relación entre los procesos (docente, asistencial, científico investigativo, gerencial o cualquier otro) con el desarrollo de la formación socio-asistencial del profesional de la salud en el contexto comunitario y espiritual donde se desarrolla el ejercicio profesional y se desenvuelve el proceso.
  • La implicación de la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud con el contexto histórico concreto y espiritual donde ejerce su profesión, mediante la práctica asistencial formativa y el trabajo comunitario, en el que se desarrolla un proceso formativo continuo y permanente como modalidad de postgrado, potenciando la esencia y existencia del humano.
  • El aprovechamiento de las potencialidades y necesidades espirituales del contexto comunitario en el proceso de formación socio-asistencial del profesional de la salud en el pleno ejercicio de su profesión en la comunidad.
  • El desarrollo de la motivación espiritual y la hermenéutica socio-humanista como dimensiones didácticas –García Tamayo 2012- para el desarrollo de una cultura socio-humanista-asistencial del profesional de la salud en pleno ejercicio comunitario de su profesión.
  • La calificación teórica y técnica del personal docente concerniente al contenido socio-humanista-asistencial en salud; donde se haga énfasis en la sensibilidad, la espiritualidad y la dignidad humana.
  • La preparación del personal docente en el campo didáctico y del saber específico.
  • La resistencia al cambio.

En caso de que las valoraciones de las premisas al aplicar la estrategia de gestión propuesta sean favorables (negaentrópicas) o no (entrópicas) se hace necesario imponer determinados requisitos que favorezcan la influencia de las premisas positivas y reviertan la negativas.
Asumiendo que los requisitos son condiciones que se imponen al diseño y aplicación de la estrategia en la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud, y que deben lograr lo anteriormente planteado, se exponen algunos ejemplos que necesariamente serán enriquecidos por los participantes en el contexto comunitario donde se desarrolle la estrategia para dicho proceso, lo que le confiere carácter flexible y contextualizado, entre los que se tienen:

  • Los sujetos a implicarse en el proceso de formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud han de reflexionar sobre los aspectos contextualizados referentes a los problemas relacionados con la esencia y la existencia del humano, para poder desarrollar una dinámica en la profundización y desarrollo cultural socio-humanista en salud de esos profesionales que se desarrollen en pleno ejercicio en el seno de la comunidad donde laboren.
  • Los profesionales que implementen la estrategia tendrán que disponer de recursos epistemológicos y metodológicos en función de las demandas del propio proceso formativo contextualizado en la comunidad y de esta manera poder actuar de modo estratégico mediante el ejercicio del profesional de la salud en su práctica asistencial formativa y en su de trabajo comunitario, como una modalidad formativa de postgrado, que además sea permanente y continua.
  • La puesta en marcha de la estrategia de gestión para la formación socio-humanista-asistencial del profesional de la salud en pleno ejercicio profesional en la comunidad, requiere del dominio de métodos y procedimientos didácticos, en especial para garantizar la construcción continua y permanente de significado y sentido de los contenidos de la cultura socio-humanista y de la cultura asistencial de salud a desarrollar por los implicados.
  • Los docentes han de estar preparados para desempeñarse como orientadores del proceso de formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud y ser poseedores de una gran sensibilidad humana, una alta espiritualidad y una gran disposición para respetar el decoro y la dignidad humana. Esto implica que los discentes los reconozcan como guías y ejemplos del proceso para el desarrollo de esa cultura socio-humanista-asistencial en su propio ejercicio profesional.
  • Los implicados deben estar positivamente dispuesto para asumir esta estrategia como medio didáctico en la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud en plena práctica asistencial y en pleno trabajo comunitario de ese profesional, sobre la base de una comprensión precisa de sus potencialidades y necesidades espirituales contextualizadas, ya que su aplicación puede resultar laboriosa, sobre todo teniendo en cuenta que no es muy común que el GBT cumpla su verdadero papel de orientador docente y por tanto tampoco está el discente suficientemente preparado para una participación más activa e independiente en el proceso. Con esto deberá enfrentarse  entonces, la resistencia al cambio.
  • Las reflexiones profundas por parte de todos los implicados del contexto en el que se desenvuelve el proceso de formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud; de lo contrario no podrían diseñarse las actividades para que se interactúe con el contexto para el desarrollo del proceso.

Por otro lado, reconociendo que los requisitos se dan en unidad dialéctica con las premisas en tanto que tales premisas se transforman en interacción con los requisitos y estos as u vez se convierten en premisas, como expresión de la unidad y la contradicción constante, es posible reconocer que la gestión formativa, asistencial, social y humana del profesional de la salud es una expresión cultural en desarrollo, que a su vez dinamiza dicha contradicción.
Es necesario resaltar que las premisas no se varían a voluntad pues constituyen condicionamientos históricos y culturales, mientras que los requisitos se imponen desde dentro para lograr los nuevos valores humanos y asistenciales que la formación socio-humanista-asistencial en comunidad del profesional de la salud requiere. Ello es consecuente con la idea de que la estrategia misma transforma los valores a partir de los existentes, en tanto está presente la voluntad de cambio y desarrollo.
La consideración de estos valores en la aplicación de la estrategia es importante para lograr con un enfoque proactivo las transformaciones en todos los ámbitos en que se aspira a hacerlo, desde la universidad médica hasta la comunidad.
Desde esta estrategia entonces se posibilita dinamizar la contradicción entre las premisas y requisitos a través de la sistematización formativa socio-humanista-asistencial en la labor del profesional de la salud en la comunidad, como categoría que expresa la sucesión intencional en los cambios culturales en salud, al estar dinamizada en dicha dialéctica, lo que necesariamente ha de garantizar la formación socio-asistencial en la comunidad del profesional de la salud, desde la gestión formativa socio-humanista-asistencial en el ámbito comunitario.
El carácter de unidad dialéctica dado entre la gestión formativa socio-humanista-asistencial en el ámbito comunitario y la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud está determinado por la relación entre las premisas y los requisitos.
Lo anterior  permite potenciar la consecución y desarrollo intencional de la gestión formativa socio-humanista-asistencial en salud  en el ámbito comunitario en una dinámica holística reveladora de la coherencia de esta estrategia con la concepción científica holístico configuracional, que permite comprender a la gestión develada como totalidad, posibilitando a su vez sustentar esta estrategia.
Se aplican entonces en este primer estadio de desarrollo entre las premisas y requisitos culturales procedimientos específicos, que serán desglosados más adelante.
Posteriormente, es posible diseñar la macroestrategia como segundo nivel estratégico, desde la relación contradictoria entre la valoración del entorno, comprendida como aquellas potencialidades y necesidades para el desarrollo del proceso de formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud, como compromiso social de la universidad médica en la formación continua y permanente de sus profesionales en pleno ejercicio comunitario de la profesión, mediado en una práctica asistencial y en un trabajo comunitario que también son formativos y que significa no un diagnóstico de información, sino una valoración cultural y espiritual de dicha formación en su contexto comunitario.
La valoración del entorno de hecho es la contextualización cultural y espiritual y por otra parte, las relaciones y regularidades que caracterizan el modelo de gestión formativa socio-humanístico-asistencial en el ámbito comunitario; esta última como expresión de las relaciones esenciales que se establecen al interior de dicha gestión y que por tanto ambas permiten predecir el comportamiento futuro de este proceso particular desde sus relaciones internas.
La valoración del entorno permite estimar los factores espirituales y de sensibilidad humana -tanto externos como internos- que inciden en el cumplimiento del objetivo estratégico para la formación socio-asistencial del profesional de la salud en pleno ejercicio en la comunidad, a partir del análisis del contexto comunitario donde se desarrolla el proceso y las regularidades que se dan en la gestión formativa socio-humanista-asistencial.
Esta valoración ha de incluir el estudio de los factores de caracteres políticos, ideológicos, religiosos económicos, sociales, culturales, tecnológicos, medio ambientales, en fin todo lo relacionado a la espiritualidad desde la esencia y la condición humana, factores estos, que están presentes e inevitablemente inciden sobre la acción del proceso de formación socio-asistencial del profesional de la salud en la comunidad.
De igual modo, es necesario valorar aquellas entidades docentes y asistenciales que brindan servicios de salud individual y social en el contexto comunitario, como son: el centro de educación médica superior en su labor extensionista, el policlínico, el consultorio del médico de la familia, las casas de abuelos, los hogares de ancianos, los centros de atención secundaria de salud, las agrupaciones gubernamentales y no gubernamentales, instituciones religiosas y todas las demás;  con el objetivo de identificar ventajas y desventajas en la cooperación formativa socio-asistencial del profesional de la salud en comunidad.
Por otra parte, no es posible dejar de considerar las restantes dependencias universitarias o centros de investigación que brindan servicios y que guardan relación con la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud, dejando al descubierto las ventajas y desventajas que se revelan en ello.
Esta valoración del entorno también ha de considerar los factores internos de la universidad médica y de la no médica en los que puede apoyarse para lograr el objetivo estratégico, así como aquellas áreas donde el desempeño en comunidad es insuficiente y cuyo desarrollo se ha de potenciar para limitar su influencia negativa en la consecución del objetivo.
La  contradicción entre la valoración del entorno y las relaciones y regularidades del modelo de  gestión formativa socio-humanista-asistencial en el ámbito comunitario se sintetiza en la cualidad expresada en el objetivo estratégico, lo cual (por su alcance) es condicionado y a su vez condiciona la gestión formativa, asistencial y humana del profesional de la salud como referente esencial y obligado de esta estrategia.
Ese objetivo estratégico permite que se precisen los procesos que conforman la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud (procesos de pertinencia, optimización e impacto y los procesos de existencia de la propia formación), pero en ella están implícitas como dimensiones el compromiso con la salud y las tradiciones salubristas, la voluntad de transformación, que conlleva la necesaria mirada prospectiva y la capacidad o posibilidad de cambio, como la mirada futura con carácter proactivo, que implica desarrollar capacidades para la creación, la transformación y la revolución, sin olvidar las realidades presentes, flexible ante los posibles escenarios, constante y trascendente, sin exagerada precisión, todo con un infinito amor.
De este modo, la macroestrategia concebida expresa la lógica de preservación, desarrollo, difusión, creación, transformación y revolución de la cultura socio-humanista-asistencial en el profesional de la salud, mediada por la gestión formativa socio-humanista-asistencial en el ámbito comunitario, como elemento esencial del quehacer cultural continuado y permanente de la universidad médica en la construcción de su carácter universal y contextual, en la continua y permanente formación social y humana de sus profesionales ya graduados y en el pleno ejercicio comunitario.
Consecuentemente, en este segundo estadio de desarrollo las categorías que se constituyen en pares en una dialéctica contradictoria son la valoración del entorno y las relaciones y regularidades del modelo de gestión formativa socio-humanista-asistencial en salud en el ámbito comunitario, siendo esta la categoría que expresa el objetivo estratégico y el camino a través del cual se desarrolla la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud en el ejercicio de su profesión.
En este momento se transita a un tercer nivel de concreción que trasciende de la valoración de los entornos y el modelos de gestión, al permitir concebir las políticas y las relaciones específicas y transformadoras de la sistematización formativa socio-humanista-asistencial en la labor comunitaria del profesional de la salud, en una dialéctica entre las prácticas asistenciales formativas y el trabajos comunitarios del profesional de la salud, que se expresan en acciones concretas y las regularidades que determinan el movimiento de los eslabones.
En este estadio de desarrollo de la estrategia la concreción alcanzada en coherencia con la esencialidad de la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud, desde el análisis del entorno comunitario, se expresa en políticas, que en su dialéctica con las relaciones específicas para cada subproceso identificado, permiten reconocer las acciones específicas de este subproceso.
Esta dialéctica entre las políticas y las relaciones específicas para cada subproceso propician el aseguramiento de los eslabones de este subproceso, en tanto las políticas como acciones encaminadas a su ejecución, se dirigen a posibilitar la consecución temporal y la calidad de las tareas inherentes a cada eslabón del proceso, las cuales a su vez se expresan como síntesis en acciones concretas de la microestrategia para cada subproceso.
La integralidad en el movimiento de la gestión formativa socio-humanista-asistencial en el ámbito comunitario se garantiza desde la integración de los diferentes subprocesos (que pueden ser el posgrado, la investigación y la extensión por una parte) o (docente, lo asistencial, lo científico investigativo y lo gerencial, por otra) que componen la microestrategia, cuyas relaciones de espacio y tiempo propician la coherencia de todo el proceso al permitir que se diseñen de manera coordinada las acciones de los diversos subprocesos desde la coherencia con la política institucional, lo que garantiza la articulación horizontal en los diversos procesos.
Para lograr esta interrelación temporo-espacial, los eslabones de los diferentes subprocesos deben diseñarse en unidad con las políticas que de manera horizontal se desarrollen en la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud y deberán ser reguladas por la instancia de mayor nivel de decisión en dicha formación, como concreción de la integración entre la formación cultural socio-humanista-asistencial del profesional de la salud y la gestión formativa socio-humanista-asistencial en el ámbito comunitario.
La coherencia en la estrategia entonces dependerá de la interrelación entre los procesos y la horizontalidad de las políticas, aspecto que garantiza la transformación sustentable de la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud y desde aquí la transformación y perfeccionamiento de la gestión formativa socio-humanista-asistencial en el ámbito comunitario, lo que garantiza la retroalimentación como cualidad esencial de la gestión del proceso formativo.
Para desarrollar, entonces la gestión formativa socio-humanista-asistencial en el ámbito comunitario en el profesional de la salud es necesario trazarse los objetivos estratégicos específicos en el contexto de la práctica asistencial formativa comunitaria y del trabajo comunitario del profesional de la salud, así como las políticas que han de expresarse, relacionarse y corresponderse con las regularidades de esa gestión, que a su vez conducen a las acciones que finalmente permiten implementar la estrategia, a través de los subprocesos que repercuten favorablemente en la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud, como resultado de la relación que se establece entre las premisas y los requisitos, que como ya se ha planteado en párrafos anteriores de este mismo epígrafe  es contentivo de los valores humanistas y asistenciales.
Desde esta perspectiva nuevamente se es consecuente con la idea de que la estrategia misma transforma la gestión en su dimensión socio-cultural y en su dimensión socio-formativa  para la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud, a partir de los valores humanos y asistenciales contextuales existentes, en tanto está presente la voluntad de cambio y desarrollo, con lo que se logra potenciar el enfoque proactivo, las transformaciones en todos los ámbitos formativos en el ejercicio profesional en la comunidad, desde favorecer el desarrollo de la profundización de la cultura socio-humanista y la apropiación de la cultura asistencial en salud, contextual y universal.
De este modo, es posible considerar que en el tercer estadio de desarrollo, la contradicción se revela entre las políticas y las relaciones específicas del subproceso, relacionada éstas últimas con el modelo, siendo la formación socio-humanista-asistencial del profesional de la salud en el ejercicio en comunidad, el objetivo más general y primordial del que se derivan los objetivos específicos de cada subproceso y el camino para lograrlo son las acciones resultantes de la relación dialéctica entre las políticas, las relaciones y regularidades específicas de cada subproceso.
En ese sentido la estrategia de gestión para la formación socio-humanista-asistencial en salud se particulariza al tomar en consideración la macroestrategia y las microestrategias desde las regularidades del modelo, que a partir de un enfoque sistémico caracterizan la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud.
La evaluación en este caso no se considera un último procedimiento dentro de la estrategia como tradicionalmente se concebía en la extrapolación de estrategias empresariales a las acciones de salud, fueran asistenciales, docentes, investigativas o gerenciales; sino que está presente en todo el proceso, por lo que permite la retroalimentación y la valoración del grado de cumplimiento de los objetivos, al transitar por la valoración de los resultados en la integración de los diversos procesos, a través de las políticas formativas. Todo ello propicia valorar las transformaciones de la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud en la gestión formativa socio-humanista-asistencial en salud en el ámbito comunitario, desde su coherencia estructural y de gestión contextual.
Se propicia entonces la formación socio-humanista-asistencial en comunidad del profesional de la salud cuando se precisan el objetivo estratégico fundamental y esencial y los objetivos específicos de cada subproceso, e igualmente se valora y perfecciona la gestión formativa socio-humanista-asistencial en el ámbito comunitario, cuando se es consecuente con la concepción científica holística configuracional que sustenta el modelo. Esta propuesta de evaluación permite por tanto la retroalimentación de todo el proceso y la valoración del grado de cumplimiento de los objetivos, al valorar la pertinencia, la optimización y el impacto.
Las políticas y regularidades especificas se expresan en acciones concretas que son valoradas desde las expectativas trazadas en primera instancia en los objetivos estratégicos y específicos y, en última instancia en la gestión formativa socio-humanista-asistencial en el ámbito comunitario, lo que revela el carácter de microestrategia que se expresa en esa matriz, en la cual se relaciona la sucesión de eslabones de cada proceso con las políticas trazadas para cada uno.
La implementación de la estrategia en cada uno de sus niveles se realiza a través de la aplicación de un método, que a pesar de tener un carácter general ha de aplicarse en dependencia de las características de cada estadío de desarrollo, en consonancia con las características de la construcción intencional de la cultura socio-humanista-asistencial del profesional de la salud a través de la gestión formativa socio-humanista-asistencial en el ámbito comunitario, en correspondencia con procedimientos que están íntimamente vinculados al desarrollo cultural y que en su generalización se pueden desarrollar en el primer nivel de la manera siguiente:

  • Precisar las categorías que expresen la profundización de la cultura socio-humanista y la apropiación de la cultura-asistencial en salud contextual comunitaria y universal
  • Revelar la relación dialéctica entre las categorías identificadas y a partir de interpretar este par dialéctico considerado...
  • ...determinar la categoría que expresa la intencionalidad formativa socio-humanista-asistencial en comunidad para el profesional de la salud en pleno ejercicio de la profesión, durante la práctica asistencial formativa y la gestión del trabajo comunitario.
  • Identificar la categoría que expresa la sistematización formativa socio-humanística-asistencial en el profesional de la salud en la labor comunitaria, a partir de las categorías y del par dialéctico

Estos son los procedimientos de carácter esencial que se aplican en el primer estadio de desarrollo entre las premisas y requisitos culturales que se identifican con carácter de intencionalidad en la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud.
En la evaluación de la estrategia el par dialéctico que se revela está dado entre las políticas transversales de la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud que delimitan las políticas de cada subproceso y que deben ser desarrolladlas desde el nivel superior de decisión y asesoría  de la institución (el consejo superior, los profesores del GBT, los subdirectores docente y el médico que labora en la propia comunidad, entre otros) y la sucesión de eslabones de los diversos procesos.
Lo anterior ha de garantizar la valoración del desempeño de los implicados en la gestión formativa socio-humanista-asistencial en el ámbito comunitario mediante el desarrollo de la implementación de la estrategia, logrando la necesaria retroalimentación como vía efectiva para rectificar su curso.
Nuevamente se regresa la gestión formativa asistencial, social y humana del profesional de la salud a un estadio más esencial de su desarrollo, al valorar con intencionalidad los resultados de la transformación cultural socio-humanista-asistencial a nivel del contexto formativo comunitario donde se aplica la estrategia, lo que deviene estrategia de desarrollo y a la vez síntesis de la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud en un desarrollo dialéctico ascendente a través de la sistematización formativa socio-humanista-asistencial en la labor comunitaria del profesional de la salud en su dimensión socio-formativa y su dimensión socio-cultural, como movimiento integrador de la gestión formativa socio-humanista-asistencial en el ámbito comunitario, centro del constructo aportado a través del modelo teórico.
En la implementación de la estrategia se elaboran criterios de evaluación que resumen las acciones y su valoración, lo cual se concreta en la aplicación de la estrategia, en tanto los indicadores serán expresión de la relación entre las categorías que caractericen los procesos que ocurren en el interior de la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud en pleno ejercicio de su profesión en su relación con el contexto espiritual identitario y universal.
Por tanto los criterios de evaluación presentes en la estrategia de gestión para la formación socio-humanista-asistencial en el ámbito comunitario expresan relaciones de carácter general y esencial, y precisan aquellos resultados esperados para cualquier proceso formativo de carácter social y humanístico en salud.
Sin embargo es oportuno aclarar que lo anterior no significa que el reconocer un número de criterios de evaluación constituya un constructo estático e invariable, en tanto en el desarrollo funcional del proceso de formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud es posible considerar otros criterios de carácter más específico, cuya efectividad dependerá por una parte de la intencionalidad cultural profesional y por otra parte de la sistematización formativa socio-humanista-asistencial en la labor comunitaria del profesional de la salud en coherencia con las relaciones estructurales en la cultura contextual.
La estrategia entonces como instrumento destinado al trabajo de transformación y búsqueda de un perfeccionamiento continuo y permanente de la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud, conlleva la implantación de un sistema de gestión que estará destinado a todos aquellos gestores sobre los cuales recaen estas tareas de transformación y gestión y que no están imbuidos de la conceptualización teórica requerida. Por ello el documento de la estrategia incluirá las bases teóricas en las que se sustenta la propuesta.
Dentro de la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud a cualquier instancia, la elaboración y la utilización de la estrategia de gestión para la formación socio-humanista asistencial en el ámbito comunitario en su calidad de instrumento para la gestión de cada uno de sus diferentes subprocesos y de la universidad y la comunidad (sociedad) en general, permite establecer las relaciones de subordinación en el enfrentamiento y desarrollo de los procesos. También están presentes las relaciones de coordinación y de colaboración entre las diferentes instancias no subordinadas entre sí.
Las estrategias particulares han de incorporar entonces la cooperación y la colaboración con las restantes entidades docentes asistenciales de salud (hospitales, policlínicos, consultorio del médico de familia, hogares de ancianos, casas de abuelos, entre otros), universidades (médicas y no médicas) y centros de estudio e investigación, tanto de la universidad como de otras instituciones del territorio, de la región y del mundo, así como de instituciones y organizaciones políticas y de masas gubernamentales o no, organizaciones religiosas, agrupaciones de recuperación espiritual ( Alcohólicos Anónimos, peñas culturales, entre otros). Estas relaciones deberán mantener integralmente la preservación, desarrollo, promoción de la cultura socio-humanista-asistencial del profesional de la salud, hacia su transformación y revolución contextual y universal como un proceso totalizador que no depende de una o algunas esfera de la sociedad, sino de toda la sociedad en sus conjuntos como totalidad.
Se puede decir entonces que esta estrategia tiene como rasgos fundamentales:

  • El carácter proactivo, que implica desarrollar potencialidades y capacidades socio-humanístico-asistenciales en la formación posgraduada del profesional de la salud en plena labor comunitaria de manera continua y permanente, a largo plazo.
  • El hecho de ser expresión y guía de las transformaciones trascendente que emana de las regularidades del modelo, al tener como objetivo la formación socio-humanista-asistencial del profesional de la salud en la comunidad.
  • La flexibilidad, ya que es adaptable ante las posibles situaciones en los diferentes contextos que emanan de los requisitos que se determinen para la formación socio-humanista asistencial en comunidad del profesional de la salud.
  • El sustento en tradiciones culturales, relacionadas con la espiritualidad, la sensibilidad y la ética humana.
  • La trascendencia al propiciar cambios que se concretan en el perfeccionamiento de la atención socio espiritual del individuo, la familia y la comunidad, por el profesional de la salud.
  • El autodesarrollo que se garantiza por la autorregulación intrínseca que tiene lugar entre las relaciones dialécticas que se establecen entre los diferentes niveles de aplicación.
  • La sistematización, no solo por tener como eje la configuración aquí sustentada como sistematización formativa socio-humanista-asistencial del profesional de la salud en la comunidad, sino que también organiza como un sistema la cultura comunitaria dada en valores humanistas y asistenciales que se han venido sustentando en los contextos formativos, que no solo dependen de la comunidad sino de todo los que se impliquen en el proceso. 
  • Es dinamizadora de un modelo de gestión formativa socio-humanístico-asistencial en el ámbito comunitario, y por tanto de la propia práctica asistencial y trabajo en la comunidad del profesional de la salud.  
  • Es  holística, por asumirse como una totalidad, al tener en cuenta un proceso de formación socio-asistencial del profesional de la salud en comunidad que depende de todos los factores implicados, ya sean: sociales, políticos, económicos, espirituales, culturales, medioambientales y cualquier otro que influya en la esencia y la existencia del humano.
  • Es compleja, por el entramado de relaciones entre las categorías que sustentan los diferentes niveles: de esencialidad,  de valoración y de concreción.  
  • Es configuracional, por irse configurando en su propio desarrollo, alcanzando nuevos y mejores estadios cada vez más trascendentales.
  • Es dialéctica, por las relaciones contradictorias que se dan en el propio proceso de desarrollo de la estrategia y que condicionan su autodesarrollo.

Por otro lado si se quiere resumir los procedimientos tenemos entre ellos:

  • Determinación de las premisas y requisitos para la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud y para una gestión formativa asistencial social y humana de ese profesional en pleno ejercicio comunitario de su profesión y condicionar los valores humanistas y asistenciales.
  • Valoración del entorno como diagnóstico estratégico en relación a las regularidades del modelo que permita definir el objetivo estratégico.
  • Determinación de las principales alternativas estratégicas teniendo en cuenta los subprocesos de la formación socio-asistencial en comunidad del profesional de la salud, delimitando y definiendo los objetivos específicos para cada uno de los procesos(ej. pertinencia optimización e impacto) determinados por las políticas y la relaciones para determinar acciones
  • Establecimiento de los criterios de medidas, y las acciones para su Implementación.
  • Evaluación de los resultados.

Es importante destacar que tales procedimientos de esta estrategia expresan en sí mismos la relación dialéctica entre los diferentes niveles y no se identifican con una sucesión lineal de los mismos, sino con diferentes estadios de desarrollo, donde su aplicación evoluciona en un espiral dialéctico que se establece entre el nivel de esencialidad, el de valoración y el de concreción como manifestación del auto-desarrollo de la estrategia, para garantizar la formación socio-humanista-asistencial del profesional de la salud en comunidad, teniendo como eje integrador la sistematización formativa socio-humanista-asistencial del profesional de la salud en el ámbito comunitario, desde la dimensión socio-cultural y la dimensión socio-formativa develada en la modelación.
Eso condiciona entonces que la estrategia es el centro que con significación práctica, condiciona el desarrollo de la cultura socio-humanista-asistencial del profesional de la salud como intencionalidad y la gestión formativa, asistencial, social y humana del profesional de la salud como medio de lograrlo, mediado por la sistematización formativa socio-humanista-asistencial en la labor comunitaria.
Conclusiones del capítulo-2
En el capítulo que concluye se aborda un modelo novedoso en la gestión formativa socio-asistencial del profesional de la salud en el ámbito comunitario para el desarrollo de la formación socio-humanista-asistencial en comunidad del y por el profesional de la salud.
Es así, que se definen cada una de las categorías y se le determinan sus contradicciones, lo que permitió asumir lo holístico-configuracional y dialéctico para abordar el desarrollo del la cultura socio-humanista-asistencial del profesional de la salud como síntesis de la relación que se establece entre las dimensiones en el desarrollo de dicha cultura.
De lo anterior se pudo develar que es necesario un proceso de sistematización formativa socio-humanista-asistencial en la labor del profesional en la comunidad que emana como síntesis de una profundización de la cultura socio-humanista y de una apropiación de la cultura asistencial en salud, develando una dimensión socio-cultural por un lado, relacionada dialécticamente a una dimensión socio-formativa por el otro, que emana de la práctica asistencial formativa y del trabajo comunitario del profesional de la salud que constituyen síntesis también a la sistematización develada, desde una gestión formativa asistencial, social y humana del profesional de la salud. 
Las relaciones entre todas las configuraciones anteriores garantiza el desarrollo de la formación socio-asistencial en la comunidad del y por profesional de la salud, en relación dialéctica con una gestión para el desarrollo de competencias en profesionales de la salud desde una gestión humanística cultural en la que se tiene en cuenta la esencia y la condición humana, que devela un modelo de gestión formativa socio-humanista-asistencial en salud en el ámbito comunitario.
Seguidamente y en correspondencia con la modelación teórica develada a la vez que constituyen sustento epistémico del investigador, se propone una estrategia de gestión para la formación socio- asistencial en salud que deviene en significación práctica de esta investigación, la cual está concebida en tres niveles identificados con: Primer nivel de esencialidad cultural socio-humanista en salud, Segundo nivel de valoración y Tercer nivel  de concreción, cuya relación dialéctica garantizan su autodesarrollo.
Para lo anterior se parte de determinar premisas y requisitos que condicionaron valores para el desarrollo de una cultura socio-humanista-asistencial del profesional, para luego precisar la valoración del entorno como diagnóstico estratégico en relación a las regularidades del modelo, de donde parten los objetivos estratégicos.
Es a partir de aquí que se aborda la determinación de objetivos específicos en cada subproceso de pertinencia, optimización e impacto; docente, asistencial, científico investigativo y administrativo, lo que permite trazar pautas (políticas) teniendo en cuenta las relaciones, es así entonces que se toman acciones, se implementa la estrategia  y se valora con un proceso evaluativo que transita por toda ella.
Es con todo lo anterior que se pretende contribuir a solucionar la contradicción epistémica inicial. Para poder disminuir las insuficiencias que limitan la intervención asistenciales comunitarias del profesional de la salud y concretarse posteriormente en el tratamiento a un envejecimiento saludable y  una longevidad satisfactoria.