Capítulo No. 1: Consideraciones Teóricas Referenciales
El desarrollo y el aprendizaje de las técnicas empresariales han estado siempre matizados por acontecimientos históricos y económicos. El gran auge del desarrollo empresarial comienza a partir de la Segunda Revolución Industrial (1870-1914), donde las fuerzas productivas se desbordaron gracias a las innovaciones tecnológicas que impactaron las economías desde mediados del siglo XIX. Estas innovaciones generaron un incremento de la productividad y el surgimiento de grandes industrias, imposibles de administrar bajo los estilos de las pequeñas empresas familiares, que caracterizaron los siglos XVIII y principios del XIX. Así fue el comienzo de las teorías administrativas que generaron mayor eficiencia en los nuevos conglomerados de hombres y máquinas.
En el desarrollo de la investigación se declaran una serie de términos y definiciones conceptuales que se encuentran reflejadas en el anexo No. 2.
Desde los primeros conceptos expuestos por el ingeniero norteamericano Frederick Taylor (1856-1915), hasta los más recientes planteamientos estratégicos desarrollados, hay un largo trecho de diferentes teorías y escuelas empresariales. Considerando la temática de estudio de la presente investigación, se adopta que las teorías Clásica, de Recursos Humanos, Neoclásica y de Contingencia fueron significativas, pues marcaron inflexiones en el rumbo empresarial. Estas escuelas caracterizaron las etapas del mecanicismo, del protagonismo de los seres humanos, de las ciencias operacionales, de la dependencia del mercado y del aprendizaje organizacional.
1.2. Principales Teorías y Escuelas Empresariales. Entorno histórico económico
El desarrollo acelerado de la ciencia y la tecnología a finales del siglo XIX, fue catalogado como la Segunda Revolución Industrial (1870- 1914) que condujo a la aparición de diferentes enfoques y escuelas empresariales que han influido hasta la actualidad. Algunos de los principales enfoques se exponen a continuación.
1.2.1. Teoría Clásica
“La Teoría Clásica es enunciada a principios del siglo XX y tiene como sus más importantes exponentes a Frederick W Taylor, Henry Fayol y Max Weber”, (Mengunzzato, 1991). Los antecedentes de ese suceso están arraigados en el siglo XVIII cuando el escocés Adams Smith (1723-1790) desarrolla las primeras ideas del liberalismo económico en su obra “La Riquezas de las Naciones” (EUMED, 1994). Conceptos como mercado, división internacional del trabajo y capital, fueron introducidos en los léxicos de finales del siglo XVIII para no desaparecer jamás: “El mercado funciona óptimamente sin que nadie lo guíe. Como cada uno trata de obtener el máximo beneficio de un intercambio económico, tratará de producir los mejores bienes lo más barato posible; como todos los miembros de la comunidad harán lo mismo, el conjunto de bienes existentes aumentará al máximo del que es capaz. Así, sin que nadie lo decida centralmente, a partir de decisiones individuales, se obtendrá un óptimo social” (Smith, 1786).
Las teorías de Adams Smith fueron revolucionarias para la época y nacieron en el marco de la Primera Revolución Industrial, donde el descubrimiento de la máquina de vapor fue la principal innovación de aquellos tiempos, marcando la época del capitalismo premonopolista, que era muy productivo, pero dejaba a la saga a los más desposeídos, creando grandes diferencias sociales, que en gran medida fue la filosofía de conquista que tomaron la potencias del siglo XIX.
La economía de principios del siglo XIX tenía en su composición a pequeñas empresas familiares capitalistas, que vieron cambiada su concepción en la segunda mitad del siglo XIX producto de la Segunda Revolución Industrial, donde descubrimientos tecnológicos como la energía eléctrica, la luz eléctrica, el teléfono, el desarrollo del ferrocarril, la extracción de petróleo y la industria del automóvil cambiaron los conceptos de producción. El surgimiento de grandes conglomerados industriales devino en el Capitalismo Industrial, que fue identificado por Karl Marx en su obra “El Capital”.
Los principales enunciados de la teoría clásica estaban centrados en el aumento de beneficios para el dueño, con esquemas rígidos de control y procedimientos de trabajo, soslayando la participación de los seres humanos en la innovación y toma de decisiones. Bajo la Teoría Clásica se desarrolló la Administración Científica de Trabajo (Taylor), La Práctica de la Administración de Empresas (Fayol), y la Burocracia de la Administración (Weber). Esta teoría para su época fue renovadora y por más de veinte años imperó en la naciente industria moderna, garantizando el aumento de la productividad y el desarrollo capitalista de los monopolios de principios del siglo XX.
1.2.2. Teoría de las Relaciones Humanas
A finales de los años veinte la teoría de las Relaciones Humanas de Mayo y Lewin avanza dentro de un contexto histórico económico complejo. La agresividad del capitalismo monopolista que Lenin definió como Imperialismo, llevó a las naciones a las guerras de conquista, como fueron los casos de la Guerra Hispano-Cubano-Americana en 1898, la Guerra Anglo-Boer y a la Primera Guerra Mundial en 1914, que entre otras vertientes, condujo a la Revolución de Octubre en 1917 con la creación del primer estado de obreros y campesinos.
El Sistema Socialista fundado en Rusia, demostró al mundo que había otra forma de desarrollo más humanista con diferentes concepciones económicas. Años más tarde, otros países formaron el denominado Bloque Socialista, que a pesar de sus errores sembró un precedente para todos los estados de la tierra.
Después de las guerras, el capitalismo monopolista continuó su expansión, y a finales de los años veinte, la economía norteamericana entró en recesión refutando los postulados de Adams Smith. Las teorías del capitalismo clásico habían caducado y era necesario revitalizarlo sin caer en la economía socialista. Es la época de la Gran Recesión de los años 30, que afectó ante todo a las grandes masas de trabajadores de Norteamérica y Europa. La solución keynesiana salvó al capitalismo desde el capitalismo, pero condujo a que se pensara más en los hombres, surgiendo la Escuela de las Relaciones Humanas. El reconocimiento del liderazgo, la motivación y el aprendizaje organizacional fueron tendencias que se incorporaron a las anteriores filosofías de dirección. Años más adelante, las denominadas teorías ‘’X” y “Y” de Douglas McGregor se incorporan al contexto empresarial, así como la teoría piramidal de necesidades de Maslow. Esta teoría tiene gran vigencia, pues se considera, que hay que dirigir no sólo mirando hacia los estados financieros de la empresa. Los indicadores económicos financieros continúan siendo muy importantes, pero las denominadas variables blandas relacionadas con el liderazgo, la motivación, el clima laboral y la competencia son el trasfondo de las empresas y es donde se procesan los resultados finales. Cuando la sociedad avanza hacia la Gestión del Conocimiento (GC) son vigentes las teorías de McGregor, Lewin y Maslow que promulgan la formación y el aumento de la capacidad intelectual de las personas, pues una empresa de hombres cultos es de seguro una empresa de éxito.
1.2.3. Teoría Neoclásica
Esta teoría es una readaptación de la Teoría Clásica y de las Relaciones Humanas y se enmarca en la recién finalizada Segunda Guerra Mundial. Las guerras dejan desolación y economías desplomadas, pero también aparecen nuevos descubrimientos que inicialmente se usan con fines militares y después se extienden a la vida social. La Segunda Guerra Mundial desarrolló la aviación, las comunicaciones y surgió la industria nuclear. Con mercados ávidos de productos y servicios, aparece la Teoría Neoclásica y en sus principios se reconocen la importancia de la obtención de beneficios por las empresas y la participación de los hombres, pero reconoce que existe una variable influyente, que es el entorno.
Esta teoría tiene como artífices a Drucker, Newman y Deming entre otros. Bajo su influencia se asientan las bases del modelo empresarial conocido como Dirección por Objetivos (DPO). Después de la postguerra los teóricos predijeron que era improbable una próxima guerra entre las grandes potencias y que el verdadero campo de batalla estaría en los mercados internacionales.
En aquellos momentos las grandes economías estaban laceradas por la Segunda Guerra Mundial, pero no era difícil predecir que aquella situación cambiaría. Esta escuela anunciaba que el entorno era importante y que mañana sería la principal variable empresarial.
1.2.4. Teoría de la Contingencia (Situacional)
Esta teoría se desarrolla en medio de un crecimiento acelerado de la producción de bienes y servicios que han producido crisis, guerras imperialistas y el surgimiento de las técnicas de la información, que muchos consideran la Tercera Revolución Industrial. Tiene como principal paradigma poner la empresa en función del entorno reconociendo el liderazgo, las relaciones humanas y la importancia del dinero. Tiene como máximos exponentes a Woodward y Lawrence. Otros autores forman parte de los filósofos de esta escuela, como Ansoff, Prahalad, Goldratt, Porter, Hamel, Kaplan, Norton y Mintzberg entre otros.
La teoría de la contingencia surgió en medio del desarrollo acelerado de las fuerzas productivas en los últimos años del siglo XX provocando una competencia desenfrenada por la obtención de nuevos mercados.
Dentro de la Teoría de la Contingencia las empresas han tenido que cambiar continuamente y pueden considerarse etapas clásicas como son: la tendencia de la planificación, de las visiones de los líderes y la etapa del aprendizaje.
La teoría de la contingencia se sustenta en tres enfoques que son:
El enfoque de la contingencia provee de una forma de pensar y actuar en relación con los miembros de la organización, haciéndolo depender del entorno (Menguzzato, 1991)
Dentro de la escuela de la contingencia o situacional se desarrollaron eventos económicos y políticos que influyeron en las empresas, como fueron: la guerra fría, las crisis del petróleo, el surgimiento del neoliberalismo, las crisis bursátiles de los años ochenta, la evolución acelerada de las tecnologías de la información y la gestión del conocimiento que produjo la carrera de la competencia.
Proliferaron los modelos estratégicos de planeación, el pensamiento sistémico, la ISO 9000, la ISO 14000, la Teoría de las Restricciones y el BSC. Todas estas acciones estaban en función de ser más competitivos para la obtención de nuevos mercados.
La comunidad mundial, liderada por la ONU, comenzó desde los primeros años de la década del noventa un movimiento para la protección del medio ambiente. Hasta la fecha, la mayoría de naciones y gobiernos se están comprometiendo para proteger los recursos naturales y preservarlos para las próximas generaciones. Diferentes autores declaran al respecto: “el mundo de los negocios ha sufrido cambios importantes en los últimos tiempos. Uno de ellos es el reenfoque y visibilidad de los programas y estrategia de la Responsabilidad Social Empresarial y de Desarrollo Sostenible y Sustentable”, (Sánchez, 2001) y sigue:“el entorno empresarial exige hoy una nueva forma de hacer negocios: el compromiso con el desarrollo sostenible” (Sánchez, 2001). Otras reflexiones: “El Desarrollo Integral Sostenible (DIS) es un nuevo enfoque de gestión empresarial que busca desarrollar en las organizaciones la capacidad de redescubrir el valor agregado de sus actividades y definir estrategias de innovación que incorporen los requisitos ambientales y sociales” (www.disostenible.org, 2009). “De igual forma, nuevos vocablos y estrategias están asociadas a la protección social y ambiental como es el caso de la Responsabilidad Social Coorporativa (RSC) o la Triple Línea (TBL), que relaciona a las personas, la ganancia y el planeta” (Sexian, 2009).
El autor considera que: “La Gestión Sostenible es un enfoque de gestión global de diferentes sistemas que propician el análisis de las dimensiones económicas, sociales y medio ambientales con el fin de optimizar recursos y simplificar actividades. Esta situación hace que independientemente de lo importante que es proteger el medio ambiente, se añadan nuevos sistemas a la gestión empresarial, por lo tanto, la necesidad de integrar sistemas para optimizar recursos y actividades es imperiosa. Ante este recuento histórico sobre la evolución de las empresas en el siglo XX se puede resumir:
1.2.5. Influencia de las Teorías Empresariales en las empresas socialistas cubanas
Al triunfo de la Revolución en 1959, el naciente estado revolucionario se encontró con una economía monoproductora, destruida por más de dos años de guerra, saqueada por el anterior régimen, sin grandes recursos naturales y con una dependencia total de los Estados Unidos. La economía cubana de los sesenta estuvo regida por dos sistemas, el Cálculo Económico y el Sistema Presupuestario de Financiamiento. Carlos Rafael Rodríguez promovía el Sistema de Cálculo Económico mientras Ernesto Guevara impulsaba el Sistema Presupuestario de Financiamiento. “Los dos sistemas aplicados, siempre dieron protagonismo al estado y paulatinamente fueron desapareciendo las empresas de propiedad privada” (Borrego, 2006).
Los setenta fue una época de institucionalización de la economía donde se aprobó la Constitución de la República, se efectuó el Primer Congreso del Partido, se creó la Junta Central de Planificación (JUCEPLAN) y se ingresó como miembro permanente del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME).
La economía de los ochenta siguió por el sendero del Cálculo Económico, basado en la Ley del Valor, donde se dio mayor fuerza a la estimulación monetaria a partir del indicador de ganancias. “Esta situación produjo el efecto negativo que predijo el Che acerca de la hibridación de las herramientas del capitalismo en la economía socialista” (Borrego, 2006). Todas estas consecuencias fueron abordadas por Fidel Castro cuando a mediados de los ochenta denunció los errores del sistema, pasando a un proceso que se denominó Proceso de Rectificación de Errores.
Para esta época comenzaron a llegar a Cuba los aires de la Dirección por Objetivos (DPO) que había sido anunciada por Peter Drucker en 1954. Un gran papel jugó en los años 80 la Escuela de Capacitación del MINBAS, convirtiéndose en interfase de lo más avanzado de las técnicas de dirección del momento y los sectores empresariales cubanos. Se propició la entrada al país de los libros de Ishikawa (Calidad Total, 1985) y Peters (Pasión por la Excelencia, 1990) que tuvieron un impacto positivo en las empresas.
Los años noventa se iniciaron con el Período Especial donde el estado cubano, sin abandonar el Sistema Presupuestario de Financiamiento, tuvo que propiciar acciones que estaban fuera de la línea socialista. Muchas empresas tuvieron que sobrevivir; y a pesar de la crisis, surgió un fuerte sector empresarial llamado “emergente” que tenía que autofinanciarse y aportar dinero a las arcas del estado revolucionario. La necesidad impuesta por el mercado hizo que este sector aplicara técnicas de dirección contemporáneas que posteriormente pasaron a otros sectores no emergentes. Fueron los primeros momentos en Cuba de la ISO 9000, de la Dirección Estratégica, de los Premios de Calidad y del Perfeccionamiento Empresarial.
El siglo XXI se inicia con los bríos de la anterior década, con los mejorados modelos de la Dirección Estratégica, las Direcciones Integradas de Proyecto, la ISO 9000:2000, la ISO 14000, los Sistemas Integrados y apareció el Balanced Scorecard como muestra del desarrollo de las empresas cubanas. Sobre el año 2003 el estado cubano emite resoluciones de cumplimiento empresarial, que se unen a los principios del Perfeccionamiento Empresarial y a los Planes de la Defensa (Ley No 75 De la Defensa Nacional). La Resolución 297 del Ministerio de Finanzas y Precios para el Control Interno y la Resolución 26 del Ministerio de Auditoria y Control para las Auditorias de Gestión, son preceptos que se incorporan a la gestión empresarial cubana. Finalmente, en el año 2007, se dan a conocer la NC3000 (Normas del Capital Humano) y aparecen diferentes criterios de certificación que se transforman en obligaciones.
El autor considera que el gran compendio de normas nacionales, junto a los modelos internacionales, hacen de la dirección empresarial cubana un difícil arte, necesitándose modelos y herramientas que ayuden a integrar las tendencias y permitan ejercer una administración alineada e integral.