LA ÉTICA PROFESIONAL DE LOS INVESTIGADORES EN TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN

Virginia Morales Sánchez

1.2.1 La organización del conocimiento y de la investigación científica.


Uno de los dos ejes organizacionales de la investigación científica es la disciplina. Esto tiene que ver con la organización del conocimiento, que se compone de disciplinas, que conllevan a la agrupación de los individuos en comunidades disciplinarias y en especialidades subdis­ciplinarias.
Si entendemos la actividad científica como la construcción de nuevo conocimiento, dicha acti­vidad rescata esa misma organización por disciplinas, es decir, los investigadores se organizan en subsistemas de acuerdo con la disciplina, formando especialidades.
Veamos qué elementos constituyen una disciplina y cómo estos elementos definen la organi­zación del trabajo científico.
Distintos autores como Burton Clark [1984], Kuhn [1971] y Becher [1989] señalan la existencia de una serie de rasgos que distinguen a las disciplinas, por el hecho de provenir de distintos enfoques, no coinciden del todo. A continuación se intenta hacer una concentración y agru­pación de los mismos.

  1. Cuentan con una organización conformada por redes: académicas, de investigación y de comunicaciones, en las que toman forma y se manifiestan las propias disciplinas y tienen una relación directa con la estructura del conocimiento.
  2. Toda disciplina posee una cultura propia, constituida por:
  1. Un lenguaje con formas lingüísticas y simbólicas de comunicación, propias de la disci­plina, una importante cantidad de términos especializados que impiden la comprensión de algún interlocutor no iniciado en la disciplina. Para la comunicación se crea un conjunto particular y favorito de términos, estructuras de oraciones y sintaxis lógica, no fácil de imitar por quien no está iniciado.
  2. Ídolos, por ejemplo en los cubículos de los académicos suelen encontrarse imágenes de personajes considerados sobresalientes en su área de conocimiento, como Albert Einstein, Max Planck, etc., en la física; mientras en sociología están Max Weber, Karl Marx, Émile Durkheim, entre otros.
  3. Tradiciones, generalmente constituidas por sistemas de pensamiento, mejor conocidas como teorías, y que son trasmitidas de maestros a discípulos.
  4. Prácticas, consideradas como formas aceptadas de actuar y comportarse dentro de la disciplina.
  5. Costumbres, son modos habituales de proceder y conducirse al interior de la disciplina y que delinean las preferencias y usos de la disciplina.
  6. Ritos, constituidos por el conjunto de prácticas formalistas, instituidas por la discipli­na.
  7. Creencias, definiciones normativas que caracterizan a la disciplina, tienen una expre­sión inconsciente, inclinada al establecimiento de valores, pues expresan consensos generalizados, que promueven la integración de la disciplina.
  8. Conjunto de valores compartidos, es decir, el sistema de concepciones sobre lo estimado y lo deseable que distingue a la disciplina y cohesiona a quienes desarrollan algún tipo de labor en relación con ella.
  9. Normas de conducta, definidas como la expresión explícita de los valores compartidos en la disciplina y materializadas en reglamentos, leyes, legislaciones y demás documentos normativos.
  10. Significados compartidos, o símbolos identitarios propios de la disciplina.
  11. Las disciplinas tienen una ideología, ya que están constituidas por sistemas de pensamien­to y de creencias que dotan de contenido y sentido a las distintas visiones del mundo.
  12. Por último, toda disciplina se ocupa de un campo de conocimiento, que cuenta con una estructura, y con altos niveles de concentración del mismo, que van desde amplios argumentos temáticos, hasta pequeños segmentos dentro de las especialidades subdis­ciplinarias. La estructura en las ciencias duras consiste en dejar fuera de la disciplina madura los problemas que no tienen orden, convirtiéndolos en especialidades, a fin de mantener la claridad y la coherencia de la disciplina.

Tomando como referencia los rasgos anteriores, que definen a las disciplinas, estamos en condiciones de describir cómo y en qué ámbitos proporcionan elementos estructurales a la investigación científica.
Como forma especializada de organización, la disciplina agrupa por campos de conocimiento a los especialistas similares, formando una comunidad que comparte intereses y que se agrupa gremialmente poseyendo una amplia extensión territorial, que trasciende los establecimientos [Clark, 1983: 56].
La disciplina determina en gran parte la división del trabajo en los establecimientos y confiere contenido a las divisiones. La unidad de adscripción básica del sistema de investigación está orga­nizada en torno a la disciplina, docentes e investigadores se organizan en subsistemas de acuerdo con la disciplina y sus especialidades subdisciplinarias, por ejemplo: formando departamentos, secciones, divisiones o academias.
Por otra parte, el requerimiento de un vocabulario en común, lleva a definir el proceso de división interna de un campo, que se refleja en la diferenciación terminológica. También, nor­man las formas lingüísticas y sintácticas aceptadas para expresar el conocimiento, los modos discursivos que distinguen a la disciplina, conformando tradiciones teóricas o escuelas.

Del mismo modo, al demandar un conjunto de creencias compartidas acerca de la teoría, la metodología, las técnicas y los problemas que delimitan la disciplina, fija las normas, no ex­plícitas pero sí puestas en juego durante la acción pedagógica, sobre cómo se debe investigar y cuáles deben ser los conjuntos de áreas problemáticas hacia las cuales hay que dirigir las investigaciones.
La forma habitual de hacer y difundir los resultados de las investigaciones lleva a crear costum­bres que prescriben los medios e instituciones aceptados para la difusión de la investigación, las formas y criterios para la selección de lo que se publica y lo que no.
Sin embargo, la disciplina trasciende los establecimientos, pues sus perspectivas e intereses con­ceptuales se extienden a muchas naciones, y sus integrantes pueden pertenecer a muy diversos establecimientos situados en distintas partes del mundo, pero tienen en común con sus con­trapartes especializadas en el extranjero, que comparten su misma identidad disciplinaria.
Sí la estructura del conocimiento objetiva lo que se enseña y lo que se investiga, cuando ex­plicitamos la estructura organizacional de las disciplinas y de los establecimientos, estamos haciendo evidente e identificable qué se investiga, cómo se investiga, dónde se realizan esas actividades. Hacemos transparente la relación operante entre la organización de los individuos y la organización del conocimiento.

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