LA ÉTICA PROFESIONAL DE LOS INVESTIGADORES EN TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN

Virginia Morales Sánchez

Introducción


La detección e identificación de los valores dentro de una comunidad es una tarea, que en sí misma, plantea una serie de retos. Su concepción teórica puede abordarse desde diferentes referentes intelectuales, lo que indica la posibilidad de construcciones muy diversas para el análisis y la observación; todas dependientes del marco teórico-conceptual desde donde se diseñan los observables. No es lo mismo concebir los valores desde una perspectiva subjetiva, que atribuye un origen emocional a los valores; a una objetiva, que considera a los valores un producto de la libre actuación humana. Cada visión remite fórmulas distintas de diseño con­ceptual y por tanto de diseño de una investigación.
Para el diseño de esta investigación se eligió un referente teórico objetivista, en el que se consi­dera que los valores reflejan una preferencia que se ejerce en el momento de elegir los modos, medios y fines de actuación. Esto significa que, de una amplia gama de formas de actuación que tiene el sujeto, elige una de ellas en base en lo que se considera una conducta más valorada en el contexto en el que se encuentra.
Para la asimilación de lo que se valora y lo que no, en ese contexto, es necesario un proceso de aprendizaje, que puede ser formal o informal, pues en ambos casos, el sujeto aprende en la interacción con los demás miembros del grupo, los patrones de comportamiento que son aceptados y valorados, tanto para la interacción, como para las determinaciones individuales. Sin embargo, únicamente la práctica de esas reglas es lo que propiciará su asimilación como una construcción interior de lo que se debe o no se debe hacer.
Es decir que para este trabajo, los valores son una construcción social, que se insertan en el sujeto como modos de pensar, sentir, elegir y decidir; sólo a partir de su aprendizaje, produc­to de la interacción del sujeto dentro de un contexto social dado. En este último sentido, los valores pueden concebirse como ideas que implican un compromiso de comportamiento para el sujeto y que es propio del ámbito social en que se sitúa.
Esta configuración, como ideas, que toma los valores, se convierte en la piedra angular de la presente investigación, como punto de partida para la detección y búsqueda de valores en las comunidades que estudiamos.
Sin embargo, dentro de una comunidad pueden converger distintos sistemas de ideas que im­plican compromisos de comportamiento. Cada uno de esos conjuntos tiene un origen distinto, que puede ser: una fuerza social, un grupo élite, una autoridad, un grupo religioso, un grupo con poder económico o político, entre otros.
En los inicios de la investigación, fue siempre claro que la comunidad objeto de estudio era la comunidad de investigadores en tecnologías de información, pero quedaban varias tareas por rea­lizar, como definir cuáles serían los ejes de estudio y los grupos que se incluiría en el mismo.
Para la definición de los ejes de estudio se tomaron en cuenta las corrientes teóricas desde donde se han estudiado los valores en la ciencia. El problema de la ciencia y sus valores está atravesado por distintos ejes problemáticos desde los que puede ser abordado: éstos, en sí mis­mos, representan un ámbito de indagación. El abordaje de cada uno de ellos, es posible hacerlo desde diferentes referentes teóricos como: la filosofía de la ciencia, la sociología de la ciencia, la economía y el derecho, entre otras áreas disciplinarias que han hecho planteamientos sobre cuáles son los valores en la ciencia.
Uno de los ejes del problema se halla implícito en el propio objeto de estudio y es el de los valores como un sistema referencial que guía la acción, las decisiones y preferencias de las comunidades de investigación. Los debates centrales, en torno a la investigación científica y sus valores, emergen desde distintas corrientes teóricas, pero todas ellas plantean una ética elaborada desde la perspectiva del marco conceptual y valorativo, de quienes enuncian cuáles deben ser los valores de quienes realizan investigación científica. Estos planteamientos no dejan de ser otra cosa que discurso, y no disertaciones acerca de los valores que nos ocupan: la identificación de los valores que operan en las comunidades de investigadores en las disciplinas de tecnologías de la información, por lo que, aun cuando hemos revisado algunas corrientes teóricas sobre los valores, no son estas nuestro objeto de estudio; son sólo el planteamiento de los referentes teóricos, desde los cuales se hace el abordaje de los distintos ejes que atraviesan nuestro objeto de estudio.
En esta labor de identificación de los valores inmersos en la dinámica del trabajo de los in­vestigadores, se partió de la concepción de la ciencia como actividad humana, lo que remitió a un estudio de los valores concebidos como producto de las intervenciones de los diferentes sectores que coexisten en el contexto en que se desarrolla la actividad misma.
El abordaje que se hace de los valores a lo largo del trabajo, no congenia con la visión interna-lista, ya que ésta plantea un ethos con una base epistemológica, de modo que los únicos valores posibles en la ciencia son los valores cognitivos y las normas o reglas metodológicas [Laudan, citado en Prada, 2002, 1]; o los valores del ethos de la ciencia que plantea Merton [1970: 270- 278], que es una continuación de la visión positiva de la ciencia y sus valores puritanos.
La cuestión es que los valores no operan por el discurso o las opiniones, sino que, requieren de alguno de los mecanismos para su inclusión y operación en cualquier grupo. Entre las tácticas, que se sabe son puestas en marcha para cambiar los valores de un grupo, están la promulgación de normas por una autoridad reconocida por el grupo o sector social, la cual obliga al cumplimiento de dichas normas a los miembros de la comunidad utilizando para ello la imposición de sanciones. Otro mecanismo para la adopción de nuevos valores en una comunidad, es mediante la puesta en marcha de innovaciones en los procedimientos conse­cuencia de la introducción de nuevas tecnologías, las cuales siempre imponen nuevas formas de hacer las cosas y por tanto modifican la gama de posibilidades de acción y elección al hacer modificaciones en los modelos o sistemas de trabajo, con lo que suelen tener el mismo efecto que la promulgación de normas. Ejemplo de este último caso, son los sistemas de evaluación de la productividad, implantados para medir el desempeño de todos los actores sociales en la actividad de investigación en México, tema que nos ocupa en la presente investigación.
Retomando los razonamientos sobre los modos de abordaje de los valores, cabe decir que, si bien no descartamos la existencia de valores cognitivos y normas metodológicas como parte del sistema de valores de quienes se desempeñan como investigadores, no consideramos que sean los únicos operando en el trabajo cotidiano de toda la comunidad científica y de tecnólogos.
Es por ello que, el tratamiento que hacemos de los valores tiene una orientación hacia una visión de la sociología de la ciencia, a los planteamientos que se hacen en la visión externa de la ciencia, es decir, como una actividad socialmente creada que se halla en conexión con el resto de la experiencia humana, por lo que posee valores éticos propios de una actividad, pero también, adquiere otros valores que tienen que ver con el contexto en el que se desarrolla [González, 1998: 23]. Lo que presupone una posición subalterna de la ciencia, en la que ésta se halla condicionada y limitada por procesos externos.
Tal supuesto propone una ciencia subordinada a grupos o sectores sociales y de ello se des­prende otro de nuestros ejes del problema, la composición del contexto social en que se inserta la actividad de investigación científica y la estructura que le proporciona ese mismo contexto en que se ejerce.
Esto es, la ciencia como una actividad humana más, ejercida dentro de una determinada sociedad, adquiere una estructura dentro de los patrones establecidos en esa sociedad para el resto de las actividades. Así, con el advenimiento de la revolución industrial y la conse­cuente división del trabajo, el surgimiento de la burocracia académica y el corporativismo, incidieron fuertemente en la estructura organizacional de la ciencia y por ende en la inves­tigación científica.
El proceso de la división del trabajo en el interior de la actividad científica tuvo como resultado la tendencia a la especialización del conocimiento y de la actividad de investigación, haciendo aparecer nuevas formas de organización del trabajo científico basado en el modelo de desarrollo industrial, donde el investigador o científico pasó a ser un trabajador altamente especializa­do, contratado por alguna organización de la estructura social (universidades, laboratorios, empresas, gubernamentales o privadas), con un salario fijado en base a un tabulador, y que se desempeña en alguna de las tareas asignada a los trabajadores de su tipo, a la producción de conocimiento, tecnologías, modelos y/o sistemas.
Sin embargo, estos patrones generales de los países de occidente no siguen el mismo patrón para todos los casos y los procesos de institucionalización de toda actividad social están mati­zados por la conformación y consolidación de sus patrones normativos, y de las características que tomen los modelos de organización que se adopten, así como de esquemas de regulación implementados para la interacción y el intercambio entre los actores de la comunidad. De hecho, los elementos que conformen la estructura, como: la red institucional, los sistemas normativos, sus mecanismos e instrumentos, todos ellos están en función de las condiciones contextuales del sistema social y, aun cuando sean los mismos que se instauraron en otros países, tomarán una fisonomía particular en cada caso.
En este camino encausamos nuestra investigación, pues consideramos de interés conocer las características particulares del proceso de institucionalización del trabajo científico en México, la estructura resultante de este proceso y su impacto en la conformación del sistema de valores de las comunidades en tecnologías de información, haciendo el estudio de las comunidades de tres casos: Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Si bien, en la investigación se plantean algunos aspectos históricos de estos procesos de insti­tucionalización, el interés está puesto en marcar los elementos coyunturales que dieron pie al sistema normativo de la actividad científica y tecnológica en el país, así como, su configura­ción en los tres casos de estudio, planteando los mecanismos e instrumentos utilizados para la regulación en cada uno de ellos y sus efectos en la composición de su sistema de valores.
De hecho, el planteamiento de nuestra hipótesis central se concentra en la inclusión de estos puntos que planteamos y que consideramos los más relevantes en nuestra investigación.
El sistema de valores operante en las comunidades de investigación en el campo de las tecnologías de la información, en los casos UNAM, UAM e IPN, derivan de la estructura organizacional puesta en marcha a partir de la implantación de los sistemas de evaluación de resultados para instituciones, posgrados e investigadores, pues al ser implementados, transformaron la estructura interna de la actividad de investigación científica mexica­na, sus usos y su significado, a través de las redes de instituciones que se crearon para la regulación y control de las evaluaciones, así como de los mecanismos e instrumentos para la demanda, calificación y seguimiento de los informes de productividad tanto para instituciones como para investigadores.
Como es sabido, el proceso de investigación no es lineal y en él suelen darse muy a menudo saltos, omisiones, avances, retrocesos, vueltas, en fin todo tipo de situaciones pese a la planea­ción de la investigación, y esto es una condición natural de la investigación misma. Aun cuando en el proceso de comprobación de la hipótesis, la investigación no fue lineal, la presentación de los resultados es menester adecuarla al formato requerido para una tesis, que precisamente posee esta característica de secuenciación. Aunque los capítulos tienen una secuencia, no ne­cesariamente fueron elaborados en ese orden, sino que es un orden narrativo.
De cualquier forma el trabajo contempla, en una primera aproximación, identificar las carac­terísticas del proceso de institucionalización de la ciencia en el mundo occidental, haciendo una breve semblanza de los principales tipos de estructuras institucionales; la diferenciación de los dominios; el proceso que llevó a la consolidación de un grupo identificado como co­munidad científica; la conformación de procesos de formación y selección que definen la ciencia como una función ocupacional; la creación de organizaciones complementarias a la red institucional de base [Olea, 2004:253], tales como: asociaciones, academias, editoriales, etcétera; y el establecimiento de los mecanismos legales que regulen el acceso a la actividad y las maneras de ejercerla.
La siguiente tarea consistió en hacer esto mismo para el caso de México, reseñando su compo­sición y organización institucional, disciplinaria y de organizaciones complementarias, estos son los alcances del capítulo uno.
Es decir, la labor en esta primera parte fue la identificación de los actores, reconocidos por las comunidades y la sociedad en general, como entidades con autoridad para emitir alguno de los tipos de regulaciones, que se sabe albergan ideas que comprometen la actuación de los individuos hacía quienes están dirigidos; marcando así, las pautas de conducta grupales e individuales, esperadas en las comunidades a quienes se aplican.
Fueron identificadas cuatro instancias de regulación: la disciplina, la estructura organizacio­nal del sistema nacional de ciencia y tecnología, las sociedades científicas y profesionales, y el mercado de productos.
En el segundo apartado, se incursionó en una revisión de los diversos enfoques teóricos, desde donde han sido abordados los valores, poniendo mayor énfasis en aquellas corrientes de pen­samiento que plantean la visión externalista de los valores, sin dejar de considerar los valores propios de la ciencia desde la visión internalista. Posteriormente, desarrollamos nuestro marco conceptual, las nociones de valor, norma, sistema de valores y ética profesional, son discutidas y analizadas hasta construir los conceptos que guían nuestra investigación.
Fue sólo a partir de este desglose de los elementos teóricos que se estuvo en posibilidades de esbozar las estrategias de búsqueda de los valores en las comunidades de interés, las cuales se plantean como una discusión; hacia el final del capítulo II, en torno a los ámbitos de regulación de la ciencia incorporados como parte de la estructura científico-tecnológica en México.
El debate incluido sobre las nociones de valores y de normas permitió puntualizar las formas de regulación a considerar para la investigación: normas, leyes, reglas, prescripciones, direc­trices e instrucciones. Su importancia es relevante, para efectos de nuestra investigación, pues son estas formas de regulación el marco referencial para la búsqueda de los valores, ya que en ellas se albergan las ideas que comprometen el comportamiento de los sujetos para quienes son elaboradas. Además son el punto de convergencia entre las entidades regulatorias, sus ámbitos de actuación y los individuos sujetos a la regulación.
Así fue como, después de un análisis de las entidades regulatorias basado en estas formas de regulación, se llegó a la detección de los ámbitos de actuación regulatoria que se ejercen sobre los sujetos de las comunidades; las que agrupamos en cinco categorías: 1. Qué se debe inves­tigar; 2. Cuáles son los productos de investigación importantes; 3. Cómo se debe desarrollar una investigación; 4. Qué formas de divulgación y difusión son básicas para la investigación y 5. Qué formas instituidas de reconocimiento del trabajo como investigador, son apreciadas por los miembros de las comunidades.
Es decir, ahora la búsqueda de los valores debía encausarse hacía identificación de ideas norma­tivas, plasmadas en: reglamentos, leyes, legislaciones y manuales de procedimientos; emanados de las entidades regulatorias y aplicados a las comunidades objeto de nuestra investigación, pero únicamente en el marco de las cinco categorías definidas para actuación regulatoria.
La definición de los elementos de observación desde la disciplina, es la razón de nuestro ter­cer capítulo. En él, la noción de tecnologías de información como: el conjunto de campos del conocimiento que se ocupan del desarrollo de productos tanto teóricos como de aplicación, en cualquiera de los procesos de la información; conjuntamente con los criterios que deter­minan la madurez de una disciplina, enunciados por Tony Becher [1989], son la base para la localización y enunciación de los núcleos disciplinarios que comprenden las tecnologías de la información, y la consecuente identificación de sus ramas de investigación.
Una vez señaladas las disciplinas y especialidades que comprenden las tecnologías de la in­formación, la tarea de identificación de las comunidades de estudio, dentro de la red de ins­tituciones del sistema nacional de investigadores, fue más sencilla. Sin embargo, por razones de delimitación de la investigación, la búsqueda de comunidades se circunscribió a sólo tres instituciones: UNAM, UAM e IPN, en las que además se llega hasta la especificación de las ramas o especialidades de investigación de cada comunidad y se describen algunas caracte­rísticas laborales de sus miembros.
El capítulo IV, aborda la enunciación de los observables desde otra entidad de regulaciones: el sistema nacional de ciencia y tecnología. Así, son descritos mecanismos e instrumentos espe­cíficos que inciden en las comunidades de investigación no provenientes de las regulaciones disciplinarias, sino desde el sistema nacional de ciencia y tecnología.
Por tal razón, son analizados: reglamentos, leyes y legislaciones tanto con cobertura nacional como institucional, que norman el trabajo científico y tecnológico del país. Extrayendo de ellas los elementos normativos que inciden en la conformación de preceptos valorativos en los rubros de: elección de problemas de investigación; tipos de productos obtenidos como resultado de la investigación; formas de financiamiento; formas de divulgación científica; formas de difusión de la ciencia y; formas de reconocimiento del trabajo de investigación. Es decir, el desglose de las dimensiones normadas desde el sistema nacional de ciencia y tecno‑ logía, mismas que en el capítulo V, son agrupados y organizados para construir las variables y sus clases.
Los aspectos metodológicos para el diseño de la investigación, como la descripción y justi­ficación de casos, la definición de las unidades de análisis para cada uno de ellos, y la enun­ciación de las variables, su clasificación por clases y las escalas para su medición, son temas desarrollados en el capítulo V. En este apartado se declaran las características que son desea­bles de estudiar en cuanto a la composición de cada comunidad, así como, las que definen las orientaciones valorativas en el ejercicio de la actividad como investigador.
En el sexto epígrafe, son expuestos los detalles sobre el diseño de los instrumentos empleados para la recopilación de los datos. En él se hace referencia a la relación entre dimensiones, ca­racterísticas de estudio, variables e ítems de la encuesta, y consignas en la entrevista. Además, se puntualizan y explican las técnicas a utilizar en las mediciones de los datos resultantes de las entrevistas y de las encuestas, se evalúa la eficiencia tanto de los instrumentos para la re­caudación de datos, como de las técnicas de medición a emplear en cada caso por medio de un estudio de pilotaje, narrando el diseño y los resultados de la prueba piloto.
La exposición de los resultados desarrollada en el séptimo capítulo, comprende en primer tér­mino el informe de los resultados en relación con las características que describen la composi­ción de cada una de las comunidades. En el IPN los investigadores están arraigados al sistema nacional de investigación, pues han pasado por un gran número de procesos de evaluación hasta alcanzar los niveles más altos en categoría y en estímulos, por lo que han asimilando los procedimientos, normas y reglas que se exigen de ellos, lo que les da la característica de adherencia a los patrones marcados por las instancias a las que recurren para obtención de recursos económicos, ya sea para proyectos o para becas que mejoren su salario.
En el caso de la UNAM, los investigadores del IIMAS en su mayoría se hallan en proceso de obtener mejores categorías y mejorar los niveles en los estímulos. La marcada participación en los sistemas de estímulos tanto institucionales como del SNI, es indicio de un fuerte apego a las pautas dictadas desde los reglamentos y procedimientos promulgados por la UNAM y CONACYT, además de tener una fuerte influencia desde las asociaciones profesionales y científicas del campo.
En la UAM, las comunidades están compuestas por investigadores próximos a obtener la categoría más alta. Es mínima su participación en el SNI, pero todos están en el sistema de estímulos institucional, y hay una mediana participación en asociaciones profesionales y cien­tíficas. Lo cual habla de grupos de investigación con una fuerte influencia de la normatividad institucional, pero aún en camino de asimilación de la totalidad de los patrones de valoración dictados por el sistema nacional de investigación.
Todo lo anterior hace comprensible una correspondencia entre la importancia que otorgan los investigadores a las actividades de investigación mejor remuneradas en los tabuladores de su institución y del CONACYT, limitando sus acciones a la obtención de los productos y procedimientos más valorados en ellos.
El segundo conjunto expositivo de resultados, comprende una descripción de las tendencias por variable, en base a las características que orientan la valoración del ejercicio de la actividad de investigación, culminando con la descripción del sistema de valores por caso.
El análisis específico de las tendencias de cada variable es por demás revelador de la articulación de los sujetos al juego de la evaluación, adoptando y adaptándose a sus reglas y requerimientos, con el fin de obtener el mayor puntaje y acceder así a los niveles más altos de estímulos. Y deja al descubierto el vínculo, entre la formación de los futuros investigadores, generalmente alumnos de posgrado, en las reglas, normas, procedimientos y preceptos, que deben seguir para poder llegar a obtener un lugar como investigadores; y las actividades evaluadas a los investigadores.

Por último, se realiza una comparación de los resultados entre casos a fin de encontrar las macro tendencias, las definiciones normativas que caracterizan a los tres casos y que se erigen al nivel de creencias.
Para concluir se hace un balance de los resultados en relación con nuestras hipótesis, a fin de estimar cualitativamente los resultados de nuestra investigación.

Volver al índice

Enciclopedia Virtual
Tienda
Libros Recomendados


1647 - Investigaciones socioambientales, educativas y humanísticas para el medio rural
Por: Miguel Ángel Sámano Rentería y Ramón Rivera Espinosa. (Coordinadores)

Este libro es producto del trabajo desarrollado por un grupo interdisciplinario de investigadores integrantes del Instituto de Investigaciones Socioambientales, Educativas y Humanísticas para el Medio Rural (IISEHMER).
Libro gratis
Congresos

15 al 28 de febrero
III Congreso Virtual Internacional sobre

Desafíos de las empresas del siglo XXI

15 al 29 de marzo
III Congreso Virtual Internacional sobre

La Educación en el siglo XXI

Enlaces Rápidos

Fundación Inca Garcilaso
Enciclopedia y Biblioteca virtual sobre economía
Universidad de Málaga