LA ÉTICA PROFESIONAL DE LOS INVESTIGADORES EN TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN

Virginia Morales Sánchez

7.3.1 Sistema de valores en las comunidades de estudio del caso IPN

De acuerdo con los resultados de la medición de las variables se encontró que en el IPN las reuniones entre investigadores y las tendencias internacionales del campo de conocimiento, son las formas más valoradas a la hora de definir los problemas a abordar en los proyectos de investigación. Así también, son de gran aprecio los financiamientos privados provenientes de empresas y del CONACYT. Sin embargo a la hora de obtener los recursos para los proyectos la principal fuente de financiamiento es el propio Instituto, y en menor medida el CONACYT. Es decir, que a la hora de definir, qué se debe investigar en el IPN la decisión resulta de una mezcla de los intereses, las aspiraciones y las preferencias de quienes participarán en la investigación; el núcleo problemático definido en los grupos disciplinarios internacionales y los lineamientos institucionales. Por tanto, podemos aseverar que en el caso del IPN, son los patrones marcados a partir de la disciplina (en su marco internacional), así como los que provienen de la estructura organizacional, dentro del sistema nacional de investigación, los que prevalecen en el sistema valorativo de los investigadores, dejando completamente fuera de esta decisión al mercado de productos y a la sociedad.
Las afirmaciones anteriores se ven reforzadas cuando estudiamos las motivaciones en la pla­neación de los resultados de investigación y obtenemos que en el IPN los productos son pla­nificados en primera instancia siguiendo las demandas de quien financia la investigación y, en segundo término, en los parámetros establecidos para becas y estímulos. En concordancia con estas evidencias se hallan los tipos de productos más frecuentemente desarrollados, los cuales suelen ser los artículos presentados en congresos internacionales y nacionales, juntamente con el desarrollo de prototipos. De igual modo, la respuesta obtenida respecto a la razón por la que se desarrollan esos productos, es porque fueron los que solicitaron quienes financiaron la investigación, confirma esta tendencia sobre la existencia de un vínculo directo entre la valoración institucional de los productos (a través de la tablas de valoración de los productos para los sistemas de estímulos), y la producción de resultados de investigación.

En base a estos resultados, no es aventurado decir, que en el IPN los resultados y productos de investigación son valorados no por su impacto en la satisfacción de las necesidades sociales y el desarrollo científico y tecnológico que ofrecen, sino por la adhesión de los investigadores a las normas institucionales, a fin de poder participar en los sistemas de evaluación y obtener los mejores puntajes, en dichos procesos.
Estas últimas afirmaciones no son desproporcionadas ya que, como se dijo hacia el final del capítulo IV, los artículos y los prototipos ocupan el quinto y el sexto lugar entre los productos con mayores puntajes, además, si consideramos que un investigador puede desarrollar entre dos y tres artículos en un año, su puntuación acumulada puede elevarse sustancialmente, al­canzando en un año los puntos equivalentes a los que se otorgan a un libro o un posgrado, pero en mucho menor tiempo del que le llevaría hacer cualquiera de estos dos últimos productos. De esta forma, podemos decir que, es la estructura organizacional dentro del sistema nacional de investigación, a través de los sistemas de evaluación de la productividad del investigador, la que actúa en la definición del valor que debe otorgárseles a los productos y por consecuencia, en la selección de éstos al momento de su planeación y desarrollo.
Ahora bien, una consecuencia lógica de que en el IPN los productos más importantes sean los artículos y los prototipos, es que las formas de difusión que se tienen en mayor estima, son los congresos, las publicaciones en revistas especializadas y las exposiciones. Lo que significa que la difusión está circunscrita a estas formas aceptadas por las sociedades científicas y pro­fesionales, que son las que organizan los congresos y validan la cientificidad de los trabajos presentados. Pero la difusión también está determinada por la comunidad disciplinaría, que es de donde se extraen a los pares, que conforman los comités evaluadores para la aceptación o rechazo de los trabajos postulantes, y también dónde se organizan las exposiciones científicas o tecnológicas.

La otra instancia que ejerce control sobre la divulgación que se realiza en el IPN es el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología por medio de los parámetros de evaluación instituidos para los investigadores, que fijan tabuladores de puntuación que precisan el valor institucional ya sea de CONACYT o del IPN, atribuido a los productos de divulgación de la ciencia.
En relación con el trabajo de divulgación de los resultados de investigación, en el IPN se percibe que a este rubro se le da menor importancia, empleándose como medios básicos para esta labor las conferencias, los seminarios y los programas de televisión. A diferencia de la difusión; aquí la instancia regulatoria de la actividad es básicamente la estructura organizacional dentro del sistema nacional de ciencia y tecnología, a través del sistema de evaluación de la productividad de los investigadores y, más precisamente, de la valoración de los productos de divulgación.
A la hora de definir, cómo se debe investigar, para el IPN se encontró que es mediante la rea­lización de un posgrado y de la participación en el desarrollo de investigaciones en el área. Se puede obtener una formación completa en las teorías, técnicas y metodologías propias de este campo del conocimiento, y también es de esta manera, como un principiante puede hacer suyo el lenguaje que se maneja en la disciplina.
Por tanto, las directrices en lo referente a los procedimientos validados para el desarrollo de la investigación, están dictadas desde la propia comunidad disciplinaria, pues es ahí, en el seno mismo de los posgrados, donde se albergan los grupos de investigadores, el único lugar legitimado para formar nuevos investigadores.
i. En relación con las formas de reconocimiento apreciadas en las comunidades de investi­gadores del IPN la investigación arrojó que los estímulos económicos y los premios son las más importantes formas de reconocimiento, pues significan la valoración de la trayectoria del investigador y un beneficio económico para él. Se percibe por estos resultados que existe una tendencia a la estimación económica del trabajo como investigador más que la búsqueda de prestigio o de reconocimiento por parte de los integrantes de la comunidad. Es decir, la actividad se realiza por los beneficios económicos que su ejercicio significa más que por una actitud positiva hacia el desarrollo humano a través de la búsqueda de nuevo conocimiento o una mejora social a través de la tecnología.

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