“POLÍTICAS PÚBLICAS EN SALUD Y SU IMPACTO EN EL SEGURO POPULAR EN CULIACÁN, SINALOA, MÉXICO”

Manuel Ildefonso Ruiz Medina

2.7 La asistencia social, atención primaria de salud


En Gran Bretaña por el año 1804, existían sociedades de socorro mutuo que aportaban dinero a sus afiliados cuando se enfermaban, posteriormente llegaron a contratar servicios médicos para atender a sus asociados (Jaramillo, 2005:173-174).
En el año 1900, estas sociedades tenían una gran cantidad de miembros, y los asociados no solo recibían  servicios médicos, sino pensiones de invalidez. Al enfrentarse Enrique III con la Iglesia Católica, este pasó los servicios hospitalarios a organizaciones de caridad, los que con algunos apoyos  municipales o asumidos totalmente por éstas, se mantuvieron así hasta la fundación  del  Servicio  Nacional  de  Sanidad  en  1948.  Sin  embargo  en  1911,  se  creó  en Inglaterra un seguro nacional para trabajadores de bajos ingresos, pero excluía a los familiares y se limitaba a la medicina general y sus medicamentos. Con esa experiencia años después, la Asociación Médica Británica propuso que el seguro se extendiera a todos los trabajadores y que se dieran más beneficios.

A principios del siglo XX escribe Sánchez González (2002:158-160), la medicina científica ofrecía excelentes resultados.
Se abrieron nuevas posibilidades gracias a la cirugía, la quimioterapia, la endocrinología y la nutrición  científica y existían complejos instrumentos para el diagnóstico y el tratamiento, recursos que solo podían concentrarse en los hospitales, lugares que se convirtieron en lo más idóneo para el tratamiento  de enfermedades agudas de todas las clases sociales ya que la asistencia  sanitaria     había  sido  anteriormente  diferente  según  el  nivel  social,  político  y
económico del enfermo; esa corrección evitó consecuencias sociales ya que al introducir a la asistencia médica39   principios y valores distintos a los del mercado económico, entre ellos la caridad eclesiástica, la filantropía o la beneficencia pública hubo resultados satisfactorios en el avance de la medicina.

Tras todo esto, refiere Sánchez González (2002-165) nacieron los denominados sistemas de salud que son: combinación de recursos, organización, financiación y gestión, que culmina en el suministro de servicios de salud a una población.
Los  distintos  sistemas  se  distinguen  por  múltiples  peculiaridades,  pero  las  principales características son: el porcentaje de población atendida, la disponibilidad total o parcial de los recursos, la fuente de financiación y el modo de organizar el suministro directo de los servicios de salud, sin embargo un factor decisivo en la configuración de cualquier sistema de salud es la intervención del  Estado, que consiste en una modificación o suplementación de las leyes de mercado, así como en una  regulación de la iniciativa económica de los individuos y de las empresas.

En los países en que hay muchas personas empleadas por cuenta propia, llámense profesionales de una actividad  como la electricidad, plomería, mecánicos, trabajadores de la construcción, tenderos,  pequeños  agricultores,  taxistas,  artesanos  etc.,  que  trabajan  por  su  cuenta  existen problemas de identificación y de cumplimiento adecuado de la legislación de seguridad social. Se han intentado distintos métodos para hacer extensiva la  protección a estos trabajadores del sector no estructurado, pero no siempre han tenido éxito. Lo cierto es que la  mayoría de los regímenes en los que contribuyen empleadores, trabajadores y gobierno cubren a trabajadores que  dependen de un empleo remunerado dejando a otros grupos de la población la tarea de adoptar  sus  propias  medidas;  para  quienes  pasan  apuros,  se  les  puede  brindar  protección mediante la asistencia social o  regímenes  universales financiados con cargo al presupuesto de egresos federal.

Por otra parte, la OIT (1995:7-8), afirma que en lugar de basarse en las cotizaciones individuales de trabajadores y  empleadores, algunos países han iniciado o reelaborado su seguridad social sobre la base de lo que se llama asistencia social.
Se recurre a impuestos locales o nacionales para financiar los diversos programas de los que se derivan las prestaciones pagadas como un derecho legítimo, cuando se cumplen las condiciones de necesidad prescritas. En general, para la valoración de la prestación se tienen en cuenta los recursos económicos de la persona en cuestión. Muchos países en se basan fundamentalmente
en el seguro social también cuentan son asistencia social para las personas que por alguna razón  no  están  comprendidas  dentro  del  ámbito  del  régimen  principal  o  a  las  que  éste proporciona prestaciones insuficientes para cubrir sus necesidades. Puesto que la solidaridad y la asistencia social  están muy interrelacionadas, suele actuarse de manera discrecional en el momento de fijar el importe  o clase de prestación. Los países escandinavos y otros como Australia han optado por una seguridad social basada en la asistencia.

La    asistencia    social    médica    opina    Solorio    (2001.41-42)    prevé    el        mantenimiento, restablecimiento  y  mejora  de  la  salud  de  las  personas.  En  una  situación  ideal,  todos  los ciudadanos de un país tendrían acceso a la asistencia, sin embargo, esta prestación resulta muy cara, tanto más cuanto que la medicina moderna se ha perfeccionado en gran medida y al mismo tiempo han aumentado las esperanzas en ella depositadas.
Se había previsto que para el año 2000 muchos países dedicarían por lo menos el diez por ciento  del  producto interno bruto a la atención médica, previsión que ya se ha cumplido en algunos casos.  En los países en donde, por alguna razón, la prestación de asistencia médica resulte  inadecuada,   será  necesario  decidir  la  forma  de  distribuir  los  escasos  recursos disponibles, ya que sobre las  finanzas nacionales recaen múltiples y variadas peticiones de fondos para toda clase de gastos; tiene que llegarse a un equilibrio entre los diversos programas que el Estado debe llevar a cabo.

La asistencia social afirma Ahumada( 1972:111) es la rama de la seguridad social que se ocupa de proporcionar condiciones mínimas suficientes a aquellos miembros de la comunidad que por causas  ajenas  a  su  voluntad,  se  encuentran  en  situación  de  menor  valencia  sico-física, económica y social. Menciona el autor que la asistencia social constituye la forma más antigua de protección social  y es la expresión de las  primeras  formas  de fraternidad  y solidaridad humanas,  y establece que son  dos  las  características  de la  transformación  del  concepto  de beneficencia o asistencia en el de Asistencia Social:
* Su  financiamiento  es  no  contributivo,  vale  decir,  se  hace  mediante  impuestos  o contribuciones que ingresan en el presupuesto nacional o federal.
Al otorgarse la prestación vía impuestos se deben a una condición del sujeto debido a su estado de necesidad, -tal vez causado por ingresos nulos o insuficientes- la invalidez, orfandad o cualquier otra causa de naturaleza semejante.
* Todo se efectúa mediante el otorgamiento de prestaciones al caso social, individual, que se realiza gracias a la acción de profesionales especializados.
* Son prestaciones transitorias y se deben a una condición exógena o del medio externo natural, tales como inundaciones, sismos, derrumbes, incendios, sequías, etc.

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