ESTIMULACIÓN TEMPRANA A NIÑOS DE CERO A DOS AÑOS CON FACTORES DE RIESGO DE RETRASO MENTAL.

Félix Lázaro Huepp Ramos

1.4 Estado actual de la atención a los niños de edad temprana y preescolar con factores de riesgo de retraso mental.


Para la ejecución del diagnóstico se seleccionó intencionalmente una muestra de seis metodólogas de la Educación Preescolar y veinticuatro promotores del programa Educa a tu hijo de diferentes Consejos Populares de la provincia Santiago de Cuba. Todos con más de seis años de experiencia en la Educación Preescolar y vinculados directamente al programa Educa a tu hijo.
En el mes de octubre el año 2001 se aplicó un cuestionario (Anexo 2) con el objetivo de conocer la situación actual de la detección e intervención diferenciada a los niños de cero a dos años con factores de riesgo de retraso mental.
Fueron evaluados:


Dimensiones

Diagnóstico

Atención

 

 

 

 

Indicadores

Momento de realización.
Personal que lo realiza
Técnicas empleadas.

Momento de inicio
Personal participante.
Programas Empleados
Sistematicidad en la atención directa

Los resultados obtenidos son los siguientes, 22 de los cuestionados (73,3%) plantean que la detección de los factores de riesgo la realizan los médicos de familia en todos los casos, porque los conocen, pero prestan mayor atención a aquellos casos que presentan algún síndrome (especialmente Down). Al resto la atención brindada es fundamentalmente clínica (estado de salud). Esto evidencia que existe falta de conocimientos acerca de las implicaciones futuras que pueden acarrear factores de riesgo aparentemente “benignos”, y que el diseño de la atención diferenciada se centra en los niños con retardos en el desarrollo.
El 100% plantea que los promotores y las ejecutoras voluntarias del programa Educa a tu hijo no están lo suficientemente preparadas para enfrentar esta tarea, de ahí que la detección al quedar en manos de los médicos sólo tenga un corte clínico y no siempre se informe oportunamente de la existencia de estos niños a los equipos del Centro de Diagnóstico y Orientación.
El 100% plantea que todos los niños no son evaluados por el Centro de Diagnóstico y Orientación, sino sólo aquellos que presentan retardos en su desarrollo o síndromes acompañantes. Al respecto es necesario reflexionar, pues si los ejecutores y promotores no están preparados para la detección, entonces la información no llega al Centro de Diagnóstico y Orientación antes de que se presenten evidentes retardos en el desarrollo, por lo que la intervención se demora.
La esencia del trabajo que se realiza en la actualidad es prevenir que el cuadro sintomatológico de estos niños empeore, por lo tanto no se ejecuta la atención diferenciada a los que solo presentan factores de riesgo de retraso mental. La estimulación temprana evitaría que el desarrollo se complicara como consecuencia de la acción negativa de estos factores de riesgo y la prevención tendría un carácter primario.
El 73,3% (22) plantea que los niños son diagnosticados al presentar retardos en su desarrollo, fundamentalmente a partir de los dos años cuando comienzan a asistir a los Grupos Múltiples. Evidenciándose una vez más el retardo en la evaluación, detección y diagnóstico temprano, hecho por el cual la atención diferenciada también comienza más tarde, por lo que las necesidades educativas especiales que pudieran presentar estos niños no son satisfechas desde la más temprana edad.
El 100% señaló la existencia de una adecuada relación entre el personal del programa Educa a tu hijo y el Centro de Diagnóstico y Orientación en lo referente al proceso de evaluación y diagnóstico de los casos que presentan los retardos en el desarrollo los cuales son remitidos a este centro. Este aspecto es importante pues sólo con esta integración es posible realizar un diagnóstico personalizado que refleje las condiciones del niño en el orden de sus logros, retardos y atención educativa.
Sólo el 20% (6) de los interrogados señala que los niños con factores de riesgo de retraso mental reciben una atención diferenciada dentro de los grupos, concentrándose esta diferenciación en aquellos casos atendidos por el Grupo de Neurodesarrollo. Una vez más se corrobora la falta de un trabajo diferenciado y el desaprovechamiento de los postulados básicos de la pedagogía especial referidos a la necesidad de una atención temprana.
Al referirse a las personas implicadas en la atención diferenciada no fue mencionada la familia como uno de los factores que inciden directamente en esta labor preventiva, esto es un aspecto negativo, puesto que la familia debe jugar un importante papel en la atención, dado su tiempo de permanencia junto al menor, por tanto la preparación familiar y la delimitación de sus responsabilidades concretas en esta tarea es un imperativo para la estimulación temprana a los niños con factores de riesgo de retraso mental.
El 66,66% destaca que se atienden a estos niños cuando se detectan los factores de riesgo, sin embargo, las estadísticas demuestran lo contrario, pues las cifras más elevadas aparecen cuando los pequeños tienen más de dos años y ya presentan alteraciones que permiten diferenciarlos teniendo en cuenta el área más afectada.
La frecuencia de realización de las actividades es un aspecto que debe ganar en sistematicidad pues se ejecutan una vez por semana y en estos casos es necesario que la frecuencia sea mayor, lo que se lograría con la preparación de la familia para la realización de dichas actividades, además del seguimiento sistemático por parte de los ejecutores.
Utilizar el programa de educación preescolar Educa a tu hijo para la atención a los niños con factores de riesgo de retraso mental no favorece la prevención de los retardos que pudieran aparecer en el desarrollo, ya que su contenido está diseñado para garantizar el desarrollo de niños que no presentan riesgos, por lo cual sus actividades no tienen un fin preventivo planificado previamente.
La utilización de diversos programas y orientaciones emanadas en distintos momentos y que tratan de complementar las insuficiencias presentes en el algoritmo actual de atención, no favorece la prevención en los casos con factores de riesgo, ya que los mencionados programas se sustentan en concepciones pedagógicas y psicológicas diferentes a las empleadas en nuestro país, por lo que las evaluaciones y el seguimiento preventivo, a partir del propio programa de estimulación no se realiza, lo que conlleva a que a pesar de los esfuerzos realizados por solventar estas dificultades, aún predominan enfoques conductistas en la evaluación del desarrollo que se realiza en correspondencia con las mencionadas fuentes.
Se revisaron los datos estadísticos del Centro de Diagnóstico y Orientación de la provincia Santiago de Cuba, correspondientes al curso escolar 2001-2002 (Anexo 3). En ellos se reflejan las cifras de niños atendidos por vía directa, y los diagnosticados como retrasados mentales al cumplir los seis años de edad. La diferencia entre ambas cifras es significativa, existiendo un mayor número de niños diagnosticados como retrasados mentales en comparación con los atendidos por la Resolución 126/85 lo que corrobora una vez más que el nivel primario de prevención está afectado en relación con estos menores.
Existe una relación directamente proporcional entre el número de casos atendidos y las edades de los mismos, de forma que mientras mayores son las edades se eleva el número de niños con los que se trabajó directamente, siendo a partir de los tres años que esta relación se hace más evidente.
Las estadísticas reflejan que hay niños que pierden la oportunidad de recibir una atención diferenciada en los dos primeros años de vida, etapa en la cual existe un intenso desarrollo del sistema nervioso central y particularmente del cerebro, que propicia una mejor asimilación de las influencias educativas y el desarrollo de los sistemas funcionales cerebrales que garantizan la realización de disímiles actividades en el curso posterior de la vida. Esto puede ser perjudicial, por cuanto si los riesgos actúan negativamente, aparecerían trastornos secundarios y terciarios que harían más complejo el cuadro sintomático.
De forma general los datos obtenidos permiten plantear que:

Conclusiones del capítulo 1.


Existen diferentes criterios en relación con la estimulación temprana, que se expresan en las múltiples definiciones y conceptos empleados para referirse a estas técnicas que se emplean para contrarrestar las influencias negativas que rodean al niño con desviaciones del desarrollo, pero que son poco utilizadas en los casos de niños con factores de riesgo de retraso mental.
Las manifestaciones del desarrollo filogenético presentes en la ontogénesis son marcadas en los períodos de cero a dos años y no se emplean, para estimular el desarrollo en estas edades.
El programa Educa a tu hijo presenta condiciones para el desarrollo de la atención a los niños en edades preescolares, sin embargo resulta insuficiente para la atención diferenciada a los niños de cero a dos años con factores de riesgo de retraso mental, lo que se evidencia en las limitaciones de la detección y satisfacción de necesidades educativas cuando dichos factores de riesgo de retraso mental comienzan a incidir negativamente, porque no existe el diseño de un proceso pedagógico que contemple la atención diferenciada a estos infantes.

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