Tesis doctorales de Economía


USOS, CONSUMOS Y ATRIBUTOS QUE LOS JÓVENES GUANAJUATENSES OTORGAN A LAS TECNOLOGÍAS DE INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN

Jorge Alfredo Blanco Sánchez


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PRESENTACIÓN DE RESULTADOS Y ANÁLISIS DE DATOS

Resultados

Aunque el presente estudio centra su atención en la utilización de la computadora con conexión a Internet por jóvenes usuarios, los datos presentados como resultado de la investigación deben de considerar que la exposición de los adolescentes a diversos estímulos tecnológicos no son exclusivos, en ocasiones son complementarios y de esta manera deben ser tomados en cuenta. En otras palabras, la influencia que la tecnología ejerce entre los jóvenes así como la forma en que le dan sentido a la tecnología, no depende de un solo instrumento o herramienta sino de éstas en su conjunto.

El entorno que rodea la forma de comunicarse de los jóvenes se puede integrar gracias a las disposiciones con las que cuenta, en este caso son las herramientas tecnológicas que facilitan su expresión, pero no se puede desvincular y privilegiar sólo a un medio en específico sino que debe ser considerado en su totalidad, ya que las propias tecnologías no sólo son artefactos de expresión sino que atribuyen características simbólicas a todo un ámbito en el cual la cultura juvenil se encuentra inmersa (Morduchowicz, 2004) Este es el caso de la Comunicación Mediada por Computadora (CMC) que permite a los jóvenes utilizar una nueva forma de entablar una conversación pero no es la única, ni tampoco viene a suplir alguna otra, sino que permite sumarse a la gama de posibilidades con la que los jóvenes cuentan para expresarse (Mayans, 2003)

De esta manera el presente estudio arroja los siguientes resultados correspondientes a la investigación no experimental, de diseño transversal y de carácter exploratorio que permitirá estructurar una mejor descripción del modo de uso, consumo y apropiación de una de las diferentes herramientas tecnológicas con las que se cuenta hoy en día. Las delimitaciones anteriormente señaladas se interpretan a partir de las respuestas de los 602 adolescentes encuestados en las ciudades con mayor índice demográfico del Estado de Guanajuato y que en base a su libre albedrío en los espacios de acceso a Internet brindaron su forma de percibir su ambiente sociocultural en relación a la tecnología. Para agrupar a los jóvenes en sectores, se determinó que la mejor forma era establecer 3 rangos de edad, los cuales se relacionaron con los distintos niveles de estudios como son la Secundaria, Preparatoria y Profesional y con una distancia de 4 años entre cada uno de ellos.

Los resultados al respecto indican que el uso de Internet como medio de información y de comunicación, no es exclusivo de los jóvenes mayores, por el contrario la encuesta demuestra un equilibrio interesante entre las 3 categorías y la frecuencia establece una ligera tendencia (39%) hacia los jóvenes que se encuentra entre los 18 y 21 años de edad que en este caso sería la etapa intermedia de la muestra y que se encuentran estudiando la preparatoria (Cuadro 2). Cabe destacar que la muestra no pretendía buscar la representatividad de cada sector por igual, la única limitante para contestar el cuestionario era que cumplieran con el rango de la edad.

Los resultados de la muestra también indican una proporción equilibrada entre hombres y mujeres, con una ligera tendencia a favor de las damas en términos generales con un 51% en comparación con el 47.7% de los jóvenes, pero que tomando en cuenta el margen de error, no se puede considerar la diferencia como importante entre jóvenes que asisten a los centros de renta de Internet en el Estado de Guanajuato (Cuadro 3).

En relación al nivel de estudios, se puede destacar que la mayor población de jóvenes entre 14 y 25 años de edad, que visitan los lugares de renta de Internet se encuentran estudiando la Secundaria, la Preparatoria y alguna carrera profesional. Los demás niveles de estudio o las personas que no se encuentran estudiando en ese momento no tienen un porcentaje representativo.

Los jóvenes que contestaron el cuestionario en su mayoría fueron alumnos de Preparatoria en un 45.2% (Cuadro 4).

Para concluir con esta primera etapa que corresponde a los datos demográficos de los encuestados se puede puntualizar que las diferencias de género no son representativas en el acceso a la computadora con conexión a Internet. Que existe una ligera frecuencia a favor de las mujeres en cuanto a su representatividad dentro del estudio realizado y que la muestra es lo suficientemente característica para indicar que los jóvenes sí conocen y usan el medio tecnológico.

La segunda parte de la encuesta está destinada a medir usos y consumos de los jóvenes guanajuatenses, para lo cual se preguntó la frecuencia con la que se conectan a Internet. Las diferentes opciones tratan de establecer una clara diferencia entre los usuarios frecuentes de los no frecuentes y los rangos se encuentran distribuidos en un mes, una quincena, una semana, días de la semana, todos los días y dos o más veces al día.

La mayor frecuencia se encuentra en los rangos de dos a tres veces por semana y tres o más veces por semana, sin llegar a todos los días, con una recurrencia de 28.4% y 25.4% respectivamente. De esta manera se establece que los jóvenes utilizan la herramienta tecnológica con una asiduidad importante, es decir, asisten a los negocios de Internet con cierta regularidad semanal que permite considerarlos como usuarios frecuentes de este medio. Es importante recordar que para la aplicación de los cuestionarios se recurrió a los lugares donde se accede a Internet mediante el pago del servicio, es decir, solamente se está considerando a un sector de la población juvenil que son usuarios del servicio de Internet mediante su renta, además que se utilizaron los horarios que los encargados o dueños indicaron como los más propicios para la aplicación de encuestas.

También se puede hacer notar que los rangos de una vez a la semana y todos los días son representativos de la frecuencia de uso de la herramienta tecnológica. Si se suman los 4 rangos antes mencionados se obtiene el 89.3% de frecuencia de uso. De esta manera la consistencia con que asiste el joven al encuentro virtual es casi del 90% (Cuadro 5).

Con respecto al tiempo que duran conectados cuando asisten a estos lugares, las opciones de 30 minutos a una hora, junto con la de una hora a dos horas son las más frecuentes con un 42.4% y un 34.4% respectivamente. Estos datos en conjunto representan el 76.8% del total, es decir, la proporción es significativa si se toma en cuenta que normalmente los negocios de Internet rentan las computadoras por hora o medias horas. El tiempo que duran conectados los jóvenes más la frecuencia con la cual asisten al encuentro virtual es realmente significativa (Cuadro 6).

Estas dos variables que miden la frecuencia y duración de los hábitos juveniles, corresponden dentro de la hipótesis a usos y consumos. La disponibilidad y la exposición al medio tecnológico permiten considerar que los adolescentes guanajuatenses sí le dedican un tiempo específico a la computadora con conexión a Internet. Para los jóvenes tecnófilos, combinando la frecuencia y la duración, el rango de exposición al medio varía entre 6 a 12 horas por semana en los casos reportados como más frecuentes. Esto quiere decir que una parte importante de su tiempo libre o disponible para efectuar otras actividades que no son la asistencia a la escuela la dedican al ciberespacio.

A partir de esta información, resulta interesante saber qué hacen los jóvenes mientras están conectados. Las opciones que la encuesta destaca son: para buscar información, para comunicarse, para otros usos. Los resultados obtenidos demuestran que los jóvenes buscan información como la opción prioritaria con un 52.3 %, mientras que la opción comunicación su prioridad es de 38.5%. El porcentaje de otros usos es la tercera opción con casi 10% restante. Las distancias bien marcadas demuestran que el Internet es una fuente de información importante y de consulta recurrente por los jóvenes, mientras que para establecerse como medio de comunicación se encuentra posicionado como la segunda opción.

Tapscott (1998) al referirse a la “generación Net”, indica que los jóvenes utilizan la CMC como un entorno digital de información y comunicación y que en cierto sentido es una mezcla de los dos, ya que simultáneamente están buscando información y dialogando con otros adolescentes como la manera interactiva de acceder al Internet. No se tienen datos precisos para verificar la forma en que simultáneamente (multitarea) se accede al mundo virtual, es decir, los jóvenes considerados como consumidores de diversos programas al mismo tiempo. Por lo pronto, la herramienta tecnológica es ampliamente consumida como proceso informativo (navegar en Internet) y comunicativo (estar “online” o dispuesto a entablar conversación) (Cuadro 7).

En relación a las edades se puede notar una diferencia respecto al uso del Internet, donde los jóvenes entre 14 y 17 años utilizan la tecnología virtual con mayor frecuencia como medio de comunicación que de información, mientras que los jóvenes de 18 a 21 años y de 22 a 25 años muestran preferencias por el Internet como medio de información. Este aspecto sí muestra diferencia significativa por los adolescentes más jóvenes de la muestra consultada y puede ser factor importante a tomar en cuenta al momento de diversificar a los usuarios que buscan interactuar con sus semejantes como forma prioritaria, regularmente utilizada en los servicios de la CMC. La interactividad tecnológica queda de manifiesto en los adolescentes que pasan de la niñez a la pubertad.

Por otro lado, el mismo cuadro muestra que el sector de jóvenes entre 22 y 25 años expresan un uso moderado del Internet como medio de comunicación, mientras que el uso más frecuente se encuentra en la búsqueda de información en la red.

Vale la pena señalar que los jóvenes reportan de manera moderada la importancia de otras opciones no necesariamente de comunicación pero sí de actividades frente a la pantalla, como son: bajar música, jugar en línea y ver videos. Esta actividad lúdica recurrente entre adolescentes manifiesta claramente que a través de la computadora se puede alimentar la afición por actividades muy propias de la edad y que se considera un sector de consumo importante para las empresas comercializadoras de este tipo de productos y servicios. No se tenía previsto hacer diferencias específicas en la opción otros usos, pero es de llamar la atención que los adolescentes conceden importancia a las actividades catalogadas como de entretenimiento y de esta manera se refuerza el sentido de que parte del lapso que se está frente a la pantalla se destina a formas de pasatiempos de muy diversos tipos.

Para futuros estudios queda establecido que las opciones de otros usos, mientras se está en la virtualidad, se puede investigar con mayor profundidad para detectar gustos y preferencias por opciones alternas que proporciona el Internet.

Respecto a la Comunicación Mediada por Computadora (CMC) los resultados obtenidos se valoraron en función de los programas utilizados, ya que cada uno de ellos contiene características especiales que los definen y determinan su uso. El tipo de comunicación más usada es el mensajero instantáneo (Messenger) con el 33.1% y como segunda opción aparece con un 31.9%, el cual por sus características promueve la comunicación privada, la escritura instantánea con diversos signos y símbolos y poca oportunidad de pulir los mensajes, pero que genera una interactividad simultánea en tiempo y forma y como consecuencia la comunicación es dinámica y poco formal. Además ofrece la posibilidad de estar haciendo otra actividad mientras se espera la respuesta, es el tipo de comunicación que se asemeja a la “oralidad”, es decir, a una conversación dialógica en donde dos sujetos intercambian mensajes. Es el tipo de comunicación preferida por los jóvenes que permite la interacción hombre-máquina-hombre donde la tecnología admite estructurar los aspectos culturales y sociales de manera rápida e informal (Jones, 1999).

Mayans y Balaguer (2000) mencionan que los mensajeros permiten acceder a espacios donde los sujetos se afectan mutuamente en el intercambio de mensajes y donde se puede apreciar el desarrollo de la cibercultura. En este sentido se puede decir que la subjetividad del medio y la creación de relaciones sociales a través de la tecnología son elementos altamente valoradas por los usuarios, del mismo modo la interactividad queda de manifiesto como una actividad recurrente, lúdica, informal que ocupa parte del tiempo que los jóvenes le dedican al Internet (Cuadro 8).

Los valores para los encuestados fueron indicados del 1 al 5, donde 5 corresponde a la mayor utilización y 1 a la menor.

Por su parte, los jóvenes consideran al correo electrónico como la tercera mejor opción para comunicarse, pero también los porcentajes de frecuencia demuestran que dicha herramienta es considerada como buena en primera y segunda opción, ya que alcanza casi un 25% de aceptación. Esto quiere decir, que las funciones y utilidades específicas del correo electrónico son aceptadas como elecciones amigables al momento de mandar mensajes asincrónicos, que es la característica distintiva de este formato, al igual que la posibilidad de formular mejor los textos que se quieren enviar (Cuadro 9).

Los valores para los encuestados fueron indicados del 1 al 5, donde 5 corresponde a la mayor utilización y 1 a la menor.

Por su parte el Chat que se considera un medio CMC abierto, es decir, de “muchos” a “muchos”, privilegia la conversación de grupo, varios usuarios a la vez mantienen una conversación en línea, la oportunidad de estar sincrónicamente al tanto de lo que ocurre dentro de un espacio virtual representa para los jóvenes una opción intermedia con un 28.2% como tercera opción, 24.8% como segunda opción y 22.1% como primera opción. La distancia tan estrecha entre porcentajes permite inferir un uso relativo aunque constante en relación a las dos formas anteriores de comunicación como son el mensajero y el correo electrónico (Cuadro 10)

Para Mayans y Balaguer (2000) los “chats” son espacios de encuentro entre sujetos y el intercambio de mensajes de manera casi instantánea permite también la instauración de la cibercultura como rasgo distintivo, este espacio como lugar social y cultural “practicado” permite a los usuarios, experimentar, crear, difundir, relacionarse e identificarse con sus semejantes. Aspectos identitarios individuales y colectivos son comunes a través de este medio. La originalidad, la inventiva y el gusto por conocer a otros destacan como características definitorias del “chat”.

Los valores para los encuestados fueron indicados del 1 al 5, donde 5 corresponde a la mayor utilización y 1 a la menor.

Las otras opciones de comunicación como son los grupos de discusión y otros medios, no fueron mencionadas como elecciones frecuentes ya que no alcanzaron ni el 10% de los gustos de los usuarios, así que aparecen como última o penúltima opción entre los jóvenes encuestados. De esta manera se descarta que los grupos de discusión por temas, preferencias, afinidades, sea un medio utilizado. No está dentro de las preferencias de los jóvenes y su entorno virtual queda establecido en tres herramientas, el mensajero instantáneo, el correo electrónico y el chat. Existe la posibilidad que la poca demanda de los grupos de discusión se deba a la poca difusión de los mismos, a la falta de interactividad fuera de los espacios educativos o al desconocimiento de su funcionamiento.

A continuación se les preguntó a los adolescentes con quién generalmente se comunicaban y las opciones marcadas fueron: con amigos y familiares, con personas que no conocen o por razones de negocios. La respuesta que obtuvo la mayor frecuencia fue con “amigos y familiares” con un 72.1%, seguida por “gente que no conoces” con una incidencia del 23.4%. De esta manera se establece una relación entre la herramienta tecnológica y sus condiciones de comunicación con los receptores de los mensajes. El mensajero y el correo electrónico, que fueron los más utilizados, requieren de identificación o remitente del mensaje y así se tipifica al momento de enviar texto, aparece adjunto al escrito tanto el destinatario como el agente originario del mensaje (Cuadro 11).

Ante estos resultados se puede notar que las tendencias generales se encaminan a considerar que los jóvenes prefieren comunicarse con personas conocidas y de ahí entablar una interacción, ya sea para continuar con la plática que se había establecido por otro medio o por otras circunstancia, de igual manera para iniciar una nueva conversación, pero sobre todo el estar en contacto con los amigos, familiares, personas cercanas que representan para el joven su entorno sociocultural. De igual forma, no aparece la opción tan conocida entre los usuarios de Internet que navegan en el ciberespacio para conocer gente, para hacer amistades, para conquistar y encontrar pareja. Por lo pronto así fue reportado por los jóvenes encuestados.

Durkin (1997) indica que el uso de la Red por los jóvenes se debe principalmente por la interacción social, en especial las relaciones de amistad, identificación con ciertos grupos propios de su edad. El medio comunicativo CMC permite a los adolescentes contar con una herramienta diversificada ya que se pueden enviar textos, adjuntar fotografías, videos, dibujos, direcciones, etc. La pluralidad de opciones permite a los jóvenes intercambiar un sinnúmero de mensajes diversos. Esta pluralidad de opciones permite la diversidad expresiva, la creatividad y la interacción. El medio no es exclusivamente escrito, no es necesario tener la habilidad comunicativa textual, se requiere tener el conocimiento tecnológico suficiente para subir fotos, videos, artefactos digitalizados que sean representativos de una forma comunicativa.

Uno de los indicadores para medir el impacto tecnológico se delineó como modificación de hábitos y de esa forma se preguntó a los jóvenes si el Internet había variado sus hábitos, para establecer distancias y poder observar el nivel de intensidad se utilizó la escala de Likert como la más apropiada, donde los trayectos entre categorías de escala van desde “muy de acuerdo” hasta “muy en desacuerdo”. La elección que obtuvo la mayor frecuencia fue “de acuerdo” con el 52%, seguida por la opción “muy de acuerdo” con el 34.1%. De esta manera se puede deducir que los jóvenes guanajuatenses perciben que la tecnología definitivamente ha modificado sus hábitos de comunicación en un 86.1% y sólo el 5.2% está en desacuerdo con esta afirmación. La influencia de la CMC identificada con Internet es abrumadora, hay que matizar el significado de hábitos, porque puede ser interpretado como gustos y preferencias. El modificar costumbres también puede traer consigo nuevas formas de entretenimiento, preferencias y deleites diversos (Cuadro 12).

La percepción que tienen los jóvenes guanajuatenses respecto a los beneficios palpables que produce Internet en su entrono de comunicación corresponden a la pregunta que cuestiona el grado de expansión de oportunidades que otorga la herramienta tecnológica. Según la escala antes mencionada, la intensidad se manifiesta de “mucho” hasta “nada”. El 63.1% respondió que mucho, el 30.7% dijo que regular, mientras que las opciones de “poco” o “nada” apenas alcanza el 6.1%. De esta manera se establece que los jóvenes perciben el medio comunicativo por Internet como muy útil o de gran ayuda para establecer formas de comunicación con sus semejantes en un 94% (Cuadro 13).

Existe una tendencia importante por parte de los adolescentes a creer en la CMC como un vehículo idóneo para el desarrollo de vínculos más estrechos entre amigos y similares. Se ha convertido en una necesidad imperiosa el considerarse “disponible” para los demás conocidos y de esta forma no sentirse aislado tecnológicamente de los compañeros, ya que las distancias geográficas en las urbes no permiten el contacto cercano, pero no por eso sustituye a otras formas de comunicación como la interacción cara a cara o la telefonía celular. Es solamente una forma de comunicación entre otras que existen y que los jóvenes consumen (Tapscott, 1998, Castells, 2001). Cada vez los jóvenes se sienten más comprometidos con la tecnología de conexión, el estar “online” la mayor parte del tiempo proporciona una especie de tranquilidad personal. Lo contrario sería estar aislado, no reconocible ni visible.

Una de las cuestiones muy discutidas respecto a la percepción del Internet por parte de los usuarios corresponde a la confiabilidad que le otorga el interesado al medio. Es decir, si el medio tecnológico es lo suficientemente funcional para aceptar cualquier mensaje o comunicación para su uso óptimo. Desde esta perspectiva, los jóvenes están de acuerdo en que se puede comunicar cualquier asunto por Internet en un 44.5%, mientras el 24.6% indicó estar muy de acuerdo, en contraste con el 10.1% que indicó estar en desacuerdo con esta opción y solamente el 1.5% estar muy en desacuerdo (Cuadro 14).

Las limitantes del texto lineal, la expresión escrita, el tiempo que se requiere para redactar y mandar un mensaje no son impedimentos para expresar en plenitud lo que se quiere y de este modo, según las opiniones de los jóvenes guanajuatenses, se rechazan las tendencias que manifiestan precisamente que a través de un texto el adolescente se siente insatisfecho al momento de entablar una conversación virtual. También es importante señalar que los jóvenes han creado todo un estilo peculiar de escritura para los medios tecnológicos de texto, al integrar por ejemplo símbolos como los “emoticones” para expresar sus sentimientos, el acortar las palabras para ahorrar tiempo de escritura, por señalar algunas de las más frecuentemente usadas.

Humberto Eco (1994) en el Simposio “El futuro del libro” hace referencia que ante la falta de sutileza de la comunicación textual, se ha tratado de sustituir la expresión verbal, el tono de voz, el entorno físico mediante una nueva escritura basada en el teclado ASCII con combinaciones de caracteres, abreviaturas, acrónimos que representan “caritas”, éstas personifican significados connotativos de carácter emocional las cuales se empiezan a generalizar de manera muy rápida y que representa una nueva forma de expresión para la escritura digital. Este es un ejemplo de lo que manifiestan los jóvenes al indicar que los sentimientos, estados de ánimo, pueden ser manifestados a través del medio digitalizado.

Para completar esta cuestión, se pedía a los jóvenes que indicaran de manera abierta lo que no se puede comunicar por este medio y sus respuestas se pueden agrupar en 4 categorías. La primera corresponde a asuntos personales como la más frecuente, le sigue asuntos relacionados con dinero, cuentas bancarias, la tercera corresponde a todo tipo de clonación, entre los que destacan claves personales para acceder a cierta información o claves informáticas de uso restringido. La última opción se refiere a sentimientos e intimidades. Este tipo de respuesta corresponde al 11.6% de adolescentes que manifestaron estar en desacuerdo o muy en desacuerdo con la posibilidad de comunicar cualquier cosa por Internet.

Este sector de la población demuestra en parte el nivel de desconfianza que existe entre los cibernautas respecto a la seguridad del Internet. Todavía existe el rechazo a utilizar el ciberespacio para compras y transacciones con instituciones bancarias y de servicio. La percepción que manifiestan los jóvenes puede ser por un lado, la falta de seguridad en el medio, pero también puede interpretarse como una falta de honestidad de los ofertantes de productos que tratan de tomar ventaja de los usuarios al pedir el pago por anticipado a la compra de un producto o servicio.

Por otro lado, este grupo representa la contrapropuesta de que no se pueden expresar de la misma manera los sujetos cara a cara que con un intermediario de por medio. Esto viene a matizar la pregunta anterior referente a la gran posibilidad de expresar cualquier tipo de mensaje a través de la tecnología. Este tipo de respuestas, indica que si existe una especie de contracultura o disidencia cultural por parte de los jóvenes. No son una gran mayoría pero si representan otra opción otro punto de vista tan válido como un tercero.

A continuación se les preguntó por qué creían que el Internet era un medio de comunicación efectivo, qué atributos le otorgaban al medio para considerarlo como tal.

En esta tercera etapa de la encuesta se trató de indagar las facultades que confieren los adolescentes al medio comunicativo con conexión a Internet. Para ello, se cuestionó la efectividad del medio mediante 4 atributos, los cuales fueron: a) Si el medio permite plena libertad de expresión, b) si permite expresar la personalidad, c) si permite expresar sentimientos y d) si permite identificarse con otros jóvenes.

Las respuestas recopiladas reconocen como las más frecuentes a la identificación con otros jóvenes y la plena libertad de expresión como las de mayor recurrencia con un 48.7% y un 39% respectivamente a manera de lo más importante. Mientras que la expresión de sentimientos y personalidad alcanza solamente un 7.3% y 4.7% respectivamente como primordiales. Estos resultados reafirman lo propuesto en la hipótesis de la investigación donde se indica que los jóvenes atribuyen características específicas a las tecnologías dependiendo de su uso y de su percepción del medio tecnológico. De la misma manera los atributos que los jóvenes perciben, les facilita expresar sus particularidades como grupo distintivo y como miembros activos de cierta colectividad y en cierto sentido garantizar su permanencia y aceptación. Sin embargo no se puede dejar de mencionar que los jóvenes no perciben el Internet como medio propicio para expresar sentimientos y personalidad o por lo pronto no son las opciones más importantes que otorga la herramienta tecnológica a las propuestas indicadas en el cuestionario (Cuadro 15)

Es discutible esta proposición ya que por un lado puede indicar que los adolescentes no les interesan mostrar su propia personalidad como requisito para interactuar, ya que le otorgan mayor importancia a la plena libertad y autonomía, pero por otro lado, el ocultar su característica de joven ayuda a pasar el tiempo o enmascarar la propia personalidad y la intimidad de los sentimientos navegando con características diferentes a las verdaderas como son cambio de género, aumentar o disminuir la edad, el nivel de estudios y otras tantas formas de suplantar identidades. De esta manera no puede comprobarse ni desaprobarse la propuesta de la identidad cultural a través de la tecnología.

Tapscott (1998) indica que los jóvenes buscan a través del Internet la inclusión o aceptación a ciertos grupos virtuales, aunque para eso se tenga que mentir en la edad y género. El simple hecho de suplantar personalidades o usar otro nombre, mote o identidad es parte de la emoción de la comunicación digitalizada para ciertos grupos de adolescentes.

Para generar mayor información respecto a la percepción que tienen los jóvenes del medio comunicativo por Internet se trató de distinguir entre la efectividad de la CMC versus la comunicación física cara a cara.

La pregunta concreta cuestiona el grado de efectividad entre la CMC y la comunicación tradicional. Los resultados obtenidos son los siguientes: El 49.2% de los adolescentes consultados indican estar de acuerdo en que la CMC tiene el mismo grado de efectividad que la comunicación persona a persona, el 20% se mantiene en un postura de indecisión, mientras que el 16% manifiesta estar en desacuerdo con la afirmación. El 12.3% están muy de acuerdo con que la comunicación mediada por la computadora tiene el mismo grado de efectividad que la comunicación convencional. De esta manera los adolescentes confirman el grado de efectividad que proporciona la CMC, ya que le otorgan de manera conjunta una aceptación del 61.5% contra un 18.2% de desacuerdo.

Este resultado no quiere decir que la herramienta tecnológica haya suplantado a la comunicación persona a persona, sino simplemente que es otra forma práctica de comunicación con otros usuarios y que la perciben como un medio efectivo de comunicación e interacción a distancia.

Otro de los aspectos discutidos dentro del marco teórico del presente estudio es, si el Internet promueve la igualdad de interacción entre las personas. De acuerdo a Castells (2001) la democratización del medio tecnológico propicia la participación de igual a igual entre los usuarios, ya que no se requiere demostrar una posición socioeconómica, un grado profesional, cartas credenciales para ser aceptado dentro de un grupo de discusión, lo cual sí sucede en las relaciones interpersonales físicas. Los jóvenes indicaron estar de acuerdo en que la CMC con conexión a Internet promueve la igualdad entre los participantes en un 39.7% y el 24.6% mencionan estar muy de acuerdo en la afirmación del Internet como herramienta que permite la horizontalidad de la interacción entre los usuarios. El 24.4% indicó estar indeciso respecto a la igualdad y solamente un 10.6% afirman estar en desacuerdo con la aseveración planteada. No llega ni al 1% los jóvenes que manifestaron estar en total desacuerdo con la propuesta. En términos generales el 64.3% están de acuerdo en que el Internet es una herramienta democrática y solamente el 11.3% manifestaron su desacuerdo al respecto (Cuadro 17).

La participación tan importante de los jóvenes en medios tecnológicos CMC se puede deber a la facilidad que proporcionan estos artefactos para interactuar con personas, sin importar cierta jerarquización sociocultural. De la misma manera el medio tecnológico es visto como una forma amigable de expresión donde se dice lo que se quiere manifestar y se interesa por lo que los demás escriben al respecto, se percibe como un espacio propio para el diálogo abierto sin cortapisas, como una forma de creación de un ambiente sociocultural propicio para la interacción.

De la misma manera cuando se cuestionó la efectividad del medio tecnológico y sus virtudes, también se trató de conocer lo que piensaban los jóvenes respecto a la dependencia al Internet. Es así como a la pregunta de fomento a la dependencia, los adolescentes indicaron en un 46.2% estar de acuerdo en que la comunicación por Internet crea dependencia y un 25.4% consideraron estar muy de acuerdo con la afirmación, el 16.6% se manifestó indeciso y solamente un 11.8% estuvieron en desacuerdo.

La importancia que revelan estos datos, indican que los adolescentes están conscientes en que el uso desproporcionado de la herramienta tecnológica es perjudicial, pero su poder es irresistible y por tanto muy complicado de alejarse de él, es una especie de tendencia inexorable que traspasa cualquier voluntad humana (Borgmann, 1884, Aibar, 2001). En otro sentido se puede interpretar que los jóvenes perciben el medio tecnológico como no neutral, es decir, con cierta carga negativa que los puede atrapar y manipular sin que ellos puedan oponer mucha resistencia. La teoría del determinismo tecnológico junto con la corriente fatalista de la tecnología en general ha previsto este tipo de respuestas Feenberg (1991), Staudenmaier (1994).

Por otro lado, también se puede enfatizar que la diferencia de los porcentajes de frecuencia marca una distancia clara y abrumadora a favor de reconocer la dependencia y pudiera ser elemento de sustento o de reafirmación a los estudios de dependencia tecnológica. También se puede interpretar como un reconocimiento no necesariamente negativo o perjudicial, aceptar que el Internet es parte de la vida cotidiana, refuerza el sentido moderno, globalizante de que tanto el progreso como el desarrollo dependen de la tecnología. Buena parte de lo dicho anteriormente está respaldado por los positivistas tecnófilos, para ellos es una afirmación innegable actualmente que la distancia entre países desarrollados y países en vías de desarrollo se encuentra en la manejo de la tecnología. Los jóvenes usuarios de tecnología se sienten a gusto con su dependencia ya que les permite sentirse disponibles, progresistas y pertenecientes al mundo moderno y globalizado.

Existen presuposiciones muy conocidas para Internet, por ejemplo Adela Cortina (2004) afirma que el Internet es la columna vertebral del mundo globalizado, Alberto Constante (2005) considera a la computadora con conexión a Internet como factor omnipresente en el mundo actual. Isaac Rudomín (2005) habla del Internet como ambientes virtuales con telepresencia para indicar que se comparten espacios físicos con otros usuarios.

Bajo tales circunstancias, se cuestiona a los adolescentes guanajuatenses, usuarios del medio tecnológico sobre su peculiar percepción del Internet. La pregunta trata de que los jóvenes definan el concepto Internet. Las opciones son: a) Internet es una máquina o artefacto (teoría instrumentalista), b) Internet es un ambiente virtual, tecnológico (concepto de virtualidad simbólica), c) Internet es un medio de información y comunicación (propuesta de medio electrónico), d) Ninguna de las anteriores (propuesta de ideas contrarias a las mencionadas).

Las respuestas obtenidas, definen al Internet en primera opción como medio de información y comunicación con 44.2%, seguido también como primera opción el ambiente virtual con 41.5%. Para segunda mejor opción, también se repite la misma situación 36% como medio de información y comunicación y 35.2% como ambiente virtual. De esta manera se refuerza que la computadora con conexión a Internet es visto como medio interactivo de consulta, de comunicación, además como entorno virtual tecnocultural, que abre la puerta al ciberespacio, al ambiente altamente simbólico que tiene el Internet. Para los usuarios representa un nuevo modo de ver el mundo, de conceptualizarlo y de definir sus gustos y preferencias. No es sólo un nuevo artefacto tecnológico, sino un nuevo ambiente que requiere interpretación.

Manuel Castells (1997) en su libro “La era de la información” indica que el ciberespacio existe en el simbolismo del hombre, no en el de las máquinas, por tal motivo la sociedad de la información es el resultado de la utilización de las nuevas tecnologías y la creación de la “cibercultura” como forma de conceptualizar lo que está ocurriendo en las relaciones que las personas crean a través del uso de la tecnología. Los usuarios, jóvenes cibernautas, usan y consumen la CMC con conexión a Internet para investigar, comunicar, disfrutar de la propuesta virtual creando sus propias identidades y compartiendo con los otros sus inquietudes (Cuadro 19).

Las otras opciones como máquina y ninguna no alcanzan representatividad significativa, ya que según consideran los adolescentes el medio tecnológico no es un artefacto simplemente. El porcentaje reportando como máquina se encuentra en el 5.6% y en el caso de ninguna de las anteriores la frecuencia es de 8.6%. De esta manera se puede inferir que la teoría instrumentalista de mirar a la tecnología solamente por su funcionalidad, en el caso del Internet queda a un lado. Los jóvenes no perciben a este medio como un simple aparato, aunque tampoco se puede afirmar que sea visto como medio tecnocultural.

Por otro lado, así como se cuestionó la dependencia tecnológica, también se preguntó a los jóvenes su parecer respecto al valor que le otorgan al CMC con conexión a Internet. Los resultados fueron abrumadores. El 50.3% de los encuestados consideran como muy benéfica a la herramienta tecnológica y al ciberespacio, el 43.5% la catalogó como benéfica, el 5% se declaró neutral, y solamente un 0.7% la designó como perjudicial o muy perjudicial. Esta clara diferencia en la forma en que los jóvenes perciben la tecnología permite identificar a la CMC y al Internet como parte importante de lo que representa el desarrollo tecnológico y la idea de progreso en la cual confían los jóvenes, además de los beneficios palpables que observan en su uso, la utilidad de la herramienta, el funcionamiento y todo aquello que conlleva la tecnología de información y comunicación es bien recibida por la juventud aunque estén conscientes de que crea dependencia. Es decir los beneficios son mayores que los daños posibles o también se puede interpretar como una dependencia no perjudicial si no se extralimita su uso, por lo tanto es bienvenida la CMC con conexión a Internet (Cuadro 20).

Una interpretación importante a la respuesta que dan los jóvenes se encuentra en los autores que han estudiado las culturas juveniles en especial la identidad individual y colectiva. Ferrés (2000) indica que la identidad de los adolescentes se traza a partir del encuentro entre el texto escrito, los medios audiovisuales y las tecnologías de información y comunicación. La experiencia juvenil se percibe como una cultura distinta por la percepción simultánea que han desarrollado a lo largo de su experiencia.

Reguillo (2000) describe a las culturas juveniles como los nuevos grupos culturales e identitatrios que se expresan mediante el texto escrito, la imagen electrónica y la cultura popular, de esta manera el entorno tecnológico ayuda a mezclar diferentes formas de percibir el mundo y de expresarlo, aquellos que lo pueden compartir, participan también de su identidad cultural. Hall (1997) por su lado menciona que la forma en que los jóvenes proyectan la identidad cultural es mediante la interacción mediatizada por la tecnología, ya que los conceptos, las imágenes e ideas en general son dialogadas y por tanto permiten pensar, interpretar y sentir el mundo de una manera más o menos similar.

La última pregunta del cuestionario se encuentra relacionada con la percepción que mantienen los usuarios de Internet respecto a la supuesta autonomía que debe mantener dentro de su entorno democratizador, abierto a la participación sin barreras ni obstáculos.

Los jóvenes encuestados consideran que el Internet debe de seguir como hasta ahora sin ser censurado, el 77.4% mientras que el 22.1% de los interrogados consideran que sí debe estar censurado el Internet. A la pregunta específica de por quién debe venir la censura la respuesta se divide entre padres de familia, instituciones educativas y gobierno. Este tipo de afirmaciones conducen a pensar que falta investigación respecto a las instancias que, en su caso, pueden establecer ciertos controles en el uso del Internet y para qué tipo de información en especial, asunto que conlleva interrogantes que no corresponden al tema central de la investigación y que quedará como sugerencia para futuros trabajos.

Para la presente investigación queda claro que los jóvenes prefieren la autonomía del medio como requisito indispensable para su supervivencia y aceptación por las tres cuartas partes de los encuestados (Cuadro 21).

Una de las interrogantes a lo largo del trabajo ha sido que las culturas juveniles demandan libertad y autonomía como elementos primordiales para su desarrollo, se argumentó que la tecnología CMC podría ser un vehículo propio para la expresión de los adolescentes. De esta manera queda para futuras investigaciones que los jóvenes consideran valioso al Internet entre otras cosas por no censurar su acceso, por mantener cierta democratización entre los usuarios, por no pertenecer a un monopolio o estar supeditado a demandas comerciales internacionales.

Con estos resultados se puede visualizar un perfil bien definido de carácter exploratorio sobre la forma en que los jóvenes guanajuatenses perciben la computadora con conexión a Internet. Los datos aquí presentados son reveladores y probablemente sean similares a otros estados de la República Mexicana, ya que el estado de Guanajuato se encuentra enclavado en el centro del país y su relación con los sucesos de la región lo marcan como un estado de densidad poblacional medio y con infraestructura suficiente para el desarrollo tecnológico.

Los jóvenes que asisten regularmente a la cita con el ciberespacio, comparten gustos y preferencias con grandes comunidades virtuales del planeta, son ciudadanos de un mundo global que cada vez tiende a estar mejor conectado, mejor comunicado, mejor informado y mejor adaptado a las nuevas exigencias, retos y cambios que el entorno virtual propone como la forma de convivencia del futuro próximo.

Los jóvenes aceptan de manera manifiesta su dependencia tecnológica, tal vez haga falta diversas interpretaciones de esta supuesta dependencia tecnológica para no encasillarla a un futuro fatalista de dominio de la máquina sobre el hombre o de la virtual humanidad de la tecnociencia o la tecnocultura como la panacea del mundo postmoderno. Falta por explicar los aspectos de identidad propiciados por la propia tecnología, en este estudio no existen los suficientes elementos para asegurarla o refutarla. Los aspectos identitarios implícitos en las diversas culturas se manifiestan a través de los usos y consumos, pero no se han podido deslindar para ser mejor conocidos.


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