Tesis doctorales de Economía


ESTRUCTURA ECONOMICA Y MIGRACION INTERNA EN AYARIT. UN ANALISIS MICROECONOMÉTRICO

Eduardo Meza Ramos
 


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2.2. Actividad económica sectorial

De acuerdo con Wicab, Sifuentes y Luna (1998), la estructura porcentual del Producto Interno Bruto (PIB) en México permite apreciar los cambios sectoriales que se han generado en el aparato productivo. En lo que se refiere a Nayarit, en 1980 el sector agropecuario, silvicultura y pesca representaban el 24.2% del PIB. Por su parte, el sector industrial (donde se agrupan las manufacturas, construcción, electricidad, gas y agua), contribuían con el 26.7% y; el sector servicios (integrado por el comercio, restaurantes y hoteles; transporte, almacenamiento y comunicaciones; servicios financieros, seguros y bienes inmuebles; servicios comunales, sociales y personales, y servicios bancarios), participaba con el 49.1% del PIB.

Para el año 2000 se registran cambios notables: el sector agropecuario representó el 19.8% del PIB; el sector industrial 14% y; el de servicios el 66.2%. De lo anterior se observa que, en los 20 años considerados, el sector agropecuario disminuyó su participación en 4.4 puntos porcentuales; pero el sector industrial disminuyó su actividad casi en el 50%. La rama de las manufactureras contribuyó en mayor medida a la disminución de la participación del sector industrial, ya que de representar el 18.8% del PIB en 1980, su contribución bajó hasta el 8.7% en el año 2000; tendencia que indica la decadencia del sector (véase el cuadro 2.2 y la gráfica 2.1).

El sector servicios se vio impactado por el crecimiento de los servicios comunales, sociales y personales cuya participación aumentó del 15.5% al 24.1% en el período considerado; y por el de los servicios financieros, seguros y bienes inmuebles que de 9.2% se incrementó al 16.7% (cuadro 2.2 y gráfica 2.1). La elevada participación del sector servicios se explica por el fenómeno mundial conocido como “terciarización” de las economías, que supone el predominio del producto y el empleo terciarios (Polése, 1998b).

La tendencia que registró el PIB estatal sigue un patrón semejante al de la dinámica que siguió el PIB nacional, pues en 1980 el sector agropecuario del país representaba 9% del PIB y en 1999 disminuyó al 5.3%; la industria manufacturera, de representar el 24.9% disminuyó al 19.7%; los servicios financieros y de seguros de representar 9.8% se elevaron al 14.4% (véase los cuadros 2.2 y 2.3).

Este comportamiento del PIB con seguridad estuvo influido por diversos factores, ya que a partir de la crisis de los precios del petróleo en los mercados internacionales (a mediados de 1981), la economía mexicana se encausó en una dinámica descendente entre 1982 y 1986, con períodos de crecimiento negativo (o desaceleración), aunque la estructura no se alteró. De 1987 a 1994 el PIB registró tasas positivas de crecimiento (3% anual en promedio) generadas en parte por los cambios estructurales de las exportaciones; tanto por su proporción respecto del PIB total como por su composición interna: mientras que en los inicios de los años ochenta la relación entre petróleo y manufacturas era de 85/15, en los noventa la relación se invirtió a 15/85.

En lo que se refiere a la población económicamente activa (PEA) de Nayarit y su distribución sectorial, en 1980 el sector agropecuario daba empleo al 40.4% de la población ocupada; el sector industrial al 13.5% y el sector servicios al 25.5%. En cambio, en el año 2000 el sector agropecuario sólo dio empleo al 34.8% de la población ocupada. Cabe señalar que la captación del empleo rural en México es un proceso complejo e incierto, toda vez que la información del sector rural privilegia el registro de la producción y no el de la población que participa en ella. En el año referido (2000), el sector industrial, que incluye el procesamiento de cultivos como la caña de azúcar, alimentos y bebidas, daba empleo al 22% y el sector servicios al 40.9% (véase el cuadro 2.4 y la gráfica 2.2).

Gráfica 2.2. Nayarit: PEA y su distribución sectorial. 1980-2000 (%)

Fuente: Elaboración propia con datos del cuadro 2.4.

Estos resultados revelan que la población ocupada en el sector agropecuario ha disminuido y posiblemente se ha transferido a las actividades de la industria y de los servicios. Esta tendencia que se observa en Nayarit se encuadra en las dos facetas marcadamente contrastantes que se observan a nivel nacional: por un lado, la dispersión de la población rural en miles de pequeñas localidades y, por el otro, su concentración en unas cuantas regiones y ciudades. En Nayarit 15 municipios albergan a 205,598 personas en localidades mixtas o en transición a rural-urbanas (de entre 2,500 y 14,000 habitantes).

La creciente diversificación de las actividades económicas a lo largo del territorio nacional ha contribuido a formar una nueva geografía de las migraciones. En el lustro 1995-2000, 4.1 millones de personas se mudaron de una entidad federativa hacia otra y 2.7 millones de personas cambiaron su residencia entre municipios de una misma entidad. En conjunto esto significa un movimiento intermunicipal e interestatal de 6.8 millones de habitantes en el quinquenio señalado (CONAPO, 2002). Estos movimientos repercutieron en el estado, por la participación de los jornaleros agrícolas temporales que durante ciertos períodos de tiempo laboran como tales en las actividades agropecuarias, pero estas personas no son censadas.

Las actividades productivas agrícolas, principalmente las relacionadas con el cultivo y beneficio del tabaco e industrialización de la caña de azúcar, configuran el perfil socioproductivo básico de Nayarit, junto con otro conjunto de actividades productivas como el cultivo del camarón y la pesca (Becattini y Rullani, 1993). La reorganización de la agroindustria del tabaco en el mundo incorpora aspectos culturales generados en procesos productivos cuya lógica se encuentra fuera del mercado regional. En Nayarit destacan dos herencias culturales: a) la referida a los productores de tabaco (en cuya cultivo ocupa el primer lugar entre los seis estados productores del país), herencia que proviene de la organización ejidal, forma comunitaria de explotación de la tierra y; b) la de los jornaleros indios provenientes de la Sierra Madre Occidental, cuyo sistema de producción es comunal. La migración de trabajadores de las regiones pobres a las regiones ricas es uno de los elementos clave de la globalización que se basa en la internacionalización de los capitales y de la tecnología (Pacheco, 1999). La demanda de mano de obra que generan los diversos cultivos, provoca procesos migratorios diversos, ya que los campesinos e indígenas de las regiones más pobres del país acuden a buscar ocupación donde ésta se genera.

En la composición de la población ocupada y el sector de actividad a nivel municipal, se observaron diferencias marcadas en los municipios. En Tepic, municipio de mayor población, en 1990 las actividades agropecuarias concentraban el 9.6% de la población ocupada, la industria manufacturera el 13.9%, el comercio el 15.6%, y los servicios el 49.2% (véase la gráfica 2.3 y el cuadro 2.5). En cambio, para el año 2000 el sector agropecuario disminuyó y pasó a absorber el 6.8% de la población ocupada, la industria manufacturera disminuyó su participación para ubicarse en el 11.4%; el comercio se incrementó y pasó a ocupar el 20.7% y los servicios representaron el 50.6% (véase el cuadro 2.6). Con menor participación en las actividades agropecuarias y mayor en las de servicios, además de Tepic, destacan Ixtlán del Río, Bahía de Banderas y Xalisco.

En el año de 1990, dieciséis municipios tenían participación mayoritaria en las actividades agropecuarias. Entre ellos destacan: Rosamorada con el 74.2%, La Yesca con 69.9% y Santiago Ixcuintla con el 59.6%; en tanto que los servicios sólo representaban el 16% en el primero, el 15.7% en el segundo y, el 19.3 por ciento en Santiago.

Para el año 2000, en los dieciséis municipios aludidos se conservó la preeminencia de las actividades agropecuarias, aunque en menor proporción, pues Rosamorada registró el 60.3% del personal ocupado, La Yesca el 57% y Santiago Ixcuintla el 53.4%; en tanto que los servicios incrementaron su participación en todos ellos. En Rosamorada representaron el 23.8%, en La Yesca el 18.4% y en Santiago Ixcuintla el 23.8% de la población ocupada (véase la gráfica 2.4).


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