Tesis doctorales de Economía


LOS FACTORES DE LA ALTERNANCIA EN TLAXCALA. 1991-2001

Angélica Cazarín Martínez



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III.4.2 La participación en Tlaxcala

Tlaxcala ha sido una entidad que, hasta el inicio de la década de los años de 1990, fue claramente una entidad priísta, porque la existencia de partidos opositores era muy poca, además de estar localizada en muy pocos municipios, lo que mostraba el control del PRI y del gobierno, situación que se presentaba igual en todos los demás niveles de elección tanto federal como estatal. Fue hasta 1998 que el PRI perdió por primera vez la gobernatura del estado y hasta el 2003 que este partido perdió, por primera ocasión, una de las tres diputaciones federales con que cuenta.

No obstante, la participación ciudadana, no electoral, siempre fue muy importante. Así, en Tlaxcala las demandas de autonomía local tuvieron su máxima expresión en el año de 1995, cuando fueron creados, en el estado más pequeño del país (después del D.F.), 16 municipios. (Cazarín: 46).

Por otro lado, en los municipios, la participación en la toma de decisiones ha sido permanente y se ha manifestado de diversas formas. En Tlaxcala desde 1955, existía la figura de Agente Municipal, que fue evolucionando hasta llegar, con las modificaciones a la Ley Orgánica Municipal en 1994, a ser denominado Presidente Municipal Auxiliar y posteriormente, a principio de esta década del 2000, a ser llamado Presidente de Comunidad, con participación directa en el Cabildo, bajo la figura de Regidor de Pueblo. (Aragón: 2000).

Cuando hablamos de comunidades, además, no estamos hablando de poca cosa. En Tlaxcala existen, para finales de la década pasada, 405 comunidades, que tienen la figura de Presidente de Comunidad, el cual es electo y adquiere la función de Regidor de Pueblo, ante el Cabildo del municipio. Para las elecciones de 1998, por señalar aquellas que tuvieron gran participación y que permitieron el cambio de partido en el Gobierno del estado, 113 comunidades eligieron a sus autoridades por el sistema de usos y costumbres. (Aragón: 2000).

En Tlaxcala, es hasta 1976 cuando el PRI pierde las dos primeras, pero no rebasa las cuatro presidencias municipales perdidas frente a la oposición, hasta 1994. (Ver cuadro N° 1).

Documentación Electoral. UAM-I.

La votación obtenida por el PRI, frente a la votación global de la oposición es otra muestra del control total de este partido, incluso su porcentaje es muy alto, en los años de mayor auge en el país, de las fuerzas políticas opositoras (1986–1994). (Ver cuadro N° 2).

Cuando centramos nuestro análisis en las elecciones de presidentes municipales durante el periodo comprendido entre 1991 y el 2001, encontramos, que la participación electoral tuvo el siguiente comportamiento:

Llama la atención que la participación electoral al inicio de la década tuviera un valor tan bajo, incluso en la elección de gobernador, en el año de 1992, la participación es de poco más de 40%, a diferencia de lo que sucedía a nivel federal, y tal vez la razón estaba en el esquema de control corporativo que el PRI local mantenía sobre grupos y organizaciones y, por supuesto, del organismo electoral, lo que no permitía ninguna competencia real.

La elección de 1994 que junto al empuje democratizador nacional y la fuerza que han tomado organismos electorales, tanto el federal, como los de algunos estados (Guanajuato, Chihuahua, etc.), lleva a la entidad a caminar por la vía de procesos electorales limpios y transparentes. Los demás años tienen un comportamiento normal, con variaciones también normales, aunque por arriba de los promedios, si lo comparamos con otros estados y elecciones. (Ver cuadro N° 4).

En la elección de 1991, la participación tiene un comportamiento muy bajo, y los municipios tienen comportamientos diferentes, independientemente del partido que los haya gobernado y del tipo de alternancia que presentan.

Salvo en 1996, que encontramos más de nueve puntos porcentuales de diferencia, en las demás elecciones no encontramos discrepancias significativas, por lo que en esta primera clasificación, referida también hipotéticamente, no encontramos relación.

Las elecciones de 1996 fueron elecciones extraordinarias, para los 16 nuevos municipios, creados un año atrás, por lo que se toma como referencia los resultados de los municipios de donde se desprendieron. Las elecciones de 1998 fueron elecciones muy importantes para el estado, pues se presentó una fractura al interior del PRI y se conformó una alianza, encabezada por el PRD, que ganó las elecciones de gobernador, a la vez que también tuvo triunfos en las diputaciones locales y en más presidencias municipales (16).* Podríamos suponer que ese fue el elemento que llevó a que los índices de participación fueran los más altos del periodo, en todos los municipios. Veamos con detalle cada municipio atendiendo a su estatuto de alternancia.

Las variaciones que encontramos en estos municipios son de todos tipos, tanto al alza, como a la baja, estables y sin tendencia definida. No podemos entonces, establecer como hipótesis que la No Alternancia se presenta en municipios que tienen algún comportamiento en especial, por lo que tenemos que considerar en principio, que la explicación podría presentarse, posiblemente, en los municipios con alternancia, los cuales presentamos en el cuadro siguiente:

Encontramos también comportamientos de todo tipo, de forma que no podríamos suponer un comportamiento específico de la alternancia en relación con la participación, por lo que debemos hacer más puntual el análisis.

Gráficamente (ver gráfica # 1), podemos percatarnos que el comportamiento de cada grupo de municipios es prácticamente igual y, sobre todo en sus tendencias vemos la coincidencia. El estado de Tlaxcala es, de manera general, una entidad que presenta todas las tendencias en las elecciones municipales estudiadas, con predominio de aquellos municipios con comportamientos en los que no hay tendencia definida.

Pero frente a la necesidad de aterrizar más el análisis y de poder distinguir los diversos comportamientos, procederemos a clasificarlos, siguiendo el criterio utilizado por Claudia Rivera en su estudio sobre Puebla (2004: 346), que nos marca cuatro categorías:

a. Municipios en donde la participación electoral tiene tendencia al alza.

b. Municipios en donde la participación electoral tiene tendencia a la baja.

c. Municipios en donde la participación electoral tiene tendencia a mantenerse.

d. Municipios en donde la participación electoral no muestra tendencia definida.

Utilizamos estas categorías y, para el análisis específico, hacemos caso omiso del dato de la participación electoral de la elección de 1991, toda vez que lo consideramos irregular y, porque de utilizarlo, tendríamos que contemplar a todos los municipios a la baja, por el alto porcentaje de participación en 1992, que casi en todos los casos rebasa al 90%.


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