Tesis doctorales de Economía

UN MODELO NACIONAL DE ORGANIZACIÓN TERRITORIAL

José María Franquet Bernis

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2. ESTABLECIMIENTO DE LOS “PUNTOS FRONTERA” Y DE LOS “VÉRTICES DE APOYO”

La resolución del modelo gravitatorio dará lugar a un desarrollo tabulado de los cálculos como el expresado a continuación.

Tabla 6.1. Tabla auxiliar de cálculo.

Se aplica, de un modo sistemático y coherente, el modelo y las restricciones espaciales ya establecidas entre los “municipios relevantes” o “cabeceras de comarca” dictaminados por el modelo de jerarquización, con las restricciones espaciales ya señaladas, en número inferior o igual a 38.

Como puede observarse, las dos últimas columnas del cuadro o tabla anterior, o sea, la (13) y la (14), nos ofrecen, en definitiva, las distancias dj y di que separan las cabeceras de comarca “j” e “i” de su punto frontera común “”. Resulta inmediato, a partir de estos resultados, acudir a un plano de Cataluña en el que se sitúen dichos puntos frontera para toda pareja de cabeceras de comarca. Cada punto frontera queda, pues, localizado a la distancia calculada, en línea recta sobre el plano o bien medida sobre la carretera, autopista o autovía más importante y directa o que registre mayor caudal de tráfico de entre las que unen las cabeceras de comarca que lo generan (puede acudirse, a este respecto, a la información suministrada por la excelente vía Michelín Navigation ). En cualquier caso, a continuación puede verse el siguiente mapa a efectos puramente orientativos:

Por otra parte, con el fin de llevar a cabo la delimitación geofísica de las comarcas geométricas, una vez situados en el plano los puntos frontera obtenidos, se ha realizado el siguiente proceso:

1) Unión recta de los puntos frontera más próximos a la cabecera de comarca en cuestión.

2) Unión recta de los puntos frontera más próximos al mar u otros límites autonómicos o comarcales, y dichos límites. Esta unión se materializa trazando por el punto frontera más próximo a aquél límite una recta perpendicular a la línea que une las cabeceras de comarca que hayan dado lugar al susodicho punto frontera.

3) En algunos casos, los espacios triangulares vacíos o complementarios que puedan quedar al margen de la comarcalización geométrica llevada a efecto hasta el momento, se distribuyen entre las comarcas colindantes del siguiente modo:

a) Se une el baricentro (centro de gravedad o “centro de masas” o punto de aplicación de la resultante del sistema de fuerzas gravitatorias, coincidente con el punto de intersección de las tres medianas) del triángulo problema con los respectivos puntos frontera. Dichos baricentros estarán representados por los denominados “vértices de apoyo”.

b) Ello dará lugar a una partición proporcional del triángulo entre sus tres comarcas colindantes, asignándole a cada una de ellas su zona correspondiente.

c) En el caso concreto de formarse un cuadrilátero irregular cuyas esquinas o vértices sean los puntos frontera P1, P2, P3 y P4, se halla el baricentro correspondiente a tres de ellos, que se convierte, a su vez, en otro vértice de apoyo, dando lugar, respectivamente, al ser considerados como puntos frontera, a la aparición de otros baricentros o vértices. La unión recta de ambos vértices entre sí y con los puntos originales dará lugar a la partición buscada, y a la distribución de las zonas resultantes entre las comarcas colindantes.

Aplicado el procedimiento que se ha descrito, las comarcas geométricas así obtenidas deberán dibujarse sobre un plano a escala gráfica suficiente (en este caso 1:500.000, aunque en el anexo nº: 3 se muestren a escala 1:1.000.000), cuestión que se ha llevado a efecto en el mapa adjunto nº: 4. Por cierto que resulta curioso comprobar el resultado ofrecido por dicho plano en relación al que aparece en la anterior figura 6.1. acerca de la “comarcalización geométrica” reconstruida (a la inversa) por este doctorando de la división comarcal republicana del año 1936. A continuación y sobre un plano o mapa de Cataluña en el que se encuentren bien marcados los límites municipales, se procederá a la adecuación, por proyección, de las comarcas geométricas con las comarcas reales resultantes de nuestro trabajo, tal como puede verse realizado en el mapa adjunto nº: 5. Se ha trabajado, en definitiva, partiendo de las 38 capitales de comarca definidas inicialmente por las LOT-87, que fueron las mismas que las del 1936, establecidas medio siglo atrás.

Esta adecuación debe llevarse a cabo, como ya se ha dicho, considerando que la posición relativa del casco urbano de un municipio cualquiera respecto al límite geométrico comarcal, es la que determina o no su inclusión en una u otra de las comarcas existentes a ambos lados de dicho límite. Al respecto, creemos significativa la concreción gráfica que ya se ha presentado en la figura 5.2. (ver capítulo 5), y que ampliamos a continuación:

Fig. 6.3. Criterio de inclusión de un municipio o comarca fronterizos en su comarca o región, en función de la situación relativa de su centro urbano.


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