La decisión de migrar: contrato mutuo o convención social
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

LA MIGRACIÓN INTERNACIONAL COMO ESTRATEGIA DE REPRODUCCIÓN FAMILIAR EN LA REGIÓN ORIENTE DE TLAXCALA.

José Dionicio Vázquez Vázquez

 

 

 

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La decisión de migrar: contrato mutuo o convención social.

La decisión de migrar, según Stark (1993.: 256-264), se lleva a cabo en el momento en que el migrante y la familia celebran un convenio contractual voluntario o contrato mutuo, esperando contar con ganancias cada uno, para compartir riesgos en común.

Aún cuando se señala que el pacto puede ser informal y por algún tiempo, en lo que se lleva cabo la innovación tecnológica, el concepto difiere de lo que se plantea con la adecuación propia de lo que afirma Bourdieu: la familia, en su decisión de quién va a migrar está respondiendo ante la situación que se le presenta y elige una estrategia: que migre algún o algunos integrantes de la familia para su reproducción.

Refiere tal decisión a una selección de la realidad fragmentaria (estrategia) y parcial como respuesta ante ciertas estimulaciones condicionales (situación de la reproducción familiar) y convencionales (convenio entre la familia y el que migra) y que toma como válidas el agente dispuesto a percibirlas y apto para comprender tal decisión.

El habitus le permite a la familia adoptar una decisión que de momento (por la urgencia de la decisión o por la falta de conocimientos necesarios) no le va a dar cabida a la evaluación consciente y calculadora de las posibilidades de ganancias y de pérdidas. Es decir, la familia no tiene la información general disponible para evaluar su situación ni la del propio migrante, y este a su vez tampoco puede “calcular” los riesgos a los que se va a enfrentar, pues “la previsión por venir es por completo ajena a la lógica puramente especulativa de un cálculo de los riesgos, capaz de atribuir valores a las diferentes posibilidades enfrentadas” (Cfr., Bourdieu, 2005: 242).

Aún cuando se consideraran a los migrantes agentes económicos, carecerían también de información rápida y oportuna. Si no, léase lo que señalan los microfundamentos de competencia imperfecta, que justifican la carencia de información oportuna . Esta escuela de pensamiento contemporánea postula que la característica esencial de las economías de mercado son las asimetrías en la información disponible en los agentes económicos y, en segundo término, el que este rasgo es un factor determinante en la formación de los precios, la distribución del ingreso, el crecimiento, los ciclos y la política económica (Perrotini: 2002).

Sintetizando: así como no hay un cálculo de intenciones de los agentes sociales, tampoco hay un cálculo permanente de las familias de lo que van a decidir hacer frente a una situación como es la partida de un integrante de la misma. Por lo tanto, no se ve la necesidad de “racionalizar” actitudes que son de sentido común para la gente.

En un segundo momento, al convertirse la migración en una experiencia recurrente e incorporada en la familia, ésta se enfrenta a una nueva situación en la que está dispuesta a actuar como producto de una acumulación de experiencias de situaciones anteriores similares, y le va a asegurar un dominio práctico de las situaciones de incertidumbre y fundar una relación con el futuro que no es la de un proyecto (como posibilidades que pueden o no ocurrir) sino la de una previsión práctica; por lo tanto, la previsión de lo por venir es por completo ajena a la lógica puramente especulativa de un cálculo de los riesgos , capaz de atribuir valores a las diferentes posibilidades enfrentadas. De ahí que se diga que el habitus produce previsiones razonables más no racionales, es decir, que permiten la previsión mutua de los comportamientos de los otros.

El salto que emprende la familia para decidir quién va a migrar, es un salto para cambiar (posiblemente) su posición social, hacia una calidad de vida entendiéndola como una estrategia de bienestar que permite a las personas adquirir ciertas capacidades para formar o construir una base que posibilite posteriormente expandirlas a través del tiempo.

Para ilustrar lo mencionado arriba baste un ejemplo: nada permite afirmar que el conjunto agregado de los individuos, aunque todos sean maximizadores, se comporta como un individuo que maximiza su utilidad, y que, a la inversa, el hecho de que la colectividad exhiba cierto grado de racionalidad no implica que los individuos actúen racionalmente. (Bourdieu: 2005).

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