¿Cómo citar estas
tesis doctorales?

¿Cómo poner un
enlace a esta página?

 



 

La Empresa es su Resultado
El Beneficio editorial y la Contabilidad del Conocimiento.

Francisco Luis Sastre Peláez

 

MEDIDA Y VALORACIÓN DEL RESULTADO EMPRESARIAL

LA VALORACIÓN DEL RESULTADO CONTABLE

4.1. - Resultado contable y crecimiento empresarial

En la maraña de flujos de creación y consumo de valor que constituye la vida económica de la sociedades, el empeño humano de construir una medida capaz de ser aplicada por igual no a uno sólo de esos flujos, sino a la totalidad de ellos, parece una tarea tan necesaria como imposible de realizar.

La dificultad inicial para el economista de empresa no está en la naturaleza misma de la medida, una sustracción tan simple e inaprehensible como un axioma, y ni siquiera en definir lo que constituye el valor, sino en lograr detener siquiera un instante el flujo para permitir la medición. En otras palabras, y simplificando, en definir el objeto en el tiempo.

Logrado un acuerdo en esto, siquiera sea estableciendo normativamente el cuándo y el cómo de la medición, ésta se hace ya posible. La gran aportación de la medida estandarizada del resultado no está, pues, en ella misma sino en permitir la coordinación entre las innumerables operaciones de valoración.

Una de las principales conclusiones extraídas de los capítulos anteriores es que la empresa, todos sus componentes y acciones, han de ir dirigidos a la obtención de un valor social superior al que se lograría por la mera utilización separada de los factores. La organización empresarial sólo se justifica como alternativa al mercado si se obtiene a través de ella un “valor extra” y la forma de medir éste es el beneficio empresarial. Supuesto que el ordenamiento contable, con las necesarias modificaciones y ajustes, permitiese una medida apropiada del resultado empresarial, nuestro siguiente problema sería la valoración y reparto de ése.

Permítasenos ilustrar, de forma simplificada, en qué consiste la problemática que aquí planteamos. Supongamos para ello que, como ocurre generalmente, en el cálculo del resultado contable no se incluye la retribución del capital propio como coste, con lo que su saldo habrá de destinarse, en parte, a compensar a aquél y, en parte, a retribuir el factor organizativo.

En la medida del resultado se plantea, entonces, una doble posibilidad:

a) Si el resultado obtenido es pérdida o un beneficio que no alcanza para retribuir el factor capital ello indica que la actividad de la organización no es funcional (en sentido sistémico).

b) Si el resultado es un beneficio suficiente para retribuir, además del factor capital, el factor organización, es señal de que este último actúa productivamente. Ello indica que los grupos clave obtienen sus objetivos por medio de la empresa y ésta, como consecuencia, alcanza también su objetivo principal que es la supervivencia.

El problema planteado entonces es el reparto de dicho beneficio, beneficio sobre el que ninguno de los grupos clave tiene, al menos desde un punto de vista económico, derecho directo ni exclusivo.

Las posibilidades principales de actuación son dos: 1) repartir el beneficio empresarial como dividendos, incentivos al personal, etc. y 2) imputarlo a reservas.

En el segundo caso, el beneficio remanente obligará a incrementar los resultados en el siguiente periodo si se quiere mantener el mismo nivel de rentabilidad(1). Para ello habrá que hacer crecer las ventas y/o reducir el coste, lo que en general implica crecimiento y/o reconversión. La obtención del beneficio empresarial conduce así, directamente, al problema del crecimiento pues el factor organización, como vimos en un capítulo anterior, tiene por función social el propiciar la acumulación productiva.

El crecimiento, como ya sabemos, puede tomar las formas de: a) crecimiento intensivo, en integración o en diversificación, según el tipo de producto-mercado en el que se materialice y b) patrimonial, financiero o contractual: según la forma en que se desarrolle.

El dilema planteado con la obtención del beneficio empresarial es, entonces, o bien actuar incrementando la remuneración de uno o más de los factores productivos clásicos(2), o bien proceder al crecimiento empresarial.

Se está pasando así, de un enfoque del beneficio eminentemente patrimonial, a corto plazo y de naturaleza táctica a una visión a largo plazo en la que hay que emplear un enfoque estratégico con el fin de mantener e incrementar la rentabilidad.

En la perspectiva temporal que nuestro modelo propugna, la única que cabe en el análisis de una organización empresarial cuyo objetivo principal es la supervivencia o gestión continuada en el tiempo, el resultado no puede valorarse sólo por lo ya acontecido, sino por lo que queda aún por suceder. Va apareciendo ya la necesidad de pasar de una medida del resultado que, como el contable, se apoya sobre los hechos consumados a una medida que posibilite operar con los factores predeterminantes del resultado. Estamos ya en el punto de tránsito entre el resultado contable y el resultado potencial; dos medidas alternativas (en el sentido en que lo eran la liquidez y la contabilidad) del objetivo empresarial.

Por último recordemos, antes de proseguir nuestra investigación, que la creación de valor empresarial se materializa (supuesto que no se ha retribuido aún el factor capital) de las formas siguientes:

1. - En la obtención de una elevada rentabilidad de las inversiones: Es decir, por medio de un adecuado rendimiento de los negocios actuales de la empresa, que se reflejará en el ratio beneficio/inversión.

2. - En una buena política financiera: reparto conveniente de dividendos y/o generación suficiente de reservas que permitan el desarrollo empresarial.

3. - Crecimiento en inversiones rentables: incremento de valor de la propia empresa u organización a consecuencia de una mejora de la posición estratégica.


1. Lógicamente, un incremento de reservas supone un crecimiento de la cifra de patrimonio neto (inversión). Al definirse la Rentabilidad como el ratio entre beneficio e inversión, el crecimiento del denominador tiende a disminuir el ratio de rentabilidad, a no ser que se incremente también proporcionalmente el numerador.

2. Con lo que se produce una mayor incentivación del trabajo y el capital, pero un “estancamiento” comparativo en relación con aquellas empresas (competencia intra o extrasectorial) que inviertan para crecer. La mayor incentivación, por otra parte, y además de los posibles efectos positivos, producirá una elevación del “nivel normal de ganancia” o nivel mínimo de satisfacción esperada por los poseedores de los factores que les hará aspirar a una retribución igual o mayor en el siguiente ejercicio. Esta retribución sólo se conseguirá incrementando el beneficio obtenido lo que, presumiblemente, será cada vez más difícil por el incremento general del nivel de vida (que implica, entre otras cosas, una progresiva mejora en la competencia).

En resumen, para obtener el mismo beneficio hay que entregar cada vez mayor valor, lo que exige una contínua mejora en la organización empresarial y, generalmente, la realización de inversiones adicionales. La forma más natural y apropiada de financiar esta inversión es vía beneficio empresarial, lo que será imposible si se reparte éste.


Volver al índice de la tesis doctoral La Empresa es su Resultado

Volver al menú de Tesis Doctorales

Volver a la Enciclopedia y Biblioteca de Economía EMVI


Google

Web www.eumed.net