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Las disparidades económicas intrarregionales en Andalucía

Antonio Rafael Peña Sánchez
 

 

CAPÍTULO III. LAS DISPARIDADES ECONÓMICAS PROVINCIALES EN ANDALUCÍA 1955-1997.

La productividad y la estructura productiva como condicionantes de las disparidades económicas interprovinciales en Andalucía.

Evolución de la productividad provincial.

En el presente apartado intentamos ofrecer una visión sintética de la posición que ocupan las distintas provincias andaluzas en el contexto regional, analizando tantos sus niveles de productividad como el crecimiento que ha experimentado la misma en el amplio periodo al que nos estamos refiriendo a lo largo del presente trabajo, estudiando conjuntamente las variaciones experimentadas en el VAB y empleo como factores significativos de la misma . Dicho análisis conjunto revelará el comportamiento experimentado en la productividad de las provincias andaluzas en comparación con la media regional.

A) Evolución y crecimiento en los niveles de productividad entre las provincias andaluzas.

En este primer apartado intentaremos analizar los cambios producidos en los niveles de productividad provincial experimentados en Andalucía en el periodo 1955-1997, centrándonos en los periodos que presentamos en el siguiente cuadro (cuadro nº 3.28).

CUADRO Nº 3.28

EVOLUCIÓN NIVEL DE PRODUCTIVIDAD 1955-1997

En la evolución del nivel de productividad de las provincias andaluzas destaca, por un lado, el fuerte incremento experimentado por Jaén (más de 30 puntos en el periodo 1955-1997) y Córdoba (cerca de 10 puntos en el mismo periodo) y la fuerte disminución experimentada por Sevilla (más de 22 puntos) y Cádiz (más de 18 puntos); por otro lado, hemos de destacar el acercamiento que han tenido casi todas las provincias (excepto Almería y Málaga, que han permanecido prácticamente con el mismo índice) a la media andaluza, lo que, en principio, nos indica un proceso de igualación del nivel de productividad entre las provincias andaluzas. De hecho, podemos observar como el nivel de productividad en 1955 de algunas provincias era muy alto con respecto al andaluz (Cádiz y Sevilla son ejemplos claros de este caso) y otras provincias tenían indicadores muy bajos (como Jaén y Granada). En 1997 comprobamos como las diferencias en el nivel de productividad son bastante menores, indicando una menor disparidad entre las provincias andaluzas.

El comportamiento general de la productividad aparente del trabajo en la región andaluza requiere algunas matizaciones cuando descendemos a niveles provinciales ya que no todas las provincias han evolucionado, en el periodo analizado, de igual forma. Para el análisis de la tasa de crecimiento medio de la productividad en las provincias andaluzas en el periodo en cuestión presentamos el cuadro nº 3.29.

CUADRO Nº 3.29

TASA DE CRECIMIENTO MEDIO DE LA PRODUCTIVIDAD 1955-1997

El estudio de la tasa de crecimiento medio anual acumulativo de la productividad de las provincias andaluzas en los periodos presentados en el cuadro anterior nos permite poner de relieve, por un lado, el fuerte aumento que experimenta en el periodo 1955-1975 (unos 5 puntos de media), mientras que el crecimiento a partir de 1975 se ralentiza enormemente (unos 2,1 puntos, menos de la mitad del periodo anteriormente mencionado); y por otro lado, atendiendo al crecimiento individualizado de cada una de las provincias andaluzas, confirmamos como, tal y como vimos en el periodo anterior cuando analizábamos la evolución del nivel de productividad, nos encontramos con provincias con un crecimiento superior al de Andalucía, como Jaén, Granada y Córdoba, y provincias con un crecimiento inferior, entre las que destaca Sevilla y Cádiz.

Explicar las causas de las diferencias en productividad aparente del trabajo en los niveles iniciales y en los ritmos de variación puede realizarse a partir de dos análisis: en primer lugar, examinando simultáneamente el nivel y la variación experimentada por esta variable, cosa que vamos a hacer a continuación, y en segundo lugar, estudiando a la misma vez la evolución de la producción, del empleo y de la productividad, cosa que haremos en el siguiente apartado.

La existencia de correspondencia entre la tasa de crecimiento y el nivel de productividad de las distintas provincias andaluzas se pone de manifiesto claramente en el periodo analizado, como podemos comprobar en el gráfico nº 3.16.

GRÁFICO Nº 3.16

FUENTE: Elaboración propia a partir de la Renta Nacional de España y su distribución provincial. Serie homogénea. Años 1955 a 1993 y avances 1994 a 1997, BBV.

La relación anteriormente presentada entre los niveles y tasas de crecimiento de la productividad en el periodo analizado responde a la ecuación y = 240,09478 – 1,391174 x, con un R2 de 0,8433 y unas t de Student de 9,579197 y -5,682844196 para los parámetros a y b de la ecuación anterior, siendo la t teórica para un 99 % de significación de 3,355. Pues bien, en esta relación podemos comprobar como aquellas provincias que en 1955 partían con un índice de productividad mayor al de Andalucía (Sevilla, Cádiz, y en menor medida Huelva y Málaga) han presentado un crecimiento inferior a la media andaluza (excepto Málaga, cuyo crecimiento está muy cercano a la media regional), mientras que las provincias que partían de un índice de productividad menor (Jaén, Granada, y en menor medida Almería y Córdoba) tuvieron un crecimiento, excepto Almería, superior a la media andaluza, es decir, comprobamos claramente como las provincias que parten de posiciones más retrasadas registran tasas de crecimientos mayores que las más adelantadas, como predice la teoría neoclásica, produciéndose un efecto “captura” o “catching-up” de las primeras, que termina acercándolas a los niveles de las más desarrolladas. De ahí que en el cuadro presentado en el apartado anterior de la evolución del nivel de productividad viéramos como tanto Almería como Málaga (éste último en menor medida) presentaban en 1997 un índice de productividad prácticamente igual al que presentaron en 1955.

De la relación analizada entre la evolución del nivel de productividad provincial y la tasa de crecimiento medio de la misma variable podemos destacar como idea principal el fuerte acercamiento que se ha producido entre las provincias andaluzas, como consecuencia de que aquéllas que en 1955 partían de un mayor índice de productividad han experimentado crecimientos medios inferiores a la media andaluza en el periodo 1955-1997, y aquellas provincias que presentaban un índice de productividad inferior a la media andaluza en 1955, han tenido crecimientos medios superiores a la media andaluza en el periodo en cuestión.

Lo anteriormente expuesto confirma el “slowdown” o proceso de ralentización en la evolución de esta variable para las provincias más desarrolladas. Por tanto, el análisis de la productividad en términos de tasas y niveles muestra comportamientos provinciales muy dispares, detectando, por lo general y en el periodo analizado, un patrón de conducta típico para las provincias más desarrolladas hacia la reducción del crecimiento de la productividad (caso de Sevilla, Cádiz, Huelva, y en menor medida Málaga), y un patrón de conducta para las provincias menos desarrolladas hacia el aumento del crecimiento de la productividad aparente del trabajo (como Jaén, Granada y Córdoba, fundamentalmente).

B) Análisis conjunto de las variaciones de la productividad, empleo y valor añadido bruto para las provincias andaluzas.

B.1) Relación entre productividad, empleo y VAB.

El análisis del desarrollo territorial que ahora pretendemos realizar es en términos de las interrelaciones existentes entre tres variables fundamentales: la productividad aparente del empleo, el valor añadido bruto y el empleo. La relación entre estas tres variables difiere en el corto y en el largo plazo. En el corto plazo, el crecimiento del producto (mediante la utilización más eficiente del trabajo) se refleja en el crecimiento de la productividad, dado que el empleo se ajusta más lentamente. En el largo plazo, las tres variables pueden evolucionar o no en el mismo sentido. Si las tres variables varían simultáneamente en un sentido positivo, significa que la reorganización del sistema productivo y la incorporación del progreso técnico hace que el aumento de la producción repercuta positivamente sobre la productividad y el nivel de empleo (Cuadrado Roura, 1990, pág. 263). Ahora bien, dichas variables pueden moverse en distinto sentido.

Para intentar establecer algunas pautas de comportamiento entre las provincias andaluzas con respecto a su productividad, vamos, a continuación, a analizar conjuntamente las variaciones experimentadas a nivel provincial y regional de la productividad, el empleo y el valor añadido bruto en el periodo 1955-1997.

CUADRO Nº 3.30

TASA DE CRECIMIENTO MEDIO DE LA PRODUCTIVIDAD, VAB Y EMPLEOS 1955-1997

La comparación conjunta de la tasa de crecimiento medio anual acumulativo de la productividad con la del VAB y el empleo de las provincias andaluzas constata que aquellas provincias que han tenido un crecimiento medio de la productividad superior a la media andaluza en el periodo analizado (Jaén, Granada y Córdoba) ha sido fundamentalmente por el crecimiento medio negativo del empleo que han sufrido, ya que, podemos confirmar como el crecimiento medio del VAB en estas provincias en el periodo en cuestión ha sido incluso inferior al crecimiento medio andaluz. Por otro lado, nos encontramos a provincias que, a pesar de haber tenido un alto crecimiento medio del VAB en el periodo 55-97 (Almería con un 4,52 % y Málaga con un 4,40 %), han mantenido el crecimiento de la productividad al mismo nivel que la media andaluza, debido al alto crecimiento experimentado por el empleo en el mismo periodo (0,85 % y 0,76 % respectivamente). Y por último nos encontramos a Huelva, Cádiz y Sevilla, que en el periodo en cuestión han tenido un crecimiento medio de la productividad inferior a la media andaluza (3,51 %, 3,22 % y 3,13 % respectivamente) ya que el crecimiento medio del VAB experimentado en el periodo ha estado muy cercano a la media andaluza, experimentando una tasa de crecimiento medio positivo en el empleo en dicho periodo bastante superior a la media andaluza (0,33 %, 0,58 % y 0,29 % respectivamente).

Como hemos podido comprobar hasta el momento, el comportamiento de la productividad provincial es marcadamente dispar, pero hemos de tener en cuenta que un mismo valor estadístico que muestre la evolución de la productividad puede tener su origen en razones diferentes, por lo general interconectadas. En algunos casos puede deberse a la introducción de innovaciones (ya sea en productos o en procesos) y en otros casos podría deberse a la reconversión de sectores, la sustitución o eliminación de producciones ineficientes o la reducción de empleo, entre otros. Para tratar de comprender mejor esta heterogénea evolución, conviene examinar el crecimiento experimentado por la productividad provincial de cada uno de los sectores productivos, a partir del cuadro que presentamos a continuación.

CUADRO Nº 3.31

CRECIMIENTO MEDIO ANUAL ACUMULATIVO DE LA PRODUCTIVIDAD, EL VABcf Y EL EMPLEO POR SECTORES PRODUCTIVOS (1955-1997)

En el cuadro anterior podemos observar como, en el caso de la agricultura, casi todas las provincias menos desarrolladas al comienzo del periodo analizado (Córdoba, Granada y Jaén) han conocido importantes ganancias de productividad (superior a la media andaluza) derivadas fundamentalmente de los ajustes experimentados en el empleo.

En la industria, el generalizado escaso aumento de empleos en el periodo en cuestión, unido al fuerte crecimiento del VAB experimentado por prácticamente todas las provincias andaluzas en el mismo sector, debido a que el proceso de sustitución de trabajo por capital ha sido y está siendo muy intenso, han hecho que el crecimiento de la productividad haya sido generalizada en prácticamente todas las provincias andaluzas.

El sector de la construcción presenta, en prácticamente todas las provincias andaluzas, bajos índices de crecimiento debido fundamentalmente al crecimiento del empleo que presentan algunas provincias como Almería, Granada, Huelva y Málaga cuyos crecimientos de VAB en el mismo sector fue bastante alto y al bajo crecimiento del empleo (e incluso descenso del mismo) en Cádiz, Córdoba, Jaén y Sevilla, cuyo crecimiento del VAB fue, en el mismo periodo, bastante bajo.

Y por último, la evolución de la productividad de los servicios confirma su baja tasa generalizada, en el conjunto de provincias andaluzas en el periodo analizado, en términos comparativos con los restantes sectores productivos. Y ello es debido, fundamentalmente, por el mantenimiento de capacidad de creación de empleo (en mayor o menor medida) mantenida por las provincias andaluzas, debido fundamentalmente a dos factores: por un lado, a la menor posibilidad de capitalización de este sector con respecto a otros sectores, y por otro lado, al ligero incremento de la ocupación en los años de crisis, ya que constituyó un sector refugio del desempleo provocado en esos años (Cuadrado Roura, 1990, pág. 263).

Con objeto de tratar de establecer dentro de esta heterogeneidad algunas pautas de coincidencia, que al menos posibiliten presentar agrupaciones de provincias con comportamientos comprendidos dentro de un patrón, vamos a utilizar a continuación un método en el que combinando las tasas de crecimiento medio anual acumulativo del valor añadido bruto, el empleo y la productividad aparente del trabajo, podamos alcanzar un cuadro tipológico para las provincias andaluzas , y en el que en la metodología utilizada hemos nombrado como el modelo de Camagni y Capellin. Para ello presentamos en primer lugar el siguiente cuadro:

CUADRO Nº 3.32

TIPOLOGÍA DE LAS PROVINCIAS EN ANDALUCÍA (1955-1997)

La utilización del modelo anterior nos permite observar una situación muy ventajosa en el caso de Almería, cuyos parámetros son todos superiores a los de la media andaluza, siendo la única provincia incluida en el llamado crecimiento virtuoso. Asimismo, no hemos de olvidar que Almería, al sur, forma parte de la zona del Arco Mediterráneo, cuya consolidación en la dinámica de desarrollo es manifestada en numerosos trabajos . En segundo lugar, y dentro de la reestructuración vía productividad, nos encontramos a Córdoba, Granada y Jaén, para el caso de reestructuración absoluta, indicando que el aumento de productividad experimentado en el periodo en cuestión se ha debido, fundamentalmente, a la pérdida de empleos que ha sufrido en el periodo en cuestión. Y en tercer lugar, dentro de la reestructuración vía empleo, nos encontramos a Sevilla, en el caso de reestructuración conservadora, ya que la pérdida de productividad es debida tanto al mantenimiento y crecimiento del empleo, superior a la media andaluza, como a un crecimiento de la producción inferior a la media andaluza, y Cádiz, Huelva y Málaga, dentro de la reestructuración intensiva, en las que la pérdida de productividad viene motivada fundamentalmente por el alto crecimiento experimentado en el empleo, bastante superior a la media andaluza.

B.2) Relación entre productividad, empleos per cápita y VAB per cápita.

A continuación, y una vez analizada la relación existente entre la productividad, el empleo y el VAB, y partiendo de la relación vamos a centrarnos en la evolución seguida por el nivel de cada una de estas variables, para ver el comportamiento conjunto seguido por las mimas.

CUADRO Nº 3.33

EVOLUCIÓN NIVEL DE PRODUCTIVIDAD, VABpc Y EMPLEOS per cápita 1955-1997

En el cuadro anterior observamos la relación existente entre la productividad, el VABpc y los empleos per cápita. En todos los periodos analizados, comprobamos claramente como las provincias con una productividad superior a la media son aquellas que tienen un VABpc también superior a la media andaluza. Ahora bien, dicha relación no está definida tan claramente cuando relacionamos la productividad con los empleos per cápita. De hecho, esta relación es más difusa como ya veremos posteriormente. A continuación intentaremos profundizar en dicha cuestión.

Para relacionar el VABpc con la productividad y con los empleos per cápita a nivel de índice, podemos, en principio, utilizar el coeficiente de correlación y el coeficiente de correlación de rangos de Spearman, tanto de los niveles como de las provincias en concreto, para establecer qué factor ha influido más en el índice de desarrollo económico tanto de Andalucía (entre niveles) como de cada una de las provincias andaluzas.

CUADRO Nº 3.35

COEFICIENTE DE CORRELACIÓN Y COEF. DE SPEARMAN

Los resultados que obtenemos al aplicar dichos indicadores a los datos sobre el índice de VABpc, productividad aparente del empleo y empleos per cápita son muy indicativos del comportamiento de Andalucía, ya que podemos comprobar claramente como la relación existente entre el índice de desarrollo económico (medido a partir del VABpc) y el de la productividad es muy alto, aunque dicha relación parece disminuir a lo largo del periodo analizado, mientras que la relación existente entre el desarrollo económico y los empleos per cápita es poco intensa, lo que muestra que la evolución del desarrollo económico en la región ha estado muy condicionado por la evolución seguida por la productividad.

CUADRO Nº 3.36

COEFICIENTE DE CORRELACIÓN DEL ÍNDICE DE VAB PER CÁPITA

La realización del mismo análisis, pero sólo utilizando como indicador el coeficiente de correlación, entre las provincias andaluzas, nos confirma que la conclusión manifestada anteriormente se refuerza con los resultados presentados en el cuadro anterior, en el que observamos como la relación entre el desarrollo económico y la productividad aparente del trabajo es muy alta entre las provincias andaluzas y en el conjunto de Andalucía, superior al 0,98 en todos los casos, mientras que la relación entre el desarrollo económico y los empleos per cápita no es tan intensa. Lo que sí es significativo es el signo negativo que presenta el coeficiente en todas las provincias y a nivel regional, indicativo de la relación inversa existente entre las variables en cuestión.

CUADRO Nº 3.37

TASA DE CRECIMIENTO MEDIO DE LA PRODUCTIVIDAD, VABpc Y EMPLEOS per cápita

La tasa de crecimiento medio anual acumulativo de la productividad, VABpc y empleos per cápita en el periodo analizado lo hemos representado en el cuadro nº 3.37. Comprobamos como la ganancia de productividad obtenida por las provincias andaluzas ha venido de la mano de la reducción de los empleos per cápita fundamentalmente, salvo en el caso de Almería. No obstante, dentro de estas provincias, observamos como el crecimiento experimentado por Jaén, Granada y Córdoba ha venido de la mano de un mayor crecimiento en el VABpc que la media andaluza, con una mayor disminución de los empleos per cápita. Por otro lado, Cádiz y Sevilla han tenido un menor crecimiento de la productividad debido al menor crecimiento del VABpc unido a un fuerte descenso en el empleo per cápita. Lo que está claro es que la generalizada disminución de los empleos per cápita en prácticamente todas las provincias han provocado que, como ya dijimos anteriormente, salvo Almería, el crecimiento medio acumulativo de la productividad haya sido superior al crecimiento medio acumulativo del VABpc en el periodo analizado 1955-1997.

Siguiendo con la tasa de crecimiento de las variables que estamos analizando, intentaremos ver a continuación la relación existente entre la tasa de crecimiento medio anual acumulativo del valor añadido bruto per cápita con la de la productividad y la de los empleos per cápita, para intentar establecer cuál de estos dos últimos factores condiciona en mayor medida el crecimiento del desarrollo en Andalucía, para los periodos 1955-65, 1965-75, 1975-85, 1985-1997, y 1955-1997.

CUADRO Nº 3.38

COEFICIENTE DE CORRELACIÓN Y COEF. DE SPEARMAN

Los resultados obtenidos al establecer la relación entre la tasa de crecimiento medio del valor añadido bruto per cápita y de la productividad aplicando el coeficiente de correlación y el coeficiente de correlación de rangos de Spearman constata que ambos son bastante altos, indicando una estrecha relación entre las tasas de crecimiento medio de estas dos variables en los periodos analizados. Por otro lado, podemos observar también como la relación existente entre la tasa de crecimiento medio anual acumulativo del valor añadido bruto per cápita y la de los empleos per cápita no es tan manifiesta. Por tanto, en principio, podemos decir que el crecimiento del desarrollo económico de Andalucía en el periodo 1955-1997 ha estado mucho más ligado a la evolución seguida por la productividad aparente del empleo que a la evolución de los empleos per cápita.

Al relacionar los niveles existentes de productividad, VABpc y empleos per cápita con la tasa de crecimiento económico experimentado en el periodo que estamos analizando, podemos establecer dichas relaciones que nos permitirá señalar algunas ideas interesantes al respecto.

GRÁFICO Nº 3.17

FUENTE: Elaboración propia a partir de la Renta Nacional de España y su distribución provincial. Serie homogénea. Años 1955 a 1993 y avances 1994 a 1997, BBV.

La estimación entre el VABpc de las provincias en 1955 con el crecimiento experimentado en el periodo 1955-1997, responde a la ecuación y = 218,45247 – 1,163857 x, con un coeficiente de determinación R2 de 0,8523 y unas t de Student para los parámetros a y b de 10,4800349 y -5,553810269, siendo la t teórica, para un nivel de significación del 99 %, de 3,355. Pues bien, una vez establecida la relación existente entre el nivel de partida del VABpc de cada provincia en Andalucía con su tasa de crecimiento, observamos como, por lo general, el crecimiento medio del VABpc ha sido más intenso en aquellas provincias que partían con un menor nivel de VABpc y menos intenso en aquellas que partían con un mayor nivel de VABpc en el dilatado periodo 1955-1997, como vimos en el análisis de la convergencia provincial en VABpc. Ello, en cierta manera, manifiesta la fuerte convergencia experimentada entre las provincias andaluzas en materia de VABpc. Además, la relación existente entre las dos variables en cuestión (índice de VABpc en 1955 y tasa de crecimiento medio del VABpc entre 1955-1997) es bastante intensa, siendo el coeficiente de determinación (cuadrado del coeficiente de correlación) de 0,8523.

GRÁFICO Nº 3.18

FUENTE: Elaboración propia a partir de la Renta Nacional de España y su distribución provincial. Serie homogénea. Años 1955 a 1993 y avances 1994 a 1997, BBV.

La relación existente entre el nivel de empleos per cápita en 1955 y la tasa de crecimiento medio de los empleos per cápita de las provincias andaluzas entre 1955 y 1997 es decreciente. Su tendencia responde a la ecuación y = 89,345985 – 23,67165 x, con un R2 de 0,4654, y unas t de Student de 37,56251706 y -4,42386287 para los parámetros a y b, siendo la t teórica, para un 99 % de significación, de 3,355. La relación, en principio, podemos decir que es tan intensa como la que se establecía para el VABpc, aunque el coeficiente de determinación nos indica que la bondad del ajuste es bastante inferior.

GRÁFICO Nº 3.19

FUENTE: Elaboración propia a partir de la Renta Nacional de España y su distribución provincial. Serie homogénea. Años 1955 a 1993 y avances 1994 a 1997, BBV.

Las pautas de crecimiento medio anual acumulativo de la productividad en los periodos 1955-75 y 1975-97 nos permite observar como Jaén y Granada han tenido un crecimiento medio superior a la media andaluza en los dos periodos señalados, mientras que Sevilla y Cádiz, por contra, han tenido un crecimiento medio inferior en los dos periodos establecidos. Ello ha provocado que el acercamiento entre las provincias andaluzas en materia de productividad en el periodo analizado haya sido destacado. Y partiendo de la relación de las variables que estamos analizando, intentaremos establecer una tipología de provincias según su pauta de crecimiento del VABpc y los empleos per cápita y como ello ha afectado a la productividad.

GRÁFICO Nº 3.20

FUENTE: Elaboración propia a partir de la Renta Nacional de España y su distribución provincial. Serie homogénea. Años 1955 a 1993 y avances 1994 a 1997, BBV.

GRÁFICO Nº 3.21

FUENTE: Elaboración propia a partir de la Renta Nacional de España y su distribución provincial. Serie homogénea. Años 1955 a 1993 y avances 1994 a 1997, BBV.

Pues bien, si relacionamos los tres gráficos expuestos anteriormente (gráficos nº 3.19, 3.20 y 3.21) podemos establecer la siguiente tipología de provincias andaluzas en función de su comportamiento respecto a estas tres variables y el lugar que ocupan en el siguiente cuadro sinóptico:

CUADRO Nº 3.39

VAB per cápita Empleos per cápita Productividad

Al establecer esta relación entre las pautas de crecimiento entre las provincias andaluzas podemos verificar como la nota más destacada es el fuerte crecimiento de productividad experimentado por Jaén y Granada, en los dos periodos establecidos (grupo I), debido, en el caso de Jaén, al fuerte crecimiento experimentado en el VABpc (grupo I) y en el caso de Granada, a la fuerte disminución en los empleos per cápita (grupo III). Con respecto a las pautas de crecimiento de productividad seguidas por Cádiz y Sevilla (grupo III), se ha producido fundamentalmente al menor crecimiento experimentado por su VABpc (ya que pertenecen al grupo III).

GRÁFICO Nº 3.22

FUENTE: Elaboración propia a partir de la Renta Nacional de España y su distribución provincial. Serie homogénea. Años 1955 a 1993 y avances 1994 a 1997, BBV.

La relación existente entre el crecimiento medio del VABpc y la productividad en el periodo establecido en dicho análisis, nos muestra a Jaén, Córdoba y Granada, que han tenido crecimientos medios superiores a la media andaluza tanto en VABpc y productividad, y Sevilla, Cádiz y Málaga, cuyos crecimientos han sido inferiores a la media. Ello, en principio, nos hace ver la relación directa existente entre el crecimiento del VABpc y la productividad de las provincias andaluzas.

GRÁFICO Nº 3.23

FUENTE: Elaboración propia a partir de la Renta Nacional de España y su distribución provincial. Serie homogénea. Años 1955 a 1993 y avances 1994 a 1997, BBV.

Sin embargo, cuando intentamos establecer la relación existente entre el crecimiento medio del VABpc y el de los empleos per cápita en el periodo en cuestión entre las provincias andaluzas, no existe una relación clara entre estas dos variables, es decir, que los empleos per cápita, si bien afectan al nivel de productividad, su efecto es menos intenso que el del VABpc.

Una idea, por tanto, que podemos extraer del análisis realizado es que, como hemos podido comprobar, existe una relación bastante intensa entre la evolución experimentada por el VABpc o desarrollo económico y la productividad aparente del trabajo entre las provincias andaluzas. Sin embargo, la relación entre el VABpc y los empleos per cápita no se encuentra muy definida en el comportamiento de las provincias andaluzas. A continuación intentaremos profundizar en estas relaciones, estableciendo la productividad aparente del trabajo como factor explicativo de las disparidades económicas en VABpc.

Finalmente, y a modo de conclusión dentro de este apartado, podemos decir que el comportamiento que han tenido las provincias andaluzas respecto a las variables estudiadas ha sido muy dispar en el periodo analizado, debido a factores que esconden, por un lado, los graves problemas de dinamismo en términos de actividad económica por el que vienen pasando la mayoría de las provincias junto, por otro, con una notoria falta de competitividad, detectada por los bajos crecimientos de productividad global, inferiores al promedio regional, de las provincias más desarrolladas. Y la consideración dentro del análisis de las dos variables que están detrás de la productividad, valor añadido y empleo, vuelve a reafirmar la disparidad de las economías provinciales, observándose que las mayores ganancias de productividad tienen su origen en el negativo comportamiento del empleo.


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