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Las disparidades económicas intrarregionales en Andalucía

Antonio Rafael Peña Sánchez
 

 

CAPÍTULO III. LAS DISPARIDADES ECONÓMICAS PROVINCIALES EN ANDALUCÍA 1955-1997.

FACTORES DETERMINANTES DE LAS DISPARIDADES ECONÓMICAS INTERPROVINCIALES.

En este apartado vamos a intentar establecer la relación existente entre el nivel de desarrollo de cada una de las provincias con la población y la dinámica demográfica, centrándonos fundamentalmente en los movimientos migratorios propio del enfoque neoclásico, la productividad y la estructura productiva, factores cuyos cambios han favorecido en el largo plazo el proceso convergente provincial en el VABpc de Andalucía.

La población y la dinámica demográfica.

El estudio de la población asentada sobre un territorio responde a una necesidad derivada de la importancia que para el conocimiento de la realidad económica del referido espacio tiene su comportamiento. Desde la perspectiva del análisis económico, la población constituye el sujeto de toda actividad económica (Hernández y Villena, 1993, pág. 115) ya que se presenta en su doble vertiente de productora, configurándose como uno de los factores productivos primordiales a utilizar para conseguir el máximo nivel de desarrollo, y consumidora, destinataria de los resultados que alcanza el sistema productivo y que tiene que atender las necesidades propias de las mismas. También hay que tener en cuenta que la concentración poblacional como resultado de las economías de aglomeración generan unas ventajas competitivas que, tradicionalmente, han venido siendo señaladas por los seguidores de la Teoría de la Localización, argumentando economías externas de escala: capacidad de mantener y acceder a las instalaciones de I + D, a la mano de obra cualificada, etc. (Coronado Guerrero, 1995, pág. 771) . Además, hay que tener en cuenta que la generación de producción es muy distinta según el territorio de que se trate y, por ello, las desigualdades espaciales en la generación del valor añadido se potencian con los crecientes desequilibrios demográficos (Esteve Secall, 1993, pág. 571). Los movimientos de población tienen unas claras implicaciones que plantean demandas concretas de política económica como son: el crecimiento o reducción de la fuerza laboral y las necesidades de empleo para la población; las necesidades de la población respecto de la planificación de los servicios públicos con equipamientos sanitarios, educacionales, etc.; y la ordenación del territorio y planificación física, tanto para la previsión de las necesidades de residencia como de movilidad de la población. En el caso de nuestra región, se añaden otras cuestiones específicas como son: las relaciones entre los espacios rurales y urbanos, la presión sobre el litoral, o la desertización de amplias zonas marginales de Andalucía. Por todo lo anterior, el análisis de la población es fundamental ya que incide directamente en dos temas claves para la comprensión de la realidad económica de esta región, como son la naturaleza y perspectivas de evolución de los desequilibrios internos y la ordenación del territorio en la definición de un modelo territorial para Andalucía (Aurioles Martín, 1989, págs. 65-66).

Vamos a hacer un análisis global de las características más sobresalientes relacionadas con la evolución temporal de la población andaluza (considerada por Villaverde Castro, 1992a, pág. 21, como factor esencial en el potencial de desarrollo endógeno) desde el punto de vista provincial , que ha hecho que la composición andaluza sea la que es, teniendo en cuenta que todo conjunto poblacional se define por un cúmulo de cualidades específicas imputables a determinados factores demográficos, bien biológicos -natalidad, mortalidad- o bien de índole socio-económico -movimientos migratorios- (Almoguera Sallent, 1986, pág. 79). En este sentido es necesario resaltar el interés del estudio de la distribución de la población en Andalucía ya que éste es un factor que incide claramente en la organización de la producción en el espacio (Aurioles Martín, 1989, pág. 77). Para ello se ha optado por presentar una panorámica general de los cambios demográficos más importantes, abordando el tratamiento de las disparidades provinciales propiamente dichas, así como la evolución seguida en el periodo en cuestión.

3.4.1.1. Análisis de las disparidades en población.

El estudio de la población a partir del porcentaje de cada una de las provincias andaluzas en el periodo que estamos analizando (cuadro nº 3.19) nos permite observar como Sevilla, Málaga y Cádiz, con el 32,84 % del territorio andaluz, pasó de tener el 46,61 % de la población andaluza en 1955 a tener el 56,24 % en 1997, ganando un 9,63 % de la población en el periodo en cuestión. En el otro extremo nos encontramos a Almería y Huelva, que con el 21,61 % del territorio andaluz, pasó de tener el 12,93 % de la población en 1955 al 13,28 % en 1997. Esto, sin ir más lejos, demuestra en principio la fuerte disparidad existente en el asentamiento de la población andaluza a lo largo de todo el territorio andaluz.

En cuanto a la dinámica de la población en el periodo analizado, cabe destacar el peso que ganan las provincias de Sevilla, Málaga y Cádiz, con un aumento de 3,41 %, 4,10 % y 2,12 %, respectivamente (9,63 % en total), en detrimento de Jaén, Córdoba y Granada, que pierden 4,22 %, 3,32 % y 2,44 % respectivamente (9,98 % en total). Esta circunstancia ha propiciado alteraciones en el mapa demográfico de Andalucía con la pérdida de posiciones de provincias como Jaén, Córdoba, Granada y Huelva, y la ganancia de Málaga, Sevilla, Cádiz y Almería, aumentando con ello la concentración de la población en estas últimas provincias. A esta circunstancia demográfica hemos de unir el hecho diferencial y coincidente según el cual las provincias de Cádiz, Sevilla, Almería y Málaga presentan una estructura por edades más joven, mientras que Huelva, Córdoba, Jaén y Granada aparecen más envejecidas (López Lara, 1991, pág. 42) , debido, entre otros factores, a los efectos selectivos de la emigración (Aurioles y Martín, 1990, pág. 88; Sánchez Fernández, 1999, pág. 361), perjudicando más al grupo de provincias que perdieron posición dentro del conjunto regional.

CUADRO Nº 3.19

% SUPERFICIE Y POBLACIÓN PROVINCIAL SOBRE EL TOTAL REGIONAL

Es necesario tener en cuenta la incidencia de los factores llamados “biológicos” que explican las diferentes composiciones demográficas en un momento dado, así como su evolución (Carvajal Gutiérrez, 1982) . La estructura de la población es, como vimos en el capítulo anterior, uno de los elementos sociales que tienen mayor influencia en el desarrollo económico. Las circunscripciones que muestran unas estructuras demográficas más envejecidas se corresponden con aquellas provincias que tradicionalmente han sufrido, de modo acusado, el problema de la emigración, como es el caso de Jaén, Córdoba y Huelva. Le siguen Granada y Almería, aunque este último caso muestra un envejecimiento menor debido a su alta tasa de natalidad que se manifiesta como una de las máximas en la región (Almoguera Sallent, 1986, pág. 85) .

Con respecto a las disparidades que presenta la población de las provincias andaluzas respecto al total regional, hemos de decir que, medido tanto con el cociente entre la provincia como mayor y menor porcentaje como con el cociente entre la media de las tres provincias con mayor y menor proporción, muestra una tendencia creciente, lo que representa una mayor concentración de la población en ciertos territorios como Cádiz, Málaga y Sevilla, que ganan, como ya dijimos, 9,63 puntos en el periodo en cuestión, y una mayor despoblación de territorios como Córdoba, Granada y Jaén, que pierden 9,98 puntos en el mismo periodo.

CUADRO Nº 3.20

TASA DE CRECIMIENTO MEDIO ANUAL ACUMULATIVO

En el cuadro anterior podemos comprobar como las provincias que presentan mayores tasas de crecimiento son Sevilla, Málaga, Cádiz y Almería, con crecimientos superiores a la media andaluza en 0,37, 0,65, 0,36 y 0,27 puntos, respectivamente. Ello fue debido, fundamentalmente, a las propias características económicas de estas provincias, como son: el crecimiento turístico y del sector servicios de Málaga, que ha acrecentado la aglomeración de actividades industriales en dicha provincia; la evolución positiva del sector servicios y de la construcción en Sevilla, ya que su base productiva industrial es de relativa importancia (Caravaca Barroso, 1979) , y el papel básico que desempeña la industria en la economía gaditana (Jordá Borrell, 1983).

Las provincias de Córdoba, Granada y Jaén presentan un crecimiento inferior a la media en 0,66 %, 0,47 % y 0,92 %, respectivamente. Una explicación de este proceso lo podemos constatar en sus propias estructuras productivas: Córdoba ha sido una zona agraria por excelencia, donde predomina la agricultura de secano y el alto índice de fertilidad de la tierra; Granada ha contado con ciertas deficiencias de base como son la falta de canales de comercialización y la dificultad de acceso a la propiedad, debido a la práctica de vivir dos tipos de agricultores sobre el mismo campo (García Manrique, 1972) , que ha frenado su crecimiento poblacional y económico; y Jaén, con un tejido industrial que no ha sido capaz de transformar la economía de la provincia (Jordá Borrell, 1983). Asimismo, estas tres provincias presentan un mayor deterioro de su situación demográfica debido a que entre 1975 y 1985 la emigración presentó una magnitud tal que superó sus respectivas dinámicas naturales entrando en un retroceso demográfico (Jordá Borrell, 1985, pág. 75).

Y, por último, nos encontramos a Huelva y Almería, cuyos crecimientos han sido, a lo largo del periodo estudiado, muy similares a la media andaluza, siendo el diferencial negativo en Huelva (0,15 puntos) y positivo en Almería (0,27 puntos). Ello nos hace pensar que si el crecimiento anual acumulativo de la población andaluza es de 0,57 % y los crecimientos de las distintas provincias son tan dispares (véase la variación sobre la tasa media andaluza 55/97) es porque se está produciendo una concentración de la población en ciertos territorios andaluces como son Sevilla, Málaga y Cádiz.

CUADRO Nº 3.21

DISPARIDADES DE LA POBLACIÓN ANDALUZA

La evolución de las disparidades en la población tienden a incrementarse a lo largo de, prácticamente, todo el periodo analizado, como podemos concluir observando los índices utilizados como son el índice de Theil y el coeficiente de variación de Pearson, cuyos valores han crecido de forma anual acumulativa entre el 55 y el 97 en 1,14 % y 0,69 % respectivamente. Estos valores reflejan claramente una tendencia hacia el crecimiento de las disparidades, o dicho de otro modo, una tendencia hacia la concentración de la población en ciertos territorios de Andalucía, que como habíamos comprobado anteriormente son Sevilla, Málaga y Cádiz.


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