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Las disparidades económicas intrarregionales en Andalucía

Antonio Rafael Peña Sánchez
 

 

CAPÍTULO II.
ANDALUCÍA EN EL CONTEXTO EUROPEO Y NACIONAL.

FACTORES EXPLICATIVOS DE LAS DISPARIDADES ECONÓMICAS DE ANDALUCÍA.

Los factores explicativos que vamos a tratar en este apartado de una forma comparativa son los agentes demográficos, la productividad y estructura productiva, las dotaciones de infraestructuras, el cambio tecnológico y el capital humano, ya que creemos que las diferencias existentes en estos factores, entre otros aspectos, entre la región andaluza respecto al conjunto de regiones europeas y españolas están dificultando la convergencia en el nivel de desarrollo de la región andaluza en su entorno, tal y como predicen las teorías de crecimiento económico espacial analizadas en el capítulo I del presente trabajo.

Factores demográficos de Andalucía en su entorno.

La población no puede ser considerada como un elemento exógeno al funcionamiento de la economía, ya que supone el principio y el fin del sistema económico, además de las múltiples interacciones que tiene con el mismo. En primer lugar, la población supone el principio o motor de la economía debido a que la actividad económica no podría llevarse a cabo sin el concurso del factor trabajo. En segundo lugar, es el fin del sistema económico ya que la población presenta necesidades, expresadas por la demanda de bienes y servicios, que hay que satisfacer, y para ello se pone en marcha todo el aparato económico del sistema. Tanto desde el punto de vista de la demanda como de la producción, la población, así como la cualificación de la mano de obra, los valores culturales, las ideologías dominantes, las costumbres y pautas de comportamiento, etc., tienen gran importancia para la dinámica económica . Por otra parte, la distribución por edades de la población (el grado de envejecimiento) tiene también una clara influencia en la oferta de trabajo, las pautas de consumo y ahorro, los programas de gasto público (educación y formación profesional, pensiones, sanidad, etc.). El hecho de que el porcentaje de niños o mayores sobre el total sea alto o bajo no es indiferente para la composición y evolución del consumo privado (alimentos, vestido, ocio, educación, nuevas viviendas, etc.), del gasto público (pensiones, sanidad, educación, etc.), la oferta de trabajo (incorporaciones y retiradas del mercado de trabajo), el ahorro, etc. La distribución espacial de la población, esto es, su mayor o menor concentración o dispersión en el espacio, influye en la constitución de mercados más o menos potentes, y por tanto en la obtención de economías-deseconomías externas de aglomeración, atracción de inversiones exteriores, etc. (Hadar y Pines, 2004). El sistema de ciudades y asentamientos (el grado de urbanización de la población, la dimensión de las ciudades, la distancia entre ellas, las relaciones interurbanas, etc.) incide en el proceso de generación, recepción y difusión de las innovaciones técnicas y culturales, en la eficiencia de los servicios públicos, en la obtención de economías de aglomeración, etc (De Espinola, 1998, pág. 1). Los determinantes del potencial de desarrollo económico regional según Biehl (1988, pág. 293) vienen determinados por una serie de factores que conjuntamente lo hacen posible, y cuya carencia lo limita y condiciona: la situación geográfica de la región respecto de los principales “centros” de actividad económica, la estructura urbana (densidad, número, tamaño y relaciones de los asentamientos), la estructura sectorial de la producción, y la dotación de infraestructuras. Por otro lado, es necesario destacar también que la dinámica económica ejerce una influencia en la evolución demográfica siendo el mercado de trabajo un poderoso mecanismo que incentiva o desincentiva el movimiento real de la población por diversas vías, entre ellas los movimientos migratorios (Sánchez Fernández, 1999, pág. 378).

CUADRO Nº 2.7

CRECIMIENTO ANUAL MEDIO

El crecimiento experimentado por la población en estos tres espacios socioeconómicos (Andalucía, España y la Europa de los 15), representado en el cuadro nº 2.7, muestra como Andalucía tiene un mayor dinamismo demográfico que España y que el conjunto del espacio de la Unión Europea, representado por la mayor tasa de crecimiento anual medio de la población en el periodo 1986-1996, que fue del 0,6 %, superior en 0,3 puntos al de España y en 0,2 puntos al de la UE. Ello, en principio, puede darnos una idea sobre la capacidad potencial con que cuenta esta región dentro del conjunto europeo, capacidad que, como pone de manifiesto los estudios sobre la situación de Andalucía en el entorno europeo y español, no ha hecho despegar a la economía andaluza convenientemente.

A la hora de analizar la población hay que ser cautos, ya que el crecimiento de la misma, visto de una forma aislada, no es un indicador completo para poder extraer conclusiones sobre el estado demográfico de un determinado territorio. Otro indicador demográfico de gran utilidad en los estudios de población es la densidad de población.

CUADRO Nº 2.8

REGIONES NUTS-2 MÁS DENSAMENTE Y ESCASAMENTE POBLADAS 2000

Del cuadro nº 2.8, en el que hemos señalado las diez regiones NUTS II más y menos densamente pobladas en el año 2000 y la posición que ocupa Andalucía, podemos obtener dos ideas claras: la primera, viene dada por la fuerte disparidad existente entre las 206 regiones europeas, ya que nos encontramos con aquellas regiones más densamente pobladas, cuya población media es de 1.792 miles de personas y cuya densidad media es de 3.774,1 habitantes por km2, y aquellas regiones menos densamente pobladas cuya media de población es de 475 mil personas y densidad de población media de 10,0 habitantes por km2, lo que resalta claramente el intenso desequilibrio demográfico o poblacional entre las regiones de la Unión Europea; por otro lado, y centrándonos en el caso de Andalucía, esta región tiene una densidad de población baja (82,9 habitantes por km2) si lo comparamos con la media de la Unión Europea (118,7 habitantes por km2), encontrándose muy por debajo de la misma. Lo anterior pone de manifiesto una de las fuertes deficiencias con que se encuentra la región andaluza en su entorno, que no cuenta en realidad, a pesar de su mayor crecimiento demográfico, con un potencial claro de población necesario para llevar a cabo un proceso de crecimiento económico dinámico, estable y sostenido.

En el cuadro que a continuación presentamos, y antes de seguir analizando la densidad de población como factor de crecimiento económico, podemos constatar como Andalucía es un territorio cuya superficie, dentro del entorno europeo, supone el 2,7 % del total, superior en km2 a países como Luxemburgo, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Irlanda, Austria, y algo inferior a Portugal. Además, la población de Andalucía en el año 2000 suponía el 1,91 % del total de la Unión Europea (UE-15), superior en número de habitantes a países como Luxemburgo, Irlanda, Finlandia y Dinamarca, y algo inferior a Suecia y Austria. Ello muestra, en principio, la importancia de esta región dentro del entorno de la Unión Europea.

CUADRO Nº 2.9

COMPARACIÓN DE INDICADORES DEMOGRÁFICOS DE ANDALUCÍA

La comparación de estos indicadores demográficos de Andalucía con respecto a las Comunidades Autónomas españolas (cuadro nº 2.9) pone de manifiesto, en primer lugar, como Andalucía se configura como la región española con mayor población en su territorio, que con 7.237 millones de habitantes y 87.268 km2, ostenta el 18,13 % de la población española en el 17,29 % del territorio nacional. Por otro lado, su densidad de población supera ligeramente a la de la media española, aunque sólo hay en el año 2000 seis regiones españolas cuya densidad de población era inferior a la andaluza (82,9), como son Aragón (24,5), Castilla La Mancha (21,6), Castilla León (26,2), Extremadura (25,8), Navarra (51,6) y La Rioja (52,6).

La estructura de la población es otro de los factores sociales con mayor incidencia en el crecimiento económico. Si la presencia de una población joven y, por tanto, más dinámica, puede ser considerado como un incentivo para el desarrollo, el envejecimiento de la población que afecta a gran parte de la Unión Europea es visto por numerosos expertos en el tema como un importante obstáculo para el crecimiento económico, por un lado, porque siempre se opina que una población envejecida resulta menos proclive a aceptar y asimilar innovaciones; por otro lado, porque el envejecimiento de la población de un determinado ente territorial disminuye la propensión al gasto y a la inversión en el mismo, factores determinantes de la demanda global de una economía, y por tanto, de su producción; y, por último, porque una creciente fracción del gasto público viene canalizada a la atención de las necesidades sanitarias y de pensiones de una parte de la población considerada como no productiva (López Lara, 1991, pág. 46) .

La escasa densidad de población de la región andaluza es un problema con el que cuenta la misma limitándola en el proceso de desarrollo económico que debe experimentar para acercarse al resto de las regiones europeas y españolas, aunque cuenta con una ventaja comparativa con respecto al resto de las regiones, ya que posee una población menos envejecida que la media europea y española. En efecto, la población mayor de 65 años supone en Andalucía el 14,1 % del total, mientras que en España es del 16,8 % y en UE-15 del 16,3 %. La población con edad comprendida entre los 15 y 64 años es en Andalucía del 68,1 %, superior a la media de las regiones europeas (66,9 %) y similar a la española (68,4 %). Respecto a la población con edad inferior a los 15 años, Andalucía cuenta con el 17,8 % del total, bastante superior a la media española (14,9 %) y a la media europea (16,8 %). Por tanto, debemos resaltar la ventaja comparativa de nuestra región en el entorno que le rodea, ya que cuenta con una población muy joven (la población menor de 15 años es superior en porcentaje a la media europea y española), aunque no debemos pasar por alto el problema generalizado de envejecimiento con el que cuenta globalmente el conjunto de las regiones europeas y españolas, y que también afecta, aunque en menor medida, a la región andaluza.


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