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Las disparidades económicas intrarregionales en Andalucía

Antonio Rafael Peña Sánchez
 

 

TEORÍAS EXPLICATIVAS DE LAS DISPARIDADES ECONÓMICAS ESPACIALES.

Teorías de la divergencia regional.

Teoría de la división espacial del trabajo.

Esta teoría surge como consecuencia de la integración realizada por Aydalot (1976) y Massey (1984) de la teoría del centro-periferia en una concepción más amplia del espacio y del desarrollo regional. Según esta teoría, los centros de poder y alta cualificación de la mano de obra subordinan las periferias que están dedicadas a tareas rutinarias, ya que existen diferenciales espaciales en las formas de producción (técnicas y organizativas) y los modos sociales de vida (pautas de consumo y costes de reproducción de la fuerza de trabajo). Así, una tecnología importa más por los modelos sociales que promueve que por su sofisticación técnica o por su productividad aparente (Aydalot, 1985, pág. 142). Toda tecnología nueva implica formas de funcionamiento más complejas, modos de vida más urbanos, más mercantilizados, más costosos. Con el paso del tiempo, los efectos positivos sobre la productividad que ella presenta se ven alterados por el encarecimiento de los modos de vida. Al final, lo esencial de los progresos de la productividad desaparecen por el encarecimiento consecutivo de la reproducción de la fuerza de trabajo.

Los centros son los espacios de las formas de producción y los modos sociales de vida dominantes y la periferia viene determinada por los emplazamientos de las antiguas formas de producción y modos de vida, que el centro utiliza en provecho propio. Existe una cierta correspondencia entre las formas técnico-organizativas y los modos de vida: toda tecnología nueva a un espacio, al promover cambios en el modo de vida y en las pautas de consumo, conlleva un encarecimiento de los costes de reproducción de mano de obra (Méndez, 1997a, cap. 6, págs. 207-254). Mas el proceso de adaptación no es inmediato. Así, cuando una nueva tecnología se incorpora a un espacio donde todavía su funcionamiento está definido por formas anteriores de producción, la diferencia existente es portadora de plusvalor, ya que el coste de reproducción de la fuerza de trabajo está definido por prácticas productivas anteriores, mientras que la productividad, con la nueva tecnología, crece. De modo que el espacio, que es el actor de estas inercias, es esencial en este proceso. Mientras que en un espacio se dé el gap entre formas de producción y modos de vida, una empresa puede beneficiarse de ello siempre que posea la capacidad para elegir entre el cambio técnico-organizativo y el cambio en la localización. Por tanto, podemos afirmar que es el trabajo, entendido tanto como los empleos ocupados como los trabajadores que los ocupan, el que al diferenciarse en el espacio tiende a hacer a éste heterogéneo. Mas también es el espacio el que define el trabajo. Si ello es así, cada localización potencial será apreciada en función de parámetros de cantidad, calidad, estructura y coste del trabajo .

Ahora bien, esta teoría cuestiona el término centro-periferia, ya que, según ella, existen semiperiferias emergentes que mejoran su posición gracias a los efectos de difusión de los centros próximos y/o por un mejor aprovechamiento de sus propios recursos, y semiperiferias en declive, que aparecen como consecuencia del agotamiento e incapacidad de sustitución de las antiguas formas de producción por otras nuevas.


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