Revista: Turydes Revista Turismo y Desarrollo. ISSN 1988-5261


TURISMO SLOW UNA NUEVA TENDENCIA TURÍSTICA

Autores e infomación del artículo

Jennifer Adalís Mancini

Universidad de Palermo

jennifer.mancini@hotmail.com

RESUMEN
El presente escrito presenta una nueva modalidad turística que cada vez está obteniendo más adeptos, en busca de nuevas experiencias, desaceleración de la vida cotidiana y beneficios tanto físicos como psicológicos.
Dicha modalidad se desprende de un movimiento que adopta la lentitud como un estilo de vida; en pos de impedir la desaparición de las tradiciones locales y de las experiencias profundas, denominado movimiento slow.
Se expone un tema innovador sobre una modalidad turística con poco tiempo de desarrollo, llamado Turismo Slow. Por consiguiente, la intención de este escrito es realizar un aporte conceptual y descriptivo que contribuya a ampliar la bibliografía sobre el tema, ya que la misma es muy escasa aún.
PALABRAS CLAVES: Desaceleración, Equilibrio, Lentitud, Movimiento Slow, Tiempo.



Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato:

Jennifer Adalís Mancini (2015): “Turismo Slow. Una nueva tendencia turística”, Revista Turydes: Turismo y Desarrollo, n. 18 (junio 2015). En línea: http://www.eumed.net/rev/turydes/18/turismo-slow.html


INTRODUCCIÓN
El efecto que provoca en la actividad turística la prisa, el frenesí y el estrés del día a día al que las personas están sometidas en la actualidad en la Argentina, y en otras grandes ciudades del mundo, ha llevado a que se plantee una alternativa eficaz para lograr contrarrestar la vida agitada de las personas y que cuando éstas deciden viajar no lleven consigo la prisa con la que abordan todos los aspectos de su vida cotidiana. Con ello, se trata de lograr relajarse, disfrutar del viaje y del turismo en el destino elegido, así como relacionarse con la comunidad local y cuidar el medio ambiente.
Una alternativa a los viajes tradicionales en los cuales los turistas visitan la mayor cantidad de destinos posibles en pocos días y vuelven a sus vidas cotidianas más agotados y estresados de lo que se encontraban al principio, es el turismo de la lentitud o turismo Slow.
Este es nuevo concepto que aporta a la sociedad actual una clase de viaje que los desconecta de la agitada vida diaria y los transporta a vivir una experiencia totalmente re fortalecedora, a ritmo lento para poder observar, complacerse e integrarse en el paisaje y su cultura.
DESARROLLO
Origen y evolución del Movimiento Slow.
El movimiento slow es una corriente impulsada por el italiano Carlo Petrini, sociólogo, periodista y apasionado de la gastronomía, que desde 1986 intenta combatir a los restaurantes de comida rápida, muy comúnmente llamados fast-food. Estos ofrecen comidas estandarizadas, rápidas y con poco sabor que hacen que se vaya perdiendo día a día la costumbre por las comidas frescas y caseras.
Según el sitio web Movimiento Slow1 , fue así como Petrini al toparse con la apertura de un conocido establecimiento de comida rápida en Italia, sintió que se habían pasado los límites de lo aceptable y entendió, de forma casi visionaria, los peligros que provocaban en los hábitos alimenticios de la población.
Este movimiento, tiene al caracol como emblema, y comenzó intentando impedir la desaparición de las tradiciones gastronómicas locales y tratando de combatir la falta de interés de la sociedad por la nutrición, los sabores y el placer de comer.
Poco a poco muchos ámbitos han ido adoptando la concepción de la lentitud: las ciudades, el turismo, la medicina, la gastronomía, y además, muchas personas la han tomado como un estilo de vida, en relación a la familia y la crianza de sus hijos, el trabajo, el ocio, etc., convirtiéndose en “una corriente universal de comportamiento”2
Características y objetivos del Movimiento Slow.
Como se ha mencionado, el movimiento Slow busca ir en contra de las agujas del reloj, de la vida acelerada, la vorágine de la vida cotidiana de las personas en las grandes ciudades.
A su vez, busca concientizar y hacer reflexionar a padres que leen a sus hijos cuentos que duran sólo unos pocos minutos, a médicos que no se toman el tiempo necesario para escuchar al paciente, a las personas que cada vez le dedican menos tiempo a las cosas importantes que pueden hacer que la vida sea mejor y que valga la pena vivir, brindándoles más tiempo a la familia, los amigos y la comunidad.
El libro de Carl Honoré, fue el puntapié para que miles de personas de todo el mundo conozcan el movimiento slow y lo empiecen a practicar. Honoré en su sitio oficial de internet sostiene que el libro trata sobre el surgimiento del movimiento slow y cómo el mundo quedó atrapado en el avance rápido y cómo cada vez más gente en todas partes se está desacelerando. Como él mismo dice en la conclusión de este libro3 “[…] no todo está perdido. Todavía hay tiempo para cambiar de rumbo. Aunque la velocidad, el exceso de ocupaciones y la obsesión por ahorrar tiempo siguen siendo los hitos de la vida moderna, está preparándose una poderosa reacción. El movimiento slow está en marcha.” 4
La sociedad le rinde culto a la velocidad y tiene la obsesión de hacerlo todo siempre más rápido, la velocidad “se ha convertido en una adicción, una especie de idolatría” 5 . Pero ir más rápido no siempre quiere decir que las cosas se hagan mejor, sino sólo que se hacen en menos tiempo.
Con respecto a las comidas, se promueve mejorar la cultura del comer y como es propio de la dieta mediterránea, donde nació este movimiento de slow food: se trata de sólo utilizar ingredientes orgánicos que se cultiven sosteniblemente, sin químicos para acelerar y mejorar la producción de alimentos. Así, se busca que las comidas sean lo más sanas posibles y que se dedique el tiempo necesario para alimentarse.
Hoy en día la sociedad vive a una velocidad tal, que el menor inconveniente o retraso hace que se sienta que está perdiendo el tiempo. Lo que ha llevado a que se busquen alternativas para que esta actividad se pueda realizar en el menor tiempo posible, como sucede con las comidas rápidas en los restaurantes; las comidas precocidas, ya preparadas o congeladas para cocinarlas directamente y lo más rápido posible.
Asimismo, se observa que muchas familias ya no comparten una cena con los demás integrantes, porque cada uno lo hace cuando puede y tiene tiempo, y si lo hacen, está el televisor de por medio o algún artefacto tecnológico que les capta la atención y no les permite disfrutar de una relajada y tranquila cena en familia, donde los integrantes de la misma puedan conversar, intercambiar opiniones y comentarios del día o la semana.
Es una realidad que las ciudades que principalmente albergan a una gran población, se mueven a un ritmo muy veloz. Esta es una característica preocupante, ya que cada una de las personas que conforman la sociedad, no percibe ni siente lo que ocurre a su alrededor: cada uno camina y se moviliza de un lado a otro, aislados en su propio mundo.
Así como se ve que ocurre esta tendencia de apresurarse en la rama de las comidas y en las ciudades, el autor del presente afirma que ha llegado a todos los aspectos de la vida de cada persona, y porqué no al turismo, que es la cuestión más importante que se va a abordar en este escrito.
Hoy en día, la oferta comprendida en la actividad turística, se encuentra envuelta entre paquetes turístico de todo incluido, y muy apretados en tiempos para visitar todos los destinos posibles en el menor tiempo, de pases a museos, teatros y atractivos para visitarlos sin esperar en las largas colas que se pueden formar, de todo tipo de travesías que hacen que las vacaciones cada vez sean más agotadoras, y que cuando se está de vuelta en la rutina, se sienta más cansado que antes de partir de vacaciones.
Lamentablemente, las experiencias de los turistas e el destino a visitar, se han vuelto cada vez más superficiales. Esto se debe a que los visitantes pretenden conocer la mayor cantidad de destinos durante los pocos días de vacaciones, en lugar de contemplar y disfrutar de cada uno de ellos, dedicándole el tiempo necesario, para conocer sus características, sus encantos y su gente.
Lo que intenta el movimiento slow con respecto al turismo, es que la gente cuando se decide a viajar, se despegue de la rutina y no lleve consigo la prisa con la que aborda cada aspecto de su vida cotidiana. Pretende también, que la gente al viajar se conecte más con el destino que va a visitar, y dedique el tiempo necesario para conocer cada destino y tenga la posibilidad de relacionarse con la comunidad local, con el entorno que la rodea  como con el medio ambiente. Aspira a lograr que el turista se detenga un instante a observar el paisaje y se desconecte de todo, formando parte del paisaje.
Sin embargo, es importante no malinterpretar la filosofía del movimiento slow, ya que no se pretende que uno viva lento, sino que las personas tengan un equilibrio, actuen con rapidez cuando tiene sentido hacerlo y lento cuando la lentitud es lo más conveniente, tal como propone Carl Honoré (2011).6
Otro de sus fines es intentar cambiar el ritmo de vida vertiginoso que lleva la sociedad, proponiendo un equilibrio en el empleo del tiempo entre las obligaciones laborales y el resto de las actividades diarias. Se deben tomar momentos para vivir lentamente y así llegar al fin del día más completos, satisfechos y realizados. Como por ejemplo, haciendo alguna actividad placentera, que por tener exceso de ocupaciones todo el día con el afán de hacerlo todo velozmente y estar obsesionado por ahorrar tiempo, no se hace. Tanto puede ser leer un libro, practicar meditación, pintar, bailar, pasear por un parque, escuchar música, o tan sólo disfrutar de no hacer nada, permanecer en silencio. Este estilo de vida  permite a las personas estar en su centro, otorgando placer, promoviendo las buenas relaciones familiares, la sana comunicación entre los integrantes de la familia y con el resto de los humanos.
Tal como afirma Movimiento Slow, “este movimiento quiere dar herramientas a los individuos para que sus existencias no sean una mera sucesión de escenarios encadenados y desprovistos de emociones” 7 . Que la actitud contemplativa integre a las personas en el medio y pueda ser el refugio de ideas brillantes que ayuden positivamente en su proceder.
Cabe mencionar que el movimiento slow aún está formándose, pero está creciendo con rapidez. Honoré 8 agrega que muchas personas deciden ir más despacio sin tener conciencia de que su actitud forma parte también de una tendencia cultural. Que lo que importa es que una minoría cada vez más amplia prefiere la lentitud a la celeridad y que cada acto de desaceleración es un empuje más hacia el movimiento slow.
Concepto del Turismo Slow.
El turismo slow es una nueva modalidad turística basada en el viaje lento y sin apuros, dando como resultado una experiencia más placentera y significativa. Permite disfrutar tranquilamente de la actividad turística para desconectarse del frenesí de la vida diaria y conectarse con el destino a visitar, las costumbres de la comunidad local, sus orígenes, cultura y gastronomía típica. Además, el concepto implica el hecho de vivir cada segundo y deleitarse con cada detalle, sin olvidar el cuidado del medio ambiente.
El objetivo del viaje no es sólo visitar un lugar, sino descubrirlo, conocerlo en profundidad, complacerse e integrarse en él. Propone disfrutar el viaje en sí mismo, permitiéndole al turista ser parte de una experiencia que le aportará nuevos conocimientos, nuevas formas de pensar, involucrándose en el paisaje, con la comunidad local y el cuidado del medio ambiente. Es un tipo de viaje más profundo, formando parte de la vida local, conectándose con los habitantes del pueblo que se visita, conociendo sus costumbres, lenguaje, fiestas, sus orígenes y su gastronomía.
 “Si una persona que visita un atractivo natural o cultural permanece en él, nada más que el tiempo imprescindible para conocer sus partes más importantes, porque luego el programa lo lleva a otro lugar, sus recuerdos incluirán -a veces vagamente- algunas de sus características principales y muy pocos detalles. La causa es que cuando se ven muchas cosas en poco tiempo, pasados los meses o los años, es fácil confundirse al tratar de evocarlas. La otra alternativa es que la estadía se prolongue durante una o más pernoctaciones. […] al aumentar la permanencia, crecen las posibilidades de visitar atractivos adicionales a los programados en las excursiones. Esto le permitirá comparar y regresar a aquellos puntos que más le llamaron la atención” 9
En la entrevista realizada a Carl Honoré por la revista Side Street de Inglaterra éste afirma que: “Slow Travel significa tomarse el tiempo para saborear cada momento del día, deleitarse con el fino grano y textura de un lugar, haciendo a su vez lazos con otras personas. Se trata de experimentar gratamente un lugar en el sentido de que nos volvemos a casa relajados, frescos y bendecidos, con un nuevo entendimiento de nosotros mismos y del mundo” 10 y agrega que “es siempre más satisfactorio y memorable dedicar tres días a conocer un lugar que tres lugares diferentes el mismo día” . 11
Otras opiniones al respecto, exponen que el turismo slow se experimenta un tipo más profundo de viajes donde los componentes para reducir la velocidad de los mismos son, permanecer en un lugar más tiempo y ver las cosas que están cerca de uno12 . De igual manera que es una manera más fácil, más simple y más lenta de viajar, que cambia la experiencia de viaje, le permite vivir como un local y uno vuelve de vacacionar rejuvenecido y cambiado. Destaca que la idea es experimentar lo que sería vivir allí.
En resumen, hace referencia a que lo viajes son para conocer diferentes culturas y estilos de vida como todo tipo de turismo pero los viajeros lentos lo hacen de forma diferente a la mayoría de los turistas, ya que en vez de hospedarse en hoteles, se quedan en alquileres de vacaciones, departamentos o cabañas que se alquilan por semanas. Permanecen en su propio hogar temporal, permitiéndoles disfrutar de un lugar con más intensidad porque se involucran con la comunidad donde vacacionan. Compran la comida y suministros en las tiendas locales, desayunan en el mismo café cada mañana y ven a la gente en su pueblo cada día.
Pauline Kenny, fundadora del sitio web antes expuesto, aclara que esta modalidad turística puede ser elegida por muchos tipos diferentes de viajeros: desde parejas solas, familias con hijos donde los niños pueden disfrutar de espacio para jugar en las cabañas a diferencia de si se alojan en hotel, o bien grupos más grandes ya que este tipo de alojamiento es más económico y divertido. También, es recomendable para personas con capacidades diferentes o que tengan necesidades dietéticas especiales ya que pueden cocinar su propia comida y pueden estar relajados y a su propio ritmo. Además, el turismo slow puede ser elegido tanto por personas de bajo recursos económicos, pudiendo así ahorrar dinero ya que los alquileres de vacaciones son más baratos que los hoteles y se puede cocinar allí ahorrando el gasto que les causaría tener que comer cada comida en un restaurant, y también por los turistas de mayor nivel económico que eligen villas turísticas lujosas, con servicio de limpieza todos los días, piscina privada, entretenimiento y tiendas de nivel.
El Centro Español de Nuevas Profesiones (CENP) 13 presenta a esta tendencia turística como Turismo Consciente, y en la formación profesional de sus alumnos busca reposicionar la oferta de turismo en el seno del nuevo paradigma Slow porque cree que el turismo consciente es una gran oportunidad para destinos, empresas y profesionales que implica profundos cambios en la actitud hacia los viajes y el turismo, como por ejemplo: de grandes distancias en poco tiempo, a profundizar en realidades, culturas y el medio ambiente; de productos y experiencias superficiales, a vivencias sentidas y memorables; del desperdicio de energía y recursos, a actitudes y viajes más cercanos a las comunidades locales, sus culturas y naturaleza. Tienen en claro que esta nueva modalidad turística abre un enorme abanico de oportunidades tanto para destinos desarrollados y consolidados como aquellos que son emergentes.
Esta propuesta turística tiene muy en cuenta el cuidado del medio ambiente, optando por medios de transportes no contaminantes, el consumo de la energía indispensable, y de no tirar residuos en lugares que no sea un recipiente destinado a desechos orgánicos o reciclables.
De acuerdo a lo expuesto en el párrafo anterior, se eligen medios de transporte que generen el menor impacto al medio ambiente, como el tren, ya que además es más tranquilo y su esencia se encuentra más cercana a la gente del lugar y del paisaje circundante. A su vez, los viajeros slow son defensores de la bicicleta, el bote y la caminata porque además de ser actividades amigables con la naturaleza, en otras palabras: "son saludables".
Según el presidente de slow food de Argentina, Santiago Abarca: “un viaje relacionado con el movimiento slow debe tener un vínculo con los productores locales, hacer visitas a sus huertas, bodegas o fábricas, y hasta alojarse en ellas en los casos que sea posible” 14 . Este modo de pensar lo descubrió en un viaje a Italia, y desde entonces intenta que todos sus viajes sean slow.
Los viajeros slow son defensores de la gastronomía típica del destino que visitan. Eligen los platos tradicionales de cada ciudad o país a los menúes internacionales, y las comidas rápidas. También prefieren alojamientos con trato personalizado para sentirse como si estuvieran en sus propias casas. Priorizan los destinos más cercanos ante que a los más alejados, tratan de evitar los viajes programados y los paquetes todo incluido, y tienen como principal interés el cuidado del medio ambiente.
Beneficios del Turismo Slow.
Tal como se ha adelantado a lo largo del presente escrito, el movimiento slow surge para concientizar y ayudar a las personas a que se den cuenta que se encuentran envueltas en vidas aceleradas y estresadas, entre idas y venidas, compromisos, responsabilidades y cuestiones no tan relevantes, porque se le da constante prioridad a ir lo más rápido posible. Se percibe que esto mismo impide poder disfrutar de cada una de las acciones que se realizan, desperdiciando importantes momentos, a los que se le dedica pocos minutos del día por considerar que se está malgastando tiempo para continuar con la próxima tarea.
Es así como la prisa es el motor de todas las acciones de muchas de las personas en la actualidad, la cual se traduce en estrés, ansiedad, frustración personal, preocupaciones, infelicidad derivada de la insatisfacción, entre otros malestares tanto físicos como psíquicos.
Tomarse la vida con calma es una tendencia saludable y aconsejable. Una forma de conectar el placer de viajar con una filosofía de vida diaria, propone una desaceleración del ritmo de vida para lograr un día a día más placentero. Lejos del ritmo acelerado, las vacaciones slow pueden ofrecerle al pasajero un descanso muy necesario de las tensiones de su vida diaria y rejuvenecer su espíritu.
El movimiento slow es global y rechaza en toda medida al estilo de vida presidido por la velocidad y busca ampliar los horizontes culturales del viajero para permitirle recuperar energías pudiendo así afrontar cada una de las obligaciones cotidianas al regreso a casa.15
“El gran beneficio de ir más lento es que proporciona el tiempo necesario para establecer unas relaciones significativas, con el prójimo, con la cultura, con el trabajo, con la naturaleza, con nuestro cuerpo y con nuestra mente. Algunos llaman a esto vivir mejor. Otros dirían que es un bien espiritual”16
Esto se ve directamente traducido al turismo lento ya que al quedarse el viajero durante todo el período de vacaciones en un mismo lugar, en una misma comunidad, tiene la oportunidad de forjar relaciones significativas con la gente local, haciendo lo mismo que ellos, frecuentando los mismos sitios, y también relacionándose con la naturaleza que lo rodea, como se mencionó anteriormente.
Además, esta modalidad turística aporta al viajero beneficios alimenticios, ya que al cocinar su propia comida tienen la seguridad que los alimentos son sanos y no poseen aditivos artificiales aportando mayor valor y calidad nutricional. Así también, las comidas serán más tranquilas y familiares, brindarán una buena oportunidad para relajarse y conversar sobre temas importantes de la vida o reflexionar lo hecho durante el día, sin depender de horarios para tomar o abandonar la mesa.
Asimismo la comunidad local se ve inmensamente beneficiada cuando recibe viajeros slow ya que esta tipología de turista es más responsable tanto con el entorno natural como con la cultura del destino que visitan. Hecho que deriva en que sean aceptados y que la comunidad les abra sus puertas para a ésta, por el periodo vacacional.
Los destinos slow se encuentran altamente beneficiados económicamente debido a que los turistas slow optan por utilizar los servicios turísticos de la comunidad por una larga estadía.
En cuanto al medio ambiente, como ya se ha mencionado, el turista slow se muestra muy responsable respecto a su conservación, de la diversidad biológica, de la vida silvestre y los sistemas ecológicos, ya que prefiere trasladarse caminando para conocer los atractivos cercanos en vez de hacerlo en automóvil, prefieren la bicicleta antes que los medios de transporte para recorrer la ciudad, y para largas distancias optan por el tren para generar el menor impacto en la naturaleza. Con estas opciones, se evita dañar al ecosistema ya que tanto la caminata como la bicicleta son silenciosas por lo que no contaminan acústicamente la ciudad y tampoco afectan al comportamiento habitual de los animales. En cuanto al tren, es el medio de transporte más respetuoso con el entorno ambiental. El sitio web ecologistas en acción informa 17 , entre otros aspectos, que además de ahorrar energía, el tren eléctrico reduce la contaminación y el ruido, disminuye los residuos generados durante el traslado y emplea componentes reutilizables y reciclables.
Según Honoré (2011) 18 , los beneficios que se producen en el medio ambiente también son muy significativos. Cada una de las actividades slow ayuda a las demás y por consiguiente se obtiene como resultado un beneficio total para el medio ambiente, formando así un círculo virtuoso, en el cual cada decisión influye favorablemente en la otra. Por ejemplo, aumentar la caminata, podría influir en la decisión de reducir el automóvil, lo que reduciría el tránsito y con ello, la contaminación auditiva y el smog.
El movimiento slow fomenta un tipo de turismo responsable y sostenible, ya sea con la comunidad en donde deciden los turistas pasar sus vacaciones como con la naturaleza que los rodea.
Para finalizar, se podría decir por todo lo expuesto, que el turismo slow aporta importantes beneficios tanto a los turistas que adoptan esta modalidad de viajes, volviendo a sus vidas cotidianas renovados, desestresados y enaltecidos con la experiencia vivida, como para la comunidad local que pone sus servicios a disposición del turista slow obteniendo beneficios sociales y económicos, además de sentirse respetados ante la actitud del viajero slow. En consecuencia, cabe destacar que el medio ambiente también se ve altamente favorecido por la importancia que le brinda el turismo slow.
Ciudades Slow: nuevas tendencias.
Como ya se ha expuesto en capítulos anteriores, el movimiento slow se ha expandido hasta abarcar muchos ámbitos de la vida del ser humano, y las ciudades claramente no quedaron fuera de esta tendencia que cada vez cuenta con más defensores.
Es así como surge Citta Slow en 1999 con la iniciativa de Bra y otros pequeños pueblos de Italia, como Orvieto y Positano, debido a su petición para transformarse en ciudades lentas, alejadas de la velocidad y de la vida frenética. Esta tendencia slow en las ciudades “sigue los pasos de slow food y cuenta con una organización que distingue a sus socios con un certificado de calidad” 19 .
Defendiendo un ritmo más pausado, las ciudades slow ofrecen tanto al habitante como al visitante una calidad de vida basada en un ambiente tranquilo y cálido. Para cumplir con esto, las localidades deberán contar con numerosos espacios verdes, zonas peatonales, ciclovías y tráfico reducido, se debe aplicar una política ambiental basada en el reciclaje y técnicas de recuperación, tomar medidas contra la contaminación auditiva y visual, así como contar con un planeamiento urbanístico para ordenar el uso del territorio y eliminar las barreras arquitectónicas. Otros de los requisitos esenciales serán potenciar las producciones autóctonas - naturales, y salvaguardar el comercio y el patrimonio local. Estas son algunas pautas que aparecen entre otras escritas en un manifiesto de 55 criterios, agrupados en 6 categorías esenciales que debe cumplir una ciudad para ser catalogada como citta slow. Las categorías son “política medioambiental, infraestructuras, calidad del tejido urbano, apoyo a la producción y los productos locales, hospitalidad y sentido de la comunidad de sus habitantes y conciencia de Citta Slow”20 .
Una ciudad que pretenda ser slow deberá disponer de una población de menos de 50 mil habitantes ya que en las ciudades muy pobladas o capitales no se podrá cumplir con algunos de los requisitos mencionados anteriormente. Si una ciudad cuenta con más de 50 mil habitantes puede inscribirse como Partidario de Citta Slow, y las personas y familias que promulguen el movimiento slow podrán ser identificados como Amigo Citta Slow. Nadie queda afuera si se quiere formar parte de esta tendencia que busca brindar un bien a una sociedad oprimida por la velocidad y el frenesí.
Dejando que el tiempo fluya sin agobios, “El objetivo es que en estas ciudades sus habitantes no tengan más remedio que llevar un modo de vida tranquilo, saludable, en el que se fomenten las tradiciones y se queden fuera los hábitos estresantes, los ruidos o la homogeneización de las ciudades convencionales” 21 . El resultado de este tipo de desarrollo de ciudades es la mejora del nivel de vida de los habitantes y también de los turistas que buscan refugio en estos destinos para alejarse de la vorágine de las grandes urbes.
“Cabe destacar que el movimiento slow es una fórmula muy acertada para impulsar mejoras en los municipios en todos los ámbitos y mejorar la calidad de vida de sus habitantes” 22 . Debido a que se hace todo a la velocidad apropiada, no rápido, pero tampoco lento, sino más bien tranquilo, en armonía con la naturaleza y la gente que los rodea, alcanzando un equilibrio entre las obligaciones y el placer
“Para Pier Giorgio Olivetti, Director y Secretario General de la Cittaslow Internacional, el movimiento representa a una comunidad viva que está invirtiendo en sí misma. Las claves son: identidad, ambiente y responsabilidad. […] es una ciudad con calma, que trata de manera holística de manejar la ‘vida con tranquilidad’. Asimismo, es una ciudad que recupera la importancia de la memoria. En un mundo globalizado, corremos el riesgo de perder nuestra identidad, nuestra historia, nuestra perspectiva de un camino de largo plazo. De modo que Cittaslow constituye también un proyecto de calidad en favor de las próximas generaciones” 23 .
“Para obtener la membrecía del movimiento Slow City, la ciudad debe haber avanzado en el proceso de autoevaluación sobre el cumplimiento de los objetivos planteados para garantizar un estilo de vida urbana conforme con los principios slow” 24 . Solo las ciudades certificadas podrán operar como ciudades slow y serán dignas de utilizar el logotipo de la asociación, un caracol naranja que carga en su caparazón un conjunto urbano, que les servirá como certificado de calidad y una forma de mostrarse para atraer a turistas interesados en este movimiento.
El ritmo de vida en la actualidad se basa en una vorágine insostenible, mucha gente se está dando cuenta que ciertas conductas de la sociedad no son saludables y han comenzado a buscar un cambio, algo que los nutra de paz y de sentido, sentido a la vida. En esta búsqueda el individuo debe aprender a disfrutar de un presente prolongado y para esto es recomendable recurrir a estas ciudades que ofrecen un aire relajado, donde sus habitantes defienden un ritmo más pausado, encontrando un equilibrio entre la comunidad y el medio ambiente.
CONCLUSIÓN
En las últimas décadas el mundo entero no para de acelerar su ritmo y se encuentra sometido a las exigencias de las agujas del reloj. Las nuevas tecnologías automatizan tareas y por ello ofrecen tiempo extra, pero aún así la sociedad siente que dispone de menos tiempo.
Los períodos vacacionales también se han visto afectados por la vorágine en la que vive día a día la sociedad actual, determinada por los avances tecnológicos, los medios de transporte, el exceso de actividades y horas laborales. Conduciendo a que los viajes de placer se vuelvan totalmente agotadores al estar planeados hasta el último segundo, sin dar oportunidad al disfrute de los pequeños detalles, de las tradiciones más profundas de la comunidad local, sus paisajes y su medio ambiente.
En base a estas razones, se decidió abordar un análisis sobre la alternativa ideal para aquellos tradicionales viajes, descubriendo así al Turismo Slow como una excepcional oportunidad para deleitarse con lo más esencial de un viaje que resultan ser los detalles culturales y naturales del destino visitado, por un lapso de tiempo superior al convencional.
Ante la problemática planteada en el comienzo del escrito, se analizó en profundidad la modalidad turística llamada Turismo Slow, dando lugar finalmente a la aprobación de la hipótesis que argumenta que adoptar dicha modalidad permite disfrutar mejor del destino vacacional que se ha elegido.
Se desarrolló en profundidad el concepto y las características del Turismo Slow donde se puede observar que esta modalidad turística hace alusión fundamentalmente a una actitud, ya que el viajero slow tiene una meta fuertemente establecida desde el mismo momento en que decide dejar atrás la vorágine y aceleración desmedida de la vida cotidiana, ésta misma consta de vivir unos cuantos días de calma y sosiego en una pequeña comunidad donde los principales privilegios sean relacionarse con la gente nativa y su naturaleza más pura.
Además, aborda los beneficios que aporta esta alternativa turística tanto al viajero como a la comunidad local y al medio ambiente. En cuanto al turista se puede analizar que este tipo de viajes lo favorecen por la calidad alimentaria, la relajación y la reconfortación. Mientras que la lentitud se traduce en un factor competitivo y una alterativa turística de desarrollo viable para pequeñas localidades que ofrecen un turismo consiente con el medio ambiente y su comunidad. Cumpliendo de esta forma con el tercer objetivo específico.
Por último se analizaron las particularidades que debe tener una ciudad para ser catalogada como slow. Concluyendo que los principales criterios a tener en cuenta son contar con espacios de recreación; comodidades para la circulación peatonal; trabajo arduo contra la contaminación ambiental, auditiva y visual; impulso de la producción local y de la conservación de su patrimonio cultural; entre un extenso número de criterios que se deben cumplir para que el viajero al visitar una ciudad slow pueda vivir una experiencia relajada y tranquila.
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1 Movimiento Slow. Sitio Web del Movimiento Slow. Disponible en: www.moviemientoslow.com.

2 Ecotumismo. [fecha de consulta: 13 de octubre de 2013]. Disponible en: www.ecotumismo.org.

3 Carl Honoré. [fecha de consulta: 30 de julio de 2013]. Disponible en: www.carlhonore.com.

4 Honoré, Carl. (2011). Elogio de la lentitud: Un movimiento mundial desafía el culto a la velocidad. Buenos Aires. 1° edición. p.290.

5 Ibídem. p. 14.

6 Honoré, C. op.cit.

7 Movimiento Slow. [Fecha de consulta: 30 de julio de 2013] Disponible en www.movimientoslow.com.

8 Honoré, C. op.cit.

9 Boullón, R. (2002). Ecoturismo: Sistemas naturales y urbanos. 2a edición. Buenos Aires: Ediciones Turísticas. p. 42.

10 Bell, M. S. (2013). Travel´s slow seduction. Side Street. p.p.4-5.

11 Ibídem.

12 Slowtravel. [fecha de consulta: 30 de julio de 2013]. Disponible en www.slowtrav.com.

13CENP Business School. [fecha de consulta: 7 de octubre de 2013]. Disponible en www.cenpbusinesschool.com.

14 El portal de la actualidad gastronómica. [fecha de consulta: 08 de enero de 2014]. Disponible en www.espaciogastronomico.com.ar.

15  El Pato. [Fecha de consulta: 30 de julio de 2013]. Disponible en www.elpatowebsite.com.

16 Honoré, C. op.cit.  p. 293.

17 Ecologistas en acción. [fecha de consulta: 30 de julio de 2013]. Disponible en www.ecologistasenaccion.org.

18 Honoré, C. op.cit.

19 Eroski Consumer. [fecha de consulta: 12 de enero de 2014]. Disponible en www.consumer.es .

20 Ibídem.

21 Eroski Consumer. [Fecha de consulta: 12 de enero de 2014]. Disponible en www.consumer.es .

22 Cittaslow.es. [Fecha de consulta: 2 de enero de 2014]. Disponible en www.cittaslow.es.

23 Perfil. [Fecha de consulta: 12 de enero de 2014] Disponible en www.perfil.com.

24 Perfil. [Fecha de consulta: 12 de enero de 2014] Disponible en www.perfil.com.


Recibido: 18/03/2015 Aceptado: 10/05/2015 Publicado: Junio de 2015

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