TURyDES
Vol 3, Nº 7 (abril/abril 2010)

¿TURISMO VERSUS DESARROLLO? UNA PERSPECTIVA CRITICA DE LAS INTERACCIONES ENTRE TURISMO Y DESARROLLO

Francisco J. Calderon Vazquez

 

1.- INTRODUCCIÓN: EL TURISMO AGENTE TRANSFORMADOR DE LA REALIDAD

Un lugar comun frecuente en la teoria turistica es la consideracion de la actividad turistica como un gran agente transformador de la realidad territorial donde se llevan a cabo tales actividades, dados los impactos, positivos y negativos que el turismo produce en los campos economico, social y medioambiental (Butler, 1974 y 1975; Pearce, 1988; Picornell, 1995; Murphy, 1983; Mathieson y Wall, 1982).

No parece que existan disensos de importancia en torno a la capacidad inductora del turismo de cara a la generación de renta y, en este sentido, de su contribucion al crecimiento del PIB, ni por tanto de rol como catalizador económico o dinamizador económico del territorio. Rol de capital importancia en contextos económico-espaciales de subdesarrollo estructural, donde el gasto turistico supone una contribucion monetaria de primer orden e cuasi inmediatamente “visible”.

Asimismo el turismo como tal “exportación invisible” puede significar una eleccion productiva mas “inteligente” que las tradicionales materias primas por cuanto que no existen hasta el momento presente restricciones de acceso a los mercados de emision de demanda (Quotas, aranceles, precios fijados etc.). Resulta igualmente reconocida la capacidad de induccion infraestructural del turismo, la generación de empleo, la induccion a la equidistribucion, etc.,.

Sin embargo no es menos reconocida, o cuando menos asi se infiere de la evidencia empirica la existencia de costes de oportunidad (Crosby, 1994) poco valorados, derivados de la incompatibilidad de usos, dado el caracter limitado de los recursos (naturales, sociales o culturales) que una asignacion apresurada puede provocar. Asimismo, resulta notorio que las oscilaciones “naturales” de la demanda turística, volatil por naturaleza y de extrema elasticidad a las alteraciones en los precios del producto turistico, al influjo de las modas y a una amplia gama de factores externos. Tales fluctaciones pueden provocar, a su vez, flexiones de la economía local si èsta es dependiente en demasia de los consumos turisticos.

Tampoco pueden omitirse, las distorsiones territoriales que el hecho turistico puede provocar, derivadas de la polarizacion de las actividades en determinados emplazamientos lo que puede producir fracturas territoriales como la dicotomia zonas litorales / zonas continentales tran frecuente la cuenca mediterranea, con las consiguientes consecuencias de concentración poblacional, aglomeración espacial y concentración de servicios, equipamientos, infraestructuras y actividades económicas en el polos turisticos y la subsiguiente desertificacion del hinterland y de las zonas interiores.

Efectos colaterales de dichos procesos pueden ser, por una parte, los fenomenos especulativos relativos al suelo y los bienes raíces y, por otra, presiones inflacionarias derivadas de la estacionalidad de los flujos turisticos y la oportunidad-necesidad de “hacer caja” de los prestadores locales de servicios, quienes tentados por la posibilidad de rapidos y faciles beneficios alzan los precios hasta niveles excesivos para la poblacion local.

En la dimensión sociologica, el impacto socioantropologico dependera en gran medida del tipo de relaciones que se establezca entre la comunidad residente y el flujo turistico (Butler y Pearce, 1995). Normalmente, la intensidad del impacto se vera afectada por factores como el perfil del turista, la temporalidad de su estancia y el nivel de contacto entre los foraneos y nativos, no es necesario una relacion intensa entre foraneos e indigenas para que se comiencen a producirse impactos de relieve, traducidos como cambios en las actitudes, comportamientos y valores de la poblacion autoctona (Butler, 1978) basta con la mera presencia de los turistas (nacionales y extranjeros) para que se active el “efecto demostracion”.

Parece clara la influencia “positiva” del fenomeno turistico en aspectos relativos a la calidad de vida de la poblacion local, dado el incremento de las dotaciones infraestructurales, de equipamientos y de servicios, adecuacion del espacio fisico a fines de uso turistico (rehabilitacion del patrimonio historico artistico, ambiental, etnofolklorico, etc.) que a favor del flujo turistico tambien van a ser compartidas por la poblacion residente. Igualmente es palpable su influencia en la dinamizacion social, y en la permeabilizacion de sociedades estamentales tradicionalmente acantonadas en compartimentos estancos, como ha sido el efecto demostracion en el àrea mediteranea.

No es menos cierta la potencial negatividad del Turismo en la acentuacion del dualismo social en sociedades duales escindidas en grupos de elite y masas de desheredados, con la aparicion de enclaves de lujo en medio de la mas evidente miseria. O su potencial efecto de aculturacion en las sociedades receptoras, en caso de tipologias turisticas masivas, que neutralizan primero y desustancian radicalmente despues el posible intercambio cultural que favorece inicialmente el turismo.

Por ultimo, en el campo ambiental el hecho turistico presenta a su vez luces y sombras, si bien es cierto que puede provocar la induccion hacia una mayor cura del patrimonio ambiental, dado su valor como recurso turistico estrategico, mediante la planificacion de su desarrollo, la evidencia empirica muestra que tales actitudes son normalmente “reactivas” en el sentido de que tratan de responder al impacto ya realizado, cuando deberian ser proactivas y adelantarse al problema. De ahí, que los impactos “negativos” del fenomeno turistico sobre el entorno ambiental son mucho mas evidentes: Destruccion irreversible del entorno, generación de desechos, degradacion ambiental, regresion o urbanizacion del espacio rural, oscilaciones estacionales masivas en la densidad poblacional con la consiguiente presion sobre el medio.

2.- LA EVOLUCION CONCEPTUAL EN TORNO AL TURISMO

El impacto “global” del turismo sobre el contexto territorial ha supuesto la vinculacion en la segunda mitad del siglo XX del componente “Turismo” al corpus del “Desarrollo Economico”, resultando de general aceptación que el Turismo, por el conjunto de efectos, fundamentalmente económicos que origina, sea considerado como una herramienta de Desarrollo Económico (Rey Graña, 1998).

De hecho, se constata, en las ultimas décadas, la generacion de una suerte de consenso en la conceptuación del Turismo, y del turismo sostenible, como instrumento de desarrollo de la periferia mundial (WTO, 1997, 2002; OCDE 1994 y 1997; UNCTAD 1986) proceso que ha culminado en la denominada “The Canary Island Declaration“ de 29 de Marzo de 2001, (UNCTAD & WTO, 2001), documento donde se acentúa el rol del turismo sostenible como “motor de desarrollo” más idóneo para los países y áreas de menor desarrollo, en particular los denominados, según la terminología anglosajona, “Least developed Countries”, es decir, los países menos desarrollados o si, se quiere los pobres de los pobres.

Por ello, no resulta extraño que en la actualidad los países subdesarrollados y las áreas perifericas concedan prioridad al fenómeno turístico como actividad productiva. El turismo desempeña en tales localizaciones un rol decisivo en el desarrollo económico, constituyendo una actividad motriz y diversificadora, generadora de empleo y de exportación, muy importante sino decisiva, en su estructura economica. Igualmente, a partir de la crisis económica de los 80, la actividad turística en los paises desarrollados se ha considerado como revitalizadora, particularmente para áreas en declive, zonas atrasadas y como generadora de empleo (Morand, E, 1994).

Este protagonismo actual del Turismo contrasta con la escasa atención que tradicionalmente (y hasta bien entrados los 80) recibio el turismo desde el punto de vista de la investigación científica. Debiendo vencer las resistencias y las consideraciones peyorativas que la actividad turística tuvo en sus orígenes; conceptuaciones negativistas del turismo como tal actividad económica, derivadas fundamentalmente de la perspectiva de coyunturalidad, volatilidad y vulnerabilidad inherentes al fenómeno turístico (Oficina de Coordinación, 1963) y en la consideración del turismo como una vulgar “materia prima”, recurso primario, una suerte de oro blanco de fácil explotación y rápidos beneficios, destinados a cubrir coyunturalmente los déficits de las balanzas comercial y de pagos, y muy especialmente a ayudar a financiar o a cubrir las necesidades perentorias de financiación inherentes a las etapas de salida del subdesarrollo estructural de los países y territorios. (Calderòn Vazquez, 2007)

La virtualidad del “oro blanco” turistico deriva del hecho de que los flujos turísticos internacionales suponen para el país o la zona emisora, una importación de servicios -en términos de balanza de pagos, con la peculiaridad de que no se produce desplazamiento de los mismos pero si del consumidor de tales servicios. Mientras que para el país (o la zona receptora de dichos flujos) el turismo constituye una exportación de invisibles o siguiendo a Esteve Secall (1983) “una exportación in situ de servicios” o, lo que es lo mismo, sin desplazamiento de los mismos, que se traduce para la balanza de pagos en un ingreso de divisas.

Lo anterior, en el contexto del subdesarrollo estructural, supone una contribución esencial, ya que ayuda al equilibrio de la balanza comercial de tal tipología de países, balanza tendencialmente desequilibrada, dados los desiguales términos de intercambio y la diferencia de valor añadido entre las materias primas, su principal recurso exportador, y los bienes manufacturados, que constituyen su importación principal. Dado que el precio de las manufacturas en los mercados internacionales se establece en divisas, es de una importancia critica para los países y zonas subdesarrolladas disponer de medios de pago o divisas que permitan la financiación de sus importaciones, de donde se deriva la necesidad de disponer de instrumentos de captación de divisas, paradigma de los cuales es el Turismo.

3.- ACTIVOS DEL TURISMO

La clave del éxito, en términos de desarrollo económico, de la actividad turística, reside en, por una parte, provocar la dinamización del conjunto del sistema económico gracias a la “intersectorialidad” y al efecto multiplicador del turismo y, por otra, en su gran capacidad de generación de empleo, dado su carácter de actividad prestacional de servicios basada en prestaciones personales in situ.

Asimismo, se entiende que la actividad turística presenta una serie de ventajas sobre otras modalidades de actividades productivas, que la hacen muy interesante como tal instrumento de desarrollo económico para áreas de baja renta y muy particularmente para los países en vías de desarrollo, ya que el turismo supone una industria exportadora que capta con extrema facilidad divisas: el turista visita el país y consume el producto/servicio sobre el terreno; divisas imprescindibles en los países en vías de desarrollo para el equilibrio de la balanza de pagos, y para la cobertura de la balanza de pagos. Asimismo, el turismo no presenta problemas de acceso a los mercados, fronteras fiscales, tarifas o aranceles aduaneros o quotas de exportación, como en otras industrias, es decir no parecen existir por el momento problemas de contigentación.

Por otra parte, el turismo consiste en una actividad de prestación de servicios que requiere para su correcta implementacion de una gama muy diversificada de puestos de trabajo, desde los más complejos, que requieren de una mayor acumulación de habilidades y capital humano, hasta los más sencillos y simples. Asimismo, la actividad turística emplea proporcionalmente más mujeres y jóvenes que otras industrias o sectores.

A su vez, desde la perespectiva de la difusión geográfica de la actividad y el empleo La actividad turística contribuye a una mayor difusión geográfica del empleo, cosa especialmente importante para las zonas periféricas, remotas y rurales.

Otro rasgo destacable de la actividad turistica es su baja exigencia de capitalización dado que en la industria turística la intensidad de capitalización no es tan importante, ni tan cuantiosa como en otros sectores industriales. En el caso del turismo la base de capital natural y capital patrimonial, es el activo fundamental para el desarrollo de una industria turística.

En el caso del turismo, la revolución telematica supone un contexto favorable a las iniciativas turisticas, ya que mediante un instrumento como es Internet, hace posible llegar a un número enorme de potenciales consumidores del producto turístico; con ello se acercan la Oferta de Información hacia la Demanda potencial de manera cuasi instantánea, con lo que se reducen mucho los costes de la promoción, las oficinas de representación y los costes de intermediación. A su vez, las tendencias del mercado apuntan hacia innovaciones en el concepto vacacional y de viajes; con una receptividad creciente hacia nuevos y más originales productos.

A pesar de la permanencia de practicas y conductas poco o nada sostenibles, la actividad turística necesita la sostenibilidad, por motivos de competitividad y competencia, porque es consustancial a la Oferta Turística en nuestros días, ofrecer un producto turístico de calidad. Ello implica que de nada vale tener las mejores infraestructuras, los mejores equipamientos e instalaciones o el personal más cualificado, etc., si el entorno medioambiental donde se desarrolla la actividad turística (patrimonio natural, paisajístico, calidad del agua, calidad del aire, etc.) no está en buenas u óptimas condiciones.

Por ultimo, la actividad turística genera muchas oportunidades para la aparición de PYMES y pequeños emprendedores, cuyo efecto más inmediato es la generación de un cierto tejido empresarial, mayores niveles de actividad eeconomica y mas empleo.

4.- PASIVOS DEL TURISMO

La referencia a los “activos” de la actividad turística como herramienta de desarrollo económico territorial, implica también contemplar los “pasivos” de la misma, puesto que la reiterada y constante alusion a los “activos” por parte de determinadas corrientes de opinion y ciertos organismos internacionales tendentes, tal vez en demasiadas ocasiones, a presentar a la actividad turística como panacea para los males del subdesarrollo, a veces negando los posibles side effects de la actividad turistica (De Kadt, 1979A). A efectos operativos, podriamos identificar una bateria tipica de los problemas anejos a la actividad turística a efectos de propulsion del desarrollo económico, que a continuacion procedemos a enumerar y describir.

En la perspectiva del desarrollo economico, posiblemente las fugas de valor (leakages) constituyan la principal debilidad del turismo (Hernandez Martin, 2003; De Vries, 1972; Bryden 1973), dado que satisfacer las necesidades de los flujos turisticos para mantener los niveles de rentabilidad de la industria turística implica crecientes importaciones para abastecerse de los productos demandados por los turistas. En este sentido, determinadas corrientes de pensamiento consideran que el impacto generado por las actividades turisticas sobre la renta, en las zonas de recepcion, va a estar minimizado por el aumento de las importaciones necesarias para poder atender la demanda de consumo del flujo turistico. Produciendose como resultado fugas o escapes de valor. Por ello, las importaciones podrian crecer mucho, reduciendo o desactivando el efecto expansion del turismo, lo que debilita grandemente la capacidad del turismo de actuar como tal instrumento de desarrollo.

Otro problema de relevancia deriva del control extranjero de la actividad turistica, cuando la explotación de la actividad turística se produce en condiciones de enclave (Pèrez,1973; Bryden 1973. En este caso el capital foráneo actúa como principal o único inversor, lo que conlleva al control total o casi total de la actividad turística por manos extranjeras, no comprometidas con los objetivos y necesidades del desarrollo endógeno territorial, y donde la óptica especulativa puede ser la primordial.

Conectado a lo anterior, pueden darse pautas coloniales (Perez, 1972; Bryden, 1973) en la gestion del turismo, produciendose un acceso limitado o secundario de la poblacion local a los empleos existentes, si la exigencia de mayores niveles de calidad en el servicio y de crear un entorno acogedor y amigable al visitante, implica la necesidad de disponer de mano de obra cualificada. Asimismo, la Oferta de Empleos en el segmento turisitico puede ser estacional como si de un monocultivo agrario se tratase (zafra azucarera, etc.) y puede ser poco cualificada (camareros, sirvientes, taberneros, lavaplatos, chòferes, porteros, etc.) derivandose empleos de muy baja calidad y remuneracion.

La posición hegemónica del turismo en una economía de pequeña dimensión o subdesarrollada, puede generar un monocultivo turistico (Defert, 1960; Turner y Ash, 1975) monocultivo derivado de la combinacion de altos índices de rentabilidad de la explotacion turistica, unido a una relativa “facilidad” en la explotacion del recurso turistico. Este monocultivo puede sustituir a la economía agraria tradicional o a la agricultura de plantacion como sector económico “moderno” al interior de la economía dual (Young, 1973). Por lo que la economía se orienta en funcion de las necesidades del sector moderno y exportador, en este caso el turistico, con la serie de servidumbres que ello implica (conflictos por el uso de la tierra, la desestimulacion de la agricultura, etc.)

Cuando alcanza volumenes masivos, la actividad turística puede provoca impactos negativos en el biotopo local (Amin, 1976) tipo la destrucción de los ecosistemas litorales, la urbanización acelerada y desordenada de la franja costera, presiones especulativas, etc., generandose graves problemas de ordenación territorial, contaminacion, que conducen a la degradacion ecologica y medioambiental del territorio, tematica central en las areas mediteranea y caribeña.

Los turistas provenientes de sociedades “occidentales” o “modernas” al entrar en contacto con culturas de paràmetros culturales distintos podrian provocar en las zonas de acogida un efecto de “shock cultural”, generandose posibles desencuentros, problema relevado por Burkhart y Medlink (1974).

Desde una perspectiva global, logica en un mundo globalizado, destacarian los problemas generados por la configuracion del mercado turistico internacional como mercado de materias primas (UNCTAD, UN, 2001) donde las multinacionales ejercen un control cuasi monopolístico en la orientación y estructuración de la Oferta y la Demanda Turística. Esta situacion produce que en la gran mayoría de las ocasiones la industria turística local y los territorios donde se asienta, quedan en una situación de dependencia casi feudal, con el “cartel” conformado por dichos mayoristas, que pueden controlar la demanda y orientar el destino y la intensidad de los flujos turísticos, además de influenciar decisivamente el nivel general de precios y la rentabilidad, en definitiva, del negocio turistico.

En este sentido, resulta importante enfatizar que el mercado turístico internacional se configura como una cadena lineal de valor, con productores básicos de servicios turisticos en destinos situados en países o zonas desfavorecidas que venden su capacidad a distribuidores o intermediarios internacionales (sociedades internacionales de organización de viajes en grupo como Thomas Cook y JTB) o bien llegan a acuerdos con sistemas de reserva informatizados (Sabre, Galileo o Amadeus, etc.) divisiones de grandes compañias aéreas internacionales, quienes venden al por menor tales capacidades en los mercados de demanda a través de oficinas propias o concesionarios. Los diversos engranajes de la cadena de valor cobran una comisión por su valor añadido a la materia prima turística (configurada por el destino + atractivos culturales, paisajísticoa, socioeconómicos) donde el consumidor del servicio turístico, recibe la prestación de servicio turistico) por lo que el remanente final para el productor primario solo es una fracción del valor total.

5.- CONCLUSIONES

El Turismo constituye un gran mecanismo portador de cambios y transformaciones tanto economicas, sociales y territoriales, en los contextos donde se lleva a cabo la actividad turistica realiza la actividad turistica.

En el contexto del subdesarrollo estructural, el Turismo representa tanto oportunidades como amenazas, que es necesario gestionar. Ello trae la necesidad de “pensar” el turismo, abandonando la optica “practitioner” que suele ser la mas frecuente de las aproximaciones al fenomeno turistico.

El protagonismo actual del turismo deriva de los resultados obtenidos, bastantes espectaculares en terminos de Desarrollo Economico en paises y localizaciones de sobra conocidas, en la segunda mitad del Siglo XX, pero ello no significa negar las controversias, carencias y contradicciones del Turismo como tal actividad economica y sus posibles inferencias en el mundo en desarrollo.

El turismo como fenomeno complejo que genera gran cantidad de interacciones tanto con otros sectores como con la economia y sociedad en general, no puede ser concebido como un un mecanismo de facil y rapida implementacion, una especie de antibiotico de amplio espectro bacteriano que puede solucionar todos los problemas de una economia. Por ello No deberia ser “vendido” como tal panacea.

El turismo es un agente de cambio socioeconomico, un gran agente de transformacion economica, social y territorial pero los cambios que acompañan al turismo pueden ser de signo positivo o negativo, por lo que la impelmentacion de las actividades turisiticas deberia proceder de una matriz de planificacion territorial y estrategica que ayude a prevenir y a gestionar los impactos del cambio, minimizando, en lamedida de lo posible los efectos negativos y maximizando los positivos

Si contemplamos al turismo desde la perspectiva del desarrollo, el turismo es un medio no un fin, por tanto las interacciones entre turismo, economia y sociedad tienen que constituir la piedra angular de las construcciones teoricas que se pretendan realizar.

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