EDUCACIÓN INCLUSIVA: ACTUALIDAD, NECESIDAD Y PERSPECTIVA. UN ENFOQUE SOBRE LA PROBLEMÁTICA



Ernesto Geovani Figueroa González (CV)
Universidad Juárez del Estado de Durango
Jorge Luis González Abreu (CV)
Universidad de Ciencias Pedagógicas Félix Varela Morales
Alexis Manuel Góngora Trujillo (CV)
Instituto Superior Minero Metalúrgico
geovanifigueroa@yahoo.es


RESUMEN

El artículo aborda analíticamente el tema de la inclusión educativa, los elementos que la distinguen, como debe ser y como lograr la educación inclusiva, así como los retos de la política educacional para el logro de los objetivos educacionales y sociales en este sentido. Al respecto, el denominado Índice de inclusión es un instrumento que se utiliza como guía para apoyar a los centros educativos en el proceso de la inclusión educativa y que, además, por sus características puede actuar como promotor de una mejora educativa. Se utiliza como referencia en este sentido una investigación realizada para conocer las prácticas inclusivas en la Facultad de Economía, Contaduría y Administración de la Universidad Juárez del Estado de Durango. Se trata de un estudio descriptivo, que aporta las primeras evidencias sobre el nivel de prácticas inclusivas en la institución. Finalmente, puede considerarse que reviste un carácter explicativo al pretender analizar si las prácticas inclusivas reflejan una cultura inclusiva y si es posible desarrollar políticas de inclusión en la institución.

SUMMARY

The article approaches the topic of the educational inclusion analytically, the elements that distinguish it, like debit side to be the inclusive school and as achieving the inclusive education, as well as the educational politics’ challenges for the achievement of the educational and social objectives of the inclusive education. Education, effectiveness and educational improvement are issues researched worldwide for a long time. In this respect, Index for inclusion is an instrument that is used as a guide to support schools in the process of inclusive education and, moreover, by its nature can act as promoter of educational improvement. In this line, the present study aims to diagnose inclusive practices to meet the School of Economics, Accounting and Business Administration at University Juarez of the Durango State. This is a descriptive study, which provides the first evidence on the level of inclusive practices in the institution. Finally, it can be considered that is of an explanatory nature by attempting analyze whether inclusive practices reflect inclusive culture and if possible develop inclusion policies in the institution.

Palabras clave: Índice de inclusión, instrumento, cultura inclusiva, políticas de inclusión, retos educacionales.
Key words: Index for inclusion, instrument, inclusive culture, policies of inclusion, political challenges.

INTRODUCCIÓN

La naturaleza humana ha condicionado que históricamente las relaciones sociales maticen las distintas esferas de la vida, reflejando los aciertos y adversidades por las que atraviesan hombres y mujeres en los grupos sociales donde se desenvuelven.

Abordar el proceso y el fenómeno de la inclusión educativa es ponernos frente a un problema y un reto de la actualidad y del futuro que ha venido gestándose a partir de las demandas sociales a la ciencia y a la práctica educativa. No se puede hablar de inclusión si no meditamos por qué es imperiosa su aplicación en las políticas actuales de la educación en nuestros países.

El principio de la educación inclusiva fue planteado en la Conferencia Mundial de Salamanca, España en 1994 y se retomó en el Foro Mundial de Dakar, Senegal en el año 2000, a lo que ha seguido un pronunciamiento unánime de la comunidad científica hasta nuestros días. Estos pronunciamientos tuvieron pasos previos, por ejemplo, en Estados Unidos con el llamado Movimiento Regular Education Iniciative.

Plantear el proceso y el fenómeno de la inclusión educativa es ponernos frente a un problema y un reto de la actualidad y del futuro que ha venido produciéndose a partir de las demandas sociales a la ciencia y a la práctica educativa. No se puede hablar de inclusión si no meditamos por qué es imperiosa su aplicación en las políticas actuales de las instituciones educativas a todos los niveles.

DESARROLLO

Algunos autores como Borges y Orozco, González, Booth y Ainscow, Arnaiz y blanco señalan criterios teóricos y metodológicos que abordaremos a continuación.

El discurso y la práctica actual sobre esta problemática han atravesado varias fases:

  • La coexistencia entre la educación regular y la educación especial.
  • El acercamiento entre la educación regular y el llamado movimiento de la integración escolar.
  • La búsqueda de la inclusión educativa desde la educación regular.

En este sentido debemos referirnos a tres cuestiones básicas: (UNESCO 1994).

  •  ¿Qué persigue la inclusión?
  •  ¿Qué es educación inclusiva?
  •  ¿Cómo lograrla y qué persigue la inclusión?

La educación inclusiva persigue formar a mujeres y hombres desde la perspectiva de su individualidad, teniendo en cuenta su interacción con los demás. No podemos ser sin atender a nuestra relación con quienes nos rodean. La educación inclusiva no es una moda, es impostergable que se aplique para la formación de mujeres y hombres preparados para la vida en convivencia.

Para comprender la inclusión es necesario partir del encargo social de la escuela: preparar al hombre para la vida.
 
Hoy día no pocos estudiosos se refieren a que la escuela dimensiona la enseñanza y el aprendizaje de materias escolares por encima de la necesidad de dar a los egresados de los diferentes niveles educativos las herramientas necesarias para poder insertarse en la sociedad. El reto actual: prepararse para la vida en sociedad como base para aceptar y ser aceptados. La preparación para la vida significa tener en cuenta la personalidad de quienes educamos, sus necesidades, intereses, motivaciones y los problemas concretos del ser humano. La vida no se nos entrega hecha, es necesario construirla, hacerla en un proceso continuo de hacer elecciones y tomar decisiones.

“La vida se nos da vacía y con las horas contadas y la faena esencial de ella consiste en llenarla de quehaceres, con ocupaciones, es decir tenerla ocupada en algo, en el breve tiempo con que contamos” (Torroella 2001. Pág. 12).

Por eso la educación en todos sus niveles debe estimular que cada cual tenga la capacidad de apreciar otros puntos de vista, promover una mejor convivencia, una adecuada comunicación interpersonal, el respeto mutuo y los sentimientos de ayuda a los demás.

La vida del ser humano debe caracterizarse ante todo porque este tenga conciencia de sí mismo. Esta idea no nace en el hombre y la mujer, hay que promoverla enseñando a aprender a ser independiente. Para ello es necesario ubicar a cada estudiante ante la necesidad de ser auténtico, de tener un sello personal, contrario a la tendencia que se puede dar de dejarse llevar por los demás, estar flotando cómodamente en su tiempo y algo aún peor que es no luchar por un proyecto, no tener planes de vida.

¿Qué aprendizajes se deben promover para la vida?

  • Comprenderse a sí mismo y al otro. Saber aceptar a los demás, sobre la base de saber aceptarse asimismo.
  • Ser autónomo. Tomar decisiones.
  • Saber elaborar proyectos de vida.
  • Solucionar problemas de la vida.
  • Vencer las frustraciones.
  • Saber convivir con los demás.
  • Estudiar y trabajar con eficiencia.
  • Trabajar para la mejora y la superación personal.

¿De qué dependen estos aprendizajes? (Torroella 2001. Pág. 14)

En primer lugar del sujeto que aprende, todos no aprendemos de la misma manera, criterio que se puede convertir en una prescripción metodológica. El docente es el primer sujeto que debe comprender que la respuesta curricular de sus alumnos nunca será homogénea.
En segundo lugar depende del sujeto que esencialmente enseña: el docente. Este debe ser capaz de estructurar influencias educativas que puedan ser asimiladas por los alumnos a partir de una comprensión de la relevancia de las mismas, no importa su complejidad, cada nivel educativo tiene y requiere formas específicas de hacerlo utilizando herramientas didácticas y pedagógicas.

Las influencias educativas son efectivas si el individuo sobre el que recaen les da sentido, por lo que es importante la forma en que se expresen y se oriente, aquí juegan un papel importante la competencia comunicativa y didáctica.

Estos aprendizajes pueden contribuir a una vida más plena, pero son también una premisa para la inclusión educativa. Aunque de alguna manera están reflejados en el discurso psicopedagógico desde hace mucho tiempo, no se materializan aún en la realidad de la manera esperada.

Una de las dificultades y barreras más necesarias a ser vencidas es la comprensión de que la inclusión pasa por la aceptación social y la de cada miembro de la sociedad, este es quizás el mayor problema a vencer para lograrla en la escuela como institución encargada de concretarla, siempre que se tenga en cuenta que no es la única, ésta es también una tarea de la comunidad, de la familia, y de todos los grupos donde puede convivir cualquier ser humano.

¿Qué es la inclusión educativa?

La inclusión como principio de la escuela actual requiere la implicación de toda la sociedad, persigue que las instituciones eduquen a todos los alumnos a partir de la diversidad y para que no exista la desigualdad. Las diferencias solo existen y deben existir por la individualidad.
 
Para que exista inclusión deben conjugarse la comprensión de todos los agentes educativos que tienen que ver con la educación de las jóvenes generaciones. De nada vale aceptar al niño, adolescente o joven en la escuela si no hay conciencia de los demás, en primer lugar de la sociedad en general, muchas veces segrega más la sociedad y la propia familia que la escuela, he aquí la complejidad de este fenómeno pero a la vez su necesidad.

En opinión de Santiago Borges y Moraima Orozco:

“La inclusión desde su postura sociológica representa a su vez la integración a la vida comunitaria de todos los miembros de la sociedad, independientemente de su origen, actividad y condición socioeconómica, así como de su pensamiento o de cualquier otro aspecto que tienda a discriminar”           (Borges y Orozco 2013).

Esto permite reflexionar en que no siempre el sistema regular está preparado para recibir a niños, adolescentes y jóvenes con necesidades educativas especiales, las causas que influyen son diversas, se destacan: falta de preparación del docente, ausencia de un trabajo sistémico de los mecanismos creados para el diagnóstico y su vínculo con la institución educativa, entre otras.

En este proceso se debe trascender la escuela para convertirla en un fenómeno social que requiere una permanente transformación, lo que permite precisar que no es la existencia de escuelas especiales y regulares con existencia independiente un indicador de que no hay inclusión, la esencia está en la aceptación de todos desde los diferentes agentes y contextos.

La labor por una educación inclusiva debe partir del ajuste permanente del modelo de escuela, lo que implica cambios de enfoques en los directivos, los docentes, la familia y en las relaciones entre los alumnos, además de un acercamiento real entre la escuela y la comunidad. En el caso de la familia el papel educativo de la escuela debe reforzarse desde la posición de apoyar y orientar más para lograr una continuidad entre lo que se hace en ella y lo que puede ocurrir en el hogar.

Las escuelas inclusivas deben ser todas, y buscar también una educación de calidad que comienza con la identidad profesional de cada docente expresada en el amor a los niños, adolescentes y jóvenes como premisa para lograr que con sus influencias educativas estos se formen con una idea clara de quiénes son, así como para poder ser socialmente útiles. En este proceso juega un papel central el funcionamiento de la escuela como un sistema abierto, la integración de cada uno de sus componentes y su apertura al entorno.

Todo lo descrito anteriormente deja de tener una materialización si no se cuenta con directivos y docentes innovadores, fundamentado en que la labor educativa descansa en transformar sistemáticamente a partir de la puesta en práctica de experiencias que el docente diseña tomando como punto de partida la situación real de su colectivo y de cada uno de sus estudiantes. En este sentido es el diagnóstico pedagógico integral la herramienta que el docente debe utilizar para poder ejercer esa influencia formativa que provoque una actitud del alumno hacia sí mismo y hacia los demás, para lo que se deben eliminar barreras que puedan impedir el despliegue de las posibilidades de los alumnos más vulnerables por la no existencia de condiciones de igualdad y respeto.

La educación inclusiva es una aspiración y una necesidad de la escuela actual que debe tener como principio básico la implicación de todos, la aceptación mutua, lo que no se cumple espontáneamente, se enseña y se aprende, como parte de la vida. En una sociedad, comunidades, escuela, grupo y sujeto debe existir la capacidad de aceptación, convivencia, ayuda, tolerancia y el espíritu de superación.

¿Cómo debe ser una escuela inclusiva? (Ainscow, M.2001)

  • Contar con líderes que estimulen la interacción-aceptación.
  • Integrar una Didáctica de aprender a vivir con la Didáctica de las materias de estudio.
  • Promover la participación integral de todos los agentes educativos.
  • Organizar su trabajo técnico pedagógico en función de la atención a la diversidad y la participación de todos.
  • Estimular climas favorables para el aprendizaje. Lograr la estimulación de la motivación por el aprendizaje.
  • Promover el trabajo interdisciplinario e intersectorial para la solución a problemas educativos y para potenciar alumnos, docentes y la escuela.
  • Propiciar la participación de la familia a partir de una estrategia educativa para la misma.
  • Promover la participación de la comunidad y la integración de los alumnos a esta.

¿A quiénes incluimos?

Nos incluimos todos en la medida que desarrollemos esa capacidad de aceptación de nosotros mismos y de los demás, lo que permite plantear que la inclusión es un fenómeno social derivado de la educación misma.

En el centro de la inclusión está la escuela, se relacionan con la misma. (Ainscow, M.2001)

  1. Los alumnos.
  2. Los docentes.
  3. Los directivos.
  4. La familia.
  5. La comunidad.
  6. Los medios de información.
  7. La sociedad en su conjunto.

Analicemos brevemente algunos de ellos.

Los alumnos

Existe tanta variedad de alumnos como tantos haya en la escuela. Por ahí debemos empezar, porque es la diversidad la base de lo inclusivo y el respeto a la misma, su consecución. (Ainscow, M.2001)

Podemos encontrar infinidad de tipos de alumnos, si respondemos a tal aseveración, pero existen tipificaciones que un docente no debe obviar:

  • El niño, adolescente o joven con dificultades en el aprendizaje, expresado en algunos trastornos como la disgrafia, la dislexia.
  • El niño, adolescente o joven autista.
  • El niño, adolescente o joven con déficit atencional.
  • El niño, adolescente o joven con trastornos afectivo conductuales.
  • El niño, adolescente o joven con discapacidad física.
  • El niño, adolescente o joven con capacidades sobresalientes (el talento).

Se pueden citar otras, pero se mencionan solo algunas para dar una idea de cuántas aristas encuentra el trabajo de un docente en el aula.

Los estudiantes se manifiestan como la diversidad, generan determinadas relaciones en el salón de clases, fuera de él y consigo mismos en dependencia de quiénes son y de cómo se ven. Aquí entran a jugar su papel el concepto de diversidad educativa y el de diferencias interindividuales, porque se dan en ellos. Las diferencias individuales dan lugar a la diversidad educativa.

Las principales fuentes de las diferencias individuales son: (Castellanos 2002 pag.18).

  • Premisas naturales y condiciones del desarrollo biológico del organismo.
  • Factores y condicionantes del medio físico natural, cultural y socioeconómico e histórico entre los que juegan un papel importante los referidos al ambiente educativo.
  • Factores biográficos personales o relativos a su historia personal.

En la base de estas diferencias individuales es que surgen las necesidades educativas especiales que pueden tener un carácter permanente o transitorio lo que hace que el enfoque actual para atenderlas no vaya solo a lo correctivo compensatorio sino también a lo potencializador.

“Un estudiante con necesidades educativas especiales es, en sentido general, aquel cuyas particularidades individuales (y/o dificultades específicas) le obstaculizan la adaptación a programas escolares uniformes u homogéneos y, consecuentemente, el desarrollo pleno de sus potencialidades. Requieren de apoyo y una ayuda cuantitativa o cualitativamente diferente, y de una orientación específica para alcanzar los objetivos de una educación desarrolladora” (Castellanos y otros 2002 Pág. 78).

La diversidad no solo se manifiesta en aquellos estudiantes con necesidades especiales, sino en todos, es por tanto su atención la que revela inclusión educativa como un sistema integral de vinculación de todas y todos los que se implican en el proceso educativo. (Castellanos y otros 2002 Pág. 78).

Los docentes

El docente constituye también expresión de la diversidad: todos no somos iguales, pero a la vez existen denominadores comunes en la actuación que ofrecen una identidad a la labor de dirigir la educación de los alumnos que se convierten en exigencias.

Entre otras se pueden citar:

  • Saber comprender y aceptar.
  • Concebir, dirigir y regular adecuadamente el proceso de enseñanza aprendizaje.
  • Poseer competencias para la dirección del proceso educativo en general y el proceso de enseñanza aprendizaje en particular: competencias didácticas.
  • Saber distribuir tiempos y participación del alumnado.
  • Saber ofrecer ayudas pedagógicas.
  • Saber trabajar en grupo.

Un elemento central en el análisis del docente y derivado de estas exigencias es que este es el encargado de diseñar y dirigir un conjunto de influencias educativas sobre los alumnos.

Hoy ante la inclusión educativa como necesidad, la influencia no solo debe partir de lograr un sentido en cada alumno, que es lo esencial, pues el proceso educativo y el éxito que este tenga solo se dan en el interior de cada alumno. Es importante también que las influencias que planifica el docente lo haga de manera general pero esperando siempre una respuesta curricular individualizada.

Hay que tener en cuenta que la forma en que la personalidad traduce la información que emana de las influencias educativas no depende solo de la importancia de uno u otro contenido, ni de su mayor o menor importancia, sino de la forma en que el docente la exprese.
La familia

Esta es una institución insustituible por sus funciones en la sociedad pero requiere de una escuela cada vez más preparada para asumir un reto mayor: la formación de las nuevas generaciones.

La familia de hoy pese a los disímiles problemas que puede y debe enfrentar, está ante el reto de lograr mayor identidad como entidad, y preparación para desplegar acciones inclusivas no solo con la discapacidad si no con la diversidad en todos los sentidos.

Los procesos de inclusión en la familia empiezan con la comprensión de que la inclusión es todo lo que tenga que ver con la interacción y la convivencia con todos y entre todos, la aceptación del otro tal cual es y algo muy preciso, aceptar cualquier miembro de la misma que presente alguna discapacidad para poder educarlo coherentemente y prepararlo para vivir en sociedad.

En la interacción de la familia con otras instituciones debe ocupar el primer lugar la escuela a través de una metodología de relaciones que implique el vínculo, la comunicación entre maestros y padres de familia de manera sistemática, la reunión periódica de padres, las llamadas escuelas de padres y las visitas al hogar cuando los casos lo requieren.

 ¿Cómo lograr la inclusión educativa?

Aspectos metodológicos.

Para lograr la inclusión educativa se requiere de transformaciones que están por encima de cualquier esfuerzo de una escuela aislada. Esto es en primer lugar un problema social que se liga directamente a las políticas educacionales de cada país.

Otro aspecto importante implica que incluir no es pensar solo en el individuo, porque a todos es necesario tenerlos en cuenta, hay que pensar entonces en la sociedad en todas sus derivaciones, estratos y en definitiva en los distintos contextos. A lo anterior se une la tarea de identificar y eliminar paulatinamente los obstáculos que pueden impedir la participación de algunos alumnos con condiciones más vulnerables de manera respetuosa y con el reconocimiento de los demás de su clase. He aquí un problema metodológico importante.

En nuestros días para poder enfrentar y lograr una inclusión educativa verdaderamente eficaz se deben estimular en el profesorado actitudes innovadoras, que solo se logran con procesos de superación profesional permanentes que impliquen la investigación educativa desde el propio salón de clases como principal laboratorio.

La innovación pedagógico didáctica es un tipo de innovación educativa, que constituye un proceso de enriquecimiento basado en el empleo de procedimientos, alternativas, por parte del docente que fortalecen lo establecido en el currículo e impacta la formación del alumnado y del resto de los agentes educativos (González 2011 pag.74).

El sujeto fundamental del proceso de innovación es el docente. Para ello este debe indagar y sustentar lo que va precisando, lo que equivale de alguna manera a emplear la lógica investigativa y al ulterior desarrollo de las categorías pedagógicas.

Este docente para innovar en función de la inclusión, necesita:

  • Implicarse en la realidad social que le sirve de contexto, desde el punto de vista económico, social, científico y las regularidades de los esfuerzos por lograr un desarrollo sostenible a nivel global.
  • No le pueden ser ajenos los problemas fundamentales de la educación, entre los que se pueden mencionar: diversidad de tendencias pedagógicas, deficiencias en la dirección del proceso de enseñanza aprendizaje, acciones de autosuperación, la masividad en la educación, entre otros.
  • La diversidad educativa con la que trabaja: el diagnóstico pedagógico integral.
  • El lenguaje instrumental de la Pedagogía: la Didáctica.
  • Conocerse a sí mismo.
  • Dinámica de la investigación educativa.

Son imprescindibles también cuestiones inherentes al manejo de la dirección de procesos de aprendizajes sustentados en una mirada diferente, la didáctica de las unidades de aprendizaje y de las lecciones que tienen que ver con la preparación para la vida en general. Como primer elemento está la relación estrecha que se debe lograr entre docente y alumnos pero desde la atención a una diversidad que debe sostenerse en la igualdad de derechos.

En este sentido, el proceso de enseñanza aprendizaje con un enfoque educativo, instructivo y desarrollador debe tener tres niveles de integración: la concepción, la dirección y la regulación. Estos niveles expresan una organización del proceso para ofrecer a cada estudiante la posibilidad de incorporarse a un proceso a partir de sus necesidades y dificultades.

Cuando un estudiante reconoce sus dificultades sin temor a la discriminación puede superarlas mucho mejor, esto es un problema esencialmente de dirección del docente para lograr confianza y aceptación no al hecho de dejar de cumplir deberes escolares, sino a la necesidad de que cada cual los cumpla de acuerdo a su ritmo, estilos y estrategias de aprendizaje.

Las tareas docentes que se derivan de los propósitos de cada lección deben estar en correspondencia con la individualidad, lo que quiere decir no la elaboración de una tarea para cada alumno, sino el respeto al cómo cada alumno responde de acuerdo a sus características a las mismas. Esto puede permitir una vinculación entre miembros del grupo con el respeto a lo que cada cual es capaz de hacer, puede estimular la confianza en sí mismo y además garantizar niveles superiores en el aprendizaje.

Otro requisito o sugerencia para la inclusión son la realización de evaluaciones que respeten la diversidad e incluyan a todos en un mismo proceso pero con la participación de cada uno de los miembros de un grupo, fomentando las acciones metacognitivas en el aprendizaje que denoten la regulación de cada participante y el respeto por lo realizado. La labor correctiva y potencializadora en los procesos evaluativos se deben estimular desde la posición de los alumnos y con la labor asesora del docente.

Estas consideraciones permiten sintetizar determinados retos y exigencias que debe cumplir la educación para lograr la inclusión, estos son;

  • Política educacional coherente con los cambios que se necesitan a nivel social y educacional.
  • Transformaciones en los proyectos curriculares a todos los niveles: cambios en las aspiraciones de cada nivel educativo, en los propósitos generales y en los programas de cada nivel.
  • Transformaciones en los diseños curriculares de las escuelas formadoras de docentes.
  • Cambio sistemático del proyecto educativo de la escuela. El docente, los alumnos, y el directivo como protagonistas principales
  • Preparación sistemática del docente y el directivo. El empleo de la Innovación pedagógico didáctica como herramienta de transformación y generación de mejores prácticas.
  • Cambios de paradigmas de preparación de la familia desde la escuela.

Creemos oportuno para la mejor comprensión del siguiente trabajo hacer referencia a un diagnóstico de prácticas inclusivas realizado en la Facultad de Economía, Contaduría y Administración de la Universidad Juárez del Estado de Durango por los autores (Moreno, Figueroa y Arrieta 2015). Se trata de un estudio descriptivo, que aporta las primeras evidencias sobre el nivel de prácticas inclusivas en la institución.  Finalmente, puede considerarse que reviste un carácter explicativo al pretender analizar si las prácticas inclusivas reflejan una cultura inclusiva y si es posible desarrollar políticas de inclusión en la institución. Este diagnóstico y la metodología utilizada puede servir de referencia para realizar estudios de estas características en instituciones educativas.

El problema de investigación planteado fue.

La educación superior ha cobrado un papel relevante en la transformación de la sociedad, no sólo porque a partir de ella se genera el capital humano para la generación e innovación del conocimiento premisa básica de la sociedad del conocimiento, sino ante todo, por configurarse en un nicho de apertura hacia sectores de la población marginados, lo cual demanda la adopción de enfoques inclusivos que promuevan prácticas de equidad, igualdad y acceso, con calidad educativa.

A partir de este planteamiento surge la siguiente interrogante.

¿En la FECA UJED se fomentan prácticas inclusivas para aumentar el aprendizaje y la participación de todos sus alumnos?

Se planteó como Hipótesis.

A través del diagnóstico de prácticas inclusivas en la FECA UJED es posible conocer la cultura que refleja la institución e identificar las barreras en el desarrollo de políticas inclusivas. 

Como referentes teóricos se utilizaron los siguientes.

La obra de (Booth y Ainscow 2002) Índice de inclusión (Index for inclusion) publicada en el Reino Unido por el Centro de Estudios para la Educación Inclusiva (CSIE) ha sido de gran utilidad para ayudar a los centros educativos a desarrollar procesos que mejoren la participación y el aprendizaje de todo su alumnado. El llamado Índice de inclusión es un instrumento que se utiliza como guía para apoyar a los centros educativos en el proceso de la inclusión educativa y que, además, por sus características podría actuar como promotor de una mejora educativa. La UNESCO propone que se realicen las adaptaciones pertinentes para cada país pues los resultados obtenidos de su utilización en el Reino Unido, y en diferentes naciones europeas, han sido muy satisfactorios.

El Índice es un conjunto de materiales diseñados para facilitar el desarrollo de una educación inclusiva en los centros escolares. El objetivo es construir comunidades educativas colaborativas que fomenten en todos los alumnos altos niveles de logro. Asimismo, este instrumento se compone de un proceso de auto-evaluación de los centros educativos en tres dimensiones, referidas a la cultura, las políticas y las prácticas de una educación inclusiva. Este proceso implica una progresión a través de una serie de fases de desarrollo de los centros educativos. Se comienza con la organización de un grupo de coordinación. Este grupo trabaja junto con el equipo docente, con los miembros del consejo escolar, con el alumnado y con las familias en el análisis de todos los aspectos del centro educativo, identificando barreras al aprendizaje y la participación, y definiendo prioridades tanto para las fases de desarrollo y mantenimiento como para el seguimiento de los progresos. La investigación-acción que se propone se apoya en un conjunto detallado de indicadores y de preguntas, a partir de las cuales el centro educativo se tiene que comprometer a realizar un análisis detallado de su situación presente, y de sus posibilidades futuras de cara a una mayor inclusión.

En la última década del siglo xx emerge un nuevo paradigma teórico-práctico denominado mejora de la eficacia escolar (effective school improvement), el cual intenta unir los dos movimientos anteriores y centra su interés en identificar los procesos más idóneos para el cambio en relación con el proceso de enseñanza-aprendizaje, las estructuras organizativas del centro y la aplicación de dichos conocimientos para alcanzar una mejora real (Murillo, 1999; Murillo, 2000; Muñoz-Repiso y Murillo, 2010).

A nivel internacional se especifican un gran número de acuerdos, declaraciones, congresos y leyes que han tratado de generar procedimientos y estrategias que puedan dirigir el difícil camino hacia la educación eficaz para todos y la inclusión, cuya filosofía defiende ambos conceptos sustentada en que los centros educativos deben satisfacer las necesidades de todos los alumnos, sean cuales fueren sus características personales, psicológicas o sociales.

Booth y Ainscow (2002) consideran a la inclusión como un conjunto de procesos orientados a aumentar la participación de los estudiantes en la cultura, los currículos y las comunidades de las escuelas. Desde esta perspectiva la inclusión está relacionada con el acceso, la participación y logros de todos los alumnos. Implica transformar la cultura, la organización y las prácticas de las escuelas para atender a la diversidad de necesidades educativas de todos los alumnos; la enseñanza se adapta a los alumnos y no estos a la enseñanza; las acciones van dirigidas principalmente al pleno acceso y la participación de todos los estudiantes en las actividades educativas (Ainscow, 2001, Ainscow, 2005; Arnaiz, 2003; Blanco, 2006; Booth, 2006; Echeita, 2006, 2008; Opertti, 2008).

Para promover este proceso se necesita un instrumento o guía que lo facilite: Booth y Ainscow (2002) diseñaron el Índice de inclusión. Desarrollando el aprendizaje y la participación en las escuelas, y su objetivo fue construir comunidades educativas colaborativas que promovieran en todo el alumnado altos niveles de logro. Esta herramienta, proporciona una guía precisa de diferentes dimensiones e indicadores que pueden orientar y ayudar en el proceso hacia la inclusión; considera a la institución educativa como el centro del cambio en el sentido de que, para que puedan tener impacto, los objetivos de mejora deben orientarse a todos los niveles de la escuela y dirigirse a todo el personal. Los autores señalan, además, que se deben ampliar las relaciones con la comunidad y con otras instituciones pues estiman que en el proceso de cambio es necesario implicar desde la administración educativa hasta los agentes externos que estén interesados en la calidad de la enseñanza.

Objetivo General.

Realizar un diagnóstico para conocer las prácticas inclusivas en la FECA UJED.

Objetivos Específicos

  • Identificar y analizar la opinión de los estudiantes y los docentes de la FECA UJED sobre las dimensiones, secciones e indicadores del instrumento.

METODOLOGÍA

Se utilizó el método sistémico, por considerar que es un modelo idóneo debido a que la presente investigación tratará de identificar las prácticas inclusivas en la FECA UJED, además de aportar las primeras evidencias sobre el nivel de prácticas inclusivas en la institución mediante la revisión del instrumento, el cual está dividido en tres dimensiones, cada una de las cuales se divide, a su vez, en dos secciones y cada sección contiene un conjunto de indicadores, los cuales se clarifican a través de una serie de preguntas.

Diseño de la investigación

Se realizó un estudio descriptivo. En este sentido, se obtuvo información acerca del estado actual de una situación en una realidad observada  porque indica el nivel de los valores que impregnan la inclusión, los cuales se plasman en cada uno de los indicadores de las tres dimensiones: “creando culturas inclusivas”,  “desarrollando prácticas inclusivas” y realizando políticas inclusivas” en la FECA UJED.

De igual forma, las características  del  presente estudio se ubicaron dentro de la investigación de campo no experimental, porque se concretó a la observación de las diversas respuestas manifestadas por los elementos en estudio ante situaciones que no son manipuladas por el investigador o en las que la ubicación de los elementos no depende del investigador.

El diseño utilizado es el no experimental que en general se diferencia del experimental, en que las variables no se manipulan porque ya han sucedido (Del Tronco 2005). Por tal motivo lo que se pretende es evaluar el grado de los valores que impregnan la inclusión, los cuales se plasman en cada uno de los indicadores de las tres dimensiones: “creando culturas inclusivas”, “desarrollando prácticas inclusivas” y realizando políticas inclusivas” en la FECA UJED.

La población objeto de estudio, quedo definida por el total de los académicos y alumnos de las licenciaturas de la FECA UJED, que está constituida por 196 académicos y 1800 alumnos, según la información obtenida de la secretaría administrativa de la institución.

La muestra estuvo integrada por 197 maestros y alumnos y se caracteriza por ser representativa. Se realizó un muestreo aleatorio simple. Se eligieron individuos de la población de estudio, de manera que todos tuvieron la misma probabilidad de aparecer, hasta alcanzar el tamaño de muestra deseado.

Para efectuar la recolección de información necesaria se estableció contacto con la institución objeto de estudio, con el propósito de establecer el acercamiento directo con las personas sujetas a estudio durante la aplicación del instrumento, de esta manera se recopiló la información necesaria.  Así mismo se efectuó la revisión documental.

Como  instrumento se utilizó el Índice de inclusión diseñado por(Booth y Ainscow 2002).Desarrollando el aprendizaje y la participación en las escuelas. Esta herramienta, proporciona una guía clara de diferentes dimensiones e indicadores que pueden orientar y ayudar en el proceso hacia la inclusión.

Se utilizaron tres dimensiones: Dimensión A. Crear culturas inclusivas, la cual comprende desarrollar valores inclusivos, compartidos por todo el personal de la institución, los estudiantes, los administrativos y las familias. En este caso particular se inicia con estudiantes y alumnos. Dimensión B. Desarrollar prácticas inclusivas, que  incluye que las actividades áulicas y extraescolares promuevan la participación de todos los  alumnos. Dimensión C. Elaborar políticas inclusivas, la cual implica asegurar que la inclusión sea el eje del desarrollo de la institución, permeando todas las políticas, para que mejore el aprendizaje y aumente el logro académico de todos los alumnos
 
Este instrumento recogió la opinión de maestros y alumnos y permitió analizar datos cuantitativos sobre determinadas variables, en nuestro caso llamadas dimensiones: “creando culturas inclusivas”,  “desarrollando prácticas inclusivas” y realizando políticas inclusivas”

Con la finalidad de analizar los datos, se utilizó la escala tipo Likert de 4 puntos y a cada posible respuesta de cada reactivo se le asignó un valor numérico, para Muy de acuerdo = 4; De acuerdo = 3; En desacuerdo = 2; Muy en desacuerdo = 1

El criterio de confiabilidad del instrumento, se determinó, por el coeficiente de Alfa Cronbach. Este es por tanto un coeficiente de correlación al cuadrado que, a grandes rasgos, mide la homogeneidad de las preguntas promediando todas las correlaciones entre todos los ítems para ver que, efectivamente, se parecen. Su interpretación es que, cuanto más se acerque el índice al extremo 1, mejor es la fiabilidad, considerando una fiabilidad respetable a partir de 0,80 (Hernández Sampieri, 2013).

Para este análisis se trasladaron todos los datos obtenidos de los cuestionarios al programa SPSS 17, y se calculó el coeficiente de alfa de Cronbach donde se obtuvo una alta confiabilidad de 0,888.

Para el proceso, registro y codificación de la información se procedió a la clasificación de la información de acuerdo a la frecuencia y porcentaje, elaboración de tablas. Una vez recabada la información se analizaron los resultados obtenidos en base a los objetivos de la investigación, a posteriori se comenta individualmente el comportamiento de las variables utilizadas. Y por último,  se realiza la interpretación de modo general sobre el grupo de respuestas obtenidas en la aplicación del instrumento, que permitió construir un parámetro global sobre el índice de los valores en cada uno de los indicadores de las tres dimensiones: “creando culturas inclusivas”, “desarrollando prácticas inclusivas” y realizando políticas inclusivas” en la FECA UJED.

RESULTADOS

Los resultados arrojaron la valoración de las tres dimensiones: las culturas, las prácticas y las políticas educativas con relación a la inclusión educativa de la FECA UJED en un sentido amplio y comprensivo, entendida como presencia,  aprendizaje  y participación de todos los alumnos en la vida académica de la institución. Los resultados de los datos recogidos se aprecian en los anexos del siguiente trabajo y el análisis cualitativo reflejó.

El análisis cualitativo arrojó que.
En relación a la Dimensión A: Creando culturas inclusivas Sección: Construir Comunidad, la FECA UJED necesita trabajar que los alumnos se sientan acogidos y los estudiantes se ayudan unos a otros; así como los profesores colaboran entre ellos. De igual manera, procurar que los docentes y los estudiantes se traten con respeto y exista colaboración entre el profesorado y las familias. Por otra parte, que la institución promueva que los profesores y el equipo directivo trabajan bien juntos.
La Dimensión B: Desarrollando prácticas inclusivas Sección: Orquestar el Proceso de Aprendizaje, es fundamental que las unidades didácticas responden a la diversidad de los alumnos y las unidades didácticas se hagan accesibles a todos los estudiantes; así como respondan a la diversidad de los alumnos. Además, que los docentes de la FECA UJED planifiquen, revisen y enseñen en colaboración; así como se preocupen de apoyar el aprendizaje y la participación de todos los estudiantes. De igual forma, que los docentes se interesen de facilitar el aprendizaje y la participación de todos los estudiantes. Así, las unidades didácticas contribuyen a una mayor comprensión de la diferencia. Asimismo, que la institución  implique activamente a los estudiantes en su propio aprendizaje para que aprendan de manera colaborativa.
Dimensión C: Realizando políticas inclusivas Sección: Desarrollar una Escuela para Todos. Es primordial que los docentes y el equipo directivo cuando  los alumnos acceden a la FECA UJED por primera vez se le ayude a adaptarse; así como organice grupos de aprendizaje para que todo el alumnado se sienta valorado.
En suma, para que pueda existir una mejora efectiva en la FECA UJED se debe tomar en cuenta que la tarea implica un proceso intencional y planificado en donde se involucre todo el personal que trabaja en la institución, así como a los alumnos y padres de familia. Además, las modificaciones tienen que estar dirigidas a todos los sectores, tales como los académicos, directivos y administrativos. Asimismo, las reformas deben estar orientadas a alcanzar objetivos claros relacionados principalmente con el aprendizaje de los alumnos, la capacitación de los docentes y la organización en general. Para ello, es necesario que se incorporen acciones concretas para una mejora académica.

 
CONCLUSIONES

  • En la sociedad actual donde la educación sirve a la misma como mecanismo de preservación y desarrollo de la cultura y de las nuevas y viejas generaciones no basta con entender la necesidad de la inclusión, es imprescindible que la misma sea parte esencial de las políticas educacionales y que la escuela ejecute acciones concretas como el estudio mostrado en este trabajo como parte de proyectos educativos institucionales que favorezcan una educación de calidad para todos.
  • La transformación y el enriquecimiento permanente del currículo de las escuelas formadoras de docentes constituyen una premisa para que los maestros egresen con una preparación básica que les permita ser líderes en la educación inclusiva.
  • Cambio de visión en la estructuración de los procesos formativos en la escuela y con la participación de toda la sociedad, pero sobre todo un cambio en la mente de los generadores de este proceso.

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