LA HISTORIOGRAFÍA CUBANA SOBRE LOS INDEPENDIENTES DE COLOR: UNA MIRADA A CIEN AÑOS DE LA MASACRE



Yoel Rodríguez Ochoa (CV)
yochoa@fh.uho.edu.cu
Universidad de Holguín Oscar Lucero Moya

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Resumen

 El presente artículo tiene como objetivo presentar las visiones esgrimidas en la historiografía alrededor del Partido Independiente de Color cuando se cumple el primer  centenario de su aniquilamiento por el gobierno liberal del Mayor General José Miguel Gómez en 1912. Se observan las posiciones asumidas por  Julio Le  Riverend, Sergio Aguirre, Serafín Portuondo Linares, Silvio Castro Fernández, Alejandro de la Fuente, Tomás  Fernández Robaina, María de los  Ángeles Meriño, Rolando Rodríguez acerca de la pertinencia o no de aquella agrupación política existente durante la llamada primera república.
PALABRAS CLAVES: Historiografía, Partido Independiente de Color, nacionalidad, masacre.

Cuando a finales de 2007, se creó en la capital de Cuba una comisión encargada de celebrar el centenario del surgimiento del Partido Independiente de Color (PIC) 1, existieron grandes expectativas2 para promover un debate nacional sobre la pertinencia o no de aquélla controvertida organización aparecida en la llamada primera república.
Expectativas que afortunadamente se cumplieron a lo largo y ancho de la isla.
Durante el presente 2012 se cumplieron los primeros cien años del aniquilamiento de los Independientes de Color, por parte del gobierno liberal del Mayor General José Miguel Gómez. La ocasión de hoy es propicia para reflexionar en torno a la historiografía que se ha escrito sobre esta agrupación de la llamada primera república.
Afortunadamente, desde hace algunos años, se rompió progresivamente el silencio historiográfico que rodeó al desarrollo del PIC.
A pesar de que los Independientes fueron mencionados en algún que otro libro de historia, la efectiva existencia del Partido, poco a poco, ha sido conocida por la población cubana.
Algunas de las síntesis de historia republicana publicadas en Cuba referencian la formación del PIC, de su levantamiento y de la represión desatada contra los miembros del Partido y sus simpatizantes. Sin embargo, como regularidad se enfatizó que ellos asumieron una modalidad de lucha errónea.
Justamente, Julio Le Riverend en La República: dependencia y revolución, ofrece ese punto de vista:”(…)las causas de este movimiento fueron justas (…)mas el procedimiento fue incorrecto” 3.
Por su parte, Sergio Aguirre en su ensayo publicado en 1962 El cincuentenario de un gran crimen, brinda el mismo criterio que se volvió recurrente. Calificó al PIC de “movimiento equivocado” 4.
No obstante, ese notable ensayista que fue Joel James Figarola en Cuba 1900-1928: la república dividida contra sí misma fue mucho más extremo en sus valoraciones al expresar lo siguiente: “Creación del interventor militar Magoon, a quien seguramente no se le escapaba el papel disolvente que dentro de la nacionalidad cubana podían tener organizaciones de este tipo; el Partido de los Independientes, intentando responder al racismo con el racismo, era una expresión reaccionaria y antinacional, originada en la deformación social producto de varios siglos de esclavitud”5 .
Se debe tener en cuenta que Joel James perteneció a una generación de investigadores cubanos dedicados a estudiar la sociedad republicana, en cuanto a la magnitud teórica de personalidades; la continuidad del pensamiento independentista en el desempeño de las diversas esferas socioculturales e ideopolíticas; la defensa de la identidad nacional llevada a cabo por el asociacionismo de los sectores marginados del poder político; el pluripartidismo; los partidos políticos tradicionales; etc.6
La visión esgrimida por James Figarola, coincide con la de Le Riverend y Sergio Aguirre. Como regularidad entonces, pudiera pensarse que la historiografía producida en Cuba después de 1959 generalizó la visión de que la estrategia política de los Independientes de Color fue errónea, a pesar de haber luchado por una causa justa.
En el exterior, no deben pasarse por alto, las obras Una nación para todos; raza, desigualdad y política en Cuba 1900-2000, del Dr. de la Universidad de Pittsburg Alejandro de la Fuente, así como Política y color en Cuba: la guerrita de 1912, de Rafael Fermoselles, ambas obras publicadas por la Editorial Colibrí de España. De la Fuente, aborda el problema de los Independientes de Color de manera muy amplia. Denomina este fenómeno como una “movilización racial autónoma” 7. El propio autor considera que “lo que era políticamente sensato, sin embargo, era ideológicamente inaceptable. La ideología nacionalista de fraternidad racial dificultó la exclusión de los afrocubanos de la política racialmente definida. Aunque era posible justificar la necesidad de una organización negra sobre las bases de que la república martiana continuaba siendo un sueño, la interpretación dominante de la cubanidad proscribiría semejante intento como un acto anticubano y de racismo”8 .
Alejandro de la Fuente asume igualmente una similar postura a sus predecesores que abordaron el tema de los Independientes de Color.
Sobre el libro de Rafael Fermoselles, el intelectual Tomás Fernández Robaina expresó que “es una obra precursora en los estudios sobre los Independientes desde el extranjero” 9.
En lo que ha transcurrido del siglo XXI, el momento dentro del mundo editorial cubano que inició el interés por el análisis, investigación y reflexión sobre esta discutida agrupación, resultó la redición en el año 2002 por Editorial Caminos de Los Independientes de Color de Serafín Portuondo Linares 10.
A criterio de Fernando Martínez Heredia, “con esta obra(…)podemos conocer en detalle y en sus textos los hechos y las ideas de la agrupación que constituyó el PIC, expresión de una posición que intentó utilizar el sistema político para dar curso a demandas de justicia racial e igualdad ciudadana, y reclamos sociales y nacionales”11 .
Sin embargo, el propio Serafín Portuondo cuestiona el hecho de haberse integrado el Partido Independiente de Color por elementos negros y/o mulatos. Expresa Portuondo Linares: “(…) el nombre de la organización y las limitaciones que practicaron en lo referente al ingreso y a la promoción a cargos dirigentes de la misma a ciudadanos blancos(…) hacia quienes apuntaba su programa y recogía sus reivindiaciones, fueron sectarias, limitadoras, y dieron al partido la fisonomía de entidad de una raza y no el carácter ampliamente popular (…)”12 .
Tras la redición de la obra de Portuondo Linares, se escribieron otros ensayos o investigaciones que abordaron el tema de los Independientes de Color. Nuevas interpretaciones condujeron a propiciar un debate con mayor información hechológica.
Así, por ejemplo, en 2002 y 2008 se producen dos ediciones de la investigación titulada La masacre de los Independientes de Color cuya autoría corresponde a Silvio Castro Fernández13 .
Esta monografía diseminó el tema de los Independientes de Color entre los interesados en los estudiosos de la cultura nacional, y especialmente en antropólogos, sociólogos, historiadores sobre el tema negro.
Castro Fernández se apoyó en investigaciones anteriores sobre el tema para sustentar sus valoraciones sobre el aniquilamiento de la protesta armada entre mayo y julio de 1912. Al observar la situación de los negros y mestizos después de la protesta, el autor cita fragmentos de un libro publicado en aquella época:
“ El movimiento insurreccional cuyas postreras consecuencias aún estremecen las montañas de Oriente, ha sido un brote racista, una protesta armada de los negros contra los blancos, de los antiguos siervos contra los antiguos señores(…) Las dos razas que pueblan la isla de Cuba se han declarado recíprocamente en guerra(…) Uno de los dos bandos tiene que sucumbir o someterse, pretender que ambos convivan sostenidos por lazos fraternales es imposible(…) No es probable que los hombres de color desalentados por el fracaso se sientan dispuestos a reanudar inmediatamente el combate(…) No tardará en surgir un nuevo Estenoz y si para entonces no estamos convenientemente preparados, las consecuencias serán funestas”14 .
Esas consideraciones expuestas en la obra de Castro Fernández reproducen los estereotipos, atavismos y prejuicios sobre la supuesta inferioridad de la raza negra presente en el pensamiento de la oligarquía hispano- cubana de finales del siglo XIX y principios del XX, como expresión de la ideología noratlántica de aquella etapa histórica. Desafortunadamente, la práctica política desatada por los Independientes de Color y su fracaso condujeron a que se generalizara en los medios publicísticos cubanos, opiniones de este tipo.
En 2006, sale a la luz, una interpretación diferente sobre los sucesos de la primavera de 1912 en Cuba.
Una vuelta necesaria a mayo de 1912 de la ensayista e investigadora María de los Ángeles Meriño Fuentes15 , resultó una reflexión divergente y transgresora con relación a las visiones anteriores.
El propio Fernández Robaina expresa que esta autora desarrolla varias hipótesis dentro de la obra y que merecen ser destacadas.
La primera de ellas radica en que la existencia del PIC y su levantamiento no fueron exitosos porque la mayoría de los negros de entonces rechazaron ampliamente su propuesta. Primó en ellos la condición de ser cubanos que la de ser negros16 .
Esta tesis es defendida por Meriño Fuentes a partir de que la idea de una nacionalidad sin raza y la necesidad de unidad nacional frente al peligro de intervención lleva a muchos negros y mulatos al papel de defensores de la integridad de la República y con ello al papel de ejecutores de la política gubernamental17 .
Otro de los presupuestos manejados por Meriño y que destaca Fernández Robaina es que la llamada masacre no fue tan numerosa como tradicionalmente se ha expresado. De acuerdo con el cómputo realizado por la autora, murieron alrededor de 500 personas. Todo ello a partir del análisis hecho a la información oficial aparecida en la prensa, y los certificados de defunción localizados18 .
Meriño Fuentes profundizó sus pesquisas en los libros de defunción de San Luis, Dos Caminos, Palma Soriano, El Cristo, El Caney, Songo-La Maya y Ramón de las Yaguas. Por cierto, en este último, atacado y saqueado por los líderes del levantamiento el 28 de junio, encontró inscritos entre septiembre de 1912 y junio de 1913n cuatro fallecidos a consecuencia de heridas de armas de fuego. Por su parte, en los registros civiles de El Caney, Songo-La Maya, encontró dos y dieciséis inscripciones respectivamente. Mientras que en los registros de San Luis, Dos Caminos y Palma Soriano no encontró inscripciones19 .
La autora considera que el Ejército Constitucional no perpetró la masacre. Fueron los voluntarios, quienes exacerbados por las noticias de la prensa, no repararon en sus sentimientos racistas.20
La propia Meriño Fuentes expresa que resulta una falacia la existencia del pacto entre el presidente José Miguel Gómez, Pedro Ivonet y Evaristo Estenoz. Ella asume que nunca hubo interés por parte del general espirituano en negociar con los alzados21 .
Por último, se debe destacar que la concepción de la mujer en el PIC y su participación es desarrollada por la autora. Profundiza en la actividad desarrollada por las esposas y familiares femeninas del PIC antes de 1912 y la atinada gestión emprendidas por ellas para lograr la amnistía22 .
Según la autora, a las mujeres negras se les designó la misión de atraer hombres al partido. Se suponía que ello encontraría la sensibilidad en los  hombres, despertando el espíritu guerrero que todo hombre llevaba dentro23 .
Aborda el caso de Margarita Planas detenida en Banes y vecina de La Maya. Según el alcalde Songo, Ricardo Rizo, la Planas realizaba propaganda para que los de su clase engrosaran las filas de los rebeldes, su casa no resultó quemada pues en ella se hacían mítines  y se conspiró contra el Gobierno, era una gran propagandista de las ideas racistas y que andaba con los alzados24 .
Sin dudas, la mirada sobre la participación femenina en el alzamiento de los miembros del PIC no había sido asumida por investigaciones anteriores sobre el tema.
Desde el punto de vista de la metodología utilizada, se debe destacar que justamente el acceso que tuvo a las fuentes primarias en los registros civiles, conducen a la autora a adjudicarse de una información diferente. Al propio tiempo, ahí radica su aporte a la ciencia historiográfica cubana.
El último libro que se ha escrito sobre los desafortunados sucesos de 1912 en Cuba fue La Conspiración de los Iguales (Ediciones Imagen Contemporánea, 2010), cuya autoría corresponde al DrC. Rolando Rodríguez 25.
Para la realización de esta magnífica investigación, Rodríguez consultó fuentes primarias que ningún autor cubano sobre el tema tuvo acceso anteriormente. La riqueza de los documentos de archivo consultados en Estados Unidos, así como la interpretación realizada de los mismos, de acuerdo al contexto de la época, es el gran aporte dejado por Rolando Rodríguez a la historiografía contemporánea.
Una de las visiones expresadas por Rolando Rodríguez en su citada obra, la aborda agudamente, el investigador Elier Ramírez Cañedo:
Lamentablemente los máximos líderes del PIC, entre su premura y enfado por la existencia de la ley Morúa -contra la cual erróneamente centraron en un momento toda su lucha-, se dejaron provocar y no supieron prever lo que se les vendría encima, escogiendo la variante más arriesgada y valiente, pero también la más desacertada políticamente. Era prácticamente un suicidio, pues como se vio inmediatamente, casi todos los sectores de la sociedad cubana; la prensa; la Asociación Nacional de Veteranos; el gobierno cubano; los más reconocidos líderes negros de la época y el gobierno estadounidense -al que ingenuamente pedían mediara a su favor-, no solo no los apoyaron, sino que los condenaron y en la peor variante participaron directamente en la masacre. Lo peor de todo es que su protesta contra la enmienda Morúa terminó en una masacre brutal del gobierno de José Miguel Gómez contra el alzamiento, en la que perdieron la vida -una buena parte de ellos asesinados salvajemente- miles de valiosos hombres que integraban y simpatizaban con el PIC, y que la propia causa que defendían: la igualdad racial, lejos de avanzar, se retrasó; con efectos nocivos para la sociedad cubana en su conjunto26 .
La circulación por la red de lobrerías, bibliotecas y centros de información cubanos de los no pocos títulos que abordan los funesto acontecimientos de 1912 en Cuba, propician espacios para las diversas acciones destinadas al debate público sobre las implicaciones de estos hechos en el proceso de consolidación de la nación y nacionalidad cubanas. Todos debemos conducir a ello sin ningún reparo.

Bibliografía:
1. Barcia Zequeira, María del Carmen: La línea de color en la historiografía cubana del siglo XX. En La Gaceta de Cuba, mayo-junio, No.3/ 2010.
2. Castro Fernández, Silvio: La masacre de los Independientes de Color, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 2008.
3. Fernández Robaina, Tomás: Hacia el centenario de la fundación del Partido Independiente de Color. En La Gaceta de Cuba, marzo-abril, No.2/ 2009.
4. Fuente, Alejandro de la: La historia del futuro. Raza, política y nación en la historiografía cubana contemporánea. En La Gaceta de Cuba, marzo-abril, No.2/ 2009.
5.___________________: Una nación para todos. Raza, desigualdad y política en Cuba 1900-2000, Madrid, Editorial Colibrí, 2000.
6. James Figarola, Joel: La República dividida contra sí misma: 1900-1928, La Habana, Editorial Arte y Literatura, 1976.
7. Le Riverend, Julio: La República, dependencia y revolución, Instituto Cubano del Libro, 1969.
8. Meriño Fuentes, María de los Ángeles: Una vuelta  necesaria a mayo de 1912, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 2006.
9. Portuondo Linares, Serafín: Los Independientes de Color, La Habana, Editorial Caminos, 2002.
10. Ramírez Cañedo, Elier: Un round más sobre La Conspiración de los Iguales. En www.rebelion.org. Consultado el 2 de marzo de 2012.
11. Rodríguez, Rolando: La Conspiración de los Iguales, La Habana, Ediciones Imagen Contemporánea, 2010.
12. Torre Molina, Mildred de la: La historiografía neocolonial: 50 años de recuento. En La historiografía en la Revolución Cubana; reflexiones a 50 años, La Habana, Editora Historia, 2010


1 Partido Independiente de Color: Agrupación política creada en agosto de 1908 por los veteranos de la Guerra de Independencia Evaristo Estenoz y Pedro Ivonet.

2 El propio periódico Granma- órgano central del Partido Comunista de Cuba-, incluyó el centenario de la creación del PIC entre  las efemérides más relevantes de 2008. El suceso se recordó con una placa conmemorativa colocada en Amargura No. 63, el lugar donde fue fundada esta controvertida agrupación política. Dicha placa destacó que el PIC luchó “contra el racismo y por la plenitud de derechos para todos”

3 Idem

4 Idem

5 Joel James Figarola: Cuba 1900-1928: la república dividida contra sí misma, La Habana, Editorial Arte y Literatura, 1976, p. 161.

6 Mildred de la Torre Molina: La historiografía neocolonial: 50 años de recuento. En La historiografía en la Revolución Cubana; reflexiones a 50 años, La Habana, Editora Historia, 2010, p. 89

7 Alejandro  de la Fuente: Una nación para todos; raza, desigualdad y política en Cuba 1900-2000, Madrid, Editorial Colibrí, 2000, p. 105

8 Idem.

9 Tomás Fernández Robaina: Hacia el centenario de la fundación del Partido Independiente de Color; aproximación crítica a tres contribuciones para su estudio. En La Gaceta de Cuba, marzo-abril, No.2/ 2009, p.35.

10 Serafín Portuondo Linares nació en octubre de 1906 en Santiago de Cuba. Fue líder sindical y militante comunista; participó en la creación de la Federación Nacional de Sociedades Negras. Durante la década de los cuarenta reside en La Habana y se mantiene al frente de lucha por los derechos raciales y contra la discriminación. La primera edición de este libro salió en 1950. Serafín regresa a Santiago y falleció en esa ciudad el 11 de enero de 1976.

11 Fernando Martínez Heredia: Prólogo a la presente edición. La vida y el libro de Serafín Portuondo Linares. En Los  independientes de color, La Habana, Editorial Caminos, 2002, p. XX.

12 Serafín Portuondo Linares: Los independientes de color, La Habana, Editorial Caminos, 2002,p.213.

13 Silvio Castro Fernández nació en La Habana en 1941 y se graduó en Ciencias Políticas en 1970 por la Universidad de La Habana. Es autor de varios trabajos aparecidos en Tricontinental; Matiabo, por la ruta del esclavo y La Jiribilla. Es coautor de Estudios sobre las clases sociales en África (Instituto de Etnología y Folklore, 1968). Cumplió misiones internacionalistas en África y como funcionario en Europa.

14 Serafín Portuondo Linares: La masacre de los Independientes de Color, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 2008, p.261-262 apud. Rafael Conte Mayolino y José A. Campany: Guerra de razas, Imprenta Militar, La Habana, 1912.

15 María de los Ángeles Meriño Fuentes nació en San Luis, Santiago de Cuba en 1966. Licenciada en Historia y Máster en Estudios Cubanos y del Caribe, por la  Universidad de Oriente. Es miembro de la Unión de Historiadores de Cuba y de la Unión Nacional de Escritores de Cuba. En la actualidad investiga las familias esclavas en los ingenios de La Habana.

16 Tomás Fernández Robaina: opcit., p. 36.

17 María de los Ángeles Meriño Fuentes: Una vuelta necesaria a mayo de 1912, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 2006, p.  13.

18 Tomás Fernández Robaina: opcit., p.36.

19 María de los Ángeles Meriño Fuentes: opcit., p. 56-57.

20 Tomás Fernández Robaina: opcit., p.36.

21 Idem.

22 Idem.

23 María de los Ángeles Meriño Fuentes: opcit., p. 115.

24 Ibíd., p. 115-116.

25 Rolando Rodríguez es  profesor titular de Historia de Cuba, de la Casa de Altos Estudios Don Fernando Ortiz de la Universidad de La Habana y miembro de la cátedra de Investigaciones Cubanas de la Universidad de Nottingham, Gran Bretaña. Además es autor de Cuba: Las máscaras y las sombras: la primera ocupación, (Editorial de Ciencias Sociales, 2007) y República de Corcho (Editorial de Ciencias Sociales, 2010).

26 Elier Ramírez Cañedo: Un round más sobre La Conspiración de los Iguales. En www.rebelion.org. Consultado el 2 de marzo de 2012.

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