Revista OIDLES - Vol 7, Nº 13 (Enero 2013)

CONTRIBUCIONES AL DESARROLLO SUSTENTABLE LOCAL DE PESQUERÍAS ARTESANALES DEL DELTA DEL RÍO PARANÁ (ARGENTINA) DESDE UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO

Por Humberto Bantar Munin, Trilce I. Castillo, Florencia Chahbenderian y Florencia M. Méndez

 

1 INTRODUCCIÓN 1
El presente artículo es un análisis del trabajo de campo correspondiente al “Proyecto Género en el Delta del Paraná”, llevado a cabo por Wetlands International – Fundación Humedales a lo largo del año 2012. El puntapié inicial fue la necesidad de incorporar los múltiples factores que intervienen en la constitución del tejido social, ambiental, económico y político en los estudios de desarrollo sustentable de la región. Partiendo de que las personas están atravesadas por conflictos y desigualdades basadas en la clase, la etnia de pertenencia, etc. es menester tener en cuenta asimismo las disparidades basadas en el género que puedan tener lugar. Es por esto que cobra relevancia comprender las relaciones de género que rigen localmente y reconocer las diferentes necesidades, el acceso a los recursos y las contribuciones de mujeres, hombres y niños.
Este proyecto se propuso como uno de sus principales objetivos dar cuenta de los diversos niveles en que se expresan las desigualdades de género en la actualidad, analizando sus consecuencias para el desarrollo ambiental, social y económico del área en cuestión; además de identificar el aporte que hacen las mujeres en el sostenimiento del ecosistema y de la producción.
1.1 El Delta del Paraná
La región del Delta del río Paraná comprende el territorio ubicado desde el Sur de la ciudad de Diamante (Entre Ríos) hasta las cercanías de la Ciudad de Buenos Aires (Fig.1), constituyéndose así como la parte terminal de la Cuenca del Río Paraná. Este río confluye junto con el Río Uruguay en el estuario del Río de la Plata. La región del Delta se compone de una compleja planicie inundable con características biogeográficas únicas, lo que también determina características socioeconómicas y modos de vida diferentes. Esta región se subdivide en 3 áreas: el Delta Superior, el Delta Medio y el Delta Inferior. El Delta Superior se encuentra desde el inicio de la región hasta una línea imaginaria que una les ciudades de Victoria (provincia de Entre Ríos) y Rosario (provincia de Santa Fe). El Delta Medio se sitúa desde esta línea imaginaria hasta otra línea que une las localidades de Baradero (provincia de Buenos Aires) e Ibicuy (provincia de Entre Ríos); a esta altura nace el Río Paraná de las Palmas. El Delta Inferior es la porción terminal, que desemboca en el Río de la Plata (Quintana et al., 2010).
Para nuestra investigación tomamos en cuenta a las regiones Media e Inferior ya que presentan características distintivas que permiten un abordaje muy rico en materia de recursos naturales y sectores productivos. De forma esquemática, el Delta bonaerense está dividido en 9 partidos, de jurisdicción municipal. Los de mayor influencia en el área de estudio son San Fernando, con un total de 924 km² de los cuales 873 km2 corresponden a zona de islas; Tigre, con 360 km2 y 20 km2 de continente e isla, respectivamente; Escobar, con 277 km2 y 76 km2 que corresponden a islas; Campana, con 982 km² y 644 km2 de continente e isla, respectivamente, por último, Zárate, que de un área total de 1.514 km², comprende 553 km² de islas2 . Los restantes cuatro partidos son, de sur a norte respectivamente, Baradero, San Pedro, Ramallo y San Nicolás.
El delta del Paraná se compone de localidades con una baja densidad poblacional; particularmente los casos de estudio que se describen en este trabajo corresponden a las siguientes localidades con su respectiva densidad poblacional: San Pedro (44,7 hab/km2), y Ramallo (34,7 hab/km2). Si bien la región del Delta del Paraná contempla las ciudades de las anteriores localidades entre otras (San Nicolás, etc.), para nuestro estudio tomamos en cuenta a la población que convive directamente con el humedal, conformando un modo de vida del humedal: la población a la que hacemos referencia es a los isleños o ribereños.
Los isleños y ribereños se encuentran distribuidos de forma irregular a lo largo de las islas del Delta del Paraná así como en las márgenes de los canales principales del río sobre tierra firme o de “continente”. Las actividades principales a las que se dedican son pesca, apicultura, recolección, caza, turismo, entre otras. Su producción es característicamente artesanal. Es justamente por su modo de vida combinado con sus características productivas, que surge la necesidad de realizar una investigación sobre el impacto de género en los circuitos productivos, pues representan una población que convive en armonía con el sistema del humedal a la vez que son un sector vulnerable tanto social como económicamente en lo que respecta a las actividades productivas, repercutiendo esta vulnerabilidad también en las actividades al interior del hogar.
A su vez, estos pobladores isleños o ribereños representan un freno al avance de las distintas actividades productivas que dañan al humedal, pues defienden estos espacios colectivos como si fueran propios ya que les proveen de sus medios de vida. Así está constituido este “bastión de resistencia” de isleños que al intentar preservar el ecosistema del humedal como modo de subsistir, beneficia también a quienes no hacen uso directo de los recursos naturales del mismo. Como se verá más adelante, confluyen aquí distintas relaciones de poder entre distintos sectores e individuos, las cuales son las que determinarán el futuro del ecosistema del humedal.
A continuación se describirán las principales actividades económicas realizadas en este sector de forma artesanal y también las explotaciones de carácter industrial (no efectuadas por los isleños y ribereños) existentes en esta región que generan un complejo entramado productivo.
1.2 Usos productivos de los recursos del Delta
Pesca artesanal
Los pescadores desarrollan sus actividades en distintos espacios, de acuerdo a la movilidad del recurso, al clima, a los pulsos del río (crecientes-bajantes) y a la demanda del mercado. Es frecuente que los isleños compartan el curso principal del río en sintonía con pescadores ribereños (Fig.2), utilizando en diferentes momentos el mismo espacio. De igual manera, éstos se internan en las islas para pescar en cursos de agua o lagunas interiores, instalándose en sus riberas, compartiendo el sitio con isleños que habitan áreas distantes y con residentes locales que se dedican al cuidado de ganado (Taller ecologista, 2010:39).
Las modalidades de captura dominantes son las capturas mediante redes, y diversos métodos de utilización de líneas y anzuelos. En el curso principal del río se implementa la pesca de arrastre, con redes denominadas trasmallos: son tres paños superpuestos, dos exteriores denominados espejos, de malla más abierta, y uno central de malla más chica (la medida de la malla está sujeta a regulaciones provinciales). Cuando la red se arroja al río es arrastrada por la corriente. En arroyos interiores las redes se calan, quedando fondeadas en un lugar mediante la utilización de lastre. Son caladas desde botes de madera mayormente impulsados con motores de baja potencia en el Delta Medio y Superior y por pequeños barcos en el bajo delta, próximo al Río de la Plata. Los sistemas de líneas y anzuelos más comunes son el “espinel” y el “palandre”, que se utilizan en sitios de poca profundidad (Taller ecologista, 2010:39; Baigún et al., 2010).
Caza
La caza de especies de fauna silvestre-al igual que la pesca, la ganadería y la apicultura- constituye una actividad tradicional de la zona de islas del Departamento de Victoria y de todo el Delta Medio del río Paraná (Rosatto, 1988; Malvárez et al., 1999; Bó et al., 2002). Por lo general, es realizada por las poblaciones isleñas y ribereñas en forma combinada con las otras actividades, en sus modalidades de caza comercial y de subsistencia. La caza deportiva, en cambio, la suelen realizar en forma esporádica los habitantes de los grandes centros urbanos de las áreas ribereñas cercanas. Dentro de esta categoría debe incluirse una modalidad que ha cobrado auge en los últimos años: el denominado “turismo cinegético”, que consiste en la oferta de paquetes de cacería que realizan algunas empresas, basados en ciertas especies de patos, como el sirirí colorado o silbón (Dendrocygna bicolor) y el picazo (Netta peposaca), y palomas como la torcaza (Zenaida auriculata), que principalmente son vendidos a turistas extranjeros.
La caza comercial es de carácter artesanal y se concentra en una especie: el coipo o nutria (Myocastor coypus). En mucha menor medida se comercializan también cueros de lagarto o iguana overa (Tupinambis merianae) y ocasionalmente de carpincho (Hydrochoerus hydrochaeris), e incluso pieles de lobito de río (Lontra longicaudis) (Taller ecologista, 2010:41).
Turismo y recreación
El Delta del Paraná brinda importantes áreas para la recreación y el turismo en base a la biodiversidad y heterogeneidad de paisajes. Algunos de los lugares más notables han sido protegidos con la figura de Parque Nacional o bienes de Patrimonio Mundial y generan ingresos a nivel local y nacional. Por constituir un “paisaje natural”, que contrasta con el urbano-industrial y agrario de tierra firme, representa también un espacio de recreación y descanso para los pobladores de las urbes ribereñas. De modo creciente afluyen a las islas turistas locales, de la región y extranjeros (Taller ecologista, 2010; Madanes et al., 2010).
Impactos socio-ambientales de las actividades productivas en los humedales
Como se mencionó, en el Delta del río Paraná se llevan a cabo diferentes actividades productivas, siendo las actividades predominantes la pesca para consumo humano, la ganadería (Delta Medio) y la forestación (Bajo Delta), destinada en mayor medida a la industria del papel (Donadille et al., 2010). Mientras que muchas de las actividades tradicionales del Delta se llevan adelante acordes al contexto ecológico en el que ocurren, en los últimos años el avance de la frontera agrícola en el continente ha fomentado el desarrollo de prácticas productivas asociadas a la región continental circundante, reproduciéndolas en un ambiente completamente diferente –proceso denominado “pampeanización” por algunos autores (Bó et al., 2010).
La ganadería se ha ido incrementando tornándose permanente y de alta carga, a diferencia de las prácticas tradicionales que consistían en trasladar el ganado a las islas en períodos de aguas bajas y por poco tiempo. Antiguamente la ganadería era de baja intensidad en el Delta Medio y prácticamente no existía en el sector tradicionalmente forestal del Delta Inferior. Sin embargo, debido a la coyuntura económica productiva de los últimos años, que favoreció la agricultura intensiva en las “tierras altas”, la ganadería se transformó en una actividad “intensiva” en los humedales del Delta. Esto trajo como consecuencia que, en ambos sectores del Delta, se estableciera una alta carga de animales con una mayor permanencia que, en muchos casos, se asoció a un mal manejo del fuego.
Tanto la ganadería intensiva como la forestación traen aparejadas grandes modificaciones en el ambiente, como la construcción de endicamientos y terraplenes que cambian los patrones naturales de drenaje de los cursos fluviales (sobre todo los secundarios), reducen la comunicación entre subsistemas y en última instancia producen la pérdida de rendimiento pesquero debido a la disminución de áreas de cría y a la dificultad de movimientos de los peces entre los cuerpos lénticos y lóticos en distintos momentos de su ciclo vital (Baigún et al., 2008; Bó et al., 2010).
A su vez, en algunos sectores del delta se está realizando agricultura intensiva. Esta “pampeanización” fomenta la utilización en zona de islas del paquete tecnológico predominante en la región en zonas de islas, que incluye una importante mecanización, la aplicación de plaguicidas y otros agroquímicos, el drenado de los bajos y cursos internos de las islas y un marcado reemplazo de la vegetación natural por vegetación implantada.
El principal problema asociado a estas prácticas es que todos los ambientes de humedal presentes en la región media del delta son de tipo “fluvial”, es decir, que se originan y se mantienen como tales gracias al aporte de agua proveniente de los ríos y arroyos cercanos (sobre todo durante los momentos de creciente), más allá del importante aporte de las precipitaciones anuales. Al obstruirlos, los cursos de agua no sólo pierden una de las características que lo definen (la circulación del agua), sino que dejan de realizar su aporte de agua, sedimentos y componentes bióticos (semillas, propágulos, larvas de peces, etc.) al resto de los elementos del paisaje de las islas.
Los cambios ocasionados por las obstrucciones de cursos de agua afectan sustancialmente a la estructura y el funcionamiento de los humedales del área, con variadas consecuencias para la biodiversidad y para las actividades productivas tradicionales, sobre todo, aquellas íntimamente asociadas con el ciclo hidrológico natural que permite la existencia de dichos ambientes, es decir, la presencia a lo largo del año de pulsos de creciente y estiaje. En particular, la pesca artesanal se ve seriamente afectada por los efectos indeseados sobre los ciclos vitales de los peces, la falta de comunicación entre subsistemas y pérdida gradual de áreas de cría y desarrollo de larvas y juveniles generan grandes problemas de conservación de especies de peces de importancia comercial como el sábalo (Prochilodus lineatus) y el surubí (Pseudoplatystoma spp.), entre otros.
En definitiva, el modelo de desarrollo actual del área estaría contribuyendo a la creación de un nuevo escenario ambiental con una diversidad biológica muy importante y, sobre todo, con un menor componente de especies típicas de humedal. Los paisajes y/o los ambientes naturales del Delta, incluso los levemente modificados, sostienen una mayor diversidad biológica y son más adecuados para determinadas actividades productivas tradicionales que si son drenados, endicados o reemplazados.
Las producciones intensivas mencionadas están relacionadas con algunas de las problemáticas que tienen que enfrentar los pobladores isleños y ribereños que utilizan de manera artesanal los recursos naturales del Delta. En el presente artículo se puede apreciar que estos grupos sociales dependen directamente de la preservación de la integridad ecosistémica para el aprovechamiento sustentable de estos recursos y sus economías familiares se ven seriamente afectadas por los cambios en ambiente y sus consecuencias: mayores inundaciones de las riberas o campos que antes no se inundaban, disminución de los recursos de pesca y caza por pérdida de hábitat o áreas de cría, incendios por mal manejo de fuego, entre otras.

2 ¿A QUÉ NOS REFERIMOS CUANDO HABLAMOS DE PERSPECTIVA DE GÉNERO?
En los últimos años se produjo un importante avance en las ciencias sociales, al incorporarse los denominados estudios de la mujer como un nuevo paradigma. El género, como categoría social, es una de las contribuciones teóricas más significativas del feminismo contemporáneo3 . Esta categoría analítica surgió para explicar las desigualdades entre hombres y mujeres, poniendo el énfasis en la noción de multiplicidad de identidades. Lo femenino y lo masculino se conforman a partir de una relación mutua, cultural e histórica. El género es una categoría transdisciplinaria, que desarrolla un enfoque globalizador y remite a los rasgos y funciones psicológicas y socioculturales que se le atribuye a cada uno de los sexos en cada momento histórico y en cada sociedad. Las elaboraciones históricas de los géneros son sistemas de poder, con un discurso hegemónico y pueden dar cuenta de la existencia de conflictos sociales. La problematización de las relaciones de género logró romper con la idea del carácter natural de las mismas. Lo femenino o lo masculino no se refiere al sexo de los individuos, sino a las conductas consideradas femeninas o masculinas. En este contexto, la categoría de género puede entenderse como una explicación acerca de las formas que adquieren las relaciones entre los géneros, que algunos consideran como una alternativa superadora de otras matrices explicativas, como la teoría del patriarcado4 .
Según Marta Lamas (2000), el término género comienza a circular en las ciencias sociales y en el discurso feminista con un significado propio y como una acepción específica (distinta de la caracterización tradicional del vocablo que hacía referencia a tipo o especie) a partir de los años setenta. No obstante, sólo a fines de los ochenta y comienzos de los noventa el concepto adquiere consistencia y comienza a tener impacto en América Latina. Entonces las intelectuales feministas logran instalar en la academia y las políticas públicas la denominada “perspectiva de género”.
Los sistemas de género se entienden como los conjuntos de prácticas, símbolos, representaciones, normas y valores sociales que las sociedades elaboran a partir de la diferencia sexual anatómico-fisiológica y que dan sentido a las relaciones entre personas sexuadas (De Barbieri, 1990). La palabra género no es sinónimo de mujer. El género se refiere a cómo las sociedades definen diferentes roles, derechos y responsabilidades, que son variables entre países y pueden cambiar con el tiempo. Un aspecto clave de género es que define las relaciones sociales y el equilibrio de poder entre los sexos.
La “perspectiva de género”, en referencia a los marcos teóricos adoptados para una investigación, implica:
a) reconocer las relaciones de poder que se dan entre los géneros, en general favorables a los varones como grupo social y discriminatorio para las mujeres;
b) que dichas relaciones han sido constituidas social e históricamente y son constitutivas de las personas;
c) que las mismas atraviesan todo el entramado social y se articulan con otras relaciones sociales, como las de clase, etnia, edad, preferencia sexual y religión.
La perspectiva de género opta por una concepción epistemológica que se aproxima a la realidad desde las miradas de los géneros y sus relaciones de poder. Sostiene que la cuestión de los géneros no es un tema a agregar como si se tratara de un capítulo más en la historia de la cultura, sino que las relaciones de desigualdad entre los géneros tienen sus efectos de producción y reproducción de la discriminación, adquiriendo expresiones concretas en todos los ámbitos de la vida: el trabajo, la familia, la política, las organizaciones, el arte, las empresas, la salud, la ciencia, la sexualidad, por mencionar algunos. Tratándose de una cuestión de concepción del mundo y de la vida, lo único definitorio es la comprensión de la problemática que abarca y su compromiso vital.
Existe cierto consenso en que es necesario establecer distinciones entre sexo y género. El sexo corresponde a un hecho biológico, producto de la diferenciación sexual de la especie humana, que implica un proceso complejo con distintos niveles, que no siempre coinciden entre si, y que son denominados por la biología y la medicina como sexo cromosómico, gonadial, hormonal, anatómico y fisiológico. A la significación social que se hace de los mismos se la denomina género. Por lo tanto, las diferencias anatómicas y fisiológicas entre hombres y mujeres que derivan de este proceso deben distinguirse de las atribuciones que la sociedad establece para cada uno de los sexos individualmente constituidos.
Si bien existen divergencias en su conceptualización, en general la categoría de género es una definición de carácter histórico y social acerca de los roles, identidades y valores que son atribuidos a varones y mujeres e internalizados mediante los procesos de socialización. Aunque no constituye una categoría cerrada, sino en pleno desarrollo, la perspectiva de género favorece el ejercicio de una lectura crítica y cuestionadora de la realidad para analizar y transformar la situación de las personas. Se trata así de crear nuevas construcciones de sentido para que hombres y mujeres visualicen su masculinidad y su femineidad a través de vínculos no jerarquizados ni discriminatorios.
Los diferentes roles y responsabilidades de mujeres y hombres en el uso y la gestión de los recursos naturales están estrechamente relacionados con el cambio ambiental y el bienestar de la comunidad. Mujeres y hombres interactúan con el medio ambiente a través de actividades económicas y domésticas y, por ende, los cambios ambientales resultantes afectan el bienestar de estas personas. La comprensión de estas diferencias de género es una parte esencial de la elaboración de políticas destinadas tanto a mejorar los resultados ambientales, como la salud y el bienestar de las personas involucradas.
A lo largo de este documento se trabajó transversalmente con una perspectiva de género, en pos de esquematizar los principales resultados obtenidos de la investigación y hacer recomendaciones pertinentes utilizamos los antecedentes trabajados sobre la temática por Wetlands International5 .

3 METODOLOGÍA DE TRABAJO
Dados los objetivos del presente proyecto, consideramos relevante llevar adelante un abordaje cualitativo, desde donde se intenta aportar al conocimiento de los procesos por los que atraviesan los actores sociales ya mencionados, su particular manera de procesar su vida cotidiana y en el Delta.
Entendemos la práctica cualitativa como indagaciones, búsquedas y rastreos que no pretenden descubrir aspectos de un mundo desconocido para las personas, sino captar lo que estas saben, vivencian y practican, ver lo que ellos ven y comprender lo que ellos comprenden.
La información cualitativa consiste en descripciones detalladas de situaciones, eventos, interacciones y comportamientos observados; citas textuales de la gente sobre sus experiencias, actitudes, creencias y pensamientos; buscando la comprensión holística, de una totalidad social y sus interacciones. Dicho abordaje requiere atender al menos a dos cuestiones esenciales: la interacción con una multiplicidad de voces y la práctica rigurosa de una vigilancia epistemológica (sensu Bourdieu), es decir estar atentos a las propias percepciones como obstáculo y posibilidad (Scribano, 2008).
Para ello se realizaron entrevistas en profundidad, en tanto un buen instrumento para conocer un problema y ver como es entendido e interpretado, como un modo de acceder a través del relato de los actores a las relaciones, normas y procesos que estructuran la vida en el Delta en relación a hombres y mujeres. De esa forma, se buscó revelar el vínculo existente entre la representación de las instituciones sociales respecto a estos grupos vulnerables y la representación simbólica de los propios sujetos actuantes (Durkheim). La perspectiva que adopta la misma, es la dialéctica (Passeron, 1989), donde las entrevistas son analizadas como constricciones al sistema, pero no determinadas en forma absoluta por éste, dejando intersticios de articulación entre lo social y lo individual. En dicho sentido, la dimensión de habitus de Bourdieu (1986) permitirá establecer la relación entre lo particular y el campo de fuerzas y de interacciones por el que atraviesa el recorrido biográfico.
Los supuestos epistemológicos y teóricos implicados en esta opción metodológica tienen relación con una mirada desde los fenómenos manifiestos de la realidad social a estudiar. Eso implica afirmar que existe una construcción social del fenómeno, hecha por los sujetos a partir del contexto social particular. En este sentido, buscamos comprender los significados que los actores sociales le atribuyen a la división de tareas por género, su trayectoria laboral, la vinculación con los órganos administrativos/políticos de la región, la influencia de los factores socioculturales en su vivencia y la multiplicidad de realidades que asumen.
Llevamos a cabo una confrontación de los análisis de documentación, bibliografía comparada y entrevistas cualitativas. El cruce de fuentes y perspectivas permite la saturación de las categorías y busca la "validez interna".
Muestras y recolección de la información
Se llevaron a cabo entrevistas individuales en profundidad, segmentadas de acuerdo a los universos antes descriptos, dentro de pautas planteadas por el entrevistador y en un marco de intimidad, muy importante en esta investigación, porque el tema que debe ser tratado lo involucra totalmente. Es así que se espera generar las mejores condiciones para la producción de discursos de los sujetos entrevistados.
De acuerdo al universo propuesto se segmentó según género, edad y lugar de residencia. Se realizaron aproximadamente 40 entrevistas. El número final de entrevistas resultó de la implementación metodológica, conocida como saturación teórica de la muestra, que Strauss definiera como el momento en el cual el crecimiento muestral no contribuye a nada nuevo al interior de las categorías de análisis. Los entrevistados fueron seleccionados al azar y las entrevistas fueron grabadas para su posterior desgrabación y grillado.
Procesamiento y análisis de la información
La información relevada fue procesada con criterios cualitativos mediante la confección de grillas, para cada aglomerado y de cada estrato. Para ello, se realizó inicialmente una codificación abierta según la metodología de Strauss y Corbin (2002) para estimular el descubrimiento de categorías, propiedades y dimensiones de análisis. Se implementó, posteriormente, la codificación selectiva en la búsqueda de un proceso de reducción de categorías, facilitando el entrelazamiento de codificación-grillado, análisis de contenido de los discursos e interpretación de la información obtenida.
Cuestionario de Uso del Tiempo
Las Encuestas de Uso del Tiempo (EUT) son un instrumento útil e importante para conocer la dedicación al trabajo de cuidado no remunerado, y comprender cómo varía la intensidad del mismo respecto de las características personales y familiares, el acceso a servicios de cuidado, la situación ocupacional de las personas adultas integrantes del hogar. La (escasa) evidencia existente para el caso de Argentina 6, demuestra en efecto, como a través de distintos arreglos en el uso del tiempo, las mujeres consiguen organizar el cuidado de las personas dependientes con las que conviven.
En general, las mujeres que habitan el Delta del Paraná tienen responsabilidades familiares y enfrentan el desafío de organizar su tiempo entre su jornada laboral, y sus propias necesidades de cuidado (suyas y de las personas con las que conviven, especialmente los hijos e hijas dependientes). Por ello, como parte de la indagación llevada a cabo en el presente trabajo, se decidió explorar el uso del tiempo de las entrevistadas.
En esta indagación, se plantearon dos objetivos concurrentes:

Para llevar adelante estos objetivos, se construyó un instrumento inspirado en las EUT existentes, utilizando el modelo de listado de actividades. La opción por este tipo de instrumento obedeció a que el mismo se administró en el marco de las entrevistas en profundidad realizadas para captar los elementos centrales de este proyecto. En este sentido, un instrumento del tipo diario de actividades resulta de imposible aplicación, sin perjudicar el objetivo principal de la entrevista.
Adicionalmente, no se buscaba con esta indagación ninguna estimación cuantitativa, sino más bien la identificación de elementos explicativos peculiares, la existencia de tendencias y patrones repetidos, e incluso la expresión por parte de las entrevistadas de énfasis respecto de los arreglos de tiempo necesarios para llevar adelante sus vidas (que excedieran lo que el instrumento de por sí indagaba).
El instrumento
Para llevar adelante esta indagación se construyó un instrumento de captación sobre el uso del tiempo en su propio hogar. Siguiendo la práctica habitual en instrumentos de este tipo, se listaron las actividades o grupos de actividades, y para cada una de ellas se indagó en primer lugar, si la persona realizaba ese tipo de tarea, y en segundo lugar, se indagó sobre la cantidad de tiempo (expresada en horas y minutos) que la persona dedicó a dicha actividad.

4 CASOS DE ESTUDIO
A continuación esbozamos una breve caracterización socio-económica de las tres localidades de la Provincia de Buenos Aires de donde tomamos nuestros casos de estudio.
4.1 Ramallo
4.1.1 Población
Los datos existentes sobre la población que vive en el Delta del Paraná son fragmentarios y desactualizados. En muchos casos se recurre a estimaciones, pero éstas tienen un carácter parcial y sesgado. Si bien hay intentos de aportar a su evolución, en este apartado nos proponemos esbozar brevemente alguno de los datos oficiales que se tienen de la región.
Según el Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas (2010), la provincia de Buenos Aires cuenta con 15.625.084 habitantes y con una densidad poblacional de 50,8 hab/km².
El partido de Ramallo, con una superficie de 2.292 Km. cuadrados está ubicado en el norte de la Provincia de Buenos Aires, sobre el Río Paraná, a 200 kilómetros de distancia de la Ciudad de Buenos Aires. Cuenta con una densidad de población de 31,8 hab/km² con un número de habitantes de 33.042, que representa el 0,21% de la población de la Provincia de Buenos Aires.
El total de analfabetos es de 516 personas, sobre una población de 27.195 personas de más de 10 años, se traduce en una tasa de analfabetismo del 1,9%. El índice de masculinidad, es decir, el número de hombres por cada 100 mujeres en Ramallo es de 97,6. Según el Censo (2010) se cuenta con un total de 16.320 varones y 16.722 mujeres.

 

Estructura etaria:

 

Porcentaje de población (%)

Población

Población total

Población de 0 - 14 años

26

8.589

33.042

Población de 15 - 64 años

63,1

20.852

33.042

Población de 65 años y más

10,9

3.601

33.042

4.1.2 Vivienda e infraestructura
Al analizar las características habitacionales, el Censo (2010) recoge de Ramallo un total de hogares de 10.201. De este total, 9.680 hogares están conformados por casas (95%), 109 por casillas (1,1%), 100 por ranchos (1%) y 98 por departamentos (1%).
Del total de hogares, 7.029 tienen desagüe del inodoro a red pública (cloaca), esto representa un 69% del total. Mientras que 2.952 tienen desagüe a pozo ciego (29%), hay 179 hogares sin letrina (2%) y 41 a hoyo, es decir, excavación en la tierra (0,40%).
4.2 San Pedro
4.2.1 Población
El partido de San Pedro tiene una superficie de 131.930 ha y cuenta con una densidad de población de 44,7hab/km² con un número de habitantes de 59.036. Se encuentra ubicado entre las ciudades de Buenos Aires y Rosario, aproximadamente a 160 km. de cada una de ellas. Pertenece al “Corredor Productivo del Noroeste Bonaerense”, es un punto estratégico para la instalación de empresas por la accesible colocación de sus productos.
La tasa de analfabetismo de la población de 10 años y más es de 2,1 con un total de 1.013 analfabetos. El índice de masculinidad en San Pedro es de 97. Según el Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas (2010), se cuenta con un total de 29.066 varones y 29.970 mujeres.
Estructura etaria:

 

Porcentaje de Población (%)

Población

Población total 

Población de 0-14 años

27,5

16.207

59.036

Población de 15 - 64 años

62,3

36.805

59.036

Población de 65 años y más

10,2

6.022

59.036

La actividad comercial y de servicios ocupa aproximadamente el 20% de la actividad económica del partido 7. Se destacan como principales actividades económicas del partido la agricultura, así como también tienen injerencia la ganadería bovina, porcina, avícola. Otra actividad importante para la economía local es el turismo, el cual se ha establecido como el motor de San Pedro en los últimos años. Las industrias existentes de gran magnitud son fábricas como ARCOR, Papel Prensa, Coplac, de origen brasileño, fabricante de autopartes y PREAR, fabricante de pre-moldeados de hormigón.
Vale destacar como factores que favorecen el desarrollo local el puerto de Ultramar, la Estación Experimental del INTA y las características del suelo y el clima que lo hacen apto para la actividad ganadera y agropecuaria.
4.2.2 Vivienda e infraestructura
Al analizar las características habitacionales, el Censo (2010) recoge de San Pedro un total de hogares de 18.441. De este total, 16.816 hogares están conformados por casas (91%), 320 por casillas (2%), 298 por ranchos (1,6%) y 885 por departamentos (5%).
Del total de hogares, 13.298 tienen desagüe del inodoro a red pública (cloaca), esto representa un 72% del total. Mientras que 4.557 tienen desagüe a pozo ciego (25%), hay 420 hogares sin letrina (2,3%) y 166 a hoyo, es decir, excavación en la tierra (0,90%).

5 DELTA MEDIO: SECCIÓN ISLAS-PARTIDO DE RAMALLO, PROVINCIA DE BUENOS AIRES
El Programa Federal de apoyo al desarrollo rural sustentable (Profeder) promueve la innovación tecnológica y organizacional de los actores del medio rural, el desarrollo de sus capacidades y el fortalecimiento de la competitividad regional y nacional. El programa apunta a generar un ámbito de equidad social y sustentabilidad del medio ambiente, en apoyo a lograr un desarrollo territorial.
Dentro de este programa se trabaja con productores medianos, y se conforman los grupos de Cambio Rural8 . Estos funcionan desde 1993 con grupos de pequeños y medianos empresarios agropecuarios que buscan soluciones integrales a sus problemas.
Los objetivos consisten en mejorar la gestión empresarial, aumentar la eficiencia de los procesos productivos, consolidar formas de organización y fortalecer el poder de negociación.
Cada grupo –conformado por entre 8 y 12 personas- cuenta con un asesor técnico privado: el Promotor Asesor, apoyado permanentemente por profesionales de INTA. Parte de su trabajo es remunerado a través del aporte de los propios integrantes de la agrupación.
Los productores y los técnicos de Cambio Rural participan de capacitaciones formales y no formales e instancias de actualización diseñadas por el INTA. Además, los grupos acceden a información relevante sobre aspectos tecnológicos productivos, de gestión de la empresa, organización, comercialización, oportunidades de negocios e integración a las cadenas agroalimentarias.
Los grupos de Cambio rural promueven la organización y el asociativismo, brindan herramientas que permiten superar limitaciones de superficie, fuerza de trabajo, capital y tecnología. También brindan asesoramiento para elaborar planes técnicos-económicos-financieros, con el fin de mejorar las posibilidades de acceso a financiamiento.
Actualmente integran esta iniciativa más de 1.347 grupos de los que participan alrededor de 13.500 pequeños y medianos empresarios.
Cambio Rural es financiado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, el INTA y por gobiernos provinciales.

 

5.1. Presentación del Grupo de Cambio Rural “Sacrificio y Futuro”
El grupo “Sacrificio y Futuro” lleva un año y medio trabajando en forma articulada y organizada, denunciando algunas dificultades que tiene en su quehacer cotidiano en la pesca artesanal que desarrollan en la zona de Ramallo.
Algunas conquistas alcanzadas por este grupo consisten en la instalación de casillas rodantes, que funcionan como puestos de venta en la costa ribereña, en donde pueden establecer la venta de comidas elaboradas en base a pescado. Esto permite la comercialización del agregado de valor que se hace a la producción primaria pesquera, con la preparación de variados alimentos como milanesas, empanadas, conservas, por mencionar algunos. Tanto la preparación de los alimentos en base a pescado, como la comercialización y posterior venta fueron asumidas por las mujeres. Si bien están comenzando a vender pescado elaborado, aún falta capacitación sobre el uso de los conservantes en los alimentos, el despinado, etc. esto será ampliado en base a los testimonios de los y las entrevistadas. Resulta llamativo que en los primeros encuentros que mantuvimos con el grupo, los hombres se identificaban como “pescadores”, mientras que las mujeres se presentaban como “ayudantes en la pesca”. Si bien en la indagación posterior, muchas de las mujeres nos confirmaron que salían a pescar, acompañadas o solas, no se reconocen bajo el rol de “pescadoras”.
En base a continuas visitas a las reuniones del Grupo, a continuación detallamos brevemente algunos de los problemas que enfrentan en la actualidad:

5.2 Características socio-demográficas
Al momento de indagar acerca de cómo se dividen las tareas domésticas y las decisiones en torno a la economía del hogar, es interesante observar los roles que se asignan, de acuerdo con la conformación que presente el mismo. En aquellos hogares compuestos únicamente por un hombre, o por un hombre y su hijo – o algún otro familiar varón – las tareas domésticas (todo lo que involucra la preparación de las comidas, el lavado de la ropa, la limpieza del hogar en general, etc.) se dividen en forma equitativa.
“Cocinamo lo dos, mi hijo y yo porque estamo solos (…) cocina él, cocino yo… si cocina él yo lavo los platos… Claro, viste… cuando cocina él yo lavo los platos, cuando cocino yo lava los platos él…” (Varón, 58 años.
Mientas que si en el núcleo familiar hay una mujer, estas tareas recaen en forma predilecta sobre el género femenino. Aquí es muy claro cómo el mandato socio-cultural genera este tipo de divisiones al interior del hogar, basadas en diferencias de sexo, que muchas veces aleja a las mujeres de ciertas oportunidades u ocupaciones a las que podrían acceder.
“Mi nieta tiene quince años (…) se dedica a la casa, limpia ella (…) Ella es limpita, ella es trabajadora… limpia toda mi casa. Pero es bastante loquita también (…) Sí por ahí le agarra la loca… le agarra la chiripiorca. ‘Ah!’ dice ‘¡me hacen limpiar todo!’ y, es como todo…” (Varón, 59 años)
Lo mismo ocurre en el caso de una estructura familiar en donde hay una pareja o matrimonio, dichas tareas también son atribuidas exclusivamente a las mujeres. En general, los varones se encargan de llevar el dinero al hogar y las mujeres la administran, al estar a cargo de todos los trabajos que se realizan en el hogar, como encargarse de los niños y personas dependientes, y las labores domésticas. Las entrevistadas describieron situaciones en las que ambos toman las decisiones en lo relativo al manejo y uso del dinero de la familia, pero también hay casos en los que sólo sus maridos se encargan de ello porque ellas se sienten incapacitadas para hacerlo.
Todas estas actividades, tanto las relacionadas con el cuidado de personas como las actividades domésticas, son fundamentales para el desarrollo personal y colectivo de la familia, y los miembros que la componen. Involucran trabajos que son necesarios para la reproducción de la vida humana, pero que por realizarse al interior del hogar y no ser remunerados, son desvalorizados e invisibilizados como trabajo propiamente dicho.
Al recaer todas estas actividades sobre las mujeres, estas tareas se convierten en obligaciones – pues si no se encargan ellas mismas de hacerlo, nadie lo hará – y ellas se ven limitadas para disponer de su tiempo en alguna actividad remunerada o en tener tiempo para ellas, para desarrollar algún emprendimiento propio o dedicar tiempo a alguna actividad que suscite su interés.
5.3 Actividades remuneradas
Si bien muchos de los pescadores entrevistados se dedicaron toda su vida a la pesca y heredaron el oficio de sus familias, también muchos probaron suerte en la ciudad o en otras actividades productivas y luego se refugiaron en la pesca, al retomar la actividad después de ser expulsados del mercado laboral.
En general, los pescadores de la zona constituyen mano de obra poco calificada, pues muchos no terminaron la escuela primaria. Por ende, las trayectorias laborales descriptas son más bien erráticas e inestables, signadas por la informalidad y la precariedad laboral. Los trabajos a los que acceden son de baja complejidad e involucran esfuerzos físicos (como el traslado de bolsas, la carga de bodegas de los barcos, etc.), lo cual se traduce en graves deterioros de su corporalidad, así como también una baja dependencia de las tareas desarrolladas por los trabajadores.
“Me fui con mejoras laborales en principio que era todo color de rosa pero después llegó que el hombre a los treinta años ya era viejo y empezó el deterioro… yo me quedé sin trabajo” (Varón, 58 años).
En los testimonios se ve claramente como impactó el cierre de muchas industrias de la zona en la década del ‘90. Asimismo, la incorporación de tecnología desplazó a muchos trabajadores por constituir una mano de obra de baja calificación.
“… y trabajabamo todo el día, doce hora eh. De sei a sei, pero ganábamos bien. Ahora ya no… ya no hay más esos trabajos. Ahora lo cargan todo a granel en vez de ocupar tanta gente” (Varón, 59 años)
También hay casos de personas que nunca antes pescaron y recientemente decidieron dedicarse a la pesca, o incorporarla como complemento junto a otras actividades laborales como la caza, la albañilería, entre otras.
“… menos mal que maté un carpincho. Eso fue lo que me salvó… qué va a hacer, y… no sale pescado tenemo que buscar otros medios… está prohibido cazar carpincho (Hydrochoerus hidrochaeris) (…) Y agarré uno y hice… más o menos hice… setecientos pesos casi… eso fue lo que me salvó. O me salvé el día… Y pagué dos boletas de luz” (Varón, 59 años)
Las actividades productivas que llevan a cabo, ya sea de forma individual o como grupo, son de subsistencia. Esto permite entender la visión que tienen del ambiente y de los múltiples recursos que les otorga el Delta. Una cuestión a resaltar es la necesidad de salir a pescar para poder garantizar la comida de ese día. Bajo esta lógica de mantenimiento del grupo familiar, no hay feriados ni enfermedades que lo impidan, y a pesar del mal clima se tiene que salir a trabajar todos los días sin excepción.
“Y vos tenés que andar, vos tenés que pensar que llega fin de mes y que llega el cable, que llega el luz, que llega el gas y esto y lo otro y ya te empieza a trabajar la cabeza ya… Es que uno sale a donde vamo a sacar, pa que no me corten la lú porque vite con el frío vite…” (Varón, 73 años)
Y se ve una fuerte dependencia de la pesca como actividad predilecta de subsistencia. Una cuestión que resaltaron las y los entrevistados es la falta de trabajo en la ciudad de Ramallo, no hay ni “changas” ni trabajos formales que puedan alcanzar. El que puede acceder a otro tipo de trabajo, lo usa de complemento, pero queda claro que no hay muchas posibilidades de vivir de otros recursos más allá de la pesca. Por ende, las exiguas oportunidades de poder apoyarse en otras actividades productivas en el Delta dificultan un uso sustentable del mismo por parte de los pobladores.
En el caso de las mujeres que conforman el Grupo de Ramallo, en general su primera ocupación fue como empleadas domésticas. Actualmente, son amas de casa y además hacen procesado de pescado – como, por ejemplo, tartas y empanadas en base a pescado – y venden los productos en el puesto del Grupo. Este es un lugar constituye una victoria del Grupo como tal, que luchó y reclamó por su derecho a la venta de sus productos, y está ubicado sobre la costa, donde pueden ofrecer sus productos de pescado y derivados.
Las mujeres pudieron integrarse de forma más completa al Grupo sobre todo a partir de conseguir el puesto y poder trabajar y comercializar el pescado. Además, pudieron hacerse cargo de diversas tareas administrativas, como búsqueda de información y el manejo de libros contables.
Al indagar acerca de qué actividades les gustaría realizar, resulta llamativo el interés de las entrevistadas por el despinado de pescado y, sobre todo, por encontrar un trabajo.
“Volver a trabajar. En cualquier cosa, a mi me gusta todo, me gusta hacer manualidades” (Mujer, 34 años)
Frente a la pregunta acerca de en qué se imagina que gastaría ese dinero generado por el trabajo, surge la necesidad de la autonomía económica y del consumo. En general, todos los ingresos del hogar se distribuyen en gastos para mantener a sus miembros y al propio hogar. Asimismo, las entrevistadas expresaron su anhelo de trabajar, de modo de tener independencia económica y no tener que estar pidiendo a sus parejas o maridos dinero para sus compras personales.
Todas y todos tienen familiares que se dedican o se dedicaron a la pesca y que contribuyeron a su formación en el arte. Muchas mujeres salen a pescar con sus maridos, sobre todo en épocas más cálidas o los fines de semana.
“No, como explicarte, son dos trabajos que tenés que aprenderlo, yo se nutrear, se carpinchear, se pescar, se andar con las abejas, se andar con las vacas, se alambrar, se hacer muchos trabajos que he aprendido con el pasar de los años y otros me ha enseñado la familia” (Varón, 40 años)
Cuando se les preguntó a los pescadores si pueden realizar su actividad durante todo el año las respuestas fueron unánimes. Todos indicaron que pueden pescar sin restricciones en un año. A lo sumo, mencionaron que hay épocas en las que se cambian los espineles a otra área de pesca, en donde saben que hay peces.
“Sí por ahí hay quince veinte días que nada… va cambiando de temporada lo que sacas pero siempre sacas” (Varón, 58 años)
En cuanto a las características de la actividad, en general se pesca con espinel y la venta es al público. Si bien la mañana es más calma para pescar, también lo hacen a la tarde. Lo que más se está pescando actualmente son las especies: boga (Leporinus obtusidens), patí (Luciopimelodus pati), surubí (Pseudoplatystoma corruscans), sábalo (Prochilodus lineatus), armados (Oxidoras kneri, Pterodoras granulosus) y bagre (Pimelodus albicans).
Muchas veces la isla es el refugio de los pescadores artesanales, que se trasladan allí en lancha, lo cual implica sostener un costo fijo significativo. Desde la costa hasta la isla hay aproximadamente 15 kilómetros, esto se traduce en un costo de diez litros de nafta para ir a encarnar los espineles en la isla. A esto hay que sumar el costo de energía, para mantener el pescado, que implica tener uno o más freezers en permanente uso. En temporada alta, declararon sacar hasta alrededor de quince kilos por día. El precio estimado de venta es de $10 el kilo.
“… nosotros pescamo todo con espinel, y con espinel no sale el mismo pescado que con una malla. Y el sábalo no nos va a salir a espinel (…) Y sí, en temporada sacás pescado, pescás dos kilos tres kilos por día. Y todo vendido” (Varón, 73 años)
“… ya cuando vengo traigo el pescado limpio, acá lo único que tengo repasarlo nuevamente, otro lavado entonces lo dejo que se oree un poquito, que se caiga toda el agua entonces después lo meto en los feezers y lo vendo en forma particular y cuando vienen los acopiadores entregamos algo a los acopiadores” (Varón, 67 años)
El autoconsumo es muy frecuente en las familias isleñas, sobre todo en aquellas que son primordialmente pesqueras, en donde venden y además consumen el pescado. La huerta o “quinta” también es bastante común, y los cultivos más comunes son perejil, cebolla de verdeo, lechuga, rabanito y repollo. Pero para tenerla es necesario disponer de tiempo, que muchas veces falta, y un terreno cultivable. En las entrevistas surgió el problema de los robos de las hortalizas de la huerta. La cría de chanchos y gallinas también fue mencionada en varios casos.
“Tenía antes pero la saqué… Sí porque me la robaban toda… Ah sí acá es bravo…” (Varón, 59 años)
“Y sí, y si pescás no podés… no podés atender la quinta y si atendés la quinta no podés pescar (…) Entonce una cosa o la otra” (Varón, 73 años)
Asimismo, algunos tienen colmenas en la isla y por tener pequeña escala y poca cantidad se destinan principalmente al consumo familiar de miel. Sin embargo, tampoco es fácil mantenerlas pues en los últimos años el ciclo de las abejas ha cambiado.
“Tenía [colmenas] y se murieron por las enfermedades, por la barroa y mato todo. La barroa es como un piojo que le sale a la abeja y no tenia para comprar remedios y las mató (…) Esto pasa porque han cambiado mucho los campos, se ha perdido mucha floración, esta viniendo otra floración. Son cosas de cambio climático, de cambio de isla, de floración, de todo (…) Ahora es muy diferente, ha cambiado muchísimo. El pescado igual, el pescado ha cambiado mucho” (Varón, 40 años)
5.4 Problemáticas que enfrentan en la pesca artesanal
Problemas en torno al precio del pescado:
Los pescadores tienen la necesidad de matar pescados cada vez más chicos para lograr mantener a su núcleo familiar. El mayor problema que enfrentan radica en que los intermediarios pagan precios irrisorios por el pescado, lo cual genera que cada vez tengan que pescar más cantidad y, por ende, se avanza en la pesca de los de tamaño pequeño.
Sobre esta problemática, un pescador comenta:
Yo si quiero seguir trabajando para mantener una familia tengo que matar pescados chicos (…) ¿Y por qué eso? Si yo puedo vivir con el pescado bueno, ¿me entendés? Porque tengo que hacerle el caldo gordo a otro y ellos tienen auto, tienen camioneta y nosotros tenemos que seguir burreando toda la vida, trabajando para ellos. Eso es lo que a uno le da bronca, por eso uno quiere formar una cosa así para que pueda… para poder trabajar bien (…) Yo no quiero venir a regalar el pescado y que el otro se compre auto, se compre casa, yo no tengo casa ¿entendés? Entonces ¿como es eso? ¿Porqué otro va a hacer más plata a costillas mías? Si yo puedo hacer esa plata, si yo dejo el lomo acá para que vos estés sentado en tu casa, venís agarras un ratito y venís y agarras el triple mas de plata que yo. ¿Porqué pasa eso?” (Varón, 40 años)
Uno de los problemas en la venta es que no es algo fijo, establecido, y a veces los acopiadores prometen comprarles cierta cantidad de pescado y luego no van a buscarlo, entonces tienen que salir a venderlo a precios más bajos aún, o incluso pueden perder el pescado por falta de condiciones apropiadas de conservación (freezer o cámara de frio).
Previo a la consolidación del Grupo, como estaban mal organizados, los acopiadores se acercaban a comprarles y en vez de pagar el pescado a un precio que valorice su trabajo, les pagaban $0,20 por kilo.
En un día de trabajo – desde las 6 de la mañana hasta la tarde-noche – es común sacar entre 30 y 40 kilos de pescado que se vende a los acopiadores. En este momento, los acopiadores están pagando $3 el kilo. Como 10 kilos de sábalo (Prochilodus lineatus)  a $3 pesos son $30 pesos, a ese precio no conviene pescar pues no es rentable si se tienen en cuenta los gastos de la pesca que hay que cubrir.
“No es que son relativos, te ponen un precio, decir bueno este precio no se va a bajar, esa es la ganancia de ellos, ¿y que hacen? Explotan al pescador, y al pescador no le queda otro caso que entregar el pescado, sino como vive” (Varón, 67 años)
“Lamentablemente tenías que vender porque tenías que comer o por ahí tenías 100 kilos de pescado y tenías que venderlo” (Varón, 40 años)
Necesidades e inquietudes:
Una de las inquietudes más apremiantes, de varones y sobre todo mujeres, tiene que ver con aprender el proceso del despinado del pescado.
“Sí porque el despinado esa cosa… nosotros, yo no se nada de eso. Y por ahí te piden viste, y no tenés (…) No tenés. Es el instrumento que la gente quiere, quiere comerlo sin sacar espinas. Como yo que cuando como pescado no quiero sacar la espina. Pero bueno tengo que sacar porque (risas) es una comodidad, si uno sabe le puede dejar, si vos sabes hacerlo por qué no, le das lo que te piden. Pero buen. Me interesaría un poco eso” (Varón, 27 años)
A esto se suma conocer todo lo que involucra el agregado de valor, ya sea fileteado o procesamientos con pescado, respetando las respectivas normas sanitarias y la cadena de frío.
Por otro lado, necesitan conseguir un intermediario fijo que les compre el pescado y que instale sus productos de pesca en el mercado de Buenos Aires. Hasta el momento, sólo cuentan con freezer para guardar el pescado, pero no es suficiente para conservarlo por un período largo hasta conseguir buenos precios. De este modo, emerge la necesidad de una cámara frigorífica para poder conservar el pescado por más tiempo.
Les da impotencia no poder pelear el valor del pescado, por eso hace tiempo que quieren organizarse para conseguir precios más apropiados.
“Esa fue una de las impotencias mías, hace tiempo que yo vengo entusiasmándolos a los muchachos ‘vamos a formar algo, hacernos valer como pescador y tratar de pelear con los acopiadores el precio del pescado’, porque ellos lo único que hacen están sentados en la camioneta, te pesan el pescado te pagan el pescado y se van. El pescador anda todo el día en el río lluvia, viento, no viento, piedra anda en el río. Esa es la impotencia que yo tengo con los acopiadores grandes, inclusive hay uno que me llama continuamente ‘¿J. tenés pescado?’, le digo ‘mira el pescado mío vale tanto, querés llevar llevalo, no lo querés llevar dejalo’, me dice ‘no, no me sirve esa plata, es mucha plata’, ‘bueno hermano yo no te puedo bajar a $3, yo con $30 no como con mi familia’” (Varón, 40 años)
Para lograr mejores ventas necesitan tener guías de traslado, así podrían entregar el pescado en buenas condiciones y obtener mayores ganancias de manera legal. Actualmente, venden la mayor parte a acopiadores chicos y en negro. Piensan que una vez conseguida una guía de traslado podrían alquilar un camión y llevar el pescado ellos mismos a Buenos Aires.
Asimismo, es menester que se informen sobre los pasos a seguir para tener su producción dentro de los formatos legales: modos de conservación, condiciones de la cámara de frío, modo de tramitar las guías de traslado. Ellos quisieran conseguir estos datos para trabajar mejor dentro del Grupo.
Requieren de manera urgente una cámara frigorífica para poder ofrecer el pescado a una pescadería de Buenos Aires, para lo que se necesita tener entre 500 y 1000 kilos como mínimo. Esa cantidad es imposible de guardar en los freezer que tienen actualmente en sus casas.
Por último, también necesitan poder mantener sus herramientas de trabajo (mallas, cajas de anzuelo, etc.) ya que se les hace muy complicado poder reponerlos cuando por el uso se desgastan o se rompen.
5.5 Percepciones de la isla
En cuanto a las percepciones acerca de cambios en el ambiente isleño y en el recurso pesquero, lo más llamativo es que hay menos cantidad de peces que hace 10 años atrás, ahora se pesca la mitad. No sólo se saca menos, sino que antes había otras especies, como manguruyú (Paulicea luetkeni), pacú (Piaractus mesopotamicus), salmones (Salmo salar), entre otros.
“No ahora hay poco pescado, muy poco pescado, hay mucha agua y es como que baja el río y el pescado se va. Así que no esta saliendo mucho. Hay capaz que… dentro de un mes, dos meses vuelve a salir bastante, pero ahora, ahora no hay” (Mujer, 35 años)
 “… escuche hace poco por ejemplo creo que en estos días fue que había salido poco pescado, les costaba mucho llegar a la cantidad que los acopiadores les piden” (Mujer, 31 años)
El problema principal son los frigoríficos porque presionan sobre los peces más chicos. Hace un tiempo, desde la Provincia de Entre Ríos se permitió que entraran barcos pesqueros de Santa Fe en las islas. Cada barco con bodega traía entre 10 y 15 embarcaciones, y a su vez cada embarcación traía alrededor de 1000 metros de malla. Traían el “rastrín” y el caballo para las embarcaciones que no podían entrar a las lagunas, depredaron los peces de las lagunas internas de las islas e hicieron desastres ambientales. Actualmente no se los ve más por la zona porque no hay más pescados.
Hace 1 o 2 años atrás hubo una mortandad de pescados – armados – pero no se sabía por qué había sucedido. Una mujer comentaba que:
“… el pecado bajaba muerto, que venia muerto y no sabíamos porque, y mucha gente con el… de la pesca tenían miedo no te compraban pescado (…) Contaminación si. Pero en si no supimos nunca, bah nosotros, que pasaba, porque bajaba el pescado muerto. Y realmente, mas en verano que el pescado el… el armado que vos lo podes hacer muchas cosas, y pasaban panza para arriba. Después algunos, otros pescados que… pero nunca supimos lo que había pasado. Pasaba mucho, pero mucho pescado muerto” (Mujer, 35 años)
Cabe mencionar que hay mucha contaminación en el agua por las fábricas y la basura que generan.
“… mucha contaminación hay. Uno que es de afuera por ejemplo yo me doy cuenta en el color del agua, las manchas de aceite que hay, la basura que hay en el agua, la orilla del río. Yo por ahí le digo a mi marido yo le digo esto no es agua (…) acá se nota la contaminación que hay de las fábricas” (Mujer, 31 años)
“Sí, antes había mucho más pescado que ahora… por ahí antes bien o mal a la larga pescabas (…) A la larga… depende del clima, todo eso (…) Lo mismo que nos va a pasar a nosotros algún día… que lo das vuelta tantos químicos que dejan… vamo a aparecer como un pescado” (Varón, 58 años)
A pesar de los cambios en la cantidad de peces, si bien durante algunos años se había cortado mucho, ahora están volviendo algunas especies que se estaban perdiendo: el surubí (Pseudoplatystoma corruscans), el dorado (Salminus brasiliensis), la boga (Leporinus obtusidens). Los sábalos (Prochilodus lineatus),  estuvieron siempre. Esto ocurría porque las crecientes estaban ocurriendo en invierno, en cambio ahora que viene en verano las especies alcanzan a desovar. Igualmente, repetimos, comparado con 10 años atrás, ahora se levanta menos de la mitad de pescado y los peces son más chicos. Antes se podían sacar dorados de entre 20 y 25 kilos o incluso surubíes (Pseudoplatystoma corruscans)  de 50 kilos, ahora ya no se encuentran. Luego de la realización del túnel subfluvial en Santa Fe, los pescados grandes dejaron de bajar hasta la altura de la costa de Ramallo por la vibración que generaba. Ahora sólo se sacan pescados chicos.
La ganadería en las islas ha aumentado, veamos un ejemplo: si antes metían 30 animales en una hacienda porque no entraban más, hoy en día rompieron todo para meter entre 400 y 500 animales en un espacio de similares dimensiones, pero para eso destruyeron el ambiente de isla y no se esforzaron en acomodar esa cantidad de animales a las características del medio. El más perjudicado por esto es el isleño porque hacen terraplenes, desarman lagunas -lagunas donde antes desovaba el sábalo (Prochilodus lineatus), el dorado (Salminus brasiliensis)- matan a los peces, las nutrias (Myocastor coypus), los carpinchos (Hydrochoerus hydrochaeris), etc.
“Eh lo que me gustaría mejorar que no tendría que haber tantos cambios con la hacienda, porque la isla se ha usado mucho para la hacienda y se han olvidado de otras cosas. Hoy en día están haciendo muchos terraplenes, muchas cosas que están… eh por meter un animal a la isla están destrozando 10 animales mas, ¿me entendés? (…) Porque antes vos tenias oportunidades de vivir de la isla, hoy en día tenés que pelearla mucho para vivir, ¿por qué? Porque están metiendo maquinarias, están haciendo terraplenes, están… han cambiado mucho las cosas, es otro comercio, están usando la isla como un campo acá en la ciudad y me parece que no tendría que ser tan así, tendría que haber un nivel de animales sí, pero no matar toda la isla para meter 10 animales más” (Varón, 40 años)
Sumado a esto, sobre los terraplenes se siembra forraje para los animales y se aplican fertilizantes químicos en zonas rodeadas de agua. Con las lluvias estos químicos llegan al agua y pueden llegar a producir grandes mortandades de peces.
Disminuyó la cantidad de “pescadores” propiamente dichos, ahora aumentó el número de pescadores temporales que se dedican a la pesca cuando no trabajan. Muchos vienen a trabajar en torno a la temporada alta de turismo, como albañiles, montadores, soldadores, entre otros.
Adicionalmente, uno de los problemas actuales se da por la instalación de fábricas como Bunge, Siderar, etc. En esta zona hace tres años se abrió una planta de fertilizantes de Bunge. Entonces se trae el fertilizante a granel a través de los barcos y se baja con una grúa a la costa, en ese proceso se pierde parte del fertilizante, que va a caer al agua, contaminando el medioambiente y matando a los peces.
“… ahora se han abierto muchas fuentes de trabajo que en Ramallo no existían vino Bunge, vino Siderar (…) Lamentablemente por eso trae esas cosas, cosas buenas y cosas malas. Pero ya te digo se ha ampliado mucho y se ha cambiado un poco el pescador, pescador. Ahora hay temporadas de pescadores temporales, cuando no trabajan van a pescar, por eso pescadores, pescadores no hay muchos” (Varón, 67 años)
5.6 Proyecciones futuras
A nivel individual, todos tienen una valoración muy positiva de vivir en la isla.
“Me gusta la isla y me gustaría vivir en la isla. Sí porque… somo ya parte de parte de eso” (Varón, 59 años)
“La paz y la tranquilidad que hay… no se compara con nada en el mundo. Es como otra vida, yo te digo que anduve por todos lados, me conozco todo el país casi, yo te digo…” (Varón, 58 años)
Uno de los inconvenientes que emergen de vivir en la isla es la desconexión y la falta de medios de transporte que pueden ser claves frente a una emergencia.
“Y… despué tenía otro hermano que vivía en la isla Entre Ríos, que falleció hace doj año. Le agarró un infarto de cabeza y cuando lo llevaron, porque no hay nada ahí, porque cuando lo llevaron a Zárate ya llegó muerto. Así que…” (Varón, 58 años)
Por otro lado, la dificultad de encontrar una mínima diversidad de salidas laborales también es una preocupación, que se refleja sobre todo al indagar en las proyecciones acerca de sus hijos.
“Yo creo que ya lo lleva en la sangre porque a él [su hijo] le encanta [la isla]. La otra vez fuimos a la isla y fue la primera vez que fue y le encantó. Y ya como que lo lleva del abuelo y le gusta, le gusta ir a pescar y todo, pero si yo puedo, y esta a mi alcance que él salga y tenga su titulo y trabaje en algo que no sea la pesca… ese seria mi sueño” (Mujer, 31 años)
“Que sigan estudiando. Porque el día de mañana tienen que hacer algo. La nena se fue a estudiar, pero ya no estudia más. Y el otro varón había dejado, pero agarró de vuelta y quiere seguir estudiando. El más grande que siga estudiando y que se reciba de alguna cosa digamos que a él le guste” (Mujer, 34 años)
“Pero yo quiero que estudien primero, después que hagan de su vida lo que quieran, pero primero que estudien, a mi me encantaría” (Varón, 40 años)
En muchos casos emerge el deseo de que sus hijos estudien, como alternativa a que se dediquen a la pesca, que lo ven como un trabajo que involucra mucho desgaste y esfuerzo, sobre todo en el caso de las mujeres.
 “Uno de mis hijos abandono la escuela secundaria y el chiquito me va a seguir, voy a tratar que siga. Pero ya el grande no… me hubiese gustado que hiciera la escuela, tuviera una carrera y pudiera buscar otra cosa el día de mañana, no pescador, porque el trabajo de pescador es muy sacrificado” (Mujer, 35 años)
Aquí emerge el deseo de que puedan terminar sus estudios, pues imaginan que abrirá puertas a mayores oportunidades para sus hijos, distintas de las que tuvieron ellos y ellas. Sin embargo, su identidad está portada en ser parte de la isla, y sólo se pueden concebir en ella.
“Es como… que se yo no se como decirle… ya es el destino de cada persona… Los puso en el río pescador y los puso cazador en… por ahí por las islas. Y saben lo que hemo andado solo, lo que hemo tirado en la isla, comiendo pescado frito, ave… así la pasamo y así estamo” (Varón, 59 años)
5.7 Análisis uso del tiempo
El instrumento se aplicó en total a 13 entrevistados. Para analizar la información relativa a las tareas no remuneradas. Lo que se presenta a continuación no tiene ninguna pretensión de análisis cuantitativo. Los gráficos se utilizan simplemente para facilitar la exposición.
En primer lugar, puede verse en el gráfico 1 el promedio de tiempo dedicado a las distintas actividades dentro del hogar. Las mujeres dedican más tiempo a todas las actividades al interior del hogar (inclusive a dormir) que los varones del mismo grupo, válido afirmar en primer lugar que las mujeres están más tiempo (casi el doble) en el hogar.
Si bien la diferencia es muy marcada tanto en actividades de reproducción doméstica como tiempo de esparcimiento, es mucho más equitativa la distribución del tiempo dedicado a las compras para su casa ya que en muchos casos van a hacer las compras juntos. Lo mismo sucede con tiempo dedicado a trámites. Las diferencias más preponderantes se dan en tareas de limpieza de vivienda y alimentación y aseo de niños, de los cuales las participación de los hombres es escasa. Por otra parte, los hombres la mayor parte del tiempo que dedican en la casa es en tareas relativas a la prepraración de alimentos, limpieza de ropa y actividades recreativas (aunque no llegan a dedicar ni la mitad del tiempo que las mujeres).
Finalmente, respecto de la realización de trámites para el hogar y compras son tareas que en ambos casos (hombres y mujeres) no son cotidianas.
Los gráficos 2 y 3 expresan el porcentaje de tiempo que dedican hombres y mujeres a las distintas actividades al interior del hogar. Cabe destacar para una mejor lectura comparativa de los mismos que el tamaño de la torta en los hombres es mucho más chica que en las mujeres ya que ellos dedican menos de la mitad del tiempo que las mujeres dedican a actividades hogareñas porque en general su principal actividad es la pesca (y otras actividades productivas fuera del hogar).
De este modo podemos observar que si bien las mujeres dedican más tiempo a dormir (en valores absolutos), representa un porcentaje menor de las tareas hogareñas a las que se dedican respecto de los varones.
También es importante destacar que si bien los valores absolutos son dispares, las porciones de tiempo dedicadas a la preparación de alimentos, limpieza de ropa, actividades recreativas y dedicarse al aseo personal son proporcionales entre ambos casos.
Se puede concluir que las jornadas de trabajo de los entrevistados son extensas. Una parte muy importante del tiempo se destina a tareas vinculadas con lo doméstico en el caso de las mujeres, particularmente la limpieza.
Dos comentarios vinculados merecen destacarse de la observación realizada durante la administración del instrumento. En primer lugar, la dificultad de los encuestados para estimar el tiempo que destinan a las distintas labores. La captación del tiempo en las encuestas de hogares suele ser problemática, porque existe una percepción subjetiva del mismo. En este caso, la subjetividad deriva en sobre o sub-estimación aparente del tiempo, en función del peso que las distintas actividades representan a las mujeres. Asimismo, la simultaneidad de tareas, como una característica intrínseca al desarrollo de su trabajo, contribuye a la dificultad para identificar y estimar el tiempo dedicado a cada una de ellas.
Cabe señalar que metodológicamente, los cuestionarios del tipo “diario de actividades”, en los cuales las personas deben ir anotando cada cierta fracción de tiempo (por ejemplo, media hora, o quince minutos) lo que hacen, resultan más apropiados para captar tanto la variedad de tareas que se realizan como el tiempo que se destina a cada una de ellas. La anotación es un mecanismo que contribuye a minimizar la percepción subjetiva del tiempo.
Cuando se mira el tiempo que las mujeres dedican a las distintas tareas que realizan en sus propios hogares, aparecen nuevamente algunos elementos de interés.
El acompañamiento en su formación escolar, por ejemplo, aparece como uno de los tiempos resignados tanto por los hombres como por las mujeres. Igualmente se puede presumir que esto se relaciona con el “salto educativo” intergeneracional: los hijos están avanzando académicamente al nivel secundario de educación mientras que sus padres no tuvieron esta oportunidad.
Algunas notas metodológicas adicionales
La administración del instrumento del uso del tiempo, que como se mencionó tuvo un carácter experimental y exploratorio permitió recoger algunas lecciones para una futura utilización de instrumentos similares. Al respecto cabe señalarse los siguientes aspectos.

6. DELTA MEDIO: SECCIÓN ISLAS- PARTIDO DE SAN PEDRO PROVINCIA DE BUENOS AIRES
6.1 Presentación del Grupo de Cambio Rural “Los Pescadores de Bajo Puerto”
En San Pedro nos contactamos con el grupo de “Los Pescadores de Bajo Puerto” que está en proceso de conformarse como Asociación Civil. El grupo viene trabajando hace más de dos años junto a integrantes de la Subsecretaría de Agricultura Familiar, uno de los tantos logros es que la mayoría de los que participan en el grupo lograron estar inscriptos en el Monotributo Social Agropecuario, de manera que pueden regularizar su actividad económica.
En palabras de un pescador del grupo cuenta como se consolido el mismo. “O sea nosotros los que más o menos razonamo un poquito lo hicimos a nivel de que nos empezaron a exigir cosas, por ejemplo carnet timonel, carnet de pesca, alimento de seguridad, canoas al día. Porque nosotro acá estamos todos, ponele de cien somos siete ocho, ni el diez por ciento siquiera. Los otros como anduvieron siempre. Y en base a eso después salió la oportunidad de hacernos monotributistas, hicimos todo lo que había que hacer, después se presentó la oportunidad de hacer esta comisión de la cual formo parte (Varón, 58 años)
Según datos de la Subsecretaría de Agricultura Familiar hay aproximadamente 90 pescadores en la zona de San Pedro, y los que se encuentran inscriptos al Monotributo Social Agropecuario son alrededor de 40 pescadores. En el grupo de cambio rural de los “Los pescadores de Bajo Puerto” hay 14 integrantes, de los cuales 4 son pescadoras mujeres y el restante son varones.
Algunas de las limitaciones que se identificaron al interior del grupo para poder desarrollar su actividad productiva fueron las siguientes:

6.2 Características socio-demográficas
Las edades de los entrevistados oscilan entre los 25 y 60 años, y en promedio tienen alrededor de tres hijos. Actualmente todos viven en San Pedro en la ribera, y van a la isla para realizar sus actividades productivas, la principal actividad es la pesca aunque también complementan con otras como la caza, la apicultura y la recolección entre otras.
Algunos de ellos tienen casas/ranchos en la isla donde se alojan en los períodos de pesca, aunque este tipo de vivienda temporaria está disminuyendo por el incremento de robos en las islas. Por distintas razones algunos de ellos migraron a la parte de la ribera, algunos motivos fueron por la educación para sus hijos, por enfermedades, para estar más cerca de sus hijos mayores que trabajan en la ciudad, etc.
Al momento de indagar acerca de cómo se dividen las tareas domésticas y las decisiones en torno a la economía del hogar, en general se dio un cierto perfil de acuerdo a la conformación del mismo.
En los hogares monomarentales con varios hijos, las actividades se dividían entre los integrantes de forma equitativa. Los hijos asumen las tareas domésticas (todo lo que involucra la preparación de las comidas, el lavado de la ropa, la limpieza del hogar en general, etc.) y las responsabilidades de cuidado para con los hermanos menores en el caso que la madre trabajara afuera del hogar.
En el caso de una estructura familiar en donde hay una pareja o matrimonio, con presencia de hijos, dichas tareas también son atribuidas exclusivamente a las mujeres. Los hombres tienen una baja participación en las tareas del hogar.
6.3 Actividades remuneradas
En el caso de los entrevistados en San Pedro podemos observar que si bien muchos se dedicaron toda su vida a la pesca, muchos de ellos que probaron suerte en otras actividades y luego comenzaron a pescar:
“Yo me dediqué a pescar hará unos diez años. Yo he trabajado de chico hasta… suponete hasta los treinta años acá en una escobería, hacía escobas. …Yo después mucho tiempo, dos años o tres me dediqué a juntar resaca, también anduve con eso, con el abono, y también lo hice pero a una escala… y ponía gente… luché, laburé…la sacábamo, la juntábamo adentro, con un carrito a la costa, de ahí la cargábamo a la canoa, de la canoa la transportábamo hasta acá. Y despué ibamo la descargábamo en el vivero” (Varón, 58 años)
Una característica que se pudo observar es que muchos tienen familiares que se dedican o se dedicaron a la pesca y que contribuyeron a su formación en el arte.
Y digamos… ¿cuándo empezó a pescar? “Y yo toda la vida. Yo nací acá en San Pedro pero después me llevaron a la isla así que, mi abuelo era de la isla, mi vieja es de la isla, mi viejo es de la isla así que somos familia de la isla” (Varón, 56 años)
En algunos casos se dio que muchas veces la pesca es combinada con otras actividades productivas. Como es el caso de la caza o el turismo y recreación.
“Siempre laburando y siempre tratando de sacarle a la isla… siempre sacándole y siempre te da. Y cuando no tenía nada de trabajo he hecho viajes con gente a pescar, ahí los atiendo, les hago el sábalo, les corto leña, les explico. Busco la forma de que pesquen, sino con herramienta les saco algo para que traguen… o sea que llevo gente y despué me hago amigo” (Varón, 58 años)
También varios pescadores se dedican a la apicultura en la isla, algunos de ellos ven este emprendimiento como viable por el mercado potencial de venta de miel de islas, a pesar de las dificultades que enfrentan en determinados años de “escasez de néctar”. Este pescador nos cuenta su experiencia al respecto:
“Yo tengo colmenas y vendo la miel. Mi abuelo empezó en 1996 con colmena y de ahí para adelante lo hemos seguido todos nosotros. Hacíamos trashumancia con pampeanos e iban a medias. Para hacer ese trabajo deben contar con vehículo y ellos tienen. El panal vale $35  el kilo, el panal. Muchísima gente, porque esa es pura, pura. La gente quiere esta miel, ¿así ves? Quiere ésta azucarada. Miel al revés, la que se azucara es más pura. Anda a venderle la miel azucarada a alguien” (Varón, 55 años)
Muchos de los pescadores se van durante varios días en la semana a pescar y vuelven el fin de semana para estar con sus familias. En ese caso se quedan en carpas precarias debido al problema que se mencionaba más arriba sobre los robos. La permanencia en la isla durante toda la semana se realiza para aprovechar al máximo los días de pesca y “completar la carga” que estuvieran preparando para entregar a algún acopiador u otro comprador. En este sentido, un pescador comenta:
“yo estoy en la ciudad viernes, sábado y domingo. Porque yo los lunes me voy originalmente, yo todos los lunes me voy a la isla y vuelvo jueve o vierne y siempre los vierne, porque por ahí me llaman y me quedo un día más para completar la carga, como me llevo hielo. Si saqué el martes ya” ¿Y en la isla dónde te quedás? “Y... donde haiga pescado. Tengo una carpa, un nailon (…). Hay montones de arroyos para pescando… porque estoy pescando esa variedad que es la tarucha”  (Varón, 58 años)
Es interesante ver que  el grupo de San Pedro se animó a ir a vender a Buenos Aires a puestos en ferias y de esta forma poder vender a un precio más razonable. El problema que se les generó es que cuando no sacaban mucho, por los costos altos que tenían, dejaron de ir.
“Cuando estuve vendiendo en Buenos Aires me hice amigo de un montón de… iban a comprar y como yo era pescador claro, lo que le encantaba a la gente era que yo le contara la vivencia. Claro porque no saben nada, la experiencia me decían: ¿cuánto vale la corbinita? No, no es corbina señor, ¿y qué es? Esto es boga señor, esto es un pescado forrajero que lo iba a ayudar acá las aguas del Río de la Plata que es del Paraná pero se mete en los arroyos y sigue arribando, arribando hasta que desoga (…) inclusive hasta Corrientes sigue arribando… y le explicaba eso. …la boga es el pescado más delicioso que hay, pescado sabroso” (Varón, 58 años)
En el caso de las mujeres que conforman el grupo de San Pedro, la mayoría de las entrevistadas son jefas de hogar y se ve que uno de los primeros trabajos que realizaron es de empleada doméstica.
“Mi primer trabajo fue haciendo tareas domésticas en casa de familia a los 15 años” (Mujer, 40 años)
“…empleada doméstica en una casa en La Plata a los 18 años, después vendí para Tupper, vendí Avon hice de todo (Mujer, 46 años)
“Limpiaba casas, trabajaba en pizzería, en restaurant, de todo hago, soy multiuso (…) Mi primer trabajo fue a los nueve años en el campo. Juntaba… naranja, esas cosas. Con mi familia… siete años que estuve con el papá de mis nenas iba a la isla, ahí sí íbamos a pescar, a carpinchar a… juntos. Teníamos corrales, toda esas cosas” (Mujer, 25 años)
Actualmente, la mayoría de las que son jefas de hogar realizan múltiples trabajos ya sea como tener animales de granja,  dedicarse a la pesca; al mismo tiempo hacen procesado de pescado, como por ejemplo tartas y empanadas de pescado, y venden los productos.
“a pescar hace poquito fui de vuelta, fui porque un día no tenía plata y digo yo: me voy a ir, prestame los tejidos, fui con la hija de él… setenta kilos sacamo en una noche. Pero toda la noche, cada dos horas lanzando. Entonce las ponen ahí y le ponen hielo y la tapan. Entonce ahí aguanta el pescado para venir acá” (Mujer, 25 años)
“Antes pescaba, vendía particular, fileteaba el pejerrey. Ahora soy ama de casa, crío chanchos, y cobro una pensión por ser madre de 7 hijos. Mis hijos mayores siguen pescando, yo les enseñé. Ahora yo crío chanchos para vender, a los 21 días se lo sacan a la madre, los lechones los cría para Navidad. También tiene cerdos de raza “doble jamón” para que se reproduzcan, por ahora solo tiene el macho y la hembra” (Mujer, 40 años)
“Yo vendo en el puesto de la casa. Y para Semana Santa nomás lo que sí hago es milanesa, tarta, todo eso de pescado, y a vece algún fin de semana largo así hago ahí” (Mujer, 25 años)
Cuando se les preguntó a los pescadores si pueden realizar su actividad durante todo el año, la mayoría respondió que su actividad es continua, aunque el rendimiento pesquero pueda variar en función de las especies que se capturen más o menos en determinadas épocas del año, así como también por las dificultades en torno a la venta de la pesca. Esto hace que en algunos casos la pesca se complemente con actividades turísticas como viajes en lancha. Algunos de ellos mencionaron:
“Sí… sí todo el año, sí. Lo que pase que… de un momento a otro se nos complicó la venta a nosotros” (Varón, 56 años)
“Y sí porque yo te digo ahora por ejemplo cuando se empiece a poner más cálida el agua la tarucha se complica para pescarla por el tema de los descarnador y eso, pero con tejido y eso podés sacar qué se yo, sábalo, patí, algún dorado, una boga, y… y le vas buscando la vuelta. O te vas al río sino a pescar…” (Varón, 58 años)
La pesca no son los 12 meses del año, son buenos 4 ó 5 meses a todo trapo, el resto completa con turismo” (Varón, 41 años)
6.5 Problemáticas que enfrentan en la pesca artesanal
Problemas en torno al precio del pescado:
Existen dificultades para vender a un precio razonable porque actualmente hay mucha gente nueva que se dedica a la pesca (muy humilde: vive en ranchos y usa canoas a remo para pescar). Estas personas venden el pescado muy barato, por lo cual, aquellos que se dedican a la pesca desde hace más tiempo (varias generaciones) -y quieren mantener cierto estándar de vida- no pueden competir con los bajos precios. Los acopiadores ya no les compran y ellos no pueden exigir menos precio porque deben cubrir sus costos de pesca.
“Antes eran los que vivían de esto, son pocos son, ahora se largan todos con la guita abajo se largan todos a pescar, entonces es que hay gente que te vende mucho más barato, ahí no hay competencia, el que te vende más barato vos tenés que… vos no podés regalar, vos podés vender muy barato porque no salvás los gastos, no salvás. Tenés otra gente que bueno viste… Problemas los que se ponen a pescar no siendo pescadores que se autoexplotan porque venden a cualquier precio” (Mujer, 25 años)
“Pagan entre $7 y $10 el kg de dorado (5 años atrás llegaba a $13 el kg), el mayorista paga $4 el kg de sábalo” (Varón, 41 años)
Como se mencionaba más arriba, uno de los problemas que actualmente el grupo tiene que enfrentar es el de los robos en las islas, lo cual impide hacer jornadas de varios días de pesca:
“no puedo hacer ni siquiera un rancho ahora, voy en carpa… ahora vamos los dos todo el día en carpa… porque te roban todo, no podés dejar nada.” (Varón, 56 años)
Algo que siempre los acompaña son los altos costos que tienen en su actividad, ya sea por las bolsas de hielo o el combustible. Esto implica que sólo es “rentable” cuando los volúmenes de pesca son importantes, porque en caso de vender el producto a los acopiadores a precios usuales es difícil obtener ganancias netas importantes para su economía familiar. Sobre esto un pescador nos comenta:
“Es por el tema del combustible, del gasto que te genera hacer pesca artesanal. Cuando hay buena pesca es negocio, cuando no hay pesca si la tenés que entregar al mayorista o a la pescadería no es negocio, porque no te da para los gastos. Pero vos lo vendés particular y si te da. Cada vez tenés que pescar más cantidad para vivir, porque el costo de vida va avanzando, es indefectible” (Varón, 41 años)
vos va y sabes el sacrificio que es pescarlo,… y viene un comprador y te dice: no, yo te doy tres pesos el kilo. Y vos decís pará, yo tengo un gasto de nafta, estoy una semana o dos semanas allá, toda la noche pescando, todo el día para comer que me pagues tres pesos el kilo que no saco ni para los gastos” (Mujer, 25 años)
Una de las cosas que llama la atención al grupo es cómo operan los grandes frigoríficos y cómo explotan a otros pescadores de subsistencia (como los ya mencionados anteriormente, que viven al día con escasa proyección a futuro), ya que los frigoríficos ofrecen pagar por el pescado con tickets intercambiables. Un pescador reflexiona sobre esto y se percata de que algunas empresas están haciendo un “negocio redondo” al evitar el pago con dinero; nos cuenta lo que ocurre con los barcos grandes que traen como quince canoas, las que pueden llegar a sacar tres mil o cuatro mil kilos de sábalo (Prochilodus lineatus). Así es como les pagan:
“Hay un barco, mirá lo que le hace un barco… le trae y le paga con ticket…Sí, le da ticket, ¿viste? Y le digo: ¿y qué hacen con esto? “Y con esto compramos toda la mercadería, dice, en el supermercado”. Y le digo, y yo viste, se me da por preguntar: ¿y el supermercado de quién es? Dice: del dueño del frigorífico. Y le digo: ¿y pero no hay nada de plata? “No no, todo con ticket” me dice. ¿Y cuando vos tenés que pagar la luz, o comprar gas? “y pagamos yo se lo cambio a mi hermano, me dice, le doy el ticket, mi hermano me da plata, me dice, porque tengo que pagar la luz” le digo: pero eso no es el caso le digo, ¿cómo van a laburar por ticket? Y el tipo se hacía el negocio redondo” (Varón, 56 años)
Como ya se ha venido mencionando, el grupo de pescadores organizados de San Pedro está preocupado por la situación del aumento de nuevos pescadores que no tienen el oficio incorporado y que por necesidad tienen que salir a pescar, por lo que, al momento de la venta, es difícil que busquen precios razonables para el kilo de pescado: lo venden barato y establecen una línea de precio con la cual no pueden competir los del grupo.
Y hay gente que ponele los de más allá que viven en esos ranchitos todo, eso no le importa porque si van a remo, van acá en frente se sacan cuatro o cinco, vienen lo venden por un paquete de cigarrillos que saben que y con la comida del día se conforman… que la mayoría se conforman con poco. Lo venden muy barato, viene el comprador y les dice, como ellos no tienen freezer nada, ni luz tienen, entonces les compra y ¿qué hacen? Lo venden. Pero tampoco se esfuerzan por decir no Claro o decir voy a guardar para comprarme un motor o voy a guardar para bajarme la luz… no, lo viven en el momento. Ponele sacaron treinta kilos, vendieron los treinta kilos y se le gastaron la plata, cuando se le gastaron la plata van de vuelta…” (Mujer 25 años).
Como se puede ver, el problema de la competencia por parte de vecinos que operan bajo otras lógicas es muy perjudicial para los que buscan llevar adelante una pesca sustentable como forma y medio de vida.
“Y bueno y despué está el otro que le sirve quizás sacar… que se yo diez kilos por día, venderlo a seis peso, son sesenta peso, pero que si van la bolsa de mercadería allá, un plan de gobierno acá… basta que tengas para el cigarrillo y el fernet y… Entonce uno no puede competir contra eso. Y es la mayoría lamentablemente. Es cierto a ellos les sirve porque lo venden a seis, siete peso, lo vende ocho, según el día ponen de oferta según lo que vean” (Varón, 58 años)
6.6 Percepciones de la isla
Uno de los cambios fundamentales que notaron en las islas fue el cierre de las lagunas y cómo esto repercutió en la entrada de bogas a lo largo de este año. Es usual en esta zona que la boga (Leporinus obtusidens), se pesque en gran cantidad en el mes de marzo pero este año no entró tanta cantidad.
“Este año… se cambió mucho, mucho, pero cambió un ochenta por ciento la entrada de la boga, no entró. Pejerrey muy poco también, no entró. Todos los años más o menos empieza en… en Marzo, que empieza a arrimar la boga y… este año no, vino pero muy poca” (Varón, 57 años)
Tal como se mostraba en pasajes anteriores, muchos notaron que el cierre de las lagunas tiene que ver con la forma de operar de algunos frigoríficos: cierran los cursos de agua que alimentan las lagunas, traen 14 ó 15 canoas, un barco grande y así los van sacando en un día, entre 3000 y 4000 sábalos (Prochilodus lineatus).
“se nota el cambio porque vos vas a un arroyo, vamo a suponer, y capaz que yo voy hoy y tiro un tejido y saco, que sé yo, ponele, cien sábalos, hoy, y aparecieron ellos. Voy el otro día y vos tirás el tejido no sacás siquiera uno pa comer… lo vacían, no dejan nada… ese es el cambio. Y vos tenés que esperar capaz un mes, un mes y pico más para que vengan… Y se recorren todo… pero también ¿sabés lo que pasa? Que la gente en la isla al no haber hacienda tienen que hacer algo… hay gente en la isla, antes tenían hacienda, ahora hay muy poca” (Varón, 56 años)
“cierran las lagunas… qué se yo, hacen muchas cosas viste y… ya te digo los frigorífico… los corren de un lado y se meten en otro… y no es que te matan… te matan capaz que en dos días… 3000-4000 kilos de sábalo. Te traen catorce quince canoas, un barco grande y los larga, y los van sacando” (Varón, 58 años)
También llamó la atención en cuanto a la cantidad de pescado:
“vos calculá que este año sólo agarré treinta y pico de bogas, y despué siete, ocho, hubo años que te agarrabas ciento veinte, ciento cincuenta, así que mirá lo que mermó” (Varón, 57 años)
En cuanto a las cantidades que sacaban mencionan que hace diez años a la fecha se pasó de pescar 1000kg a 100kg como máximo. Además de notar cambios en la reducción de los tamaños de los peces; según algunos de ellos, sólo en las inundaciones se puede ver alguno más grande, porque abren las compuertas de la represa de Yacyretá.
“Se redujo, sobre todo desde el inicio de la represa Yacyretá. En tamaño también se redujo, pero sobre todo cambió el metabolismo y ciclo de los peces. Sólo en grandes inundaciones se ven peces grandes, cuando abren las compuertas.  Años atrás era común sacar 1000kg de boga en un día, ahora en plena temporada sacar 100kg es un triunfo” (Varón, 41 años)
“Si, hay cambios, son las mismas especies de peces, pero más chicas, ahora se saca todo lo más chico. Antes sacabas bogas de 7 kg, ahora como mucho llegan a 3 kg” (Mujer, 40 años)
Algunos pescadores consideran que hubo cambios en el metabolismo de los peces y eso hizo que ahora se pueda sacar dorado en esta zona, cuando antes sólo había en el norte. Sin embargo, notan una disminución en el tamaño medio de los peces capturados haciendo énfasis en lo poco usual de la pesca de ejemplares grandes.
“Todo el pescado de clima cálido ha cambiado el metabolismo pero tremendamente. Calculá, sacar un dorado hoy en el Paraná era imposible, no salía directamente, el pescado todo al norte. Bueno hoy tenés dorado acá y tenés dorado en el Río de La Plata. ¡Una locura! No dejaron de aparecer especies, pero cambió el ciclo, el pescado antes iba y venía al norte, ahora no lo hace mas eso, ese ciclo, el dorado queda acá, el surubí inverna. El dorado no, el dorado dentro de todo anda igual. El tamaño no, olvídate, se redujo. Y el cambio del ciclo es ese, que no se genera pescado grande, entonces no hay pescado grande, el pescado grande hay cuando viene una inundación grande por ahí aparece alguno, que te abren las compuertas y baja del norte directamente, porque yo creo que debe ser porque no se deja llegar al tamaño que corresponde, viste” (Varón, 41 años)
Sí, sí, hace dos o tres años ya que entró el dorado… despué vo ves dorado de todos los tamaño. Ves grande, ves chico, doradito así (muestra con las manos el largo) así que… también nosotro, viste uno nunca sabe, pero capaz que por ahí tanta cantidad de dorado no entró… porque estamos sacando hasta ahora” (Varón, 56 años)
La extinción de especies en la zona es algo muy común, como el caso del Pacú (Piaractus mesopotamicus) que hace aproximadamente 30 años que no lo sacan ya que se depreda el recurso sin controles.
los frigoríficos le dan con todo… y al matar el sábalo… matan al sábalo chiquito y… no tiene qué comer… viste como contaba del pacú, que había una frutita que la comía y no existe más. Y yo calculo que no saco un pacú acá en el río hace treinta y cinco años…” (Varón, 58 años)
La depredación no es algo que se dé únicamente en la pesca, también se da en la caza de fauna silvestre, ya que cazan carpinchos chicos para venderlos. Una pescadora nos cuenta:
Lo que si noto es que la depredación es grande, muy grande, y está sucediendo hoy por hoy, por ejemplo, ves la gente que sale a matar y carpinchitos así. Claro, no dejan crecer… Ahora están todos con la nutria, dentro de poco ya no queda más nutria” (Mujer, 25 años)
Lo que muchos pescadores remarcaron es la falta de control para evitar la pesca de peces chicos, esto por ejemplo no pasa en el norte del país donde se pescan todavía surubíes grandes de entre 30 y 35kg. Un pescador que trabaja en Corrientes y su familia pescadora vive en San Pedro nos cuenta:
El otro día de allá en Corrientes mismo el pescador. Yo iba con un barco, yo trabajo embarcao, es de mi viejo y… en Corrientes había un tipo con una malla así pescando. Le digo: ¿tan grande la malla? “Y sí”, ¿y cómo son los pescados acá? “y los surubíes son de treinta kilo, treintaicinco”, claro acá los surubíes que se pescan son así (hace con las manos chico), allá los dejan crecer, se controla y acá no. Acá hay cantidad y allá capaz un tipo agarra un surubí, y ya está. Y acá capaz que tenés que agarrar diez para hacer lo que el tipo hizo con uno. Es una gran diferencia” (Varón, 35 años)
Otro pescador, sobre el tamaño de los pescados, comenta:
Es que no te sirve, es que no te sirve aparte porque no lo aprovechás nada, entendé? Y… Aparte que por ahí vo traé un pescado chico, por más que lo vendás, te afea el lote, “no, mirá me trajiste todo dorado chico, puro dorado chico” capaz que tenés diez grandes y dos chicos, ¿y estos chicos me metiste? Y capaz que en dos dorados haces tres kilo, porque pesa medio kilo cada dorado. Entonce yo lo largo a la mierda, pa que voy a estar… Bueno hay veces que por ahí qué sé yo se agarran sábalo para carnada” (Varón, 58 años)
Algo que notan de San Pedro es cómo se perdió parte de la laguna porque canalizaron gran parte del agua. Un pescador nos cuenta:
hay mucha gente que viene a San Pedro y pregunta: ‘¿esto es el Paraná?’ ‘No, señor, lo que usted ve es la laguna de San Pedro’ y entonce le damo la explicación porque la laguna de San Pedro antes era mucho más grande, por la acción del hombre la perdimo… le hicieron una zanja. Y bueno y… despué en darle, yo le doy mucho valor en el ecosistema, a la naturaleza en la cual me muevo, los arroyos, cómo se comunican unos con otros, los pasos que a veces tenemos que usar nosotros, conocer qué hay que hacer para que si tapean de un lado no quedar encerrados” (Varón, 58 años)
6.7 Proyecciones futuras
En general, la mayoría expresa su encanto por estar en la isla y pertenecer a la misma.
“Pero es linda la isla, yo si tengo que vivir, viviría ahí, es más ahora si Guillermo se lleva el negocio a la isla yo me voy con él le dije… porque a mí me gusta” (Mujer, 25 años)
“Pero siempre en la isla, o sea el amor de mi vida yo creo que ha sido porque en lo que he estado haciendo siempre soñando con la isla, siempre con eso amaneceres, eso atardeceres… la lucha tuya con el río que vos salís cuando salís al Paraná… y lo vas navegando así mirando los remansos y todo y decí: sí, soy yo contra vos. (…)Te da mucho la isla, te da mucho porque te da… está el que pesca, está el que caza, está el que crea hacienda, está el que tiene colmena, está el que hace envases. Y qué se yo, será la forma de vida, la libertad… el andar libre… la naturaleza, qué sé yo” (Varón, 58 años)
“Me encanta, cuando mi hija menor termine el secundario quiero volver a mi casa de la isla” (Varón, 55 años)
El problema de encontrar trabajo en la isla se refleja sobre todo al indagar en las proyecciones que tienen sobre el futuro de sus hijos:
“No quiero que se dedique a la pesca, prefiero que estudie una carrera, cualquiera, de momento estudia inglés” (Varón 41 años)
“Mi hija que se dedique a lo que ella quiera, ella decía maestra, de portera, tener un oficio, tener algo, igual ha ido a varios cursos. Otro de mis hijos estudio en la marina mercante y es capitán” (Varón, 55 años)
“Mi hijo mayor estudió de gasista en Baradero, a mí me gustaría que se haga la matrícula, se la darían si hace un curso de 6 meses en una escuela nocturna. Mi hija de 12 años quiere ir a la prefectura, ojalá así sea. Que todos mis hijos tengan buenos trabajos” (Mujer, 40 años)
Entre las limitaciones que tienen que enfrentar para vivir y desarrollarse en la isla, comentan que las más importantes son la falta de escuelas secundarias para enviar a sus hijos, falta de electricidad y agua potable, entre otros; algunos pescadores mencionan:
“El transporte para mi hijo, las escuelas secundarias están en Matadero o San Pedro. En cuanto al trabajo, falta de infraestructura para el turismo: muelle, servicios. Están tratando de entrevistarse con el intendente para solucionarlo” (Varón 41 años)
“Las limitaciones que yo veo son la electricidad y la falta de agua potable, en mi casa de la isla yo tengo que usar un grupo electrógeno y el agua la tengo que llevar de acá (Mujer 46 años)
Necesidades e inquietudes:
Algunas de las principales necesidades de este grupo es tener una cámara de frío, para poder almacenar y negociar el precio del pescado. Ya que no tienen poder de negociación porque se ven obligados a vender lo que pescan rápido para que no se eche a perder. Lo cual lleva a que tengan que hacerlo a precios irrisorios, lo cual implica que la pesca no le rinda, teniendo en cuenta los costos de nafta, aceite, hielo, etc.
“Lo más urgente es tener una cámara para poder vender mejor el pescado. Otra cosa que hay que tener para mejorar es un buen motor en la lancha” (25 años, Mujer)
Otra inquietud generalizada es la necesidad de ampliar el mercado y conseguir buenos compradores de pescado, que “paguen lo que vale”.
“Te prometen que van a venir una vez por semana a buscar tanta cantidad de pescado y vos lo vas a pescar, lo dejás ahí y no lo vienen a buscar. Y lo vendés al costo así a la gente,  sino bueno no te queda otra viste cuando se pone feo lo tenés que tirar… o consumir o tirar. Eso es lo que hace falta. Un comprador. Pero ahora lo que no va a pescar porque no hay comprador. Guillermo no puede ir a pescar ahora, no tiene comprador… no hay, te pagan la miseria que les pagan a los otros… que van a remo. Acá lo que hace falta es un comprador. Que compre bien el pescado. Que te pague lo que vale, que te pague el trabajo” (Varón 56 años)
Otra cosa que les gustaría es que existan mayores regulaciones con respecto a la pesca, para impedir que los grandes barcos sigan arrasando las lagunas y arroyos de la zona.
[Haciendo referencia a Prefectura] “Ahora agarraron un barco los de San Pedro, los denunciaron y agarraron un barco de esos, lo trajeron acá, lo metieron preso y… y que resulta que no se cuánto, el frigorífico no se cuánto daba por año y arreglaba para que la prefectura no viera lo que hacían. Son cosas que viste no… están ajeno de uno, uno no… no podemo andar, no podemo luchar contra ello. Así que más queremo nosotros que lo… yo te digo la verdad, nosotro queremo que lo controlen. Que a vos te digan: bueno, este pescado no se puede agarrar y no agarrarlo” (Varón, 56 años)
Todas las ideas que surgen en el grupo siempre son bienvenidas:
Y yo ahora, como le comenté a él, tengo ganas y la próxima reunión voy a proponer la idea de hacer un festival, de un festival de pescado frito, del festival de pescado asado, festival de la empanada de pescado, qué sé yo, darle un nombre de acá con recursos de la isla en el paseo público para… para que tenga, para que seamo… visible y para que le sirva a San Pedro como que por lo tanto que han trabajado” (Varón, 58 años)

Observaciones finales de Grupos de Ramallo y San Pedro
En los grupos de Ramallo y San Pedro una cuestión a destacar es que las mujeres no estaban muy informadas acerca de la pesca y sus implicancias con el medioambiente. Por otro lado, es llamativo que no hay un mercado que les permita hacer un uso sustentable de los recursos naturales de la región (flora, fauna, pesca, entre otros) y la pobreza de tiempo les impide dedicarse a otras actividades. Sin embargo, las mujeres se ven interesadas en aprender distintas técnicas de agregado de valor como una estrategia de mejorar los ingresos propios y familiares, así como diversificar sus tareas de “ayudante de pescador”. Algunas de ellas – las mujeres organizadas en el grupo de Ramallo – ya han comenzado a realizar tartas y empanadas para vender en puestos de venta de la asociación a la que pertenecen; además, se muestran interesadas en capacitarse en otros modos de agregado de valor, particularmente el despinado.
En el caso de San Pedro, las mujeres entrevistadas son todas jefas de hogar y no se dedican a la pesca, salvo esporádicamente en algunos casos. Muchas de ellas trabajaron como empleadas domésticas pero también realizaron diversos trabajos como criar animales de granja y cuidar la huerta; también hacen procesados de pescado, como tartas y empanadas de pescado, y venden sus productos en el mercado local.
En el grupo de Ramallo una cuestión a destacar es que las mujeres no estaban muy informadas acerca de la pesca y sus implicancias con el medioambiente. Por otro lado, es llamativo que no hay un mercado que les permita hacer un uso sustentable de los recursos naturales de la región (flora, fauna, pesca, entre otros) y la pobreza de tiempo les impide dedicarse a otras actividades. Sin embargo, las mujeres se ven interesadas en aprender distintas técnicas de agregado de valor como una estrategia de mejorar los ingresos propios y familiares, así como diversificar sus tareas de “ayudante de pescador”. Algunas de ellas – las mujeres organizadas en el grupo de Ramallo – ya han comenzado a realizar tartas y empanadas para vender en puestos de venta de la asociación a la que pertenecen; además, se muestran interesadas en capacitarse en otros modos de agregado de valor, particularmente el despinado.
En San Pedro nos resultó llamativo el problema que emerge con la desigual distribución de los planes sociales. Esto hace que muchos pescadores (aquellos que tienen el capital social para recibir un plan) puedan vender el pescado a precios muy bajos. Como consecuencia, se expulsa al resto de los pescadores del mercado. A continuación un testimonio es muy claro al respecto.
“El otro día tres camiones vinieron de Desarrollo Social. Por eso te digo que mientras les sigan dando… yo estoy en contra de eso, yo digo hay mucha gente que es preferible que le den laburo y no darle las cosas porque se acostumbran mal la gente. Le trajeron cama, silla, mesas.
Claro. Y por ejemplo ¿herramientas de trabajo y eso? No, eso no, si te dan herramientas los echan, no quieren herramientas de trabajo. Complica porque ellos lo venden barato, viste, no tienen ellos andan a remo… o tienen un motorcito chiquito que no gasta un litro de nafta por hora, entonce ello no…No tienen gastos. Porque yo muchas veces le digo, porque yo le digo, ellos se piensan que uno lo aconseja porque uno es malo pero no, digo: vos tenés que preocuparte por vos, cobralo bien, hacete una casita bien. Pero no… venden muy barato… y toda la gente... Nosotro hace tres o cuatro años, antes que vinieran ellos laburábamos mucho con los paraguayos. Venían los paraguayos de Buenos Aires y llevaban mucho pescado… pero en este momento van todo ahí… Como ahí lo venden más barato… y ¿viste? No, no, no, no podemos competir, y yo no puedo vender barato porque yo tengo gastos” (Varón, 56 años)
Por ende, a partir de las entrevistas efectuadas a los y las isleñas, y en función de las reflexiones expuestas, se pueden hacer  algunas recomendaciones en pos de empoderar a las mujeres que habitan el Delta. Como por ejemplo efectuar capacitación a las mujeres sobre procesamientos alimenticios a base de pescado (despinado, preparación de alimentos, etc.) y en desarrollo sustentable del medio. También organizar charlas de formación en comercialización, normas de higiene, etc. De este modo, lo que se busca es que se puedan abrir oportunidades económicas, para que sea posible una vida digna en la isla para las generaciones presentes y futuras.
7. ALGUNAS REFLEXIONES FINALES
Para analizar el contexto en el cual se pretende implementar un plan de trabajo o proyecto de desarrollo determinado, es necesario tomar en cuenta las dimensiones mencionadas a lo largo del trabajo, abordadas desde una perspectiva de equidad de género.
Vale resaltar algunos antecedentes en el campo intelectual conocido como género y medio ambiente, que constituyen nuestro marco teórico–conceptual pues ofrecen modelos interpretativos de la relación entre género, medio ambiente y desarrollo sustentable (Nieves Rico, 1998; Montoya, 2003). También se estudian las complejas dinámicas de poder que entretejen los procesos simultáneos de producción de la naturaleza y producción de sujetos, prestando especial atención a cómo dichos sujetos y su relación con el entorno están mediados por procesos de diferenciación y dominación basados en género, en la búsqueda por crear una historia ambiental que logre comprender mejor el papel que juegan los roles, estereotipos, valores y expectativas de género en las articulaciones entre lo político y lo ambiental (Ojeda, 2011).
Otros trabajos resaltan múltiples aspectos del vínculo entre mujeres rurales y recursos naturales, como la tenencia de la tierra, la biodiversidad y la producción de alimentos, el trabajo reproductivo, la vulnerabilidad ante desastres naturales, y la organización y participación política de las mujeres rurales (Martínez Corona, 2010).
Sin embargo, nunca antes se había llevado a cabo un trabajo de estas características en el Delta del Paraná, lo cual da cuenta del fuerte potencial que se puede continuar profundizando en la región.
Este artículo busca servir como base de información y fuente de consulta para futuros proyectos que involucren estrategias de desarrollo en la región del Delta, de modo de poder alcanzar un empoderamiento más equitativo, en donde se comparta la toma de decisiones y el ejercicio del control por parte de varones y mujeres.
En base a la Caja de Herramientas de Género compilada por Elsa Dawson 9 se presenta una breve recopilación de los aspectos más notables en lo que refiere al desarrollo sustentable del medioambiente para mujeres y varones. Como podemos ver en el Cuadro I, esto nos permite efectuar una síntesis, que implica una  fuerte condensación de los datos obtenidos, de modo de integrar de forma abarcativa los principales aspectos a destacar.
Como puede apreciarse en el Cuadro I, las mujeres poseen la capacidad de reutilizar el pescado, lo cual permite sacar un mayor provecho del recurso como, por ejemplo, en el caso de ejemplares de escaso valor comercial. En lo que refiere a la participación social, son componentes activos de los Grupos de Cambio Rural y tienen un fuerte interés en capacitarse, pues les interesa todo lo relacionado con la generación de valor agregado al pescado, y se encargan de la venta en el puesto local. Asimismo, tienen un rol fundamental en lo que respecta a la salud a nivel comunal, pues se encargan de cuidar de la salud y de la alimentación del grupo familiar.
Por otro lado, a grandes rasgos podríamos decir que las mujeres son las que están menos familiarizadas con las cuestiones ambientales y les falta información acerca de los usos de los recursos y sus consecuencias. Esta es una de las fuentes de vulnerabilidad en el caso de todos los grupos con los que trabajamos. Además, no se han constituido grupos de mujeres, en los que ellas puedan participar y sociabilizar, sino que solo lo hacen al interior del grupo de Cambio Rural. Otro punto a considerar reside en que sus oportunidades de empleo remunerado son muy limitadas, debido a las pesadas responsabilidades que involucran el mantenimiento del hogar y de sus miembros.

 

Capacidades

Vulnerabilidades

 

Mujeres

Hombres

Mujeres

Hombres

Manejo Ecológico

Reutilización del pescado sacando el mayor provecho del recurso, por ejemplo ejemplares de escaso valor comercial

Iniciativa de asociarse en función de mejorar las condiciones ecológicas a través de la regulación

Están menos familiarizadas con las cuestiones ambientales y falta información acerca de los usos de los recursos y sus consecuencias.

Están más informados pero al depender de la pesca artesanal para su subsistencia, muchas veces no pueden hacer un uso sustentable del recurso. (Por ejemplo pesca de ejemplares inmaduros)

Social / Organizacional

Participación activa de los grupos de cambio rural y tienen interés en capacitarse

Promueven sugerencias y proyectos para poder valorizar la pesca sustentable y alcanzar nuevos mercados

No hay grupos de mujeres en los que puedan participar y sociabilizar. Solo lo hacen al interior del grupo

Los hombres reproducen un esquema donde las mujeres son las encargadas predilectas del cuidado de personas y de los hogares.

Económicamente – Medios de Vida asociados

Generación de valor agregado al pescado. Venta en el puesto local

Buscan mejorar las técnicas de pesca (cámara de frío, mejores herramientas) y la forma de evitar la usura de los acopiadores.

Sus oportunidades de empleo remunerado son limitadas, debido a las responsabilidades para el mantenimiento del hogar y sus miembros.

No hay una buena conexión entre la oferta y la demanda local. Problemas en la cantidad peces

Cuadro I: Capacidades y vulnerabilidades de distintas dimensiones: manejo ecológico, social y económico. Para hombres y mujeres pescadores en el Delta del Paraná.
Todos estos aspectos deben ser considerados a la hora de integrar las cuestiones de género en la planificación del medio ambiente y en el momento de pensar los distintos tipos de acciones que pueden mejorar la condición de la mujer en la conservación de la biodiversidad.
Por su parte, los hombres tienen otras capacidades y presentan otro tipo de vulnerabilidades. En primer lugar, en lo que refiere a las capacidades, los hombres tienen iniciativas para asociarse en función de mejorar las condiciones ecológicas, a través de la regulación de los usos de los recursos del Delta. También promueven sugerencias y proyectos para poder valorizar la pesca sustentable y alcanzar nuevos mercados, y buscan mejorar las técnicas de pesca (cámara de frío, mejores herramientas, entre otros) para  evitar la usura de los acopiadores. En lo que refiere a la salud, en general tienen mayor resistencia a las enfermedades, al estar acostumbrados a permanecer expuestos a mayores contingencias climáticas por el tipo de actividades que realizan.
En segundo lugar, desde la perspectiva de las vulnerabilidades que presentan los hombres, están más informados sobre el desarrollo sostenible y las cuestiones ambientales que las mujeres pero, al depender de la pesca artesanal para su subsistencia, muchas veces no pueden hacer un uso sustentable del recurso; esto ocurre con la pesca de ejemplares inmaduros. Por otro lado, los hombres reproducen un esquema donde las mujeres son las encargadas predilectas del cuidado de personas y de los hogares. En lo relativo a la economía, no hay una buena conexión entre la oferta y la demanda local y enfrentan serios problemas en la cantidad peces. En este sentido, es importante promover redes asociativas, de modo de nuclear a los pescadores artesanales y poder luchar en forma conjunta por precios justos y condiciones  de trabajo dignas.
Ahora bien, desde una óptica de la conservación del medioambiente, las pesquerías artesanales del río Paraná podrían representar un espacio interesante de implementación de estrategias de Educación Ambiental no formal orientadas a pescadores artesanales y de subsistencia. Una estrategia de Educación Ambiental con estos grupos de pescadores podría ayudar a la toma de conciencia de las ventajas y desventajas que representa la industria de exportación de pescado de río y los problemas que implica la sobreexplotación del recurso. También podría orientarse a la capacitación en temas ambientales como dinámica del sistema fluvial y bioecología asociada de las especies pesqueras.
Además, a partir de una investigación conjunta entre pescadores y técnicos podrían surgir estrategias de valor agregado en origen que maximicen las ganancias comerciales de estos grupos vulnerables y a su vez promuevan una mínima presión sobre el recurso, lo que podría redundar en una disminución de la presión pesquera al extraer menos peces del ambiente pero utilizándolos de la forma más eficiente -como podría ser la venta de pescado fileteado, conservas, empanadas, tartas, fabricación de harina de pescado con las vísceras, etc.
La Educación Ambiental en pesquerías artesanales podría ser crucial para el desarrollo local sostenible, centrado en la protección del ambiente para garantizar el uso sostenido del recurso íctico por los pescadores artesanales y de subsistencia, de lo que dependen tanto su economía diaria familiar así como su cultura. En este proceso resulta fundamental mantener una mirada transversal desde una perspectiva de equidad de género, de modo de integrar a las mujeres y garantizar una mayor igualdad de oportunidades.
Es necesario comenzar a desarrollar líneas de Educación Ambiental no formal con perspectiva de género, que cuente con nuevas estrategias, metodologías y técnicas de aprendizaje que orienten el proceso formativo hacia la sensibilización y la auto-percepción de la persona en su medio, pero teniendo en cuenta las necesidades, los intereses y el universo cultural de las y los pobladores ribereños.
En base a todo lo anterior, algunas recomendaciones que pueden hacerse con el fin de empoderar a las mujeres y promover la equidad de género son:

8. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Baigún, Claudio R.M., Alba Puig, Priscila G. Minotti, Patricia Kandus, Rubén Quintana, Ricardo Vicari, Roberto Bó, Norberto O. Oldani y John A. Nestler (2008): “Resource use in the Parana River Delta (Argentina): moving away from an ecohydrological approach?” en Ecohydrology & Hydrobiology. Volumen 8, números 2-4, pp. 77-94.
Bó, R.F., R.D. Quintana, P. Courtalón, E. Astrada, M.L. Bolkovic, G. Lo Coco y A. Magnano (2010): “Efectos de los cambios en el régimen hidrológico por las actividades humanas sobre la vegetación y la fauna silvestre del delta del Río Paraná” en Blanco D.E. y F.M. Méndez (eds.) Endicamientos y terraplenes en el Delta del Paraná: Situación, efectos ambientales y marco jurídico. Fundación Humedales / Wetlands International. Buenos Aires, Argentina. pp. 33-63.
Bourdieu, Pierre, Jean-Claude Chamboredon y Claude Passeron (1986): “El oficio de sociólogo”. Siglo XXI, México.
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Diccionario de estudios de Género y Feminismos (2008). Editorial Biblios.
Donadille, G., J. Postma, L. Prol y C. Vizia (2010): "Producciones, endicamientos y medios de vida en el Delta del Paraná". En: Blanco D.E. y F.M. Méndez (eds.). Endicamientos y terraplenes en el Delta del Paraná: Situación, efectos ambientales y marco jurídico. Fundación Humedales / Wetlands International. Buenos Aires, Argentina. pp. 65-82.
Galafassi, Guido (2005): “La Pampeanización del delta”. Extramuros Ediciones, Buenos Aires.
Gamba, Susana (2000): “¿Qué es la perspectiva de género y los estudios de género?”. [En-línea] http://www.nodo50.org/mujeresred/spip.php?article1395.
INDEC (2001 y 2010) Censo Nacional de Población, Vivienda y Hogares.
Lamas, Marta (2000): “Género: algunas precisiones conceptuales y teóricas”. En: Lamas, Marta. Feminismo: transmisiones y retransmisiones. Taurus, México.
Martínez Corona, B. (2010): "Mujeres rurales, políticas públicas y justicia de género y ambiente". Projeto de Cooperação Técnica “Apoio às políticas e à participação social no desenvolvimento rural sustentável" – PCT IICA/MDA – NEAD
Montoya, R. A. (2003): “Género, Medio ambiente y Desarrollo Sustentable: Un nuevo reto para los estudios de género”. Revista de estudios de género La Ventana, Julio N° 17, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, México, pp. 79-106
Nieves Rico, M. (1998): “Género, Medio ambiente y sustentabilidad del Desarrollo”, Serie Mujer y Desarrollo N° 25, CEPAL, Naciones Unidas: Santiago de Chile
Ojeda, D. (2011): “Género, naturaleza y política: Los estudios sobre género y medio ambiente”. HALAC. Belo Horizonte, volumen I, numero 1, setiembre 2011 – febrero 2012, p.55-73.
Passeron, Jean Claude (1989): “Biographies, flux, intinéraires, trajectoires”. Revue Française de Sociologie, 31.
Quintana, R.D. y R. Bó (2010): “Caracterización general de la región del Delta del Paraná” en Blanco D.E. y F.M. Méndez (eds.) Endicamientos y terraplenes en el Delta del Paraná: Situación, efectos ambientales y marco jurídico. Fundación Humedales / Wetlands International. Buenos Aires, Argentina. pp. 5-13.
Scribano, Adrián (2008): "El proceso de investigación social cualitativo". Prometeo, Buenos Aires, Argentina.
Strauss, Anselm y Juliet Corbin (2002): “Bases de la investigación cualitativa. Técnicas y procedimientos para desarrollar la teoría fundamentada”. Universidad de Antioquía, Colombia.
Taller Ecologista (2010): “Humedales del Paraná: Biodiversidad, usos y amenazas en el Delta Medio. Octubre de 2010. Inercia ediciones. http://tallerecologista.org.ar/sitio/eco-noticias/11-02-04.html‏.


1 Cabe aclarar que la letra cursiva se utiliza en el presente informe para referirse a las palabras textuales de los y las entrevistadas. Las aclaraciones de autor se realizan entre corchetes.

2 Datos extraídos de Galafassi (2005), La Pampeanización del delta.

3 El concepto de feminismo se refiere a los movimientos de liberación de la mujer, que históricamente han ido adquiriendo diversas proyecciones. El feminismo propugna un cambio en las relaciones sociales que conduzcan a la liberación de la mujer –y también del varón– a través de eliminar las jerarquías y desigualdades entre los sexos. También puede decirse que el feminismo es un sistema de ideas que, a partir del estudio y análisis de la condición de la mujer en todos los órdenes –familia, educación, política, trabajo, etc. –, pretende transformar las relaciones basadas en la asimetría y opresión sexual, mediante una acción movilizadora. La teoría feminista se refiere al estudio sistemático de la condición de las mujeres, su papel en la sociedad y las vías para lograr su emancipación. Además de analizar y/o diagnosticar sobre la población femenina, busca explícitamente los caminos para transformar esa situación. Aunque el feminismo no es homogéneo, podemos decir que constituye un movimiento político integral contra el sexismo en todos los terrenos (jurídico, ideológico y socioeconómico), que expresa la lucha de las mujeres contra cualquier forma de discriminación

4 El concepto de Patriarcado refiere a un conjunto de relaciones sociales en el cual hay relaciones jerárquicas entre los hombres y solidaridad mutua entre ellos, lo que les permite dominar a las mujeres. La base material del patriarcado es el control de los hombres sobre las mujeres, en la esfera de la producción, negando el acceso a las mujeres a los recursos productivos económicamente necesarios y restringiendo su sexualidad (Hartman: 1979)

5 Se trabajó en base a dos documentos, por un lado el informe de Elsa Dawson realizado en junio del 2010 “Gender Mainsteaming Support for Wetlands International’s Livelhoods Programme” y  el anexo “Gender Resources Toolbox”. Por otro lado, el documento “Greenn Coast: For nature and people after the tsunami. Gender in Green Coast” publicado en el 2006.

6 En la Argentina corresponde a la Encuesta de Uso del Tiempo realizada en la Ciudad de Buenos Aires, en el año 2005.

7 http://www.infoguiasanpedro.com/informacion/produccion/produccion-y-caracteristicas-de-la-economia-local.html

8 http://inta.gob.ar/documentos/profeder-carpeta-institucional

9 “Gender Resources Toolbox” (2010) Gender Mainsteaming Support for Wetlands International’s Livelhoods Programme. Compilado por Elsa Dawson, Wetlands Livelihood Programme. Documento interno