Revista: Observatorio Iberoamericano de la Economía y la Sociedad del Japón
ISSN: 1988-5229


PARADOJA DE LA ECONOMÍA JAPONESA

Autores e infomación del artículo

Guido Poveda Burgos
Docente a tiempo completo Universidad de Guayaquil “UG”

Estefany Betsabe Feijo Álvarez

Jennifer Johanna bueno Macías

Carolina Ninibeth Bustamante Lozano

Birmania Elizabeth muñoz Miño

Lissette Ximena Guarquila Rosero

Leticia Katherine Rojas Paredes

Estudiantes de Ingeniería en Comercio Exterior; Sexto nivel paralelo 68, Universidad de Guayaquil “UG”, Ecuador

guido.povedabu@ug.edu.ec

Resumen: Japón uno de los países que ha crecido muy rápido a nivel de Economía, sus grandes innovaciones y colaboración han hecho que este país crezca con grandes posibilidades de ser uno de los primero en trazar una línea de comercio, su economía se caracteriza por ser el tercer país por volumen PIB y  ofrece facilidad de realizar negocios.
En Japón se ha establecido muchos cambios los cuales generan reformas estructurales para el país, con la esperanza de volver a tener más crecimiento en la economía Japonesa. Estas reformas en los sectores médico, industrial y agrícola, lo que harán es mejorar el crecimiento económico a largo plazo.
Si bien es cierto Japón estuviera en grandes problemas si se queda sin inversión, si esto ocurre, los recortes de impuestos normalmente inducen a las compañías a invertir en proyectos que son económicamente factibles. Entonces esta medida de por sí tiene sentido. El problema es que la política monetaria está compensando esas medidas.
Palabras claves: Economía, Japón, crecimiento, política fiscal, política monetaria, inversión.
Abstract: Japan one of the countries that has grown very fast in Economy level, its great innovations have made this country grow with great possibilities of being one of the first to draw a line of commerce the economy is very pleasant and very big thoughts full Of wisdom and enthusiasm.
In Japan many changes have been established which generate strict structural reforms for the country in the hope of regaining more growth in the Japanese economy. These reforms will be to improve good and constructive reforms all that has been said is that these reforms are contradictions but what is expected is that Japan is first since two important arrows have been established fiscal and monetary policy.
Although it is true that Japan is in big trouble if it runs out of investment if this happens, tax cuts usually induce companies to invest in projects that are economically feasible. Therefore, this measure in itself makes sense. The problem is that monetary policy is compensating for these measures.
Keywords: Economy, Japan, growth, fiscal policy, monetary policy, investment



Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato:

Guido Poveda Burgos, Estefany Betsabe Feijo Jennifer Johanna bueno Macías, Carolina Ninibeth Bustamante Lozano, Birmania Elizabeth muñoz Miño, Lissette Ximena Guarquila Rosero y Leticia Katherine Rojas Paredes (2017): “Paradoja de la economía japonesa”, Revista Observatorio Iberoamericano de la Economía y la Sociedad del Japón (marzo 2017). En línea:
http://eumed.net/rev/japon/29/paradoja.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/japon29paradoja


Introducción
Una paradoja en la que se ve reflejada la crisis, destrucción, economía, electricidad, esperanza, fe, inversión, Japón, maremoto, reactor, recuperación, terremoto, tsunami.
El terremoto no es una catástrofe económica días después de la tragedia, el yen alcanzó su nivel más alto desde la II Guerra Mundial. Una moneda tan fuerte tiene efectos muy graves para las exportaciones del país y causa múltiple desajustes internacionales.
Los japoneses tienen una visión más allá de lo que sucede en el momento. Uno de los casos es la explosión de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, es imposible olvidar las imágenes de sufrimiento y destrucción que se mostraron en los diferentes medios de comunicación a nivel mundial. Mientras que en otros países las escenas después de una catástrofe suelen ser de pánico, desorden y saqueos, en Japón todos trabajan unidos, desde hacer largas filas esperando con calma atención médica o comprando alimentos. A pesar de haber superado todo lo sucedido con la explosión de bombas nucleares, quedan muchas secuelas en las personas causando graves enfermedades que con el pasar de los años se han visto.
Pero de otra manera, están apostando a que la economía japonesa se recuperará antes de lo que las imágenes de la devastación podrían hacer pensar. También apuestan a que el impacto financiero en otros países será menor y que los efectos económicos a largo plazo no serán significativos. Menos de una semana después del terremoto y del tsunami, con las plantas nucleares aun incendiándose y la bolsa nipona en caída, los fondos de inversión internacionales especializados en comprar acciones de empresas japonesas recibieron volúmenes récord de dinero: en esa semana los inversores depositaron 956 millones de dólares, cuando la semana anterior al terremoto el monto había sido de 180 millones.
Lo mismo pasó con la moneda. Días después de la tragedia, el yen alcanzó su nivel más alto desde la II Guerra Mundial, una moneda tan fuerte tiene efectos muy perniciosos para las exportaciones del país y causa múltiple desajustes internacionales. Por eso los bancos centrales de los siete países más ricos intervinieron con gran eficacia en los mercados de divisas, logrando estabilizar la moneda japonesa. Esto también fue una novedad: la intervención coordinada de los bancos centrales no ocurría desde hace más de una década.
El fortalecimiento del yen se debe a que los mercados anticiparon una masiva repatriación de capitales japoneses depositados en otros países y monedas. Como este dinero tendrá que retornar para financiar la reconstrucción, aumentará la demanda de yenes. Suponiendo que esto elevaría el valor de la moneda, los especuladores se lanzaron a comprar yenes. Pero en este caso algunos perdieron: la intervención de los bancos centrales impidió que la divisa nipona siguiera subiendo. Quienes probablemente no van a perder son quienes han apostado a la rápida recuperación de Japón.
Si bien este explosión de las bombas nucleares fue devastador, el estimado más alto de sus costes es de 300.000 millones de dólares, y la mayoría de los analistas lo sitúa más bien en 200.000 millones de dólares. Esta cifra equivale solo al 4% de la actividad económica japonesa y al 1% de la riqueza del país. El columnista Martin Wolf recuerda que, en Japón, la crisis financiera mundial tuvo un impacto equivalente al 10% de su economía.
Si bien las imágenes que vimos en Japón después de la crisis financiera no tuvieron el dramatismo de las que ahora observamos, la realidad es que el crash de 2009 afectó a un número mucho mayor de japoneses. El otro cálculo que están haciendo los mercados financieros es que la recuperación de Japón será tan veloz como la que se ha registrado en otras catástrofes.
Garry Evans, del banco HSBC, estudió los impactos financieros de los terremotos de Kobe (Japón) en 1995, Taiwán en 1999, Chile en 2010 y los ataques terroristas de 2001. Encontró que tras una caída inicial, las respectivas bolsas de valores se recuperaron a su nivel pre catástrofe entre 23 y 78 días después, y 100 días más tarde estaban por encima de ese nivel. Además, las economías afectadas por estos desastres crecen gracias al estímulo de las inversiones destinadas a la reconstrucción.
 En 2010, Chile sufrió un devastador terremoto y creció al 5%. Obviamente la tragedia de Japón tiene otros efectos negativos, ya que allí están los eslabones críticos de muchas de las cadenas de suministro de las que depende la industria mundial, y ahora esos nódulos están parados. Las aseguradoras sufrirán y el futuro de la industria nuclear está en cuestión. A esto último también le apuestan los inversores: el precio del uranio ha caído un 30%.
La percepción de que Japón sigue golpeando por debajo de su peso en la política internacional continúa teniendo gran fuerza en Europa. Pero la paradoja percibida sobre Japón ya no es entre la economía y la política. Se trata de la falta de una cooperación internacional significativa entre Europa y Japón, a pesar de que  los dos lados afirman sus valores compartidos y la importancia de los valores en sus políticas exteriores.
Hay un grado de ambivalencia en la manera en que China afecta el perfil de Japón en Europa, pero la conclusión es que la visión de China como centro de Asia a través de las capitales europeas, tiende a empujar a Japón fuera del debate de política exterior. Por una razón, China se lleva toda la atención de los medios, que en cierto modo es una bendición disfrazada, ya que los diplomáticos chinos se quejan notablemente de la cobertura negativa que recibe su país en Europa. Pero para Japón, esto significa menor visibilidad - sólo un puñado de medios de comunicación europeos mantienen un corresponsal a tiempo completo en Tokio, mientras que los principales medios de comunicación mantienen una presencia permanente en Beijing, desde la que a veces cubren el noreste de Asia, o incluso la totalidad de Este de Asia.
Esta nueva paradoja de Japón es una variante de la eterna pregunta sobre la medida  en que los valores deben conducir la política exterior de Europa - incluyendo Asia.  Japón es un socio potencial en todas las prioridades clave de Europa, desde el cambio climático al Estado islámico. Una mirada más detenida sobre la declaración conjunta  de la última cumbre UE-Japón muestra que más allá de los valores compartidos, Japón y Europa comparten diagnósticos similares en la mayoría de los problemas de seguridad internacionales. Esto sugiere que se debería dar más crédito a la política exterior japonesa en cuanto a las limitadas contribuciones que hacen al orden internacional.
Los límites de las reformas económicas del Primer Ministro Shinzō Abe se acentuaron en 2015. Pese a un plan de estímulo presupuestario, flexibilidad monetaria y reformas estructurales, el crecimiento se mantuvo débil, la inflación siguió como amenaza y la deuda pública permaneció en niveles muy altos (más de 245% del PIB de Japón). En junio de 2015 el gobierno reafirmó su compromiso de alcanzar un superávit presupuestario para el año 2020.
Se anunció un plan de contingencia en noviembre de 2015 que aumentó el salario mínimo un 3%, introdujo medidas de apoyo (tal como la ampliación del acceso a seguro de desempleo y apoyo a pensionados) y agilizó procedimientos administrativos para estimular la inversión de PYMES.
La tasa de desempleo, la cual aumentó debido a la crisis financiera global, se mantiene moderada a un 3,5%. Se firmó el Acuerdo Transpacífico (TPP, en inglés) en febrero de 2016 pero aún no ha sido ratificado. El acuerdo de libre comercio pretende armonizar normas y reducir aranceles para contrarrestar la creciente influencia de China.
La consolidación presupuestaria se mantendrá como un tema clave para el país conformo trata de controlar su deuda. El envejecimiento de la población y las tensiones políticas con China y Corea del Sur son temas que Japón también deberá resolver en años venideros.
Coyuntura económica
Japón, la tercera economía más grande del mundo, está muy expuesto a la situación económica mundial debido a su fuerte dependencia en las exportaciones. La economía ha experimentado recientes episodios de recesión debido a la desaceleración económica mundial. Los desastres naturales y la resistencia al alza del IVA en el 2014 agravaron esta tendencia recesiva. En 2015, el crecimiento se mantuvo débil (0,6%), impulsado sobre todo por el comercio exterior y el consumo público. Se espera un ligero repunte para el 2016 de la mano de exportaciones fuertes y consumo en los hogares.
Los límites de las reformas económicas del Primer Ministro Shinzo Abe se acentuaron en 2015. Pese a un plan de estímulo presupuestario, flexibilidad monetaria y reformas estructurales, el crecimiento se mantuvo débil, la inflación siguió como amenaza y la deuda pública permaneció en niveles muy altos (más de 245% del PIB de Japón). En junio de 2015 el gobierno reafirmó su compromiso de alcanzar un superávit presupuestario para el año 2020. Se anunció un plan de contingencia en noviembre de 2015 que aumentó el salario mínimo un 3%, introdujo medidas de apoyo (tal como la ampliación del acceso a seguro de desempleo y apoyo a pensionados) y agilizó procedimientos administrativos para estimular la inversión de PYMES. La tasa de desempleo, la cual aumentó debido a la crisis financiera global, se mantiene moderada a un 3,5%. Se firmó el Acuerdo Transpacífico (TPP, en inglés) en febrero de 2016 pero aún no ha sido ratificado. El acuerdo de libre comercio pretende armonizar normas y reducir aranceles para contrarrestar la creciente influencia de China.
La consolidación presupuestaria se mantendrá como un tema clave para el país conformo trata de controlar su deuda. El envejecimiento de la población y las tensiones políticas con China y Corea del Sur son temas que Japón también deberá resolver en años venideros. (Santander, 2016)
Principales sectores económicos
Aunque Japón cuenta con algunos yacimientos de oro, magnesio, carbón y plata, el país no tiene suficientes recursos naturales para ser autosustentable. Es por ello que Japón depende mucho de importaciones para satisfacer sus necesidades energéticas y de materia prima. Debido a su gran extensión marítima, el país es uno de los productores más importantes de productos de pesca. Sólo 15% de la superficie japonesa es apta para el cultivo. El té y el arroz son las dos cosechas más importantes del país, aunque el sector agríccola como tal está altamente subsidiado y protegido. La agricultura contribuye de forma marginal al PIB y emplea a menos de 4% de la población activa.
El sector industrial está muy diversificado ya que produce desde papel hasta alta tecnología. Japón domina el sector automotriz, la robótica, la biotecnología, la nanotecnología y las energías renovables. Japón es el segundo mayor productor de vehículos y de barcos. El sector industrial aporta más de 25% del PIB.
El sector servicios representa más de 70% del PIB y emplea a cerca de 70% de la población activa. El sector turístico está en pleno auge, ya que  el número de turistas alcanzó 19 millones en 2015. El actual gobierno espera que el país llegue a los 20 millones de turistas para el año 2020.
Economía de Japón enfocada en el PIB
La economía de Japón es la tercera más grande del mundo, detrás de  Estados Unidos y China. La cooperación entre el gobierno; mediante políticas públicas y las industrias, su filosofía de trabajo muy exigente y el dominio de la tecnología han llevado a Japón al éxito económico que hoy en día disfruta; pese a los últimos desastres naturales que ha tenido que afrontar. Lo fuerte de los japoneses como bien se conoce son los productos manufacturados y la tecnología, principalmente: vehículos, artículos electrónicos e industria de acero; su base industrial recae en las industrias pesadas, químicas y electrónicas, que juntas constituyen al menos los dos tercios del valor total de las exportaciones anuales.
Por otro lado la actividad agrícola en Japón es muy débil, el número de trabajadores agrícolas cayó alrededor de un 60% durante los últimos 25 años; por lo que el estado se ve obligado a subsidiar los productos agrícolas, el 60% de sus alimentos en base calórica.
El sector de las finanzas está desarrollándose con rapidez, en la actualidad debido en gran parte a su moneda, el yen, que es la tercera más trasladada tras el dólar estadounidense y el euro. Tras 40 años de un crecimiento económico constante y a veces espectacular, la economía japonesa no creció de manera significativa durante el decenio de 1990, situación revertida desde 2003, año desde el cual la economía ha vuelto a crecer significativamente.
Actualmente la economía ha experimentado recientes episodios de recesión debido a la desaceleración económica mundial, los desastres naturales y la resistencia al alza del IVA en el 2014 agravaron esta tendencia recesiva. En donde al término de 2015 Japón registró un déficit en su Balanza comercial de 21.230,6 millones de euros, un 0,57% de su PIB, inferior al registrado en 2014, que fue de 91.808,3 millones de euros, el 2,65% del PIB.
Los principales socios comerciales de Japón son: son Estados Unidos, China, el sudeste asiático,  Arabia Saudita y el resto de países miembros de la Unión Europea. Japón se encuentra en la posición 25 de ingreso per cápita a nivel mundial 29.267,340 € (2015).  (The Observatory of Economic Complexity, 2014)
Características notables de la economía japonesa incluyen una fuerte unidad entre productores, manufactureros y distribuidores, reunidos en grupos conocidos como keiretsu, los fuertes gremios empresariales, el shunto (práctica japonesa que organiza cada año las negociaciones salariales, afectando a una cuarta parte de la población laboral del país, es conocida como la ofensiva de primavera y se trata de una negociación entre patronales y trabajadores) y la garantía del empleo vitalicio para la mayoría de los trabajadores. Muchas de estas características se han visto deterioradas a través de los años.
Recursos Naturales
Los recursos minerales de Japón son variados pero limitados en cantidad, el país no tiene suficientes recursos naturales para ser autosustentable, así como de energía, lo que ha influido en el desarrollo industrial del país, por ello se suele considerar que Japón no tiene recursos naturales propios, lo cierto es que la caliza es la roca más explotada y aunque escasos, también tiene varios sectores de oro, magnesio, carbón, plata, cobre y cinc.
El carbón se encuentra localizado en yacimientos como los de Kyushu, Hokkaido y Honshu. En la zona noroccidental de Hosso hay pozos petrolíferos. El hierro se encuentra en las regiones de Kamaysho, Gimma y Bashi mientras que en la región de Otoña se encuentran minerales como oro, estaño, uranio y wolframio. Debido a la recesión mundial, las importaciones tuvieron un descenso significativo frente a las exportaciones que aumentaron. Las importaciones más recientes son lideradas por petróleo crudo con el 15.5%, seguido por el gas de petróleo con un 10.6%.
En la región de Matsizano, hierro en Kamaysho, Gunma y Beshi. Mientras se encuentra oro, estaño, uranio y wolframio que se localizan en la región de Itomka.
A pesar de ello los niveles de importación de las materias primas dejan en evidencia que la producción interna es prácticamente testimonial dado que el país Japón importa el 99% del petróleo, 74% de gas, 98% de hierro, el 100% de bauxita y el 75% de carbón.
Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca
A pesar de poseer poca superficie dedicada a la agricultura, este país tiene una de las mayores producciones mundiales por área sembrada, esto se debe a la aplicación de la avanzada tecnología agrícola. El cultivo principal es el arroz, siendo este quien ocupa más de la mitad de la superficie sembrada. El trigo, la patata y la batata son importantes para la satisfacción de las necesidades alimentarias locales. Un producto de mucho valor es el té, con producción sobre las laderas meridionales del país. Los cítricos son los frutos más cultivados.
La ganadería no ha sido tradicionalmente un sector de mayor importancia en la economía del país, de hecho, apenas dispone del 1,5% de la superficie del mismo como pastos naturales (567 000 ha).  (Asien, 2015) refiere que en el sector ganadero la carne se ha consumido en cantidades relativamente importantes en Japón solo a partir de mediados del siglo XIX, sin embargo, la acrecida prosperidad y mejora del nivel de vida en los años 60 y 70 generó un fuerte aumento en la demanda de carne, huevos y productos lácteos, lo que se ha traducido en un rápido crecimiento de los efectivos de las especies más rentables.
Este es el mayor componente del grueso de las importaciones agrícolas de Japón (casi un 25%) en los últimos años. Los productos de más consumo son el cerdo, la carne vacuna y carnes blancas. Basado en el valor de las importaciones, Japón es el receptor de carne más grande del mundo, ya que para este tipo de producto, en general son necesarias las fuertes importaciones. Caballos y cabras, por su parte, se hallan en acelerada disminución y el número de ovejas es muy reducido.
Casi el 67% del área de Japón está cubierta de bosques, lo que supone 25,198.000 ha. Se trata obviamente de una porción muy elevada, lo que significa un consumo de madera enorme. La mayor parte de la producción propia corresponde a coníferas, especie que ocupa el 98% de la superficie de repoblación; en cambio, en los bosques naturales las frondosas representan el 82% de área de los mismos. De los árboles autóctonos cabe destacar el cedro, ciprés y roble japoneses, pinos rojos y negros, hayas y abetos rojos y blancos. Hokkaido y la mitad norte de Honshu son áreas forestales densas.
Desde tiempos remotos, el japonés ha sido un pueblo ictiófago: su débil consumo histórico de proteínas de origen ganadero era compensado con un abundante consumo de pescado. Se encuentra en el primer puesto mundial por su producción pesquera, en especial de sardinas, caballas y salmones. Sobre la costa meridional de Shikoku y Kyushu, se desarrolla la cría de ostras perlíferas.
El grueso del tonelaje procede de la pesca de altura, ya que la costera representa solo un 18,3%. Sin embargo la pesca de alta mar encara desde los años 60 el problema de que casi todos los países con agua de gran riqueza ictiológica han extendido su soberanía pesquera hasta un límite de 200 millas de sus costas, por ello, Japón ha desarrollado una especialización en la pesca pelágica, realizada en alta mar por grandes barcos-factorías.
Industria
La nación de las actividades industriales (incluyendo la minería, la manufactura, y electricidad, gas, agua y servicios públicos) aportó el 46,6% del total de la producción industrial nacional en 1969, hasta descender ligeramente al 45,8% en 1975. Este constante descenso industrial entre los años 1970 y 1980 fue el resultado del crecimiento de las industrias de alta tecnología. Durante este período, algunas de las mayores industrias pesadas, como la siderurgia y la construcción naval, disminuyeron o se mantuvieron estables. Junto con la industria de la construcción, las industrias pesadas formaban el 34,9% dela fuerza de trabajo en 1989. El sector de la industria de servicios creció más rápidamente en los años 80, en términos de PNB (Producto Nacional Bruto), mientras que las mayores pérdidas se produjeron en la agricultura, la silvicultura, la minería y el transporte.
El sector industrial está muy diversificado hoy en día ya que produce desde papel hasta alta tecnología, dominado los sectores automotrices, la robótica, la biotecnología, la nanotecnología y las energías renovables. Japón es el segundo mayor productor de vehículos y de barcos. El sector industrial aporta más de 25% del PIB.
La industria está concentrada en varias regiones, en el siguiente orden de importancia: la región de Kanto rodea Tokio, en particular las prefecturas de Chiba, Kanagawa, Saitama y Tokio (región industrial de Keihin); la región de Tokai, incluido Aichi, Gifu, Mie, y prefecturas de Shizuoka (región industrial de Chukyo-Tokai); región de Kinki (Kansai), incluidas las de Osaka, Kioto y Kobe (región industrial de Hanshim); la parte suroeste de Honshu, norte de Shikoku y de todo el interior del mar (región industrial de Setouchi); y la parte norte de Kyushu (región industrial de Kitakyushu). Además, una larga y estrecha faja de centros industriales se encuentra entre Tokio y Fukuoka, establecida por determinadas industrias, que se han desarrollado como molino de las ciudades.
Los campos en los que el Japón goza de relativamente alto desarrollo tecnológico incluyen la fabricación de semiconductores, fibra óptica, electrónica, óptica de los medios de comunicación, fax y fotocopiadoras, y en los procesos de fermentación de alimentos y bioquímica. Sin embargo tiene ligeros retrasos en productos tales como: satélites, cohetes y aeronaves de gran tamaño, donde la capacidad de ingeniería avanzada no es suficiente.
Con JAXA (Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial) posiblemente se realice una misión tripulada a la Luna. En productos tales como el diseño asistido por ordenador y fabricación asistida por ordenador (CAD y CAM respectivamente), bases de datos, con software básico se requieren capacidades. Es difícil la explotación de los recursos naturales, debido a la falta de ellos.
Servicios
El sector servicios representa más de 70% del PIB y emplea a cerca de 70% de la población activa. El sector turístico está en pleno auge, ya que  el número de turistas alcanzó 19 millones en 2015. La banca, los seguros, los bienes raíces, la venta al por menor, el transporte y las telecomunicaciones son la principales industrias. Existen grandes empresas como Mitsubishi UFJ, Mizuho, NTT, TEPCO, Nomura, Mitsubishi Estate, Tokio Marine, JR East, Seven & I, algunas de ellas son grandes empresas multinacionales.
El gobierno de Koizumi siuará a Japan Post como uno de los proveedores de servicios de seguros y de privatización más grandes del país hasta el año 2014. Los seis principales grupos son Keiretsu, Sumitomo, Fuyo, Mitsui, Dai-Ichi Kangyo y Sanwa, Japón es el hogar de 326 empresas de la lista Forbes Global 2000.
Fuerza Laboral
En 2015, la fuerza laboral de Japón constaba de unos 65.98 millones de trabajadores, de los cuales el 82% de los hombres tienen un empleo remunerado y las mujeres un 64%, y está disminuyendo rápidamente. La afiliación sindical del trabajo es de unos 12 millones. La tasa de desempleo es actualmente del 3,4%. La fuerza laboral por ocupación muestra que la agricultura tiene 2,9%, industria 26.2% y servicios el 70,9%  (Expansión, 2015). La mayoría de los sindicatos abarcan toda la empresa, en las industrias japonesas los trabajadores hábiles reciben capacitación en diversas especialidades y se forman empleados multifuncionales.
En 1989, el sector público, predominantemente la confederación sindical, SOHYO (Consejo General de Sindicatos de Japón), se fusionó con la RENGO (Confederación de Sindicatos del sector Privado de Japón) para formar la Confederación de Sindicatos de Japón. Una de las principales preocupaciones a largo plazo para la fuerza de trabajo japonesa es la baja tasa de natalidad. En el primer semestre de 2005, el número de muertes en Japón era superior al número de nacimientos, lo que indica que la disminución de la población (inicialmente previsto para 2007) ya había comenzado. Si bien una contramedida para un descenso de natalidad sería la de eliminar los obstáculos de la inmigración, el gobierno japonés se ha mostrado reticente a hacerlo.
Es por esto que nos damos cuenta de la importancia que tiene Japón para realizar negociaciones esta paradoja para infinita de nunca acabar nosotros debemos dar un hincapiés dado que este proceso económico de Japón ayuda a diferentes países debido a la ayuda económica que brinda no solo al ecuador sino al resto de países en los cuales ha llegado a obtener muchas conexiones.
Sin inversión 
Sí, los recortes de impuestos normalmente inducen a las compañías a invertir en proyectos que son económicamente factibles. Entonces esta medida de por sí tiene sentido. El problema es que la política monetaria está compensando esas medidas.
El banco de Japón tuvo una política de tasa de interés nula (ZIRP, por sus siglas en inglés), incluso antes de que la Reserva Federal y el Banco Central Europeo conocieran que esto existía. Éste tuvo permanentes bajas tasas de interés y realizó una flexibilización cuantitativa después de la infame burbuja inmobiliaria y de la bolsa de valores en los inicios de los años 90.
Entonces en lugar de limpiar la casa, pagar el alto endeudamiento y dejar que los bancos quiebren, Japón sentó el precedente de prorrogar los malos préstamos y mantener los bancos vivos a expensas del público. Como resultado, sus balances continúan atascados por los excesos del pasado y tienen poca capacidad para prestar a las empresas productivas.
Del lado de la demanda, las compañías creen que inclusive con intereses bajos no hay muchos proyectos de inversión que valgan la pena emprender, así que vuelven a comprar sus propias acciones igual que las compañías de Estados Unidos, lo que eleva la bolsa de valores pero no genera ningún crecimiento en el futuro. Los recortes de impuestos no remedian este tipo de comportamiento.
Sin innovación
Seamos realistas, solo Japón en el pico de la burbuja a finales de los '80 fue capaz de producir innovaciones genuinas que fueron un éxito mundial. Nintendo es un ejemplo.
Antes de eso, ellos usaron la estrategia mercantilista de copiar tecnología de otros países y hacer tal tecnología mejor y más barata. Los fabricantes de carros japoneses no son realmente innovadores, pero se las arreglaron para mejorar los productos existentes y venderlos por un precio razonable.
Es similar a lo que ahora está haciendo China, con la diferencia de que los japoneses lograron efectivamente mejorar la calidad. Desafortunadamente, esto es cosa del pasado, ya que Japón se está quedando atrás en industrias de alto crecimiento como la biotecnología y los productos de consumo.
A su vez, las políticas de dinero gratis y la cultura de rescate previamente inculcada evitarán que las pequeñas reformas tengan éxito.

Sin incremento salarial
En general, la baja inflación y la estabilidad de precios es actualmente una buena cosa. Alemania logró estabilidad de precios por largo tiempo con el marco alemán, y lo hizo bastante bien. Cualquiera que haya visitado Japón en las últimas dos décadas, durante las cuales tenía una leve deflación y estabilidad de precios, estaría de acuerdo en que sigue siendo uno de los países más desarrollados y avanzados del mundo.
Sin embargo, con el fin de deshacerse de las enormes deudas, Abe decidió usar la herramienta de la inflación reduciendo el valor de la deuda en términos reales. Entonces, con la esperanza de una mayor actividad económica, forzó a que el Banco de Japón imprimiera dinero con el fin de remover la inflación.
Este proceso no solo roba a los ahorradores, sino que pone a los trabajadores en desventaja y es una medida diametralmente opuesta a lo que Abe quería obtener en cuanto a que la gente saliera y consumiera más. Si quieres más consumo y crecimiento, primero necesitas que la gente gane dinero en términos reales. Pero debido a la alta inflación en alimentos y energía, los salarios básicos de los trabajadores japoneses declinaron por 24 meses consecutivos hasta abril de 2014.
Ahora, Abe quiere quitar las horas extras de algunos trabajadores de cuello blanco. Las horas extras son la gota que mantuvo al consumidor japonés a flote.
A pesar de esta iniciativa, hasta que Japón resuelva los problemas de deuda, de bancos moribundos y de un gobierno insolvente, incluso reformas estructurales bien intencionadas no pueden hacer nada para cambiar el destino del país.
Karoshi en Japón
Se puede traducir como el trabajo en exceso, los japoneses con frecuencia hacen horas extras en el trabajo hasta el punto de pensar en morirse y luego cuando no ven otra opción se suicidan, en un caso registrado en que una empleada que entró a trabajar en una empresa grande en publicidad, según sus redes sociales delataban que pasaba trabajando, en el mes 105 horas extras, días antes de su suicidio compartió mensajes que tenía que trabajar sábado y domingo. El karoshi en Japón es catalogado como una enfermedad y que afectan más a los hombres entre los 30 y 40 años en puesto de dirección. “Está tan extendido que si un juez determina que alguien murió por karoshi, su familia recibe una compensación de unos US$20.000 por parte del gobierno y pagos de hasta US$1,6 millones por parte de la compañía”  (Zaria Gorvett, 2016).
El Gobierno de Japón en el 2014 creó una ley para combatir el karoshi, en el 2015 se dedicó un mes de campaña para formar conciencia del exceso de trabajo en las empresas, en la actualidad realiza regulaciones en los horarios de trabajo.
Emprendimiento
Japón se ha distinguido por ser un país donde el trabajo es el emblema del éxito empresarial, sin embargo, el modelo japonés para constituir una empresa descansa también en otros ejes. A principios de la década pasada, la Secretaría de Economía decidió promover más activamente la consultoría de negocios para las empresas nacientes. Con esto en mente, un grupo de consultores se dio a la tarea de viajar buscando los mejores modelos para asesorar a las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) del país.
En su búsqueda, Mauricio Rodríguez, fundador y director de la consultoría Lajapyme, dio con una metodología japonesa que implica un trabajo de cerca con los empresarios para desarrollar modelos integrales de negocio, los cuales no sólo están enfocados en la rentabilidad sino también en el desarrollo personal del empresario y del equipo de trabajo.
"La clave de esta metodología es el contenido humano, los procesos en una empresa naciente deben ser sencillos e integrados para obtener buenos resultados y, en general, bienestar personal", explica en entrevista Mauricio Rodríguez.
En México, Lajapyme ha trabajado con más de 3,000 empresas, sobre todo del sector construcción, turístico y restaurantero. La consultoría ha sido elegida por el sector gubernamental como un auxiliar para apoyar a las empresas beneficiadas por programas públicos.
De manera breve, la metodología busca tres objetivos esenciales: identificar los mayores problemas de la empresa, proponer alternativas y dar seguimiento a la manera en que se resuelven los problemas.
Estos objetivos se logran con la utilización de conceptos clave: es ahí donde se aplican las lecciones que los consultores aprendieron en oriente, las cuales son muy sencillas y están basadas en los ejes de la disciplina, manejo del dinero y la valoración del conocimiento.
Relaciones Internacionales
Desde que Japón pasó a formar parte de las Naciones Unidas en 1956, una vez calmado las relaciones con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), quien habría frustrado 3 veces la membresía japonesa en la ONU. La admisión japonesa mantuvo un suceso de gran relevancia, ya que se percibía la intervención en la organización como una oportunidad de ganar prestigio internacional y mejorar la imagen de Japón que fue corroída por la guerra. Desde su salida de la tensión interna por la cual atravesaba optó por una política concentrada en el alto crecimiento económico con el mínimo gasto militar esto puso fin a la zozobra interna del país. El éxito de esta política interna le dio a Japón prosperidad y orgullo entre su población. Después de su intervención en la Guerra del Golfo en 1990 en el marco de contrarrestar lo sucedido los límites del sistema internacional, la diplomacia japonesa se esforzó por desarrollar sus políticas propias especialmente en Asia y Medio Oriente (Yamamoto, 2015).
Hoy en día Japón es parte fundamental como miembro de la Organización de las Naciones Unidas, formando parte principalmente de las estructuras multilaterales de la cooperación internacional y de las diversas agrupaciones de fondos y programas internacionales como lo son: UNICEF, UNCTAD, PNUD, ACNUR, PNUMA, etc., institutos: UNICRI, UNITAR, etc., comisiones, agencias especializadas (OIT, FAO, OMS, UNESCO) etc. que conforman este sistema internacional. Japón busca convertirse en miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, pero en octubre del 2015 fue elegido miembro no permanente del Consejo de Seguridad para el bienal 2016-2017. Además de ello Japón forma parte de las más importantes organizaciones internacionales en materia económica - financiera y energética. Japón también es miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), del Club de París, del G-7, G-8 y G-20, y mantiene una relación institucionalizada de asociación con la OSCE. En Asia, es miembro de APEC, tiene un diálogo institucionalizado con ASEAN y estatuto de observador en la SAARC (Asociación de Cooperación Regional de Asia del Sur).
Las relaciones exteriores de Japón vienen acompañadas por dos factores que son la economía y seguridad; sin embargo, Japón no participa del Banco Asiático de la Inversión en Infraestructura (AIIB) creado en el 2015 por la iniciativa de China, mantiene una gran participación diplomática económica en los últimos años, el cual se encuentra muy interesado en extender su red de acuerdos de libre comercio que mantiene en la actualidad; especialmente con Estados Unidos (Transpacific Partnership o TPP, firmado en febrero de 2016), la Unión Europea (Economic Partnership Agreement o EPA), China y Corea y otros países asiáticos.
Japón mantiene un fuerte vínculo diplomático y de seguridad con EEUU, a través de los Acuerdos de Seguridad EEUU – Japón, contraídos tras la II Guerra Mundial. Desde su elección en diciembre de 2012, el PM Abe ha trabajado para reforzar e impulsar este vínculo, que se considera en la actualidad el eje de la acción exterior japonesa. Japón mantiene relaciones con sus vecinos continentales marcadas en parte por la historia, por las preocupaciones de seguridad y por la dinámica dimensión económica, que ha hecho posible, en las últimas décadas el surgimiento de Asia Oriental como nuevo motor del crecimiento y el desarrollo económico en el mundo.
Conflictos Internacionales
En 2014-2015, Rusia estaba bajo la presión de las sanciones impuestas ilegalmente en él los países del G7, con Japón, incluyendo (pero la sanción japonesa se puede llamar simbólica en comparación con similares medidas de Estados Unidos y la Unión Europea). Teniendo en cuenta la cuestión territorial entre Tokio y Moscú, clima frío política como resultado de los acontecimientos en torno a la guerra de Crimea y la guerra civil en el sur-este de Ucrania era inevitable. La tensa situación hay una nueva motivación para Moscú y Tokio evalúan los prospectos para su relación, un análisis de los paralelos en la mentalidad nacional que puede ayudar en el establecimiento de la comprensión mutua. A pesar de las opiniones positivas en su mayoría de rusos a Japón, el nivel de japonés de simpatía por Rusia sigue siendo muy baja (13-15%), y los prejuicios hacia Rusia entrelaza con algún tipo de complejos fóbicos (Chugrov, 2015). Al mismo tiempo, el análisis de las intersecciones rusos culturas políticas y Japón, principalmente imágenes mutuas, nos permite concluir que la plasticidad de la mentalidad de ambas sociedades y que coincida con alguna de las características importantes ofrecen la perspectiva de la formación de los japoneses imagen más atractiva de Rusia.
Además con Rusia, Japón mantiene un diferendo territorial sobre los territorios del norte, cuatro islas del archipiélago de las Kuriles ocupadas por Rusia al final de la II Guerra Mundial. Las relaciones económicas y de inversiones son sin embargo intensas y tienen importantes ámbitos (energético, recursos marinos) de posible expansión.
En asuntos globales, Japón mantiene posiciones favorables al arreglo pacífico y acorde a derecho de controversias, la no proliferación nuclear, la libertad de navegación y la salvaguardia del libre comercio. En la crisis económica y financiera global, favorece soluciones que preserven la libertad de comercio y de inversiones y ha apoyado los esfuerzos internacionales para la estabilización de la crisis de la deuda en Europa.
En materia de derechos humanos, mantiene la pena de muerte, lo que es motivo de discrepancia con la UE y con otros países.
Comercio exterior
El comercio exterior es un elemento fundamental en la economía japonesa, pero el país no se encuentra muy orientado hacia el exterior e impone importantes barreras no arancelarias, especialmente en el sector agrícola. Japón negocia una serie de acuerdos de libre comercio, entre los cuales un acuerdo con la UE, mientras que el Acuerdo Transpacífico fue firmado en febrero de 2016. Japón es el cuarto importador y exportador de mercancías a nivel mundial (2014) y el comercio representa alrededor del 36% del PIB del país (media 2012-2014).
La balanza comercial, estructuralmente muy excedentaria, registró un déficit desde 2011, con el cierre de la central de Fukushima tras la catástrofe nuclear y el aumento de la factura energética del país. Después de alcanzar un nivel inédito en 2013, el déficit comercial se contrajo en 2015 (-77,9% con respecto a 2014) gracia a la baja de los precios petroleros, llegando a 23,9 mil millones de USD. Las exportaciones aumentaron 3,5% mientras que las importaciones disminuyeron 8,7%.
Los principales socios comerciales de Japón son Estados Unidos, China, el sudeste asiático y Arabia Saudita.
Japón, la tercera economía más grande del mundo, está muy expuesto a la situación económica mundial debido a su fuerte dependencia en las exportaciones. La economía ha experimentado recientes episodios de recesión debido a la desaceleración económica mundial. Los desastres naturales y la resistencia al alza del IVA en el 2014 agravaron esta tendencia recesiva. En 2015, el crecimiento se mantuvo débil (0,6%), impulsado sobre todo por el comercio exterior y el consumo público. Se espera un ligero repunte para el 2016 de la mano de exportaciones fuertes y consumo en los hogares.
Antes de la II Guerra Mundial, Japón ocupaba el quinto puesto en el comercio mundial con una balanza comercial favorable; la mayor parte de las exportaciones japonesas se dirigían a territorios que formaban parte del Imperio, como Dongbei Pingyuan (Manchuria) y la China ocupada; sin embargo, las relaciones comerciales con algunos países desarrollados como Estados Unidos y Gran Bretaña eran desfavorables.
Los bienes manufacturados aportaron el 92,9% del total de las exportaciones; respecto a las importaciones, la partida de combustible fue la mayor y supuso el 21,2%. Otras importaciones son alimentos, animales vivos, manufacturas básicas (como tejidos, hierro y acero) y materias primas como madera o minerales metálicos.
El comercio exterior es esencial para la economía japonesa, pues el mercado interior es capaz de absorber por completo los bienes manufacturados que produce la industria nipona.
Por otro lado, como Japón tiene que importar la mayoría de las materias primas de las que depende su industria, el país también debe exportar una buena proporción de su producción anual, con el fin de mantener una balanza comercial favorable.
Inversión Extranjera Directa
Según el Informe sobre las inversiones mundiales de 2015, publicado por la CNUCYD, Japón ocupa el decimotercer lugar en la clasificación de las economías más atractivas para las compañías trasnacionales en el período 2015-2017. El atractivo potencial de Japón para las inversiones extranjeras es muy fuerte en comparación con otros países del mundo, pero los resultados en cuanto a recepción de IED son débiles. Tras una ralentización del crecimiento de la IED en 2009, como consecuencia de la crisis económica mundial, Japón sufrió una desinversión durante dos años seguidos, y luego el flujo de IED volvió a ser positivo. En 2014, los flujos de IED hacia el país se elevaron a 10 mil millones de USD (UNCTAD, 2015, pág. 16).
El principal punto fuerte de Japón es su posición de liderazgo en tecnología de punta, y en investigación y desarrollo. Los posibles obstáculos a la inversión son de orden lingüístico y de cultura de negocios. La catástrofe que afectó a Japón el 11 de Marzo del 2011 (el seísmo y su consiguiente y devastador tsunami), junto con las preocupaciones sobre la contaminación del medio ambiente y las condiciones sanitarias provocadas por la situación de la central nuclear Fukushima Daiichi, podrían frenar las inversiones extranjeras en el futuro. Aun así, Japón sigue siendo un mercado esencial para los inversores. Además, la economía japonesa debería financiar la reconstrucción sin ninguna dificultad gracias a un excedente del ahorro acumulado a lo largo de los últimos años. La estrategia de crecimiento del primer ministro Shinzo Abe busca duplicar el valor del stock de IED de fines de 2012 de aquí al año 2020.
Conforme la política económica del Gobierno de Shinzo-Abe, conocida como “Abenomics”, va surtiendo efecto, la economía japonesa va entrando en un ciclo positivo de robusto crecimiento (Bureau of Economic and Business Affairs, 2015). El Gobierno ha tomado una serie de medidas para revitalizar la economía. Para el año fiscal 2015 (iniciado el 1 de abril) ha reducido en 2,51 puntos porcentuales el tipo de impuesto efectivo que grava los beneficios de las empresas. Cuando se apliquen las nuevas reducciones previstas para los próximos años, este impuesto se situará entre el 20 % y el 29 %, un nivel competitivo internacionalmente. Además, el Gobierno trabaja para conseguir mejoras en la estructura industrial del país, desembarazándola de sus viejas regulaciones y haciendo así más fácil para los recién llegados probar suerte en alguna de las áreas de negocios existentes. La moneda japonesa, el yen, ha seguido la senda de la depreciación, y la competitividad internacional de Japón como lugar para hacer negocios ha recibido de ello un fuerte impulso. Las encuestas sobre el atractivo que presentan los diversos países de Asia para las empresas extranjeras reflejaron durante algún tiempo que las dificultades económicas que atravesaba Japón lo habían llevado a perder su posición dominante, quedando a la zaga de otros países. Pero en la última encuesta, realizada durante el año fiscal 2013, Japón mejoró su posición, pues apareció ya a la cabeza entre los países más atractivos para establecer bases de I+D y ventas. La imagen de Japón como país receptor de inversiones también ha mejorado significativamente en materia de entorno para la innovación y con suficientes infraestructuras. Fruto de este giro, la inversión extranjera directa se ha multiplicado por más de 10 desde que Abe tomó las riendas del ejecutivo en diciembre de 2012. En marzo de 2015 Abe participó en una reunión del Consejo para la Promoción de la Inversión Extranjera Directa en Japón, en la cual este organismo hizo público el documento Cinco compromisos para atraer negocios extranjeros a Japón (véase la página siguiente). La idea central es preparar y poner en marcha sin demora medidas para contrarrestar las causas de las inconveniencias y los impedimentos más habitualmente citados por las corporaciones extranjeras, y crear en Japón un ambiente de negocios “universal”.
Sectores en los que Japón invierte.
En los últimos tiempos el Gobierno ha dedicado también muchos esfuerzos a promover la inversión en las ciudades de provincias y en pequeñas y medianas empresas (pymes). Ciertamente, las grandes ciudades de Japón, con Tokio a la cabeza, no son los únicos destinos posibles de las inversiones. Muchas ciudades de provincias están preparadas para acoger compañías extranjeras y están tratando de atraer la inversión extranjera directa. En la versión revisada de la Estrategia de Revitalización de Japón, que fue hecha pública en junio de este año, el Gobierno incluyó las “Abenomics locales” entre los puntos más importantes de su agenda, centrándose en el potencial de las regiones japonesas no metropolitanas y haciendo esfuerzos por mejorar la productividad de las industrias locales. Hay que recalcar también que Japón tiene pymes muy vigorosas en diversos sectores industriales. Muchas de ellas operan a un nivel mundial, con tecnologías avanzadas y productos originales, en campos como la medicina, el desarrollo aeroespacial, la electrónica o el micro mecanizado de metales. Estas firmas podrían convertirse en excelentes socias comerciales y receptoras de inversión. Esta gran diversidad de opciones para los inversores extranjeros es uno de los puntos fuertes de Japón. Recientemente se han activado interesantes intercambios intersectoriales entre pymes japonesas y alemanas, sobre la base de un acuerdo entre los líderes de ambos países.
Japón constantemente invierte a nivel internacional como Nacional es por ello que hoy en día está tomando medidas agresivas para recuperar parte de su poder en el sector manufacturero que está dominado por países cuyos costos son más bajos. Kato Manufacturing es una pequeña muestra de la gran apuesta de Japón por la industria aeroespacial, pues el gobierno ha destinado miles de millones de dólares a recuperar empleos que se habían perdido en la industria manufacturera y renovar el centro industrial del país, ubicado en Gifu y las prefecturas vecinas.
El desarrollo de la industria aeroespacial es mucho más que una opción para lograr mayor crecimiento económico. El símbolo más público de estas acciones, el Mitsubishi Regional Jet (MRJ), se promociona como un instrumento de orgullo nacional y renovación industrial (Soble, 2016).
Recursos humanos
Se habla de la necesidad y la importancia que formar estos recursos para mantener o incrementar la competitividad internacional tanto dentro y fuera del país.
Tiene por objeto formar personas con una visión amplia con conocimientos generales y a la vez técnicos (específicos), manteniendo siempre la identidad japonesa, y que sean capaces de construir relaciones humanas más allá de las diferencias de idioma, cultura y valores. Es para que tengan capacidad de comunicación y armonización de las diferencias y ser conscientes en contribuir socialmente para las generaciones subsiguientes”.
El sector empresarial lo define de manera más práctica señalando que son “empleados (profesionales) capaces de realizarse por sí solo en las oficinas del exterior, expresar sus pensamientos y actuar por sí mismo. Debe ser capaz de trabajar de manera conjunta y coordinada con personas que piensan de otra manera en un ambiente cultural diferente”. Desde luego no descartan el manejo del inglés u otro idioma pero lo más importante es que el profesional sepa hacer su trabajo y sea persistente e incansable en la tarea que se le asigna.
El gran desarrollo económico de Japón posterior a la II Guerra Mundial y hasta finales de los años 80s, se debió fundamentalmente a que su modelo económico se basaba en un papel protagónico del Estado para dirigir la economía y en los mecanismos de armónica coordinación entre el gobierno, la empresa privada y los trabajadores.
El gobierno supo priorizar las industrias estratégicas para el desarrollo. El modelo se basó en una política de corte keynesiano que hizo posible que la economía nacional funcionara eficientemente.
Con independencia de los logros científicos, tecnológicos y de gerencia avanzada de la economía japonesa, el crecimiento acelerado y sostenido de Japón tras la Segunda Guerra Mundial se debió mucho, a las bajas tasas de cambio que pudo mantener el yen con respecto al dólar. Era la época en que amparados por el interés de los EE.UU. en mantener un Japón fuerte en el contexto de la guerra fría, los productos japoneses lograron una alta competitividad en el mercado internacional y ello contribuyó a que el peso fundamental del crecimiento económico de Japón fuera impulsado por las exportaciones. Es cierto, que ello tenía como contrapartida el encarecimiento de las importaciones.
En Japón, para lograr su recuperación económica, se ha referenciado la competencia tecnológica internacional para accionar sobre el costo de producción y la calidad del producto, con lo cual se influyó en la magnitud del valor  dentro de la rama tecnológica seleccionada como sector clave de penetración en el mercado mundial.
Educación
El sistema educativo japonés puede parecer muy complejo, aunque en los aspectos más básicos presenta muchas similitudes con el que pueda existir en tu país de origen. La educación superior en Japón comienza tras doce años de formación académica: seis años de educación elemental, tres años de educación secundaria inferior y tres años de educación secundaria superior.
La educación es obligatoria únicamente durante los nueve años que duran la primaria y secundaria, pero el 97% de los alumnos continúa sus estudios secundarios superiores. La razón principal es que la sociedad japonesa está basada en la "titulocracia", es decir, que la posesión de una determinada titulación es fundamental para ocupar cierta posición social. Por lo general, los alumnos tienen que someterse a varios exámenes para acceder a los institutos y a las universidades.
Los alumnos que completan la educación secundaria superior pueden acceder a cinco tipos de instituciones de educación superior, en los que pueden ingresar estudiantes internacionales, y que pueden ser divididos, de acuerdo con su administración, en: nacionales, públicas locales y privadas.
Las personas que deciden ir a estudiar a Japón, lo primero que tienen que  tener en cuenta es el grado de la formación que desea adquirir, en función de los estudios que ya hayan cursado en su país de origen. Existen dos opciones: las carreras universitarias o los cursos de postgrado.
El derecho a recibir una educación y la obligación de impartirla
En Japón está establecido, según la Ley Básica de Educación, que los padres deben hacer a sus niños de entre 6 y 15 años recibir la denominada futsū kyōiku (educación normal). Dicha ley no solo dicta que esa educación es imprescindible para la subsistencia y prosperidad de Japón como país democrático, sino también que debe proporcionarles los conocimientos que necesitarán a medida que van creciendo, y que los ayudarán a desarrollarse como ciudadanos sanos de cuerpo y mente, y a formar por completo su personalidad.
Casi sin excepción, el primero de abril de cada año los niños japoneses que han cumplido seis años entran en la escuela primaria, el primer escalón del sistema educativo. La escuela primaria dura seis años, y tras ella, entre los 13 y los 15 años, los alumnos estudian en la escuela intermedia. Esos nueve años totales representan la educación obligatoria del sistema educativo japonés. En las escuelas públicas no hay exámenes de entrada para ninguno de los dos niveles, y las clases y los materiales son gratuitos. Por parte de la familia del alumno se debe pagar el uniforme establecido por la institución educativa y los materiales adicionales, así como el coste de las comidas escolares, la educación adicional (como viajes educativos y excursiones) y otros gastos similares. Por otro lado, hay muchas escuelas privadas que realizan exámenes de entrada tanto para primaria como para intermedia, a los que acuden en masa los posibles candidatos; dichas escuelas suelen cobrar tasas por la educación.
En el sistema educativo japonés es de notar el índice de escolarización. En la enseñanza obligatoria dicho índice es de un 99,8 % (tanto en las escuelas públicas como en las privadas), que incluso en comparación con el 99 % de países como Reino Unido, Francia o China, resulta extremadamente alto.
Antes de la escuela, los niños entran en el jardín de infancia a la edad de 3 años. Dado que este no forma parte del sistema educativo, la participación en las clases es optativa, y de pago.
Aunque los niños extranjeros que residen en Japón no tienen obligación de asistir a la escuela, en caso de que las familias deseen matricularlos en una escuela pública pueden hacerlo en las mismas condiciones que rigen para los niños japoneses, sin coste por la educación o los materiales básicos y con la oportunidad de garantizarles la misma excelente educación que a los japoneses.
Educación Superior de dos años y los Institutos Técnicos de cinco
Tras completar la educación obligatoria el alumno cuenta con varias opciones. Entre los 16 y los 18 años puede optar por entrar en un instituto homologado (educación secundaria) a tiempo completo, o una escuela especializada en áreas como agricultura o bienestar social, o también elegir el sistema de tiempo parcial, mediante el cual el joven estudia al tiempo que trabaja. Incluso en los casos en que un joven no puede continuar con ese tipo de estudios, por el motivo que sea, si aprueba el examen oficial del Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología, logra un certificado que lo califica en el mismo nivel educativo que los graduados de secundaria, y cuenta con las calificaciones que le permiten presentarse a los exámenes de acceso a la universidad. Un 98,1 % de los alumnos entran en la educación secundaria o en alguno de los colegios tecnológicos especializados, con cursos de cinco años en los que se pueden obtener conocimientos de un gran nivel de especialización y a los que se puede acceder desde los 16 años.
En los últimos años ha aumentado el número de instituciones que aúnan en su currículo los seis años de la educación primaria y la intermedia, así como el número de candidatos que desean entrar a ellas por ser ventajosas para presentarse a los exámenes de ingreso en la universidad. Además, quizá debido a las tendencias de la época, también se ha incrementado el número de instituciones originales, como las afiliadas a la ICU (International Christian University), que cuentan con hasta un 70 % de estudiantes regresados a Japón tras haber recibido formación en el extranjero, debido al trabajo de sus padres.
Entre las instituciones de educación superior que exigen un examen de ingreso además de haber completado la educación secundaria, se encuentran las universidades (cuatro años), las universidades de carrera corta (dos años), los colegios vocacionales (de dos o más años), y otras. Tras haber logrado la licenciatura o grado el estudiante también puede acceder a estudios especializados de posgrado (un máster, de dos años, o un doctorado, de tres o más).
Cultura
Japón es un país de contrastes donde conviven artes tradicionales centenarias junto a la tecnología más avanzada.
Desde artes tales como la ceremonia del té, ikebana o arreglo floral y artes escénicas tradicionales hasta baños ultramodernos y toda la industria pop del manga, el anime y los videojuegos, Japón es, sin lugar a dudas, un lugar con una cultura propia muy especial.
Cultura de Japón.
La cultura de Japón es el resultado de un proceso histórico que comienza con la olas inmigratorias originarias del continente de Asia y de las islas del Océano Pacífico, seguido por una fuerte influencia cultural proveniente de China y, posteriormente, un largo período de aislamiento con el resto del mundo llamado Sakoku de parte del shogunato Tokugawa hasta el comienzo de la Era Meiji, a finales del siglo XIX, en donde recibe una inmensa influencia extranjera y que se acrecienta después del final de la Segunda Guerra Mundial. Esto dio como resultado una cultura distinta a otras culturas asiáticas.
En Japón, las interrelaciones personales están muy influenciadas por las ideas de “honor”, “obligación” y “deber”, y que representa una costumbre diferente a una cultura individualista y liberal de los países occidentales. Las concepciones de “moralidad” y “conductas deseables” son menos practicadas en situaciones familiares, escolares y de amistad, sin embargo se observa una práctica más formal frente a superiores o gente desconocida.
Por otro lado, los japoneses tienen un sentido del humor intrincado y complicado, que se refleja mucho en el idioma, la cultura, la religión y la ética, que a veces es considerado como muy difícil de interpretar por otras culturas.

Referencias

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Recibido: Diciembre de 2016 Aceptado: Enero de 2017 Publicado: Marzo de 2017

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