Revista: Observatorio Iberoamericano de la Economía y la Sociedad del Japón
ISSN: 1988-5229

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LA INFLUENCIA DE LA YAKUZA EN LA POLÍTICA JAPONESA DESDE LA CONCLUSIÓN DE LA II GUERRA MUNDIAL

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1. Primeros contactos de la Yakuza con la política.

            La poderosa Yakuza (ヤクザ), el legendario sindicato del crimen de Japón, está compuesto, según los últimos baremos realizados, por un total que oscila entre 88.000 y 90.000 miembros, separados en unos 3.300 grupos. Asimismo, en julio del año 2011, el Departamento de Estado de Estados Unidos la incluyó como una de las cuatro organizaciones criminales transnacionales que "facilita y agrava los conflictos civiles violentos". Uno de los elementos que explica la trascendencia de la Yakuza es la conexión que ha tenido durante gran parte de su vida con la política japonesa.
            Las primeras manifestaciones de la Yakuza más incipiente se localizan en las figuras de los llamados tekiya (mercantes o vendedores ambulantes) y bakuto (jugadores tradicionales), considerados los verdaderos ancestros del sindicato criminal japonés. Aunque con los tekiya y los bokuto se observaba una incipiente conexión con los asuntos políticos, el verdadero viraje tiene lugar en la segunda mitad del siglo XIX. La explicación reside en que estas bandas no se conformaban sólo con los lazos que podían cerrar con algunos oficiales, sino que evolucionaron en su discurso y reclamaron cierta libertad con la represión que la policía ejercía sobre ellos. Y para ello, comprendieron que la clave estaba anclada en la cooperación (Gragert, 1997: 155). Debido a que había sido una tónica generalizada el uso de estos grupos para aplacar disturbios, poco a poco fueron tendiendo estas relaciones que iban tejiendo hacia el ala más conservadora.
            Junto a esto, en la isla de Kyushu se fue extendiendo el descontento de numerosos soldados a causa de la corrupción política que azotaba al gabinete que rodeaba al Tenno y por la falta de tacto con la que se estaban desarraigando las tradiciones de esta clase (Kaplan, Dubro, 2012: 21). En este contexto, en la década de 1880, un  hombre nacido en Fukuoka de nombre Mitsuru Toyama moldeó con su sociedad secreta de corte ultranacionalista, cuyo nombre era Sociedad del Océano Oscuro, la repercusión del crimen organizado en la política japonesa. Como consecuencia, durante las primeras elecciones nacionales celebradas en 1892, trescientos miembros de la sociedad fundada por Toyama desarrollaron una serie de campañas violentas con las que pretendían apoyar a los políticos conservadores (Gragert, 1997: 155).

2. Cénit de la influencia de la Yakuza: Kodama Yoshio.
            Así pues, y como ya se ha advertido, la oruga irá tejiendo la crisálida con aras de subir toda una escalera cuando saliera de esta. Ese momento crucial tendrá lugar una vez haya concluido la II Guerra Mundial, en un contexto marcado por la ocupación estadounidense de Japón. Será ahora cuando tome un papel relevante en el escenario posbélico el personaje que regirá con mano de hierro las actividades criminales en Japón durante las siguientes tres décadas y media. Este es Kodama Yoshio, quien al final de la guerra fue nombrado asesor del Primer Ministro Higashikuni Naruhiko. Sin embargo, fue sentenciado y enviado a prisión como un criminal de clase A (Hoover, 2011: 147).
            Transcurridos tres años del final del mayor conflicto que haya azotado al planeta, en 1948 fue puesto en libertad el hombre que naciera en Fukushima un 18 de febrero del año 1911. En gran medida se debió a la conjunción de dos factores trascendentales. En primer lugar, las Fuerzas de Ocupación temían la proliferación de comunistas que estaba desarrollándose en Japón, por lo que precisaban de alguien que pudiera hacer frente a tal amenaza. Por ello, se designó a Kodama para tal fin, ya que este contaba con unas envidiables conexiones con los bajos fondos. En segundo lugar, Estados Unidos era consciente del poder que estaban acumulando los comunistas en China, llegando a establecerse un año después la República Popular China. Debido a ello, vieron necesario contar con una persona que hubiera operado con anterioridad en China y que sirviera esta experiencia como un extenso cuaderno para la inteligencia norteamericana (Gragert, 1997: 159)1 . Asimismo, como incentivo para que se decantaran por la conmutación de su condena, Kodama ofreció la cuantía de 100 millones de dólares como soborno (Stich, 2010: 31) 2.
            El resultado fue que Kodama, gracias a su privilegiada posición y a la friolera cantidad de dinero que había atesorado antes y durante la guerra con sus operaciones clandestinas, especialmente en China y Corea, se convirtió en unos de los individuos más poderosos de Japón.
            A este respecto, es interesante ver la posición que años más tarde tendrá Estados Unidos con Kodama Yoshio. Por ejemplo, en el informe de la CIA (Agencia de Inteligencia Central) emitido el 25 de marzo de 1969, desclasificado en la actualidad, omite el colaboracionismo que la CIA  mantuvo con el kumicho ("jefe supremo"), al que no se alude en absoluto y que es sustituido por la siguiente mención: "Liberado en diciembre de 1948, permaneció en el estado de purga hasta el final de la ocupación en 1952".
            Una cita reveladora aparece en el artículo publicado en Fox News (24 febrero, 2007) titulado "CIA Recruited Japanese War Criminals", en el que se centra en ejemplos notables de personajes que escaparon de la justicia tras la II Guerra Mundial. La figura que acapara un mayor protagonismo, en este caso, es Tsuji Masanobu, fanático militar que estuvo detrás de distintas carnicerías acaecidas en China y que participó en la Marcha de la Muerte de Batán. A pesar de todo esto, fue recompensado al entrar en la Dieta a principio de la década de 1950 (Stich, 2010: 31) 3. Como se puede observar, no sólo se vio beneficiado de este panorama político Kodama Yoshio.
            En los años inmediatos que transcurrieron tras la II Guerra Mundial, las cuadrillas criminales que comenzaron a diseminarse por Japón contaron con una gran libertad e impunidad para operar debido a que la policía civil había sido desarmada. Pero con Kodama, la mira apuntaba ahora a una mimetización de sus intereses con el mundo legal que suponían los grandes negocios y, especialmente en su caso, la política. Este viraje que se desarrolló en el orbe político tuvo su epicentro en la elección de cargos oficiales a una doble escala, pues fueron llevados a cabo tanto a un nivel local como a nivel nacional. No obstante, que estos lazos empezaran a medrar no implicaba que la Yakuza dejara atrás el uso de la violencia que hasta entonces la había definido (Gragert, 1997: 161-162). Durante el contexto de Posguerra, por ejemplo, el uso de armas de fuego, la mayoría procedentes del contrabando surgido tras la guerra de armas, generalmente de origen alemán, utilizadas en esta, y la proliferación de robos y extorsiones se convirtieron en una seña identitaria de los miembros de la Yakuza.
            A nivel nacional, que quizás sea el más relevante, la participación de Kodama en la financiación del Partido Liberal Democrático, que se mantuvo en el poder hasta el año 2006, así como su participación cuando todavía no estaba unificado y era conocido como Partido Liberal, no sólo supuso que su opinión pudiera ser escuchada, sino que acabó convirtiéndose en el auténtico gestor de la política japonesa desde la sombra. Aunque Kodama tenía explícitamente prohibido participar en cualquier asunto político, lo primero que hizo fue pulir relaciones con líderes conservadores como Hatoyama Ichiro 4, investido como Primer Ministro en 1954 representando al Partido Liberal, y Ogata Taketora. Este último, por ejemplo, fue Presidente del Partido Liberal hasta su muerte en 1956. Un año después, en 1957, se convertiría en Primer Ministro de Japón Nobusuke Kishi, quien además de haber sido catalogado también como criminal de guerra una década antes, era y será el protegido de Kodama Yoshio (Hoover, 2011: 147).
            Son considerados antecedentes los servicios que ejercieron varios jefes prominentes de la Yakuza como miembros de la Dieta a principios del siglo XX. Un ejemplo notable fue Yoshida Isokichi, afincado en Kyushu, a quien se describe su participación en las sesiones de la Dieta como "engañosa", siendo representado "sentado como un Buda de oro en silencio digno" (Reilly Jr, 2014: 804).
            En cuanto al nivel local, una contribución interesante tuvo lugar en la ciudad de Kobe durante el período de ocupación, donde un grupo de sangokujin tomó como rehenes a varios policías. Como respuesta para resolver el entuerto, el alcalde de la ciudad acudió al Yamaguchi-gumi5 . Este incidente es considerado por la propia Yakuza como un gran gesto patriótico con Japón, además de conseguir cierta confianza y admiración por parte de los ciudadanos de a pie (Gragert, 1997: 158).
            En la década de los 60's, Kodama Yoshio proseguirá con estas alianzas con las altas esferas políticas de Japón. El primer suceso acaece nada más dar la bienvenida a la nueva década, en el mismo año 1960, cuando las numerosas manifestaciones de grupos de izquierda puso en peligro una inminente visita que tenía programada el presidente estadounidense Dwight Eisenhower. Aunque luego sería cancelada, el Primer Ministro Kishi y Kodama establecieron un grupo de 40.000 hombres para sofocar las revueltas y garantizar la seguridad de "IKE" 6 (Gragert, 1997: 159-160). Asimismo, en febrero de 1963, comenzaron a difundirse una serie de rumores que aludían a la tangible participación de Kodama Yoshio en negociaciones en pos de normalizar las relaciones con Corea del Sur. Los susodichos rumores, al mismo tiempo, se referían a la aceptación de enormes sumas de dinero y a la participación en transacciones comerciales irregulares por parte de líderes del PLD, incluido Bamboku Ono, Vicepresidente de Japón durante el mandato de Hayato Ikeda (CIA, 1969: 4).
            Una anécdota curiosa de Kodama Yoshio está relacionada con unas palabras que profesó con respecto al emperador Showa. Aunque el oyabun poseyera unas credenciales derechistas, no le tembló el pulso para declarar lo siguiente: "Totalmente aparte de los grupos militares, su Majestad es culpable de la guerra". Después, las acompañó con: "Quería que mostrara un sentido de responsabilidad; hablando concretamente, significa abdicar" (en Shillony, 2008: 274). Llega a resultar chocante la frialdad con la que trata directamente la responsabilidad del monarca en la II Guerra Mundial, y más si consideramos su proximidad al ala derechista.

3. Desde las primeras denuncias por escándalos hasta la Ley Anti-Boryokudan.
            Sin embargo, el comienzo del fin de esta hegemonía se empieza a advertir en 1976, año en el que estalló el escándalo por el "Caso Lockheed". Se destapó que tanto Kodama como el Primer Ministro Kakuei Tanaka y otros altos cargos del gobierno estaban detrás del pago de aproximadamente 12 millones de dólares a la compañía aérea estadounidense Lockheed (Trevor, 2001: 187). Cinco años después, Kodama Yoshio será arrestado y, tras ser puesto a disposición de la justicia, fue encarcelado, muriendo finalmente en 1984.
            No obstante, los primeros arrestos relativos a miembros de la Yakuza se produjeron en las postrimerías de la década de 1970, concretamente en mayo del año 1979, no en Japón, sino en el Aeropuerto Internacional de Honolulu, en la isla de O'ahu, Hawaii, Estado en el que la Yakuza estaba y continúa estando muy bien asentada y donde, además, controla, según datos del ex-Director del FBI William Sessions, el 90% del mercado de metanfetamina (Gragert, 1997: 193). Se trataron de tres "mulas" o mensajeros pertenecientes a la Yakuza y, en gran medida, se debió a la gran cantidad de reportes que durante ese mismo año involucraban a la Yakuza con el tráfico de drogas, el juego ilícito y la prostitución (Kaplan, Dubro, 2012: xxii).
            De este modo, una vez que fuera descubierta la caja de Pandora se fueron recopilando numerosos casos de colaboracionismo entre las altas esferas de la política japonesa y los sindicatos de la Yakuza. Prosiguieron, al mismo tiempo, las elecciones de oficiales a niveles local y nacional, tal y como demuestra el escándalo Sagawa Kyobin, que reveló que la Yakuza estaría involucrada en la elección del Primer Ministro Noboru Takeshita en 1987 (Gragert, 1997: 162).
            Pero la machada más demoledora propinada a la Yakuza aguardaba en un marco legal más teórico: la Ley Anti-Boryokudan, promulgada en 1991 y considerada la primera de las tres grandes normativas contra el crimen organizado. Puede referirse a esta como "Ley de Medidas contra el Crimen Organizado". En la legislación original (ha tenido varias revisiones, destacando las de 2006 y 2012), concretamente en el Artículo 3 de la misma, se designan a ciertos grupos violentos como "boryokudan":

(1) sin tener en cuenta el propósito del grupo, deben permitir que los miembros tomen ventaja de la influencia de la banda con el fin de mantener su vida cotidiana, acumular riqueza, o ejecutar sus negocios; (2) un cierto porcentaje de los miembros de las bandas deben tener antecedentes penales; y (3) la banda debe ser jerárquicamente organizada bajo el control de un individuo que la representa (en Reilly Jr, 2014: 807-808).

            La reacción inicial de la Yakuza con respecto a la ejecución de esta ley consistió en un intento por adaptarse internamente, mientras algunos sectores realizaban campañas de enérgicas protestas contra la recién surgida normativa. Así, por ejemplo, y nada más hacerse eco de la implementación de la ley, en torno a 130 miembros de la Yakuza se reunieron en Ginza alegando que la nueva ley daría lugar a violaciones de los derechos humanos por parte de la policía. Sin embargo, pronto comprendieron que, como ya se ha dicho, el modo más adecuado para no quebrantar la Ley Anti-Boryokudan era reformularse a sí mismos. Así pues, los sindicatos distribuyeron un manual titulado How to Evade the New Law, en el cual se "aconsejaba a las bandas dejar de comportarse como trajes violentos y hacerse pasar por empresas legítimas, organizaciones religiosas u organizaciones políticas" (Reilly Jr, 2014: 809).
            Será este nuevo panorama, con la Yakuza inserta en un ambiente legal y efectivo, el que destaque a partir de entonces. En la tabla siguiente se advierte el viraje que los sindicatos de la Yakuza han experimentado hacia estas nuevas fórmulas:

                                   *Los números entre paréntesis se refieren al año en que se
                                     recogen los datos.

            No obstante, y aunque buena parte de sindicatos y miembros de la Yakuza, así como sus negocios, se hayan camuflado una vez legalizadas sus operaciones, todavía es frecuente observar actividades que no han seguido este modelo. Asimismo, y a medida que esta adaptación ha ido realizándose, las conexiones entre la Yakuza y altos oficiales del Gobierno han seguido teniendo lugar (Gragert, 1997: 163).

 

BIBLIOGRAFÍA

-CIA (1969), ‹‹Yoshio KODAMA››, http://www.foia.cia.gov/sites/default/files/ document_conversions/1705143/KODAMA%2C%20YOSHIO%20%20%20VOL.%201_0003.
-Dubro, Alec, Kaplan, David (2012), Yakuza. Japan's Criminal Underworld, Berkeley, University of California Press.
-Gragert, Bruce A., ‹‹Yakuza: The Warlords of Japanese Organized Crimes››, Annual Survey of International & Comparative Law, vol. 4, 2010, nº 1, págs. 147-204.
-Hoover, William (2011), Historical Dictionary of Postwar Japan, Lanham Scarecrow Press.
-Reilly Jr, Edward, ‹‹Criminalizing Yakuza Membership: A Comparative Study of the Anti-Boryokudan Law››, Washington University Global Studies Law Review, vol. 13, 2014, nº 4, págs. 801-829.
-Shillony, Ben-Ami (2008), The Emperors of Modern Japan, Leiden, BRILL Publishers.
-Stich, Rodney (2010), Japanese and U.S. World War II Plunder and Intrigue, Santa Clara, Silverpeak Enterprises, Inc.
-Trevor, Malcolm (2001), Japan. Restless Competitor: the Pursuit of Economic Nationalism, Londres, Psychology Press.

Recibido: Diciembre de 2016 Aceptado: Enero de 2017 Publicado: Marzo de 2017

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Este artículo es editado por Servicios Académicos Intercontinentales S.L. B-93417426.