Observatorio Iberoamericano de la Economía y la Sociedad del Japón
Vol 2, Nº 9 (septiembre 2010)

 

Reseña de la obra KOKORO

 

Héctor Gómez Pinos (CV)
hgomezp@uoc.edu

 

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Palabras Clave: literatura, Japón, Natsume Soseki, corazón, reseña.

Breve Resumen: Se presenta aquí una reseña sobre Kokoro, una de las obras clave de la literatura moderna japonesa escrita por uno de sus grandes maestros, Natsume Soseki. El texto comienza con una breve introducción al autor, sobre todo a aquellos aspectos que más pudieron incidir en Kokoro, seguida de una descripción del argumento y concluida por una interpretación personal del tema principal de la obra.

I. RESEÑA

La Fragilidad Del Corazón

Kokoro , la obra que comentamos, es una novela japonesa de ficción, sin embargo el hecho de que pertenezca a este género no impide que encontremos algunas referencias a acontecimientos históricos; y, desde luego, de lo que no cabe duda es de que está muy marcada por la experiencia y la vida de su autor. De la misma podemos decir que Natsume Soseki (1867-1916), hijo de una familia que lo daría en adopción para más tarde readmitirlo, vio morir siendo bastante joven a su madre y dos de sus hermanos, que se especializó durante sus años universitarios en literatura británica, país al que acabó viajando pero cuya pésima experiencia le llevó a un profundo desencanto y, en cierta medida, a volver a los “clásicos”, raíces que en cualquier caso nunca llegó a abandonar del todo , y que sus últimos años vienen marcados por una enfermedad que le tuvo al borde de la muerte varias veces. Debemos tener muy presente, además, que los años de su vida se ajustan casi perfectamente al periodo Meiji, por lo que al morir el Emperador, precisamente cuando su salud más se deterioraba, es lógico que sintiese muy profundamente que se acababa una época, en cierta medida su época.

Estos hechos sin duda marcaron el carácter de la que probablemente sea la mayor figura literaria del Japón contemporáneo, e hicieron que su prosa se volviese más triste, más desesperanzadora y, en cierta medida, más intimista, pero siempre respetando su propio estilo, y es que “Soseki no perteneció nunca a ninguna de las corrientes literarias que aparecieron durante los años en que escribió su obra” .

Kokoro es precisamente una obra muy característica de lo ya apuntado. El relato está situada cronológicamente en los últimos años del Meiji y dividida en tres partes. En la primera conocemos el encuentro y la forja de la amistad entre el joven (narrador de la mayor parte del libro) y un hombre mayor del que decide aprender lo máximo posible, “Sensei” . Así, asistimos a los años universitarios del protagonista, a las conversaciones que tiene con “Sensei” y a su creciente intriga por algunas cosas que no acaba de comprender, principalmente el deliberado aislamiento social del que hace gala su amigo y un pasado que claramente esconde. La segunda parte acontece en la casa en la que nació y se crió el protagonista debido a la enfermedad y posterior fallecimiento de su padre, asistimos aquí a las presiones de sus progenitores por que encuentre un buen trabajo (incluso sirviéndose de “Sensei”), a la muerte del Emperador y el suicidio del general Nogi, y a la llegada de una carta del “maestro”, que en realidad es su “testamento vital”, la confesión de su pasado. Efectivamente, cuando llega esa carta a manos del protagonista “Sensei” afirma que ya se habrá quitado la vida, por lo que decide revelarlo todo, y especialmente los dos hechos que le han perseguido y atormentado toda su vida: que su tío le engañase en las cuestiones relativas a la herencia que dejó su padre y que su mujer amigo acabase suicidándose motivado por el hecho de que “Sensei” se casase con la mujer que los dos amaban, un matrimonio que decidió arreglar a espaldas de su compañero.

Al final de la primera parte del libro vemos que el protagonista afirma darse cuenta de “lo frágil que es el ser humano” . La fragilidad del cuerpo es algo que queda patente en la larga enfermedad del padre (en clara semejanza con la del propio Soseki) y que también acabó con la vida de algún familiar de “Sensei”. Una enfermedad que se torna en mortalmente irreversible precisamente poco después de que todos creyesen que la situación del padre había mejorado con respecto a sus últimos desmayos, y una fragilidad corpórea que también acaba con la vida del glorioso emperador Meiji al poco tiempo de que acudiese a la graduación del protagonista

Pero lo que más presente está durante toda la novela es sin duda lo frágil que es nuestro corazón , y cómo determinados acontecimientos cambian nuestra forma de ser o de actuar y nos marcan para siempre. Este tipo de fragilidad envuelve todo lo que rodea a “Sensei”: en el presente no sólo se ha alejado de la sociedad en un intento de expiar su culpa frente a un pasado al que es realmente incapaz de enfrentarse y asumir, sino que esta soledad y pena alcanza a su esposa, incapaz de entender lo que siente su marido, incapaz de ayudarle. Una soledad que para “Sensei” debe afrontar el hombre moderno como consecuencia del despertar del individualismo y de la conciencia “moderna”. Un despertar que, desde la perspectiva histórica, estaba realizando Japón durante la vida del autor y que para mucha gente creaba serios problemas de adaptación.

Por su parte, en el pasado, la fragilidad del corazón lleva al tío, una buena persona hasta entonces, a engañar al sobrino como ya se comentó, y a afectar profundamente, en cuanto al triángulo amoroso que desembocará en la tragedia principal, a la forma de ser del mejor amigo de “Sensei”, K, cuya incapacidad para relacionarse y abrirse a los demás le lleva a empezar a tener problemas de salud, y, sobre todo, a la imposibilidad de declararse a la “señorita” . Aspecto del que también peca “Sensei”, el cual, y pese a que consigue arreglar el matrimonio, hundido por los celos y la inseguridad es incapaz de explicar sus sentimientos a K, cuyo “corazón” no aguantará más.

Esta pesada carga, que impregna de cierta nostalgia y varios silencios el relato, verá una salida en el histórico suicidio ritual del general Nogi, alguien que también cargaba con culpa desde hacía años y que se vio incapaz de querer seguir viviendo una vez muerto su señor. Así, “Sensei” toma conciencia de que ha llegado su final y decide escribir su última carta y quitarse la vida. En cierta manera la culpa y la fragilidad les impiden vivir en los nuevos tiempos que llegaban con el fin del Meiji . Algo de lo que, aunque en más de una ocasión le vemos padecer de las mismas dudas e inseguridades presentes en todos los “corazones”, acaba escapando el protagonista, ya que, pese a la situación familiar, coge la carta y decide marchar a Tokio. Es el momento del relato en el que la fragilidad se convierte en fuerza, dejando así, al menos, una puerta abierta al futuro.

II. BIBLIOGRAFÍA

- SOSEKI, Natsume, Kokoro, Madrid: Gredos, 2003.

- VV. AA., Literaturas de Asia oriental: siglos XIX y XX, Barcelona: UOC, 2005, módulos 1 y 5.
 


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Gómez Pinos, H.:  “Reseña de la obra Kokoro" en Observatorio de la Economía y la Sociedad del Japón, septiembre 2010. Texto completo en http://www.eumed.net/rev/japon/

 

 

 

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