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Revista académica
Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN: 1887-3197

Observatorio de la Economía y la Sociedad China
Número 2 - marzo 2007

Otra cara del Gigante Asiático:
 La RPCh, El Vaticano y las libertades religiosas
 

Natalizio, Ma. Victoria   (CV)     维多利亚
victorianatalizio@yahoo.com


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Maria Victoria Natalizio: "La RPCh, el Vaticano y las libertades religiosas" en Observatorio de la Economía y la Sociedad de China Nº 02, marzo 2007. Accesible a texto completo en http://www.eumed.net/rev/china/


Dedicarle algunas líneas a la observación y reflexión sobre los últimos acontecimientos que han tenido lugar en la relación de la RPCh con El Vaticano, puede ser estimado, a simple vista, como un capricho propio de pocos analistas internacionales atentos a sucesos que bien pasan desapercibidos al lado de la agitada revolución económica y financiera que viene experimentando el país hace ya unas cuantas décadas.

No obstante esto, consideramos que sí es de significativa relevancia dar lugar a este registro por el correlato directo que las recientes dinámicas de las relaciones bilaterales entre ambos actores ha de tener en un sector no minoritario de la sociedad china: 11 millones de católicos romanos chinos[1].

Antes de remitirnos a los acontecimientos recientes en esta relación, cabe recordar que con el advenimiento de Mao Tse Tung y la constitución de la República Popular China “laica y atea”, las relaciones entre El Vaticano y este país padecieron un fuerte cimbronazo tras la expulsión del Arzobispo Antonio Riberi por parte del gobierno comunista, con la consecuente ruptura de la vinculación oficial en 1951.

Más allá de las especulaciones surgidas en torno al motivo de esta expulsión, lo cierto es que posteriormente a esta disolución, el gobierno comunista dio lugar al establecimiento de la “Iglesia Patriótica Católica”, sin la aprobación Papal y subsumida a la órbita y mando del Partido. Así entonces, el grupo de católicos fieles a la Iglesia Católica –presente en el país desde el Siglo VII- pasó a la clandestinidad, implicando esto hostigamientos, detenciones y otros abusos por parte del Partido, el cual juzgaba la existencia de este grupo como amenaza a su autoridad y su legitimidad.

Resultante de esta clandestinidad ha sido, también, el surgimiento de las “iglesias hogar”,  persistentes en su oposición a las restricciones impuestas por la Iglesia Oficial, y víctimas de demoliciones de sus edificios por parte del gobierno, a fines de frenar las ceremonias “ilegales”.[2]

No puede afirmarse que este “status” adquirido por los fieles a Roma se haya traducido en enfrentamientos entre sus fieles y los de la nueva Iglesia China; el mejor ejemplo se ha evidenciado con la muerte de Juan Pablo II, cuando devotos de ambas Iglesias se congregaron para rezar por su eterno descanso.[3]

La creación de la “Iglesia Patriótica Católica” –única responsable del catolicismo en ese país según el reconocimiento oficial chino- significó, naturalmente, el desconocimiento del Vaticano y de los obispos y cardenales designados por la Santa Sede. De esta manera, el Partido –a través de su Iglesia- pasaría a ser el único autorizado a nombrar autoridades eclesiásticas en el país, atando los designios religiosos a la línea política del gobierno comunista. 

Esto, decididamente ha abierto un frente de disputa con la Santa Sede, quien denuncia el perjuicio que esta medida ha traído y sigue trayendo a las libertades religiosas en el país, además del nombramiento unilateral de religiosos públicos, a modo de funcionarios del Partido.

Por su parte, el gobierno de la RPCh ha ligado la posibilidad de una recomposición del diálogo a dos condiciones: el reconocimiento por parte del Vaticano de las autoridades eclesiásticas nombradas por el Partido y la ruptura de las relaciones diplomáticas que la Santa Sede mantiene con Taiwán[4].

No obstante las reformas introducidas por el gobierno en las leyes sobre la actividad religiosa en 2004, a partir de la cual comenzaría a limitarse el control del Estado sobre la religión, se han comprobado diversas degradaciones sobre sacerdotes católicos no reconocidos oficialmente. El pasado año, organizaciones no gubernamentales denunciaron detenciones a 38 clérigos, en comparación con 11 del año anterior, en las provincias de Hebei y Zhejiang. 21 monjes budistas tibetanos también han padecido detenciones, llegando a ser 50 los que actualmente están en prisión[5]. La práctica del Islam también parece estar controlada por el Partido a través de la “Asociación Islámica de China”, también sujeta a la órbita estatal.

El pasado año, el escenario parece haberse complejizado tras las ordenaciones de dos nuevos obispos por parte de la Iglesia Católica Patriótica, a pesar de las objeciones vaticanas, calificadas de infundadas, por el Ministro de Relaciones Exteriores chino[6].

Un profundo malestar” serían las palabras que describirían los sentimientos despertados en Benedicto XVI, máxima autoridad de la Iglesia de Roma, tras estas designaciones. Aún tras haber sido excomulgados por el Vaticano los obispos designados por la Iglesia China, a fines del pasado noviembre un nuevo nombramiento tuvo lugar en la diócesis de Xuzhou (provincia de Jiangsu), que más tarde sería calificado como un “golpe mortal” al diálogo entre ambos estados[7.

En este cruce de declaraciones, la Administración Estatal de Asuntos Religiosos saldría a decir que la RPCh y el Vaticano “no tienen ninguna relación oficial”[8].

Frente a semejante panorama desalentador, El  Vaticano ha apostado por una acción conciliatoria dirigida a expresar su voluntad hacia una mayor cooperación: tras la cumbre celebrada en la Santa Sede el pasado 19 y 20 de enero para redefinir una política respecto a la RPCh[9],  anunció el envío de una carta del Papa a los católicos chinos además de su estrategia de “proseguir el camino de un diálogo respetuoso y constructivo con las autoridades gubernamentales para superar las incomprensiones del pasado[10]. Además se ha expresado en deseo de “llegar a una normalización de las relaciones en los diversos niveles, para consentir la pacífica y fructífera vida de la fe en la Iglesia y trabajar juntos por el bien del Pueblo Chino y por la paz del mundo”[11].

En esta línea y traspasando la frontera de la mera retórica, la creación de un “Comité de Asuntos Chinos” en el seno del Vaticano ha sido una clara demostración de esta vuelta de página que la Santa Sede busca concretar en la historia de las relaciones con el gigante asiático.

Las repercusiones de estas medidas y los aires de distensión no tardaron en llegar a través de la Cancillería China, la cual precisó que de poder resolverse algunas cuestiones pendientes, “ambas partes estarán en condiciones para mejorar sus lazos y el futuro de las relaciones será brillante[12].

Así las cosas, un tema clave a resolver será el referente a la interpretación que cada uno de los actores hace respecto a lo que el término “libertades religiosas” implica.

Puesto que “existe una importante relación entre los sistemas de creencias y la conducta externa de los Estados, dado que las creencias influyen sobre las percepciones y el diagnóstico de los acontecimientos externos, y afectan, por lo tanto, la elección de los cursos de acción a seguir[13], el contraste entre lo que la RPCh considera en cuanto a las libertades religiosas, y lo que El Vaticano califica como tales, requiere de un abierto diálogo con miras a encontrar un lugar común para ambas perspectivas y lograr una mayor convergencia entre los cursos de acción a tomar, en el futuro, por ambos Estados.

Por un lado, para la RPCh el ejercicio de las libertades religiosas en su territorio no implica que el Estado no pueda intervenir implementando políticas de control y regulando la existencia de una única autoridad con la existencia de una Iglesia Patriótica subsumida a la órbita del Partido, que no podría darse en el caso que el catolicismo en China respondiera a otra autoridad paralela - la del Estado del Vaticano-. Curiosamente,  religión y política parecerían seguir yendo de la mano en la RPCh pero de modo muy diferente al vigente en El Vaticano. Éste, por su parte, percibe que la metodología aplicada por el Partido en materia de libertades religiosas es notablemente violatoria de ese derecho fundamental.

Esta convicción se evidencia en las palabras del Santo Padre: “Lo que hace falta no es un Estado que regule y domine todo...”[14]; sin significar, con ello, que se busque atribuirle a la Iglesia facultades propias del Estado. Como bien lo expresa Benedicto XVI, la Iglesia “no puede ni debe sustituir al Estado. Pero tampoco puede ni debe quedarse al margen en la lucha por la justicia”[15]; y es, precisamente, en este compromiso con la justicia donde se enmarca la contienda por el respecto de las libertades religiosas como derecho fundamental de toda sociedad, en general, y de la sociedad china, en  particular.

Ante semejante escenario, muchas preguntas podrán suscitarse pero ciertamente el gran interrogante es cómo lograrán conciliar percepciones tan desencontradas  y dar una vuelta de página efectiva en la historia de su relación bilateral estos dos Estados, sin perder de vista que los cursos de acción a tomar tendrán una consecuencia directa en la vida de 11 millones ciudadanos creyentes chinos, un sector no minoritario de esa sociedad.-


Documentos y Artículos Periodísticos consultados

-         Benedicto XVI; “Deus Caritas Est - Carta apostólica a los obispos, a los presbíteros y diáconos, a las personas consagradas y a todos los fieles laicos sobre el amor cristiano”, Ed. San Pablo, Bs. As., 2006.  

-         Perotti, Javier; “El peso de los sistemas de creencias en el contenido y conformación de la política exterior, y su relación con la acción internacional y las experiencias regionales de las provincias y municipios argentinos entre 1983 y 1999”; Centro Argentino de Estudios Internacionales, Programa Política Exterior Argentina, www.caei.com.ar, 1 de octubre de 2006.

-         Flynn, John. “Los obstáculos de la Iglesia en China”. En 

http://es.catholic.net/laiglesiahoy/mundoarticulo.phtml?consecutivo=98468, 19 de noviembre de 2006.

-         Ojero, Pablo J.   “Catolicismo      en     China”.      En www.laprensa.com.ar/secciones/nota.asp?ed=2315&tp=11&no=75096, consultado el 26 de enero de 2007.

-         “Taiwán pide al Vaticano que no sacrifique principios por China”. Publicado      en http://actualidad.terra.es/sociedad/articulo/taiwan_vaticano_china_1347499.htm, 24 de enero de 2007.

-         “The Vatican calls for an end to the CCP´s self- appointment of Bishops”, publicado en The Epoch Times. http://en.epochtimes.com/news/6-12-1/48860.html, 1 de diciembre de 2006. 

-         “China califica de irrazonable la crítica del Vaticano a la ordenación de un obispo” Fuente: www.politica-china.org/?p=24, 3 de diciembre de 2006.

-         “El Papa escribirá una carta a los católicos en China” En www.vatican.va: http://212.77.1.245/news_services/press/vis/dinamiche/a2.sp.htm, 20 de enero de 2007.

-         “El Vaticano y China buscan normalizar sus relaciones” En www.telam.com.ar/notaprn.php?id=126866&tipo=N, 22 de enero de 2007.

-         “Mantiene China condiciones para normalizar relaciones con El Vaticano”,         publicado   en http://www.milenio.com/index.php/2007/01/23/34099, 23 de enero de 2007


[1] Algunas fuentes hablan de 14 millones y otras de 15 millones de católicos fieles a la Iglesia Católica Apostólica Romana.

Ver http://wwww.telam.com.ar/notaprn.php?id=126866&tipo=N, 22 de enero de 2007 y http://actualidad.terra.es/sociedad/articulo/taiwan_vaticano_china_1347499.htm, 24 de enero de 2007.

[2] Flynn, John. “Los obstáculos de la Iglesia en China”. En 

http://es.catholic.net/laiglesiahoy/mundoarticulo.phtml?consecutivo=98468, 19 de noviembre de 2006.

[3] Ojero, Pablo J. “Catolicismo en China”.

En www.laprensa.com.ar/secciones/nota.asp?ed=2315&tp=11&no=75096, consultado el 26 de enero de 2007.

[4] “El Portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Taiwán, David C.Y. Wang, señaló que la exigencia china de que el Vaticano rompa sus relaciones oficiales con Taiwán “es una señal de que Pekín no es sincero a la hora de respetar la libertad religiosa de millones de chinos para participar en el culto””. En “Taiwán pide al Vaticano que no sacrifique principios por China”. Publicado en http://actualidad.terra.es/sociedad/articulo/taiwan_vaticano_china_1347499.htm

[5] Ibíd.

[6] “El Ministro de Asuntos Exteriores chino afirmó que las objeciones del Vaticano a los nuevos obispos “carecían de fundamento”, informaba el 1 de mayo el South China Morning Post”. Ob. Cit.

[7] “Este nombramiento ha sido calificado por el Vaticano como un “golpe mortal” (“deadly stroke”) al diálogo entre el Vaticano y China...” En “The Vatican calls for an end to the CCP´s self- appointment of Bishops”, publicado en The Epoch Times. http://en.epochtimes.com/news/6-12-1/48860.html, 1 de diciembre de 2006.

[8] “China califica de irrazonable la crítica del Vaticano a la ordenación de un obispo” Fuente: www.politica-china.org/?p=24, 3 de diciembre de 2006.

[9] En la cumbre sobre la situación de la Iglesia Católica en China Continental presidida por el Cardenal Secretario de Estado, Tarcisio Bertone,  participaron el Cardenal de Hong Kong, y Obispos de Hong Kong, Taiwán y Macao.

[10] “El Papa escribirá una carta a los católicos en China” En www.vatican.va: http://212.77.1.245/news_services/press/vis/dinamiche/a2.sp.htm, 20 de enero de 2007.

[11] Ibíd.

[12] Según lo informado a la Agencia de Noticias Xinhua. En “Mantiene China condiciones para normalizar relaciones con El Vaticano”, publicado en http://www.milenio.com/index.php/2007/01/23/34099, 23 de enero de 2007.

[13] Perotti, Javier; “El peso de los sistemas de creencias en el contenido y conformación de la política exterior, y su relación con la acción internacional y las experiencias regionales de las provincias y municipios argentinos entre 1983 y 1999”; Centro Argentino de Estudios Internacionales, Programa Política Exterior Argentina, www.caei.com.ar, 1 de octubre de 2006.

[14] Benedicto XVI; “Deus Caritas Est - Carta apostólica a los obispos, a los presbíteros y diáconos, a las personas consagradas y a todos los fieles laicos sobre el amor cristiano”, Pág. 60, Ed. San Pablo, Bs. As., 2006.  

[15] Ob. Cit; Pág. 59.

 

 


 
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