Jaime Gerardo Méndez Barrientos
    C. E. P.
    Centro de Estudios de Posgrado
    Gobierno del Estado de Jalisco
    Secretaria de Educación Jalisco
	jaime.jameb7@gmail.com
1. INTRODUCCIÓN
La  intervención educativa es un modo de evaluación de la propia práctica docente  con miras a emprender acciones que corrijan y perfeccionen el trabajo en el  aula. La intervención inicia con la definición del objeto de estudio, mismo que  se fundamenta en la investigación acción y la práctica reflexiva, la  observación, y el registro de la propia práctica en el aula bajo una  sistematización y con fundamento teórico de varios autores que ya han recorrido  el camino de la intervención o auto intervención educativa.
  En  este trabajo, se toma lo esencial de la teoría que incide en la construcción  del objeto de estudio y constituye la base del procedimiento que todo  investigador de su propia práctica debe considerar.
  El  objeto de estudio consiste en un registro de las acciones que se observan en la  práctica de aula, con observación participante interna, continua con un  análisis de la propia practica, confrontando lo que se hace con la teoría y  termina con las observaciones pertinentes y la interpretación tanto de los  métodos usados en la práctica como del quehacer tanto del alumno como del  maestro y por supuesto una conclusión que puede ser un articulo o un ensayo.
2. DESARROLLO
La  construcción de un objeto de estudio para la intervención educativa
  En la intervención educativa, el primer paso lo  constituye la construcción de un objeto etnográfico. El objeto etnográfico, en  este caso  se fundamenta en la  investigación acción y en la investigación cualitativa.
  La investigación acción, según Eva Pasek de Pinto  (2007:351) es un proceso mediante el cual, a través de la observación se  identifican los hechos que se pueden convertir en acciones en un marco de  evaluación de la enseñanza aprendizaje acompañados de una  práctica reflexiva de la enseñanza.
   La investigación  cualitativa es entendida como el proceso mediante el cual se logra la identificación de la naturaleza profunda de las  realidades, su sistema de relaciones, su estructura dinámica en contextos  estructurales y situacionales. 
  El modelo o enfoque naturalista o  cualitativo según Gloria Pérez Serrano 1998:26) surge  como alternativa al paradigma racionalista y aborda cuestiones que no pueden  investigarse desde una visión cuantitativa. Para Pérez Serrano, (1998: 27 ) la teoría constituye una reflexión en y desde la praxis  y la investigación está constituida no solo por hechos  observables y externos, sino también por significados, símbolos e  interpretaciones elaboradas por el propio sujeto, a través, de una interacción  con los demás. Por otra parte, a través de la investigación cualitativa, se  intenta comprender la realidad, (Pérez Serrano 1998:28) describe el hecho desde  que se desarrolla el acontecimiento (Pérez serrano 1998:29), profundiza en los  diferentes motivos de los hechos(Pérez Serano 1998:30), el individuo es un  sujeto interactivo, comunicativo que comparte significados. La relación  sujeto-objeto es de interacción especialmente cuando el objeto de estudio es la  persona humana. (Perez Serrano 1998:31) 
  La investigación cualitativa,  necesaria para la construcción del objeto de estudio, está centrada en la fenomenología, busca la  comprensión de los fenómenos sociales, en este caso el fenómeno educativo, se  fundamenta en la observación naturista del objeto, no pretende controlar los  eventos o sucesos, es subjetiva, es decir, con base en las percepciones del  sujeto, infiere datos, no es exploratoria, sino que solo captura momentos que  ya están en la escena, sin modificarlos o experimentar con ellos, es inductiva  y descriptiva, es decir, observa y describe eventos, no hace juicios; está  orientada al proceso datos "ricos y profundos" basados en la mera  observación tal y como suceden en la vida real, sin maquillajes ni actuaciones;  permite obtener juicios que no son generalizable, no construye leyes científicas  o inmutables; trabaja con una realidad dinámica y poco estable, con la vida  real y cotidiana y por último es holista, global, y abarca la realidad total.
  La construcción de un objeto  de estudio para la intervención educativa requiere programas de intervención. Francisco Herrera Clavero distingue dos líneas de intervención: La que alude  exclusivamente al término cognición-metacognición y la referida a la conjunción  cognición-metacognición y motivación. Estos métodos tienen distinta  fundamentación teórica y se basan en la observación, la comparación y la  reflexión sobre el modo de ejecutar tareas hechas por otros (profesores o grupo  de iguales) o sobre la propia ejecución de los estudiantes, concerniente a  tareas relacionadas con el aprendizaje escolar.
  No hay investigación cualitativa sin  observación, para Postic (1992:18-26),la observación se constituye en un método clínico. La  observación «el estudio completo del valor funcional, del comportamiento y de  la conducta de un ser humano, teniendo en cuenta sus elementos constitutivos,  su personalidad dinámica en su totalidad y su entorno» (Lafon, 1963 en Postic  1992 :18)
  Para  Postic, observar es un proceso, que organiza las percepciones y concentra la  atención en los comportamientos, seleccionando y estructurando datos que  construyen significados en red. Esta observación implica la selección de  datos y la estructuración de esos datos.
  Postic  asegura que la observación se da en tres faces: (Postic 1992: 22-23):
  La  operación de identificación de los hechos, que incluye la selección  de los hechos para determinados objetivos, la construcción de una red de  relaciones entre los hechos y la interpretación de los hechos para conformar un modelo de proceso.
  Con  relación a la evaluación de la observación, Postic (1992:24) supone dos  criterios: los de corrección y los de eficacia de la acción pedagógica, mismos que pueden ser individuales  o colectivos. 
  Referente  a esta misma observación, Gloria Pérez Serrano (1998:23-29)nos dice que debemos  observar conductas, silencios, conversaciones, niveles de comunicación y a  nosotros mismos,para obtener datos registrarlos con el fin de que nos faciliten  el conocimiento de la realidad en la construcción de un objeto de estudio.
  Añade  Pérez Serrano que hay dos tipos de observaciones: la participante y la no  participante, en la primera el observador, como ya se menciona, es parte del  proceso, con lo que se puede deducir que es el maestro en el aula quien observa  su propia práctica y la de sus alumnos; la no participante es una observación  externa de quien investiga sin ser parte del proceso, se puede deducir que en  un ambiente escolar, quien hace una observación no participante es el director,  el supervisor u otro agente externo al aula.
  Según  María Bertely (1994:64) la construcción de un objeto de estudio se realiza a  partir de tres categorías que forman un  triangulo: la del intérprete, la teórica y la social (Bertely: 1994-64),  textualmente nos dice que:
  “La cultura escolar, como producto contingente de una  construcción social e intersubjetiva específica (Berger y Luckmann 1979 en  Bertely 1994) configura a partir de la triangulación permanente entre tres  tipos de categorías: las categorías sociales, definidas como representaciones y  acciones sociales inscritas en los discursos y prácticas lingüísticas y  extralingüísticas de los actores. Las categorías de intérprete, que se  desprenden de la fusión entre su propio horizonte significativo y el del sujeto  interpretado. Las categorías teóricas producidas por otros autores,  relacionadas con el objeto de estudio en construcción”.
  (Bertely 1994:66)
  Estas tres categorías se conjugan y enlazan para dar  lugar a el marco de la investigación que penetran en todos los ámbitos teóricos,  sociales y de interpretación del investigador.
  Por otra parte, uno  de los ingredientes mas significativos en la construcción de un objeto de  estudio para la intervención educativa es la practica reflexiva, fundamentada  en la reflexión en la acción. Schon (en Bank 2002:90-91) señala que “La reflexión-en-Ia-acción se produce cuando nos encontramos en medio   de una acción y,al hacerla [nos mostramos ] reflexivos-en-Ia-[propia]  acción. 
  Bank  (2002:98) advierte cinco dimensiones sobre la reflexión en la acción: la acción  o el hacer; la descripción de la reflexión-en-Ia-acción, que significa la  concientización de la reflexión sobre la acción; reflexión-en-Ia-acción, que  significa reflexionar mas allá de la descripción de lo que hacemos; reflexión  sobre la descripción de la reflexión-en-la-acción (reflexión sobre la acción) y  la reflexión sobre la reflexión sobre la acción, lo anterior quiere decir que  se debe actuar, luego describir lo que hacemos, enseguida reflexionar sobre lo  que describimos, para luego perfeccionar la reflexión sobre lo que  reflexionamos y proceder a formular los criterios de intervención. 
  No  hay construcción de un objeto de estudio sin un registro. Juan Campechano  (1997) señala las características del registro. Entre otras cosas, el registro es un trabajo etnográfico en el contexto sicológico,  que sirve para el conocimiento  de la práctica docente, para la construcción del conocimiento en la educación.  Es una investigación sistematizada que  requiere analizar la práctica  propia para explicarla y ver la escuela desde adentro, con distanciamiento del  proceso y verificando las consecuencias de nuestros actos a  través de las notas de campo que  hacen la practica evidente para intervenirla con el auto registro.
  Juan Campechano (1997) menciona algunas reglas del  registro entre las que se cuentan: No interpretar, no evaluar, dar cuenta solo de los hechos y  contar con un ojo avisor, un oido  fino y una buena memoria. Continúa señalando que el  registro debe contener: Ubicación:  Grado, grupo, condiciones del  registro, hora, condiciones del aula; contexto:  Descripción del momento de inicio, situación, momento de la clase; propósito: Objetivos de la clase, contenidos a tratar; proceso: Descripción de la secuencia de actividades,  diálogos, acciones, tiempos,  silencios, murmullos, discusiones.  Que hay dos tipos de registros, el simple mas  crudo y apegado a la acción y el ampliado donde se explica la acción e  interfieren nuestras apreciaciones. Por último señala que el registro se puede  hacer a través de escritos, audios, video o papelotes.
  La  construcción de un objeto de estudio no se puede concebir sin una  sistematización. Oscar Jara(1997) nos dice Cómo sistematizar en cinco pasos:
  Primero el punto de partida: Partir de la propia práctica, haber formado parte de la experiencia y  tener registro de las experiencias de manera clara y precisa a través de  videos, escritos, audio o fotografía. Formular preguntas iniciales para  definir el objeto, delimitar el objeto, especificar experiencias concretas de  lugar y tiempo y por último, precisar eje de sistematización así como acompañar  la sistematización de un contexto teórico. 
  En  seguida recuperar del proceso  vivido, reconstruir la historia, con una visión global de los acontecimientos.  Ordenar y clasificar la información. Ubicar los distintos componentes.  Articular la información de acuerdo al objetivo que perseguimos y reconstruir  de forma precisa los aspectos relevantes de la experiencia vista como proceso. A  continuación realizar una reflexión del fondo, analizar, sintetizar, interpretar críticamente el proceso.  Analizar las tensiones críticas del proceso, reorganizar las partes para ver el  conjunto, además explicitar con lógica y sentido la experiencia. 
  Por  último terminar con los  puntos de llegada, formular conclusiones teóricas y prácticas con referencia al  eje de sistematización para mejorar futuras prácticas, comunicar aprendizajes y  producir materiales de acuerdo a quien va dirigida la información 
  Bertely (1994) realizó una investigación en cinco fases  que dieron lugar a cinco documentos en los que se da cuenta cabal de las partes  que conforman un documento de estudio con fundamento etnográfico para la  intervención educativa: 
“recupero  el fragmento de observación antes expuesto para mostrar las tareas implicadas  en mis incipientes esfuerzos interpretativos: subrayar lo que llamó mi atención  en la columna de inscripción, y preguntar, inferir, conjeturar y destacar (de  nuevo subrayando) en la columna de interpretación. Al final del documento  incluyo un ejemplo de las notas analíticas tentativas que construí como parte  de este trabajo”. 
  (Bertely 1994:  72-73) 
  Después de subrayar las observaciones  que más llaman la atención, Bertely realiza “notas analíticas tentativas” (Bertely 1994:77), que consisten en  una primera aproximación analítica en donde según la autora, en el registro se  ve reflejado el respeto del maestro por los procesos de aprendizaje de sus  alumno y señala las formas o métodos del docente.
  Una vez que ya  determinó las “notas analíticas tentativas” la investigadora elabora lo que denomina  como “Categorías de análisis y patrones emergentes” (Bertely  1994:79-80) en donde una vez hechas las preguntas, conjeturas e inferencias, se  formulan un los “patrones específicos” (Bertely 1994:79-80) eligiendo aquellos  que pueden convertirse en “categorías de análisis”
  Para el caso de la investigación en  cuestión, la autora hizo tres categorías de análisis:
Con  las categorías de análisis, la autora elabora cuadros analíticos por categoría,  en donde se organizan los patrones que pueden situarse en una o varias  categorías.
  En este quinto documento, se realiza lo que la  autora nombra Triangulación teórica y  a su vez señala que:
  “La  organización e interpretación de la información empírica, incluida en cada  categoría y archivo, me había permitido amalgamar las acciones y categorías  sociales de los actores estudiados, dentro de mis propias categorías …  representada por las voces y actos de los actores entrevistados y observados …  me desplacé [a] donde las categorías teóricas producidas por otros  investigadores me permitían establecer un diálogo paralelo y  multirreferencial”. (Bertely 1994: 80-82) 
  En  la fase de teorización, la autora señala que: 
  “Cuando  formalicé mi comunicación con otros autores me sentí más capaz de elaborar mis  primeros ensayos interpretativos. Diseñé diversos índices tentativos para  elaborar mi informe escrito…y decidí incluir en él las características de la  comunidad y escuela, los estilos de socialización familiar, y las adaptaciones  escolares y docentes construidas en el caso estudiado” (Bertely,  inédito en Bertely 1994:84).
  Lo  que la autora menciona es que se necesita tener una base teórica y confrontarla  con la propia interpretación, hacer consciente los procesos externos incluyendo  variables del contexto para desarrollar un trabajo que arroje significados del  trabajo etnográfico con enfoque en educación.
  Sobre el texto interpretativo, Bertely nos señala  que:
   “Antes  de elegir el índice definitivo, elaboré pequeños escritos que me ayudaron a  identificar el lugar que ocuparían las voces y los actos de los actores, las  categorías de análisis que yo había construido, y los hallazgos y conceptos  producidos por otros. 
  (Bertely 1994: 85) 
  En  este último párrafo Bertely explica sus estrategias de trabajo mediante los  cuales separó sus propios hallazgos de los de otros, permitiendo una fácil  categorización del trabajo efectuado.
Las conclusiones de toda la investigación de Bertely se ven vertidas en “El documento etnográfico [final] …[que] constituye… el cierre del proceso metodológico implicado en el primer nivel de reconstrucción epistemológica, relativo a la inscripción e interpretación de la acción social significativa. (Bertely 1994: 86). En éste, la autora nos señala que el investigador, correlaciona todas las variables y ofrece una explicación a lo observado, interrelacionando las tres categorías, la del intérprete, la teórica y la social, se reconstruye la clase dando un fundamento teórico y secuencial, hace conjeturas sobre el trabajo observado y evaluado, destaca las bondades del mismo y encuentra explicaciones a cada fase de la clase, que permiten encontrar una lógica del desarrollo del trabajo en el aula. Es este documento, tanto como el primero, en donde se realiza el registro simple, los dos momentos básicos del trabajo de investigación que dan lugar a la intervención educativa.
3. CONCLUSIONES
Sin  lugar a dudas, la evaluación de la práctica docente desde el interior del aula  y desde uno mismo, resulta un acto metacognitivo que debe redundar en la  mejoría de la calidad de la educación. 
  Observar  a otros es fácil, determinar sus errores y defectos nos llena de un espíritu de  supremacía y nos permite “arreglar el mundo” desde nuestra propia perspectiva.  Observar la propia práctica, analizar nuestras acciones educativas, señalar  nuestros propios errores, interpretar los hechos de manera que otros puedan  verlos y exhibir nuestras propias deficiencias requiere de un espíritu de  humildad y unas ganas tremendas de mejorar lo que hacemos día con día en el  aula.
  Para  observar la propia practica, se requiere la construcción de un objeto de  estudio y llevar a cabo los aportes mínimos de registro, análisis,  interpretación, y propuestas de acuerdo a lo que los autores nos reportan, pero  se requiere sobre todo mucha sinceridad y coraje para afrontar el reto, en el  que puede salir lastimada incluso nuestra propia autoestima.
  La  intervención basada en la auto-observación y la practica reflexiva, puede  constituirse en un trago amargo para cualquier docente, pero es un paso  ineludible para mejorar la calidad de la educación y al final de todo, saber  qué es lo que realmente estamos haciendo, con la intención de mejorar.
4. BIBLIOGRAFÍA
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Los autores interesados deben enviar sus textos en formato DOC a: lisette@eumed.net junto a un resumen actualizado de su CV.
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