Cuadernos de Educación y Desarrollo

Vol 3, Nº 30 (agosto 2011)

LIDERAZGO EN LAS ORGANIZACIONES


Alexandra Tabash Méndez (CV)
tabash.alexandra757@gmail.com




Un Líder académico es una persona talentosa. Una organización

bajo su mirada, está destinada a conseguir el éxito

 

“Hace falta una persona con una misión para que un objetivo sea logrado”

Clarence Thomas

I.INTRODUCCIÓN

Desde muy niños hemos escuchado la parábola de los talentos. Jesucristo la utilizó para ilustrarnos con respecto a que se nos dan talentos para multiplicarlos. Quisiera, comenzar este escrito mencionando de manera explícita lo que es un talento según el diccionario, para luego hacer una relación con el pensamiento de Jesús y de diversos pensadores antes y después de este personaje que marcó la historia de los tiempos.

Un diccionario enciclopédico Larouse conceptualiza la palabra talento así:

“(lat.talentum). Antigua unidad ponderal del oriente mediterráneo.2. Fig.Inteligencia, capacidad intelectual de una persona. 3.Fig. Aptitud o capacidad para el ejercicio de una ocupación.”

Con esta conceptualización, podemos partir utilizando una moneda antigua con un valor determinado usado en la época de Jesús y de manera figurativa se puede establecer una comparación entre un talento como unidad monetaria y la inteligencia, aptitud y capacidad que posea una persona.

Utilizando el Sagrado Libro llamado La Biblia como un documento histórico en esta ocasión, se podría mencionar que de los cuatro seguidores de Jesús, llamados apóstoles que escribieron los primeros cuatro libros del Nuevo Testamento , sólo Mateo menciona la Parábola de los talentos. Paso a creer que a este discípulo le gustaban las finanzas y que por eso escribió en Mateo 25:14 una comparación del Reino de los Cielos con un hombre que llama a sus siervos antes de alejarse y le entrega a cada uno sus bienes. Al primero le entrega cinco talentos, al otro dos y al tercero, un talento.

Explica la Parábola que a cada siervo le fue dado según su capacidad y cuando el Señor regresó, el primero y el segundo habían negociado sus talentos y duplicado, pero el tercero tuvo miedo y en lugar de negociarlo lo escondió sin ganarle intereses. Esto provocó una reacción enérgica del Señor que había entregado los talentos y entonces le quitó el talento y se lo dio al que tenía diez talentos diciendo:

(29)…”Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aún lo que tiene le será quitado…”

(30)…”Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera…”

La moderna concepción del talento humano en las organizaciones, no dista mucho de lo que el Señor de la Parábola esperaba de sus siervos y quizás los verdaderos talentos representados en actitud, inteligencia y capacidades son los que verdaderamente constituyen el más importante activo de las organizaciones.

Me interesó empezar este escrito mencionando esta parábola por que ejemplifica de manera muy simple lo que ocurre en nuestras organizaciones educativas y porque muchos de los que laboramos en ellas, escondemos los talentos y luego no queremos asumir las consecuencias de ser apartados e incluso ser tratados como inútiles.

Jack R. Gibb en su Manual de Dinámicas de Grupo apunta en el Capítulo XIII llamado “La comunidad Educacional” lo siguiente:

…”todos los programas y todo el personal administrativo, docente, técnico o de servicio, existe con el único propósito de crear un ambiente en el cual el estudiante pueda aprender, habilidades, conocimientos y actitudes necesarias para vivir en una sociedad democrática”

Escribo esta referencia en esta parte introductoria, primero para no olvidar que trabajamos en función de los Estudiantes y segundo para recordar que los talentos que requerimos de ellos: habilidades, conocimientos, inteligencia, actitudes entre otros, primeramente deben ser parte de nosotros mismos como líderes académicos. Multiplicar nuestros talentos es más que un deber, es una obligación para no ser echados del sistema, no precisamente por nuestros Jefes sino por los mismos estudiantes, razón de ser de nuestras organizaciones educativas.

Este es el punto de partida de mis reflexiones en torno a la mirada de un líder real: todos tenemos talentos, los traemos con nosotros y si los reconocemos y los usamos, de seguro estaremos entre los mejores.

.II. LIDERAZGO ACADÉMICO Y TALENTO HUMANO: UN BINOMIO DE ÉXITO

Edgar Watson Howe, famoso pensador, apuntaba que: “Al hombre le interesan las cosas maravillosas; entonces, las inventa. Y se asombra.” A todos los seres humanos nos encantan las cosas maravillosas, no hay ser que se resista a las comodidades y usualmente esos son los mejores inventos de nuestra época. Actualmente consumimos de manera exagerada inventos creados por el hombre para vivir nuestras vidas de manera más confortable y nos maravillamos de tales innovaciones. Por otra parte existen personas en nuestro planeta maravilloso como Jean Paul Getty que siguiendo el mensaje de Jesús considera que los talentos sólo se multiplican con trabajo, esfuerzo y dedicación.

Getty expresa:

”¿ Mi fórmula para el éxito? Levantarme temprano, trabajar hasta tarde, encontrar petróleo.”

Un líder académico debe precisamente estar convencido de que tiene talentos, de que todas las personas los tienen, pero si no se trabajan, sino se multiplican como dijo Jesucristo, no habrá resultados. Un líder académico necesariamente debe hacer lo que hace Getty para alcanzar el éxito: levantarse temprano en busca del éxito en su organización, poniendo a trabajar sus talentos con los de los demás para encontrar cada tarde un poquito de petróleo que le de energía para emprender nuevos proyectos. Sobre este tema R. L. Sharpe un poeta que descubrí en los últimos días escribió lo que puede de alguna manera ilustrar el significado de un liderazgo académico con talento humano:

¿NO ES EXTRAÑO, QUE PRINCIPES, REYES Y BUFONES

QUE BRINCAN EN PISTAS DE ASERRÍN, Y GENTE COMÚN

COMO TU Y YO SEAMOS CONSTRUCTORES PARA LA ETERNIDAD?

CADA UNO HA RECIBIDO UNA CAJA DE HERRAMIENTAS,

UNA MASA INFORME,

UN MANUAL DE INSTRUCCIONES.

CADA UNO DEBE HACER -ANTES QUE LA VIDA VUELE-

UNA PIEDRA DE TROPIEZO

O UNA PIEDRA DE APOYO.

En nuestras instituciones, a veces nos convertimos en piedras de tropiezo, quejándonos de todo, evadiendo responsabilidades y realizando tareas a medias. Posiblemente nos escudemos en diversas situaciones que ocurren para decir que lo hacemos sin culpa. Sin embargo quisiera pensar como el poeta Sharpe, todos brincamos en la misma pista de aserrín, todos somos constructores de un mismo objetivo, todos tenemos un manual de instrucciones que nos indica como convertimos en una piedra de apoyo. La clave está en la mirada del líder, en una mirada abarcadora de talentos que ponga a brincar en esa misma pista de aserrín a Príncipes, Reyes y Bufones, para conformar espacios libres de trabajo cooperativo donde todos sean piedras de apoyo y no de tropiezo.

El binomio, liderazgo y talento humano es una fórmula que no falla; un líder que sepa encausar el talento de quienes lo rodean tendrá petróleo todos los días al caer la tarde, sencillamente porque todos estarán haciendo lo que les gusta y sin mayor esfuerzo porque tienen la actitud, la aptitud y las habilidades innatas para ello.

La actitud es el indicador más fuerte para alcanzar objetivos, y la actitud solo la poseen los humanos. Ya lo viene apuntando el MODELO AMIGO de las organizaciones:

“el desarrollo y gestión de los Recursos Humanos es una función que cada vez está cobrando mayor importancia en las organizaciones”.

El contrato psicológico o psicosocial, precisamente se centra en la actitud de las personas para materializar beneficios para sí y los de su organización.

La mirada de un líder académico debe dirigirse al talento de los que integran su equipo de trabajo. Aquí podría implementar la Filosofía sobre los recursos humanos que contempla el Modelo amigo:

“…que subyace en la cultura de la organización…”; en la concepción de persona, de grupo y de la colectividad.

La caja de herramientas mencionada en el poema nos refiere también a la concepción del desarrollo y gestión del RRHH en el plano de las técnicas y herramientas dónde de manera textual se nos dice lo siguiente:

“…Existe una amplia gama de herramientas y una tarea primordial de los profesionales es la selección adecuada en función de las necesidades de la organización…”

De qué herramientas podría valerse el líder académico sino de los talentos que posee el recurso humano de su organización.

Si escondes los talentos, estos no producirán más talentos. En aquellos días el talento también era una moneda. En los nuestros podría ser nuestra carta de presentación. El líder debe empezar por sacar a flote sus talentos y luego dar una mirada para encontrar los de los demás. Precisamente, por eso escogí la palabra mirada en el título de este ensayo, quizás de manera poética abarcando con ella sueños y esperanzas de ganarle intereses a los talentos en una gestión educativa.

III.COMO CONVERTIRSE EN UN LÍDER ACADÉMICO TALENTOSO

Joan L. Cursio, a propósito de seguir a pesar del miedo y vencer los obstáculos, decía lo siguiente:

“Zambúllete en el medio de las cosas, ensúciate las manos, cae de rodillas y después, trata de alcanzar las estrellas”

Posiblemente tengamos talentos difíciles de sacar en beneficio de nuestras organizaciones y es necesario aclarar que hay un mensaje falso con respecto a los talentos , pensando que tiene talento sólo quien canta, juega futbol, o es bueno para los deportes, toca un instrumento o baila con ritmo perfecto. Este es un mito que debemos erradicar para entender que seguramente esas personas sean talentosas en esos campos pero que también deberíamos escuchar a otro diciendo: “soy bueno para la matemática” o “soy un buen lector; “puedo extraer conceptos difíciles de una página escrita” y” elaborar mapas conceptuales”, “soy bueno para la computación” “me encanta organizar grupos de trabajo”, “tengo habilidades para hablar en público” y muchas otros talentos que harían maravillas en una organización.

Hablar de talento no es hablar de cantantes, superestrellas, jugadores populares sino de saber que somos buenos para algo y vemos la necesidad de aportar en ese sentido. Cuando la gente pone excusas es porque no se detienen a pensar que Dios nos ha dado, a todos, catorce mil millones de células y conexiones en nuestro cerebro y que se nos dieron para usarlas.

No todos podemos ser neurocirujanos, porque quizás no tengamos buena coordinación, aunque seamos inteligentes para interpretar leyes.

Algunas personas necesitan ver todo dispuesto en forma concreta, no pueden percibir modelos, no distinguen sombras ni diferencias. Estas no podrían ser buenos radiólogos. Otras no tienen la capacidad de expresar un buen argumento. Saben lo que quieren decir, pero no son capaces de ponerlo en palabras adecuadas, sin embargo pueden ser talentosos en la electrónica. No serían buenos para hacer una carrera en leyes, pero pueden llegar a ser excelentes reparadores de computadoras.

Cuando pienso en mi misma y evalúo mis talentos, me doy cuenta que tengo la habilidad para conectar el cerebro con las manos y expresarlo al tocar mi mandolina, pero eso sería un talento artístico. De la misma manera podría utilizar esta habilidad para utilizar la computadora.

En otras palabras, cualquiera con un cerebro normal tiene la capacidad para hacer cualquier cosa, pero cuando una persona tiene dones y talentos especiales (y todos los tienen) los aprovecha y desarrolla ,y con toda probabilidad esa persona se destacará .Por ejemplo Juan Sebastián Bach pudo haber sido médico, pero de haberlo sido es posible que no hubiera sacado el máximo provecho de sus talentos como músico y hoy en día no sería mundialmente reconocido.

Un líder académico debería hacerse algunas preguntas para empezar a visualizar sus talentos y ponerlos a la orden de su organización:

¿En qué he sido bueno hasta ahora en mi vida?

¿Qué cosas me gusta hacer que hayan provocado la alabanza de otros?

¿Qué cosa hago bien y disfruto haciéndola, aunque mis amigos lo vean como un trabajo, o como una actividad aburrida?

Convertirse en un líder académico talentoso requiere de un análisis exhaustivo de uno mismo, autoreflexión y también interactuar con otras personas que nos conocen y en las cuales confiamos para que nos expresen según su opinión sobre para que somos buenos.

Desafortunadamente, mucha gente no se da cuenta, que casi nadie logra algo, a menos que haya dedicado tiempo a pensarlo y analizarlo. El líder académico debe desarrollar todos sus talentos y potencialidades, especialmente el talento de encontrar el de los demás en beneficio de su organización educativa.

IV. EL LÍDER ACADÉMICO TIENE UNA MISIÓN

Clarence Thomas apunta de manera acertada lo que los líderes en el mundo de las organizaciones deben tener: una misión que apunte a un objetivo:

“HACE FALTA UNA PERSONA CON UNA MISIÓN PARA QUE UN OBJETIVO SEA LOGRADO”.

Siguiendo esa premisa podemos dar por un hecho de que ninguna misión se puede cumplir si no se ponen en práctica ciertos lineamientos y si el Equipo de trabajo no tiene al frente una persona que tenga muy clara esa misión. Esa persona o líder sólo cumplirá el objetivo si desarrolla sus talentos en beneficio de todos y si logra que esos “todos” también pongan en práctica sus talentos.

La historia ha demostrado que los más notables triunfadores superaron enormes obstáculos antes de lograr el éxito y que para lograrlo tuvieron que utilizar lo que mejor podían hacer: sus talentos. Algunos abandonan sus objetivos simple y sencillamente porque no pudieron unir sus talentos con los de otros para salir adelante.

El éxito en la vida de una organización depende en gran medida de cómo el líder sea capaz de enfrentar su propia vida. Los líderes son personas con una visión optimista de la vida y deben saber como hacer las cosas y hacerlas bien. Los líderes académicos deben forjarse una misión personal para el cambio. Confiar en que el mundo puede y debe cambiar, aunque se caigan los puentes, se cierren las ventanas y las puertas.

V. A MANERA DE CONCLUSIÓN

Hemos nacido para volar decía Jesús Quintero:

…Hemos nacido para volar y tenemos la obligación de remontar una y otra vez el vuelo.

Yo le agregaría a mi amigo Quintero a quien no conocí personalmente, que sólo a través de mis talentos escondidos podré remontar el vuelo para volar con maestría, y sólo así llegaremos al éxito de nuestras organizaciones.

P.T. Barnum expresaba lo siguiente:

…”Si apunto al sol, puede que acierte a una estrella…”

El líder académico talentoso siempre estará apuntando hacia el sol y quizás todos los días al caer la tarde además de encontrar petróleo, alcanzará una estrella, si tan sólo apuesta a su talento y al de los que le rodean.

Como artista, enamorada del potencial humano que cada ser posee y que le es diferente al otro, considero que debemos como líderes académicos, en esencia, aceptar nuestras habilidades especiales y desarrollarlas. La mayoría de nosotros tenemos una amplia capacidad en algún área de nuestra vida. Cuando lo comprendamos, empezaremos a descubrir nuestros talentos. No todos podemos hacer de todo pero todos podemos hacer algo bien.

Culmino este escrito, remitiendo al lector al Primer Libro del Nuevo Testamento, específicamente: S. Mateo 24:25 para que aplique la PARÁBOLA DE LOS TALENTOS del gran pensador y líder espiritual que vino a este mundo con una Misión, para la cual se forjó un único objetivo: la Salvación de la Humanidad, de ahí la premisa al principio de este tratado: Una persona, una misión y un objetivo .Para que como líderes talentosos seamos capaces de dar una mirada , no cualquier mirada, una que nos permita cazar con agudeza los talentos de los que nos acompañan en esta noble tarea y sobre todo que sean nuestros talentos los primeros en multiplicarse para que no se cumpla aquel viejo refrán de que “para enterrar a un muerto sirve cualquiera menos el sepulturero” porque está tan ganado por la rutina que no entierra a un sentimiento sino a unas tablas .Que seamos líderes talentosos con una mirada acaso poética que nos permita ir más allá de la mirada ansiosa de quienes nos corresponden.


 

 
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