Cuadernos de Educación y Desarrollo

Vol 3, Nº 29 (julio 2011)

APUNTES HISTÓRICOS PARA EL ESTUDIO DE LA EDUCACIÓN DE LA SEXUALIDAD


Alexey Megna Alicio
Máster en Ciencias, Profesor Asistente
Universidad de Las Tunas. Cuba
alexeyma@ult.edu.cu
alexeyma@yahoo.es




RESUMEN

El artículo expone algunos presupuestos históricos sobre cómo se ha abordado la educación de la sexualidad, haciendo un especial énfasis en el tratamiento dado en la Educación preuniversitaria en Cuba. También se exponen algunos referentes teóricos acerca de la objetivación de este proceso. Se realiza un análisis del estudio y el criterio de varios expertos en la materia que puede servir de soporte teórico y metodológico para futuras investigaciones en este sentido.

Palabras claves: sexualidad, educación, educación de la sexualidad.

Abstract

The article exposes some historical budgets on how the education of the sexuality has been approached, making a special emphasis in the treatment given in the Education for young in Cuba. Some relating ones are also exposed theoretical about the realization of this process. He/she is carried out an analysis of the study and the approach of several experts in the matter that can serve as theoretical and methodological support for future investigations in this sense.

Key words: sexuality, education, education of the sexuality.

INTRODUCCIÓN

La sexualidad humana es una manifestación de la personalidad que influye sobre la conducta de los individuos y sobre las relaciones humanas en general. Interviene en todos los procesos fisiológicos y psicológicos del ser humano. El científico argentino Aller Atucha (1991) plantea: “…es una parte integral de toda personalidad y se expresa en todo lo que una persona hace…” por lo que se encuentra en toda la vida objetiva y subjetiva del individuo e influye en toda su vida social.

En el 13o Congreso Mundial de Sexología realizado en Valencia, España, en 1997, en la declaración de los derechos sexuales, establece en su artículo 10 el derecho a la educación sexual integral, definiéndolo como "un proceso que se inicia con el nacimiento y dura toda la vida y que debería involucrar a todas las instituciones y agentes sociales, teniendo como principales instituciones a la familia y a la escuela como agencia perfiladora y directora del proceso.

La Sexualidad es parte orgánica del lenguaje mismo de la vida, de su creación y recreación inagotables, del ser y devenir de los humanos. Está ligada “Al placer, al descubrimiento, al renacimiento, al desarrollo, personal, a lo interaccional, a lo lúdico, a lo comunicacional, a lo nuevo, a la magia, a la belleza y a la naturaleza, al amor y a la salud.” (González y Castellanos, 2003)

La educación ética significa formar a partir de los valores. Donde no hay valores no hay verdadera educación. Puede haber instrucción, entrenamiento, pero nunca educación. Es preciso tener presente que los valores no se enseñan, ni memorizan, sino que se transmiten, se contagian, se demuestran. Educar en los valores no significa pues, enseñar un conjunto de fríos contenidos ni dictar manuales de entendidos en la materia. No se trata de dar grandes listados de recetas, fórmulas y principios teóricos abstractos, error en el que no pocas veces incurrimos. La educación afectivo-sexual en los valores consiste en ir despertando y alimentando la sensibilidad, el sentido ético. Esto es, la capacidad para captar los valores, capacitando al sujeto para el discernimiento en situaciones reales y concretas ante las cuales se verá en la vida. (Santos Hernández, 1999)

La sexualidad como parte integrante del ser humano evolucionó a lo largo de la historia. En la prehistoria era solo un simple impulso reproductivo, como todos los animales, más tarde desempeñó un papel dentro de las creencias religiosas y en la actualidad, la civilización contribuye a su desarrollo de una manera inclusiva, racional y que promueva la felicidad, acorde con la revolución sexual de las tres últimas décadas.

Es probable que la preocupación por la sexualidad no contara demasiado en las primeras comunidades cavernarias. Eso permite deducir, al menos, el modo de vida de pueblos en estado primitivo que subsisten hasta nuestros días. Existen huellas históricas que nos hablan del interés por el sexo, un ejemplo de ello es la conservación de objetos y pinturas prehistóricas que ensalzan distintos aspectos de la sexualidad. Un ejemplo de ello son las danzas fálicas que aparecen representadas en pinturas rupestres, Venus, las vulvas grabadas en piedras, los grandes falos en estatuas y grabados. Todos ellos símbolos de una sexualidad entendida como fecundidad en la mujer, fertilidad de la tierra y virilidad del varón.

Es innegable el hecho que demuestra la variabilidad de enfoque que se le daba a la sexualidad de una cultura a otra y en el contexto socio-histórico en que se desarrollara. Como bien refiere Schnabl (1989), "La historia de la sexualidad comienza en las formas primarias de la vida…" En tiempos de la prehistoria, el objetivo fundamental de la relación sexual era el de rebuscar un heredero a través de la monogamia, así se aseguraba la descendencia como sucede en el mundo animal. Esta situación fue evolucionando hacia la poliandria, más típica de las sociedades matriarcales, en las que la mujer era la pieza clave de las sociedades, la que ofrecía los hijos, que era el mayor bien de la familia.

Esta situación fue modificándose a la vez que las sociedades eran cada vez más complejas. La posición del hombre poco a poco fue adquiriendo relevancia, hasta el punto que la mujer fue perdiendo sus privilegios a favor del hombre, que se convertiría en el patriarca, dando origen al concepto de poligamia. Una de las causas por las cuales el fenómeno de la poligamia fue generado fue precisamente las guerras desbastadoras en las cuales morían muchos hombres y el número de mujeres era mayoritario.

La sexualidad pasa a ocupar un lugar importante en la civilización con el descubrimiento de la agricultura, pues permitió a las tribus establecerse por períodos prolongados en territorios fijos, con lo que hombres y mujeres pudieron por fin conocer el placer de reproducirse. En ese momento, la humanidad identifica a la mujer (da vida) con la tierra (da frutos). Así nace un culto a la sexualidad femenina.

En el Antiguo Testamento, se subrayan los estatutos que establecían las reglas y normas que regulaban el comportamiento sexual de la época. En el judaísmo, el matrimonio tenía como finalidad la descendencia y la esposa hebrea tenía el "privilegio" de compartir los favores del esposo con otras esposas. Así, cada cultura tenía sus especificidades: En la egipcia la circuncisión, tenía un carácter ritual en la adolescencia. En Grecia, se toleraba la homosexualidad masculina entre adultos y adolescentes púberes. En Atenas las mujeres no podían andar solas, privilegio exclusivo de las hetairas (prostituta fina).

Según Vera Gamboa (1998), “En la edad Media, la Iglesia refrenda el matrimonio monógamo y declara al instinto sexual como demoníaco. En 1530 la Reforma protestante de Martín Lutero admite el primer divorcio solicitado por Enrique VIII para separarse de Catalina y casarse con Ana Bolena”.

De este modo, el sexo como núcleo de la sexualidad fue objeto de manipulaciones, en dependencia de la época que trascurría, careciendo siempre de una explicación científica para dicho fenómeno y pasó mucho tiempo hasta que Freud (1856-1939), médico vienés, demostró la repercusión y trascendencia de la sexualidad en la vida de los individuos. Su teoría de la personalidad, tiene como base el desarrollo sexual.

Se refirió al "líbido" como el núcleo central que irriga la energía vital que dirige y origina las manifestaciones del instinto sexual, aquella energía relacionada con todas las emociones que denominamos con el término amor.

Durante el siglo XIX, la sexualidad comenzó a estudiarse con mayor serenidad, la represión de sociedades puritanas, como la de Inglaterra en la época de la reina Victoria, continuó. La sociedad victoriana ostentaba varias contradicciones morales.

Por ejemplo, exigía continencia sexual a las mujeres "decentes", y al mismo tiempo toleraba la prostitución como un vertedero inevitable de las necesidades "sucias" de los hombres. Lo peor fue que el concepto victoriano sobre sexualidad marcó los años posteriores con una serie de creencias equivocadas.

El inicio del siglo XX fue también el principio del importante movimiento de liberación femenina, para situar a la mujer en un plano de igualdad con el hombre. Así empezaron a desecharse los tabúes sobre el cuerpo y su capacidad sexual, aunque diferente. Hombres y mujeres comenzaron a preocuparse por entender mejor el desarrollo de sus capacidades y habilidades sexuales.

En 1966 Masters y Johnson publican su libro "Respuesta Sexual Humana", anotando que tanto hombres como mujeres tienen la misma capacidad de respuesta sexual.

Precisamente los esposos Masters & Johnson (1978), expresan que: “… durante los siglos XVIII y XIX, lo mismo que durante buena parte del XX, la definición del rol sexual de la mujer era más fácil todavía. No tenía ninguno, a no ser el de receptáculo seminal...”. La capacidad de reacción sexual de la mujer no sólo se negaba, sino que de hecho los árbitros masculinos de una sociedad chovinista la borraban como posibilidad. Todo el mundo sabía, o por lo menos todos los hombres sabían y la mayoría de las mujeres fingían saberlo, que las mujeres «bien» no tenían sensaciones sexuales, que las esposas respetables se limitaban a someterse en la esperanza de concebir, y que «esas mujeres» que respondían sexualmente con libertad, simplemente no eran de la clase con la que uno se casaba.

Los años 60, con sus movimientos juveniles de transformación política, económica y ética, trajo un cambio decisivo. En consecuencia las conveniencias políticas y las concepciones machistas que mantenían gran número de costumbres atroces y represivas contra las mujeres y las clases más humilde comenzaban a ceder terreno y la sexualidad se consideró desde entonces como una cualidad única del ser humano; cambió así la actitud de las sociedades hacia el conocimiento de la sexualidad y sus manifestaciones, fenómeno que ocupa un lugar importante dentro de la vida cotidiana en nuestros días.

Este breve análisis histórico demuestra que el fenómeno de la sexualidad no es simplista, ya que éste dependerá en gran medida del contexto socio histórico y cultural en que se desarrolla.

Antecedentes de la educación de la sexualidad en Cuba y en la Educación Preuniversitaria

Al analizar la primera mitad del siglo XX se aprecia que no se desarrollaron muchos trabajos en este sentido, por razones obvias de la sociedad subdesarrollada, donde la investigación científica era muy limitada, hubo, en ese contexto histórico un médico llamado Ángel Arce, que no solo ejerce como médico sexólogo, sino que en sus consultas y conferencias hacía llegar al pueblo sus conocimientos mediante charlas, lo que posibilitó dar a conocer a las capas populares de nuestro pueblo nociones de planificación familiar, higiene sexual y conocimiento de las Infecciones de transmisión sexual (ITS).

Al iniciar este estudio determinamos una primera etapa que comprende el lapso entre 1960-1986, el inicio de este período en Cuba es marcado por el triunfo de la Revolución, y surge como resultado de las profundas transformaciones que ocurrieron en los años 60, la educación sexual, centrándose esencialmente en la higiene, la atención a las embarazadas y al recién nacido.

No es hasta la segunda mitad de la década del 60 cuando se produce el despliegue de la educación sexual en Cuba con un carácter verdaderamente ascendente. Sin embargo el trabajo de orientación y educación sexual solo estaba consignado al ginecólogo y al educador.

En esta etapa se destaca para el preuniversitario un programa de “ Educación Sexual” concebido y organizado por el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), y otro de “Orientación Sexual a los adolescentes” en este caso fue dirigido por la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).

El Ministerio de Educación (MINED), el Centro Nacional de Educación Sexual y el Centro de Educación para la Salud vienen desarrollando desde la década del setenta la educación sexual.

En 1974, se efectúa el Segundo Congreso de la FMC y en sus Tesis se plantea el papel de la familia en la sociedad, en ella se expresa la preparación de padres y maestros en la educación de la sexualidad de niños y jóvenes, como parte integral del sujeto, exigiendo que esto sea una tarea de toda la sociedad.

En 1975, durante el Primer Congreso del PCC, en las Tesis y Resoluciones “Formación de la niñez y la juventud” se plantea que las relaciones entre el hombre y la mujer representan favorablemente una adecuada educación sexual que comienza en el hogar y se refuerza en la escuela. De ello se evidencia que la educación sexual es una tarea pedagógica.

En 1976, el MINSAP, auspicia el Primer Seminario Nacional de Educación Sexual con el objetivo de incluir la educación sexual en la formación integral de nuestro pueblo.

En este mismo año, se produce también el perfeccionamiento del sistema nacional de educación teniendo en cuenta convicciones, conocimientos, hábitos y habilidades, relacionados con los contenidos de educación sexual, incluyéndose en temas de las asignaturas tales como Biología y Español inicialmente, del plan de estudio de la Educación General Politécnica y Laboral y en los Institutos Superiores Pedagógicos.

La segunda etapa se enmarca entre los años 1987-2007. El inicio de esta etapa se caracteriza por el surgimiento del Proyecto “Hacia una Sexualidad Responsable y Feliz”, este proyecto tiene como objetivo: contribuir, a través del Sistema Nacional de Educación, a la formación progresiva de una conducta sexual responsable en los adolescentes escolares, que promueva la disminución de la deserción escolar por matrimonios, así como la tasa de embarazo y aborto. En el lustro comprendido entre 1989-1994, el preuniversitario incidió a más de veinte mil bajas que junto a la Educación Media tuvo lugar en nuestro país principalmente por motivos de embarazo precoz.

El Ministerio de Educación (MINED), el Centro Nacional de Educación Sexual y el Centro de Educación para la Salud vienen desarrollando la educación sexual formal que devino en el proyecto denominado “Educación Formal para una Conducta Sexual Responsable”, con la intención de concretar dicho proyecto, en el año 1996 fue firmado un programa de colaboración entre el MINED y el Fondo de Población para la Naciones Unidas (FNUAP) en la que esta última apoyó el financiamiento de este proyecto, que por demás prevé la educación sexual de miles de jóvenes que se encuentran en la red de escuelas en el campo de la Educación Preuniversitaria.

Luego, en 1989, se crearon los GES (Grupos de educación sexual) en los diferentes niveles de enseñanzas, dirigidos a la educación de la sexualidad.

Los logros alcanzados en el Proyecto destinado a la Secundaria Básica, facilitó la creación del Programa Nacional de Educación de la Sexualidad en el Sistema Escolar Cubano y el abordaje de la educación sexual en el nivel focalizado de preuniversitario y Educación Técnica y Profesional, con una población escolar de entre 15 y 17 años pretendiendo elevar el comportamiento sexual responsable con el pleno ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos y fortalecer la equidad de género de los adolescentes y jóvenes bajo el Proyecto de Educación Sexual para adolescentes y jóvenes de la educación media superior y superior.

Se seleccionaron intencionalmente para iniciar el proyecto, algunas provincias por las incidencias que tienen en algunos indicadores que expresan comportamientos pocos responsables en algunos adolescentes y jóvenes, y en el año 2005, esta experiencia se extenderá al resto de las provincias hasta abarcar todo el país.

Suma varios años la experiencia acumulada en la educación de una sexualidad responsable en los estudiantes del preuniversitario, lo que posibilitó la incorporación de contenidos con potencialidades para trabajar estos temas en las asignaturas en este nivel de educación.

Se indicó a partir del Proyecto “Hacia una Sexualidad Responsable y Feliz”, que se utilizaran los contenidos de las asignaturas: Español y Literatura, Historia, Cultura Política, Geografía, Biología, Matemática, Física, Química, Computación, Inglés, Preparación Militar Inicial y Educación Física y también con las actividades vinculadas a la producción para promover la Educación de la sexualidad.

Estos son algunos elementos sobre la historia de la educación de la sexualidad en nuestro país haciendo especial énfasis en la Educación Preuniversitaria y en las relaciones de pareja.

Se aprecia que inicialmente la labor de educación de la sexualidad la realizaban algunos profesionales de manera aislada y posteriormente, médicos (ginecólogos) y educadores van predominando en esta labor.

Se aprecia también la incorporación progresiva de las instituciones y el desarrollo de proyectos y seminarios. También puede advertirse una tendencia gradual a la incorporación de temas de la Educación de la sexualidad en las asignaturas.

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