Cuadernos de Educación y Desarrollo

Vol 3, Nº 27 (mayo 2011)

LOS VALORES ÉTICOS Y LOS MODOS DE ACTUACIÓN PROFESIONAL: UN CÍRCULO VIRTUOSO


Yolvy Javier Quintero Cordero
Profesor Asesor Programa Nacional de Formación de Educadores
(MISIÓN SUCRE)
yolvy_quintero@hotmail.com




RESUMEN

Este trabajo tiene como objetivo primordial significar la vinculación de los valores éticos y los modos de actuación profesional, como círculo virtuoso en la formación. El autor parte de que la educación es ante todo un proyecto de carácter ético. El proceso educativo debe estar interesado en promover, formar y estructurar en el hombre un cuerpo de valores éticos que responda a los intereses de la sociedad. Es a través de estos valores como se logra configurar a un hombre apto no sólo para servirle a la sociedad sino también para que sea capaz de enfrentar el reto que comprende la formación de otras personas y aun de su propio perfeccionamiento. Si no existe un docente con las potencialidades que otorga la posesión de los valores éticos muy poco o casi nada se podrá alcanzar en el proceso educativo Los valores no son el resultado de una comprensión y, mucho menos de una información pasiva, ni tampoco de actitudes conducidas sin significación propia para el sujeto. Se trata de la relación entre la realidad objetiva y los componentes de la personalidad, lo que se expresa a través de conductas y comportamientos, por lo tanto, sólo se puede educar en valores a través de conocimientos, habilidades de valoración, reflexión en la actividad práctica con un significado asumido. Lo anterior, enuncia lo que se entiende por proceso educativo. Este sólo se logra a través de los modos de actuación profesional, que no es más que la capacidad de acción pedagógica del docente.

Palabras claves: valores éticos, modos de actuación profesional, círculo virtuoso, proceso docente educativo.

ABSTRACT

This article aims to link primary through a virtuous circle of ethical values and modes of performance. The author begins with the idea that education is primarily an ethical project. The educational process should be interested in promoting, form and structure in man a body of ethical values that serves the interests of society. It is through these values as a man able to configure apt to serve not only society but also must be able to face the challenge that involves the formation of others. If there is a teacher armed with the potential given by the possession of ethical values little or nothing can be achieved in the educational process values are not the result of an understanding, much less of a passive information, nor attitudes conducted without significance for the subject. It is the relationship between objective reality and the components of personality, which is expressed through behaviors and attitudes, therefore, can only teach values through knowledge, skills assessment, reflection on the activity assumed practical significance. This sets out what is meant by educational process. This can only be achieved through performance modes, and these are not more than the capacity of teacher's pedagogical action is not applied successfully without the active presence of ethical values.

Keywords: ethical values, modes of performance, virtuous cycle.

LOS VALORES ÉTICOS Y LOS MODOS DE ACTUACIÓN PROFESIONAL: UN CÍRCULO VIRTUOSO.

De acuerdo con Escobar (2003: 108) la ética, y por tanto la moral, esta entrañablemente unida a otra disciplina filosófica denominada axiología o teoría de los valores. La axiología (de axios, valor y logos, estudio o tratado) se ocupa de estudiar los valores. La ética no puede prescindir de la noción de valor, toda vez que las normas que conforman el mundo moral implican valoraciones o apreciaciones que permiten formular el concepto de lo que es bueno o malo. La ética es, pues, una disciplina axiológica.

Según Martínez (2002: 47) las teorías que se han encargado de estudiar el tema de los valores se llaman axiologías y tuvieron un gran desarrollo en el pensamiento europeo en la segunda y tercera década de este siglo.

Pero estas axiologías tienen un inconveniente y es que en general son individualistas, porque entienden los valores en relaciones con los individuos. Se ha visto después que el sujeto de valores no es tanto el individuo, sino el colectivo social o mundo cultural. Yo como individuo participo de los valores de un determinado grupo y de una determinada cultura.

Nacer es venir a un mundo cultural; durante los primeros años yo no puedo hacer nada frente a los valores que rigen en ese mundo sino solo asimilarlos, apropiarme de ellos; luego a medida que voy madurando puedo reaccionar personalmente aceptando y personalizando esos valores de mi grupo y de mi cultura o puedo rechazarlos y romper con ellos. Pero no podría romper con nada si no estoy previamente instalado en un mundo cultural. Por eso, los valores son determinadas maneras de apreciar ciertas cosas importantes de la vida por parte de individuos que pertenecen a un determinado grupo social o cultural.

Los valores al igual que las instituciones, tienen un carácter moral: nadie la ve son invisibles, pertenecen a un mundo espiritual. Como se puede entonces estudiar los valores de un determinado grupo. Se pueden estudiar por que los valores se objetivizan, adquieren objetivaciones concretas en tres formas: de prácticas, de tradiciones y de símbolos.

Práctica es todo lo que hace el hombre, no en el sentido físico de ejercicio, sino en el sentido de praxis, de practicar, como hablar, pasear, saludar, entre otros. La vida es un entramado de prácticas. De las cuales se tendría que comprender su significado profundo. Por ejemplo, llegar tarde a una cita; se tendría que ver cuál es el aprecio del tiempo para nosotros; o la práctica del saludo, ya sea de mano o de beso, se tendría que investigar acerca de dichas prácticas. Esa sería una función de la literatura, de la narrativa que saca al individuo de la inmediatez de su mundo y le hace ver a distancia y con mayor relieve su misma realidad cotidiana que transcurre inadvertida.

Las prácticas, entonces, configuran las características de nuestro diario comportamiento: que hacemos, como lo hacemos, porque lo hacemos. La práctica del valor desarrolla la humanidad de la persona, mientras que el contravalor lo despoja de esa cualidad.

La palabra tradición viene del latín “traditum” que significa entregar. Todo lo que viene del pasado es tradición. La gran tradición es la historia. A los pueblos, a las culturas, les es tan necesaria la tradición, como la memoria lo es a los individuos. Cuando un individuo pierde la memoria sufre la enfermedad de la amnesia. Esto mismo les puede pasar a las culturas. Entonces, si se quiere conocer el mundo cultural que le es propio, el individuo debe interesarse por la historia.

El hombre es un animal simbólico, es un hacedor de símbolos. Los símbolos son expresiones de la vida profunda, de todo lo que llevamos dentro. Son muchas las cosas que se llevan dentro y no se expresan, tanto a nivel individual como colectivo.

El símbolo de los símbolos es, por supuesto, la palabra: la lengua hablada y la lengua escrita. No todas las culturas son iguales, porque hay culturas que han logrado expresarse de una manera maravillosa y otras que no. En ese sentido, se piensa que la cultura inglesa seria infinitamente más pobre sin Shakespeare, la cultura española sin

Cervantes , la cultura venezolana sin Rómulo Gallegos o la cultura cubana sin un José Martí.

Los símbolos, según Paul Ricoeur, constituyen el núcleo ético-mítico de una cultura. Los japoneses han dejado los Kimonos para los actos folklóricos, se han occidentalizado bajo muchos aspectos, han aceptado instituciones como la democracia de tipo parlamentario; pero no han perdido su cultura, siguen siendo tan japoneses como lo eran antes, porque una cultura se identifica no tanto por los aspectos materiales, sino por su núcleo ético mítico. Si se quiere estudiar una cultura se debe empezar por entender principalmente sus expresiones simbólicas.

Según Cortina (1996: 27), interpretando a Ortega y Gasset cuando el ser humano se enfrenta a las cosas no solo hace con respecto a ellas operaciones intelectuales, sino que también las estima o desestima, las prefiere o las relega: es decir las valora. Y lo mismo ocurre con los sistemas sociales o con la institución: se valoran unas positivamente y otras negativamente. Y, curiosamente, “ser” y “valer” no se identifican, porque hay cosas que son y, sin embargo, se valoran negativamente, como podría ser el caso de una enfermedad, mientras que otras no son y se valoran positivamente, como puede ser la justicia perfecta.

Por eso el gran problema de los valores consiste en averiguar si tienen realidad o si por el contrario se inventa; si se concede un valor a las cosas y por eso parecen valiosas, o si más bien se reconoce en ellas un valor y por eso parecen valiosas.

Cortina (1996: 28) interpretando a R.H Lotze afirma que los valores valen realmente, por eso atraen, complacen, no son una pura creación subjetiva. Se consideran buenas aquellas cosas que son portadoras de algún tipo de valor y por tanto se descubre en ellas un valor; no porque se decida subjetivamente fijárselo.

Lo que sucede en muchas situaciones es que se está acostumbrado a ponerle un precio a las cosas y se puede acabar creyendo que no solo se fija su precio sino también su valor. Y conviene no confundir ambos por que el precio se puede poner pero no el valor. Porque los valores son cualidades reales de las personas, las cosas, las instituciones y los sistemas.

Según García M (1960), sostiene que los valores son esencias parecidas a las ideas platónicas, su validez es objetiva y absoluta y su conocimiento a priori. Los cambios de valorización no relativizan los valores, pues sólo se refieren a nuestra capacidad para captarlos.

Se debe considerar también que la realidad no es estática, sino dinámica contiene un potencial de valores latentes que solo la creatividad humana puede ir descubriendo. De ahí que se puede decir que la creatividad humana forma parte del dinamismo de la realidad. Esa creatividad no tiene dueño en particular, cualquier persona, grupo o sociedad puede ejercerla,

Ahora, cuál es el rol que desempeñan los valores en nuestra acción diaria. Ellos valen realmente por que permiten “acondicionar” el mundo para que se pueda vivir plenamente en él como personas. Por eso se tienen que concretar en la realidad creativamente. La realidad es una base a partir de la cual las personas creativas diseñan una increíble cantidad de posibilidades y de mundos nuevos. Acondicionar la vida sólo puede hacerse desde la creación. Porque un mundo injusto, insolidario y sin libertades, un mundo sin belleza o sin eficacia, no reúne las condiciones mínimas de habitabilidad. Y esa es la razón por la que se debe dar, creativamente, cuerpo a los valores.

Considera el autor que se hace necesario conocer a propósito del artículo la posición de tres grandes pensadores sobre el desarrollo ético-moral del individuo y que tienen una influencia decisiva en el ámbito educativo: Piaget, Vygotski y Kant.

Piaget. En su obra “La nueva educación moral,” escrita en cooperación con otros notables pensadores (Peterson, P, Wodehouse, H y Santullano, L) afirma que el fin de la educación moral es constituir personalidades autónomas aptas para la cooperación. Para él las relaciones democráticas basadas en la cooperación, en el respeto mutuo y en la reciprocidad crean condiciones ideales para que niños y jóvenes se libren del egocentrismo, de la sumisión ciega y del respeto unilateral para con los mayores.

De allí que el autor Piaget se plantea que si niños y adultos conviven en un ambiente cooperativo y democrático, favorecedor de unos intercambios sociales recíprocos, respetados también por el adulto, en el que todos participen activamente de los procesos de toma de decisiones, se considera que muy probablemente tenderán a desarrollar una moral intelectual y podrán alcanzar niveles de moralidad cada vez más elevados. Resulta interesante, traer a colación lo que Piaget define como cooperación. En su obra Écrits sociologiques (1978) establece que cooperación es toda relación entre dos o más individuos iguales o que se consideran como tales. Dicho de otra manera, toda relación social en la cual no interviene ningún elemento de autoridad.

Vygotski (1995) observó que el nivel de instrucción promovía el desarrollo del lenguaje y del pensamiento abstracto, y aumentaba la complejidad del pensamiento moral enfatizando las estrechas relaciones existentes entre el pensamiento y el lenguaje. Esto a propósito de un estudio que realizó con un grupo de jóvenes criados en ambientes rurales sin educación, campesinos de granjas colectivas con educación básica y estudiantes universitarios.

El autor describe una zona de desarrollo próxima (ZDP), instancia psíquica muy activa, encargada de interaccionar con el mundo exterior, de establecer el intercambio cognitivo con el medio y las personas. Esta (ZDP) metaboliza estos cambios e incorpora los conocimientos así adquiridos (aprendizajes) para luego introyectarlos en zonas más estables de la mente.

Para este autor el niño aprende y cuando aprende se desarrolla. Enfatiza la importancia del lenguaje en el aprendizaje del pensamiento moral, en la importancia del medio social en el que el niño crece, en la educación que recibe y en el carácter contextual de las acciones y del pensamiento.

En la (ZDP) es donde los alumnos interactúan con quienes pueden ejercer una influencia formadora en ellos. El papel de profesor es el de provocar en el alumno avances que no sucederán de manera espontanea. Guardando relación con lo anterior Altarejos (1998: 43) afirma que esa relación de ayuda se establece como cooperación, como apoyo y asistencia para que el aprendiz procure algo por sí mismo.

En tal sentido, la (ZDP) tendría que ofrecer las condiciones propicias de confianza con su profesor y su medio cultural. Se estaría hablando de una comunidad de aprendizaje conformada por escuela-familia- y el medio socio cultural. El resultado sería instaurar valores éticos que hacen falta en la familia y en la sociedad caracterizada por actitudes de solidaridad social, de ayuda mutua y de cooperación incluyendo las que se refieren al arte, cultura y el medio ambiente.

Otro autor de preponderancia clásica Inmanuel Kant en su libro , Tratado de Pedagogía escrito en 1830, afirma que el hombre llega a serlo solamente por la influencia de la educación: el hombre llega a ser hombre exclusivamente por la educación, el por qué, es difícil, la tarea se debe a que el hombre “debe perfeccionarse a sí mismo”, pasando la tarea a las nuevas generaciones, por lo cual la pedagogía trasciende a la historia.

La racionalidad de Kant ante este fenómeno humano da paso a los sentimientos. Kant se emociona, y ante la pedagogía se transforma en idealista, porque gran parte de su vida la dedicó a la enseñanza, que fue desde muy joven su trabajo y su forma de vida. No se debe olvidar que Kant fue profesor universitario y llegó a caracterizarse por sus estrategias innovadoras.

Esta posición de Kant al considerar al hombre como artífice de su propio destino, a través de la educación, mueve al autor a relacionarla con los modos de actuación profesional del docente. Es imposible la aplicación de idóneos modos de actuación profesional sino se es portador o portadora de una estructura ético- moral en fina correspondencia con lo que la sociedad espera.

Al respecto, es propicia la afirmación que hace Fuxá (2004:10) cuando asevera que el modo de actuación expresa el sistema y secuencia de acciones generalizadas, que de forma estable, flexible y personalizada se utiliza para actuar sobre el objeto de la profesión con el propósito de transformarlo y auto transformarse mediante la aprehensión de los valores éticos, las estrategias de aprendizaje y los métodos de trabajo pedagógico que caracteriza a una actuación reflexiva, investigativa y comprometida con el cumplimiento exitoso de sus funciones profesionales.

Considera el autor que sin la aprehensión de los valores éticos, por parte de los estudiantes, muy poco se forjará en su personalidad activa. Todo lo demás dependerá de ello. Un hombre o mujer sin valores éticos carece del sentido de orientación vital. No tiene un proyecto de vida trascendente. Los valores humanizan al hombre; si no hay humanidad, sólo tienen cabida sentimientos subalternos.

Pero, al propio tiempo, se requiere de un docente esencialmente comprometido, que digiera la necesidad histórica de transformar a la sociedad. De allí que sea menester la concurrencia en su ser orientador de una estructura ético-moral, capaz de de erigirse en plataforma para tal transformación. De ahí el círculo virtuoso. No puede haber modos de actuación profesional pertinentes sin la presencia de los valores éticos y precisamente la tarea fundamental, a juicio del autor, de los modos de actuación profesional es formar, estructurar un cuerpo cohesionado de valores éticos que hagan posible la aplicación de estrategias y métodos de trabajo pedagógico, tal y cómo lo concibe Fuxá.

En este sentido, cobra importancia la aseveración del Presidente Castro, citado por Fuxá, cuando asevera “Educar es todo. Educar es sembrar valores, desarrollar una ética y una actitud ante la vida, Educar es sembrar sentimientos. Educar es buscar todo lo bueno que puede estar en el alma de un ser humano”.

De lo anterior se desprende, tal como señalan Arana y Batista (2000) que Los valores no son el resultado de una comprensión y, mucho menos de una información pasiva, ni tampoco de actitudes conducidas sin significación propia para el sujeto. Es algo más complejo y multilateral pues se trata de la relación entre la realidad objetiva y los componentes de la personalidad, lo que se expresa a través de conductas y comportamientos, por lo tanto, sólo se puede educar en valores a través de conocimientos, habilidades de valoración, reflexión en la actividad práctica con un significado asumido. Se trata de alcanzar comportamientos como resultado de aprendizajes conscientes y significativos en lo racional y lo emocional.

De igual manera, García, Valle y Ferrer (1996: 19-20) afirman complementariamente que el auto perfeccionamiento del docente es entendido como la posibilidad de ascender a niveles superiores de actuación mediante el reconocimiento y la modificación de los modos de actuación con los que opera el docente. Esto es, en opinión del autor, que los valores también pueden cambiar, dado que son apreciaciones que se tienen sobre la realidad y ésta es inexorablemente cambiante.

Nuevamente Fuxá (2004:21) nos dice que el auto perfeccionamiento profesional docente es el proceso resultante de la capacidad de autogestión del conocimiento y búsqueda científica de solución a los problemas profesionales(mediante la reflexión crítica y la aplicación de los métodos de investigación a la teoría y la práctica pedagógica). El autor le agregaría que no sólo se busca la solución de los problemas profesionales sino en general la solución a los problemas que surgen de la propia realidad, los que acogotan a la sociedad.

Pues bien, la reflexión crítica es una de las estrategias que utiliza el constructivismo para generar valores éticos. En efecto, Denis (2000:144), citada por Cuba (2009:71 afirma que el ejercicio constante de la reflexión individual y la discusión socializada acerca del significado de términos que contengan juicios de valor desarrolla el pensamiento crítico y creativo. Esta estrategia propicia el uso de la técnica de la pregunta con énfasis reflexivo. Por ejemplo ¿qué significa ser honesto, justo, libre, sincero? ¿Cuáles son las causas del aborto, el embarazo precoz, la homosexualidad, la prostitución, la violencia, el fanatismo político?

La estrategia de la discusión abierta o socializada es sumamente productiva cuando se asume de forma responsable y consciente de la trascendencia de su alcance para la solución de un problema. La discusión es fructífera cuando se basa prioritariamente en la reflexión personal, en libertad y no en la imposición de criterios, y es más efectiva cuando surge de manera espontánea al enfrentar situaciones en vivo. El docente ha de ser sensible e inteligente para no dejar para más tarde las discusiones de significado moral.

Por otra parte, la discusión permite, por medio del análisis, la argumentación, el disenso y el razonamiento, hallar los caminos que contribuyan a tomar decisiones consensuadas y que transmita proposiciones dignas de seguir.

Todo lo anterior nos lleva a una teorización que pertenece a Arana y Batista (2000)” La educación en valores es un proceso sistémico, pluridimensional, intencional e integrado que garantiza la formación y el desarrollo de la personalidad consciente; se concreta a través de lo curricular, extracurricular y en toda la vida universitaria. La forma de organización es el proyecto educativo”.

Y a criterio del autor, el proyecto educativo se lleva a cabo, exclusivamente, a través de los modos de actuación profesional. Ellos constituyen la macro estrategia para conducir exitosamente la formación del hombre, desde un punto de vista humanizante.

Los valores éticos constituyen la plataforma, a través de la cual se logrará la transformación vital del hombre y la sociedad.

El docente debe estar comprometido en la formación de valores éticos

Los modos de actuación y los valores están unidos en un círculo virtuoso para garantizar el perfeccionamiento del docente y por ende de la sociedad

El proceso educativo se lleva a efecto a través de los modos de actuación profesional en definitiva Educar es un proyecto ético.

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