Cuadernos de Educación y Desarrollo

Vol 3, Nº 27 (mayo 2011)

PODER - CONOCIMIENTO – SABER: CATEGORÍAS DE REFLEXIÓN NECESARIA DESDE LA RELACIÓN DE LA UNIVERSIDAD CON LA COMUNIDAD
 

Mirihelis López (CV)
Licenciada en Trabajo Social.
Aspirante al Doctorado en Ciencias Pedagógicas
Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño
Profesora en la categoría de Asistente del
Programa de Formación de Grado Gestión Social del Desarrollo Local
Universidad Bolivariana de Venezuela
Venezuela – Estado Zulia
dopicoeduardo@uniovi.es
 


RESUMEN

Reflexionar sobre la razón exige un breve planteamiento de cómo en las ciencias sociales se llegó a trabajar la racionalidad y por qué se habla ya, hacia finales del siglo XX e inicios de este nuevo milenio, de un nuevo paradigma, la postmodernidad, en donde se expresa el poder del saber.

Partir de la idea de que todo conocimiento en lo social es aquel que está por escribirse o ya se encuentra escrito sería un gran error, como lo es también no tomar en cuenta a los que fueron capaces de contribuir a la formación de lo que se conocería como el paradigma de la modernidad, fundado en los conceptos de racionalidad, conocimiento, verdad y objetividad, como también sería un error no estar abierto a los grandes cambios nacidos en la dinámica de la complejidad de la humanidad y en la educación cuando se encuentra en auge el estudio y las prácticas de la relación universidad – sociedad siendo un desafío histórico de la pedagogía, debido a las implicación categoriales necesarias y a la diversidad del mismo enunciado, pues el pensar una universidad fuera del aula rompe con esquemas determinados de la práctica de muchos docentes.

Por ello en este articulo se pretende el estudio histórico de las concepciones del conocimiento a través de la ciencia y su relación con las categoría poder y saber en el proceso de formación en la educación universitaria a partir un análisis del ejercicio de poder en los sistemas políticos y económicos, que marcan las pautas para la dominación de los pueblos, bajo la premisa que cada sociedad forma para sí misma para reconocer el saber común en medio del conocimiento impartido por los docentes en la educación universitaria, y así responder a los cambios sociales y políticos en la construcción de una nueva república expuesta en la constitución de la república bolivariana de Venezuela (1999) en su preámbulo mediante la participación democrática y protagónica, lo cual implica un reto a los docentes.

Estos nuevos procesos dentro de la enseñanza – aprendizaje aporta una perspectiva diferente de la relación sujeto – objeto desde los espació del entrono más cercano a nuestros estudiantes como es la comunidad, entendida como el espacio geográfico con características culturales y sociales comunes para generar procesos de formación universitaria pertinentes socialmente al desarrollo del país y así perfeccionar la relación universidad – comunidad.

Caben, pues, las preguntas concernientes al estudio de las categorías conocimiento – poder – saber en la relación universidad – sociedad hasta llegar de manera más puntual a la relación universidad – comunidad, en el contexto cambios de la dinámica social de Venezuela y su relación con la categoría poder y saber: ¿El estudio del conocimiento se relaciona en la educación universitaria con las categorías de Poder y a su vez con los conceptos de verdad, justicia y saber?

¿En la educación solo se puede plantear un conocimiento racional o se puede partir de una relación dialéctica con el saber?

Palabras claves: Racionalidad, conocimiento, Poder, Saber, Educación Universitaria y Sistema Político, relación universidad – comunidad.

INTRODUCCIÓN

Siempre ha existido una búsqueda constante del conocimiento, la verdad, el poder y la justicia, conceptos inherentes a las relaciones humanas. Esta búsqueda en las ciencias sociales ha involucrado a una serie de autores, paradigmas y epistemologías como lo fueron los filósofos de la antigüedad griega, quienes no consideraban al hombre como tal, digno de estudio, sino sólo aquél favorecido por el ser supremo del don de la sabiduría. Sócrates, Platón y Aristóteles, al contrario, reconocieron lo social como constructo de conocimiento válido.

En el renacimiento, físicos y matemáticos entre otros, vieron la necesidad de encontrar una forma diferente a la tradicional de reconocer al hombre, cuando el cristianismo se centró en él y lo concibió dentro de las ideas de justicia y la moral. En todo ello el hombre obtuvo un reencuentro consigo mismo, es así como en el siglo XV la nueva filosofía denominada humanismo se orientó hacia la política y la corriente positivista.

Durante los siglos XVII y XVIII. Se fundamentan las instituciones sociales en la razón humana y se laicizan las teorías; Bacón, Descartes, Pascal, Vico y Montesquieu, establecen el espíritu científico de las ciencias naturales y experimentales mediante una representación racional, determinada y reduccionista del mundo. Estos mismos principios serán aplicados a las ciencias sociales en el siglo XIX y XX con la corriente positivista, en la cual se hace una separación entre la relación objeto-sujeto. En efecto, basándose en los principios de la ciencia experimental con las características de objetividad y neutralidad, donde la verdad se encuentra relacionada con la comprobación y validación experimental de la ciencia. Esta perspectiva está siendo cuestionada en el presente, tanto en lo social, como en los procesos de aprendizaje de la educación.

Los cuestionamientos provienen tanto del excesivo cientificismo como de la aplicación de métodos cuánticos, que proveen de una racionalidad para el descubrimiento de leyes generales, postulado éste con el cual estamos en desacuerdo pues atenta contra el desarrollo propio y complejo de la realidad y la educación, toda vez que cada individuo en su proceso de aprendizaje presenta particularidades y necesidades propias.

Kart Popper, filósofo nacido en Viena y autor de la obra “Con los Pies en el Suelo” entre otras, inicia su critica al positivismo partiendo de la idea de entender el realismo, el cual se centra en tres sentidos: uno metafísico, que consiste en la información de que existe un mundo real, independiente de que haya alguien que los reconozca o no cuyo modo de ser es independiente de tal conocimiento; otro, un realismo epistemológico que afirma que nuestro conocimiento de las cosas esta relacionado con el modo de ser de las cosas mismas, es decir, que nuestro conceptos y teorías no son meras construcciones subjetivas ajenas a la realidad del mundo exterior; y por último, uno que identifica una tercera realidad llamada “sentido común”. La actitud sensata, el sentido de lo responsable.

Los aportes de Popper a las ciencias sociales en la construcción del llamado paradigma de la modernidad, son cuestionados a partir de que se establece una relación y determinación únicas en la construcción del mundo subjetivo, exterior y mental, distantes e interdependiente entre sí, y la aplicación de un método científico para una realidad absoluta; postura ésta criticada en el siglo XX en el que los conceptos de conocimiento y verdad y lo relacionado con lo social no pueden englobar la realidad, toda vez que la dinámica constante de la humanidad y la naturaleza están envueltas en una complejidad de relaciones y por ende, de diversas realidad.

Francisco Ávila (2003) haciendo referencia al libro La Lógica de la investigación Científica (Popper 1977, 57) expresa que:

        “Las teorías son redes que lanzamos para expresar aquello que llamamos “Mundo” para racionalizarlo, explicarlo y dominarlo. Y tratamos de que la maya sea cada vez más fina” (1)

Entiende su espíteme bajo la existencia de un modo estipulado y organizado que la ciencia trata de conocer, haciendo una crítica al método inductivo positivista que reafirma la objetividad como proceso y método en la ciencia y cuestiona la lógica inductiva (de lo particular a lo general) de los criterios de validación, verificación y comprobación que coartan, limitan y reducen la forma de reconocer al hombre, además que plantea un modelo hipotético deductivo (de lo general a lo particular) como punto de partida de la racionalidad crítica, desarrollada por el autor en años posteriores.

El entendimiento de la complejidad de la realidad estaba alejado de la búsqueda de los investigadores que en diversas épocas se hallaron determinados por una corriente de poder político-económico. Esta corriente para el siglo XX y comienzos del XXI vendría a ser Neoliberalista, como mecanismo para el ejercicio del poder y el control del conocimiento para el establecimiento de “la verdad” y “la realidad”.

Marx y Engels replantearon la estructura de la sociedad y el papel del Estado, determinando la existencia de las clases sociales y las relaciones de poder entre ellas, inscritas en un sistema capitales –criticado en sus escritos-, que perpetua a una elite en el poder y en el control de la verdad.

Con estas ideas es influido en Francia el pensador Michel Foucault (1926-1984), historiador y filósofo, crítico del poder, el conocimiento y la verdad en las Ciencias Sociales, quien coincide con Kart Popper en su idea de la episteme como rama de la filosofía que apresa el conocimiento; Popper crítica el sentido reduccionista y determinista de la realidad y Foulcault el control del conocimiento ejercido por la clase dominante para callar el saber de un pueblo o, como diría Bacherlard, “el conocimiento común”.

Este pensador, licenciado en matemáticas y profesor de Física y ciencias naturales se orienta a la formación del espíritu científico en 1938 haciendo profundizaciones en la epistemología, expresa sus ideas de poder, conocimiento y verdad en concordancia con Foulcault, entendidas como político económico de dominación imperante.

El pensamiento de Foulcault establece una tendencia apasionada por la concepción del conocimiento como símbolo de poder para la búsqueda de la verdad.

La verdad científica en el positivismo planteada bajo la relación objeto-sujeto, es cuestionada por Foulcault, quien considera la verdad como proceso continuo, nada riguroso y cierto en la medida de su propia realidad, la cual va a depender de las relaciones en la formación de cultura, política y estructura social.

DESARROLLO

El conocimiento científico – saber social.

A propósito de ¿Qué es la verdad? Vista desde la realidad dinámica y compleja y que se aleja de la “realidad” de la clase dominante, en una entrevista realizada el día 26 de marzo de 2005 por parte de un grupo de estudiantes de la Universidad Bolivariana de Venezuela con la unidad de interacción Socioeducativa, en ocasión del apoyo a los damnificados por las inundaciones causadas por las lluvias del Sur del Lago de Maracaibo, estado Zulia, a una de las habitantes, ésta expresa haber advertido 15 días antes a la autoridad lo que iba a ocurrir:

        “…. La comunidad es el pueblo, y el pueblo es el que sabe….usted no es de aquí, yo tengo 20 años y se por donde va a salir el agua….”

La verdad de esta señora no es la verdad vista por los organismos competentes, aunque ambas son reales, sólo que una se mantiene bajo el concepto de poder, como lo define Foulcault, quien además los relaciona con la concepción del conocimiento, entendiendo el poder como estrategia que se ejerce mediante el dominio y la producción de conocimiento desde las estructuras del estado; en sus representantes e instituciones históricas, primero en los enviados de Dios, luego la aristocracia, posteriormente los intelectuales y así continuamente, en las clases dominantes o elites.

En la educación el concepto de poder ejercido como estrategia y control sesgado del conocimiento mediante una clase dominante (los docentes), reproduce y permite perpetuar un sistema político (neoliberalismo) prohijado por un imperio cuya intención es cercenar y acabar como hasta ahora lo ha hecho con la identidad de los pueblos. La institución de la educación, por siglos, ha sido el método por excelencia que permite la perpetuación del poder y la dominación de los pueblos.

La relación de poder se repite cuando el docente ejerce, en el paradigma tradicional, el poder en el aula o espacio de clase, en el cual imparte un único y valedero conocimiento (positivismo) esperando y procurando una respuesta determinada (teoría estimulo – respuesta). Esta forma de aprendizaje ha sido criticada pues no permite a sus participantes –alumnos- realizar un proceso de pensamiento reflexivo y critico, mediante el reconocimiento de sí mismos y del otro, que ofrezca elementos de reconstrucción de la verdad, más cercana al pensamiento de Max Weber cuando hablaba de “conciencia colectiva”.

En la educación venezolana debemos proponernos vencer de la mejor manera esta forma tradicional de aprendizaje, mediante el respeto por parte del docente del saber del otro, para permitir la construcción de un aprendizaje individualizado en acuerdo a las necesidades del otro, pues la verdad no es absoluta ni es igual para todos.

Ejemplo de ello lo tenemos en el hecho de que las Constituciones previas a la del 1999 no reconocían las lenguas indígenas, pero de forma contradictoria y decepcionante para quienes luchamos por la libertad de un pueblo y la defensa de la cultura, en las aulas el docente “experto” con su conocimiento imperialista e inquisidor, expone sus clases en castellano o “español”, si quienes leen esto piensan aún en la madre patria.

Lo llamamos “experto” en el sentido crítico de los tradicional y partimos de la idea que todo conocimiento científico expuesto por el docente debe ser atravesado por el saber de su pueblo, que la mayoría de las veces aunque de forma poco o nada sistematizada plantean las respuesta especificas a los problemas inherentes a ellos, y el proceso de educación de por si les atañe.

Aunque enfaticemos más en el docente se debe despertar la conciencia colectiva hacia su pueblo y entender que sólo está reproduciendo un sistema clasista, excluyente y sin libertas de pensamiento mucho menos de conciencia. Comprender que la autoridad en el aula no va a depender única y exclusivamente por el ejercicio en lo tocante al asentamiento de la notas, sino de gran manera de los códigos que el grupo de forma particular pueda construir de forma participativa y libre.

La concepción del conocimiento así como el poder se encuentran involucrados ineludiblemente por una corriente política-económica, en la tesis antes descrita, Francisco Ávila expresa la idea del conocimiento para Foulcault de la siguiente manera:

        “…si quisiéramos saber qué es el conocimiento, no hemos de aproximarnos a él desde la forma de vida, de existencia o de ascestimo como carasteristica del filosofo. Para aprehenderlo en su raíz, en su fabricación debemos acercarnos a él como políticos y no como filósofos; que debemos comprender las relaciones de lucha y de poder, la manera de cómo se odian entre sí los hombres, cómo procuran dominarse unos a otros, comprendemos entonces en qué consiste el conocimiento.” (96)

En acuerdo con Ávila, el conocimiento para Foulcault implica un detallado, complejo y abierto análisis de las luchas sociales del hombre, que por años se han encontrado sometidas a una corriente política, el neoliberalismo, cuya aplicación ha provocado el empobrecimiento de los pueblos latinoamericanos.

Para Kart popper y Alfred Shuzt, en “Construcción Social de la Realidad” (1960), el hombre construye ideas y conceptos de acuerdo a su mundo internos o mundo intersubjetivo; si bien es cierto que bajo el enfoque político social específicamente en las relaciones de poder debemos estudiar el conocimiento, también se puede afirmar que todo análisis se encontrara influido por un sistema cultural especifico.

La ciencia o el cientificismo en el paradigma cargado de racionalidad de la modernidad, negó y redujo el saber en las ciencias sociales a un conocimiento científico comprobable, valido, verificable y objetivo, encerrando al hombre en directrices que coartan la producción de saberes; lo que propicio la reproducción de un sistema económico político como el capitalista.

Podemos establecer de manera crítica en las formas de adquisición de conocimientos de la educación, una innegable relación intrínseca entre la cuestión de poder-conocimiento-verdad. Teniendo clara los docentes esta relación, podemos analizar las estrategias de aprendizajes y las teorías del conocimiento, en un contexto político; cada universidad, conocimiento representa en su hacer un modelo.

Exponemos la verdad del conocimiento como la reproducción de cada modelo, donde esta verdad no supera el ejercicio del poder, por el dominio de éste sobre el conocimiento para la construcción de la verdad de los dominadores.

Cuando nos referimos a un saber diferente al del conocimiento científico partimos de la idea que Foulcault remota de la escuela de Frankfurt, saberes alternativos que enfrentan situaciones o poderes específicos, donde el sujeto, dentro de su problemática entiende, participa y construye su proceso y método, inherente a su realidad subjetiva y colectiva. Aunque para muchos académicos la idea de la promoción de saberes alternativos les crea ruidos o disgusto, por aquella necesidad de controlar el conocimiento, como ocurre en los laboratorios.

Cabe la idea de entender que las brechas generacionales existen; podemos colocar el ejemplo en el uso de los medios electrónicos –computadoras, DVD, celulares- nuestros niños de solo 4 años de edad tienen mejor manejo de ellos que otras generaciones, incluso docentes universitarios; lo planteamos solo como ejemplo, amén de los provechoso que sería si nuestros docentes tradicionales (sabelotodo) pudieran tener la humildad necesaria para abrir su razón al saber común de sus alumnos.

Permitiría esta forma de enseñanza el fortalecimiento de nuestra república en la construcción un ciudadano, como los escribía nuestro libertador, útil a formación de la república antes que intelectual o profesional, co-responsable con los asuntos del Estado: aunque en la constitución de 1999 se decretó como estado democrático, participativo y protagónico.

En los años 70, Bachelard se incorpora a esta discusión de la racionalidad y la verdad como pensador francés, dando su mayor aporte a la epistemología al determinar los conceptos de fronteras y obstáculos epistemológicos.

Entender el concepto de la verdad estudiado por este pensador, en la tesis antes citada, tomando del libro (1975) de “Bachelard o el día y la noche: ensayo a la luz del materialismo dialéctico”, contempla quo es “el cimiento de las teorías del conocimiento y según la cual, las verdades producidas por las ciencia, se establecen a lo largo de un proceso”(4), entendemos en acuerdo con este concepto a la verdad como un proceso continuo, flexible y dinámico pero criticamos la objetivación de la misma para ese proceso, pues como se expreso anteriormente la objetividad en la ciencia siempre estará involucrada con la estructura socio-cultural del investigador o en este caso el docente, negar la idea de la subjetividad es una de las criticas a este autor pues sería acordar con un sistema político de dominación, debido que es en esta estructura donde se mantiene la identidad de un pueblo. Comprendiendo que la base para la búsqueda de una nueva verdad, ni es absoluta, ni es única, ni es objetiva.

Basado en este concepto de la verdad nuestra concepción del aprendizaje en la educación superior se alejan del llamado paradigma positivista, haciéndonos reflexionar sobre la base que por siglos las ciencias sociales estuvo atada por cadenas epistemológicas que respondían a los intereses de una clase mediante el empleo de un sistema político y se apartaban de la historia de la sociedad, como lo fueron los procesos de la revolución industrial, la francesa, las revoluciones de independencia y los movimientos civiles y sociales de los pueblos latinoamericanos desde principios del siglo XX sólo por mencionar algunos donde la ciencia intentó pasar por el único y absoluto método científico, objetivo y comprobable, lo que siempre a sido relativo, complejo y diverso.

Con todo esto no podemos ser sectarios y negar los aportes y avances del positivismo a la ciencia pero en lo que compete a la educación el absolutismo de una única forma de explicación de los fenómenos o hechos, lo que hace es reproducir “una verdad” de una de las caras, creemos no sea propicio ni asertivo a la dinámica y complejidad de la sociedad y entre ellos a las relaciones de poder y verdad de las personas.

Bachelard en su libro “Conocimiento común y conocimiento científico” 1978, plantea un cuarto período, la época contemporánea, la cual se consume por “la ruptura entre conocimiento común y conocimiento científico, entre experiencia común y técnica científica” (5).

Acordamos con Bachelard en la necesidad de dar continuidad entre el conocimiento científico común o dicho de otro modo entre el Poder de la Razón y el Poder del Saber, ya que para este pensador el hombre de ciencia no puede ni debe ser una abstracción de la sociedad sino estar involucrado en el hacer de la ciencia; se expresa en este libro de los saltos o de los brincos en las historias, han sido un problema en la educación, ya que mediante el positivismo la ciencia intentó reducir los hechos o fenómenos abstractos del proceso dinámico para la construcción de la verdad, llegando a racionalizar todos los elementos mediante una única forma.

Conocimiento y saber en la Educación Superior

Con lo expresado en el desarrollo de este ensayo la educación Superior en la universalidad del pensamiento en el mundo durante la historia se ha hecho reproductora, salvo algunas excepciones, de un conocimiento científico racional que responde a un sistema político, como lo es el llamado neoliberalismo que cercena toda una identidad nacional, mediante el ejercicio del poder del conocimiento para mediatizar con la utilización de recursos técnicos las aventuras del pensamiento a la formación de una realidad de la clase dominante.

Debemos estar consciente de la crisis y la dinámica de lo político y social de la humanidad, cuando desde finales de los 80 se ha iniciado un repensar y reflexionar sobre el conocimiento racional y el saber. Esta reorganización implica aparte del repensar una serie de transformaciones a niveles económicos, políticos, científicos, tecnológicos y culturales que afectan al mundo.

Venezuela en la actualidad se encuentra viviendo un proceso de transformación caracterizado por los viejos modelos de organización social y política y la emergencia de nuevos modos de construcción de una democracia participativa y protagónica expresada en la constitución de 1999 basada en la justicia social, como eje de la recomposición de los campos económicos socio-políticos, culturales y educativos.

En este contexto surge la Universidad Bolivariana de Venezuela en el 2003 con un espíritu reflexivo denominada como la casa de los saberes, donde confluyen y participan, mediante la formación de un profesional con carácter de un ciudadano antes que todo, con responsabilidad con lo social y a la construcción de un país como enfoques educativos que sustenta esta universidad; entendiendo la educación como un proceso dialógico y transformador, creando espacios dinámicos, abiertos y vivos mediante los procesos de interacción reflexión en las unidades educativas; es decir, un currículo abierto, en su diseño y desarrollo.

Esta formación no puede ser concedida como caminos lineales únicos sino que se encuentran en un diálogo de saberes entre profesores y estudiantes, de los estudiantes entre sí, de los profesores entre sí y de todos aquellos que en el contexto forman parte.

Con todo esto se concibe el aprendizaje y el conocimiento como proceso inacabados, de acuerdo con la definición de Bachelard, construido por el diálogo que el individuo mantiene consigo mismo, con otros, con la cultura y con el contexto, un proceso de reflexión en la acción y de acción en la reflexión.

Teniendo en consideración: la igualdad de condiciones de diálogo, la pluralidad de dimensiones de la interacción humana, la transformación de los sujetos considerados como seres de transformación y no de adaptación y por sobre todo una nueva relación con el saber, no instrumental, que permite dar sentido a lo que decimos, pensamos y hacemos como sujetos activos de esta sociedad y no la reproducción mediante un conocimiento instrumental de un discurso de dominación por parte un sistema.

Esta universidad plantea el repensar de cada participante en su comunidad, sector o zona próxima a su residencia, mediante el encuentro consigo mismo y el reconocimiento de otro, dentro de lo cual está su identidad en una unidad básica integradora (UBI) Proyecto, entendido como el eje transversal de cada programa de formación de grado donde convergen el conocimiento científico, técnico reflexivo y crítico, para la producción de nuevos saberes nacidos en la relación Universidad – Comunidad.

Esta unidad básica de organización curricular, proyectos, vincula y articula la formación, la investigación e la inserción social, para el documento rector, proyecto está definida como (Documento Rector 2003:69)

        “… una investigación de un tema/problema que por su pertinencia y relevancia amerita estudiarse, e implica tanto la articulación de conocimientos como la participación socializante de grupos de estudiantes que trasciende las tradicionalmente denominadas clases. El espacio organizativo de los estudiantes alrededor de un proyecto no es la "clase", sino el equipo o el grupo trabajando en torno a un problema; de ahí que la característica fundamental de un proyecto es la de ser esfuerzo investigativo deliberadamente orientado a encontrar respuestas a interrogantes o soluciones a un problema seleccionado de común acuerdo entre el grupo de profesores y el grupo de estudiantes. La meta de un proyecto no es sólo buscar respuestas o dar soluciones, sino también, y esencialmente, desarrollar competencias cognitivas amplia y socio-afectivas de los estudiantes.” *

Se concibe como una unidad integral e integradora de trabajo, parte del plan de estudio, con un tratamiento transversal a los problemas, vistos como núcleos integradores de conocimientos que requieren de prácticas inter y transdiciplinarias donde se articula las demás unidades curriculares, con la oportunidad de desarrollar y socializar competencias, ligadas a la formación, investigación e inserción social, como espacio organizativo de los estudiantes para consolidar equipos de trabajos, para dar respuesta a interrogantes y soluciones a problemas, desarrollar competencias cognitivas amplias y socio-afectivas de los estudiantes. Documento Rector (2003:75-76)

Entendido proyecto como proceso de investigación formativo y transformador de estudiantes, docentes y relaciones de interacción en la comunidad que permita explorar las riquezas del saber popular e incluirlas en las dinámicas de la construcción del conocimiento, en su articulación y co-responsabilidad con los procesos comunitarios más allá de las aulas de clase. Algunos debates entre los docentes de la UBV lo han llamado el método formativo para la vida (Boscan y otros 2005).

Notas finales

• La principales relaciones entre las categorías conocimiento, poder y verdad vienen dadas en los sistemas políticos económicos imperantes en cada periodo histórico de la humanidad y por ende en las distintas concepciones de ciencia y de aprehender el conocimiento, concluyendo que cada sistema forma para sí mismo lo que ha implicado desde el establecimiento del neoliberalismo desde siglos pasados el sometimiento y la opresión del pensamiento mediante la reproducción de conocimiento, pues los sistemas políticos en el ejercicio del poder han manipulados la verdad para generar un conocimiento sectario a una realidad.

• Esta sometimiento y presión del pensamiento es critica desde distintas partes del mundo en relación a la reducción y limitación de formas de enseñanza, verdades absolutas impartidas tradicionalmente en las aulas de clases y desconociendo el saber popular histórico de nuestros pueblos y por ende nuestra cultura, costumbres y pasado, sin pertinencia a su contexto de actuación profesional ni social al desarrollo de su país.

• En la educación el conocimiento parte de en una relación critica y reflexiva de la realidad, debe ser considerado como proceso continuo del estudio de las realidades y no único y absoluto.

• La educación tiene el deber de fortalecer y producir la cultural y la identidad de un pueblo en un proceso de construcción y participación para la transformación deberá ser considerado el saber de las prácticas comunales y cotidianas de las comunidades del pueblo venezolano debe ser considerado en el sistema de conocimiento de la práctica docente en la educación universitaria.

Referencias Bibliográficas.

(1) Popper, K.R. La lógica de la investigación científica, Madrid 1977.

(2) Ávila Francisco, Tesis doctoral. El Rol Político de la Tecnología: una crítica a la Racionalidad Moderna, Universidad del Zulia, Maracaibo 2003. www.geocites.com/ciceron.geo/

(3) Ibíd.

(4) Ibíd.

(5) Bacherlard, Gastón, “Conocimiento común y conocimiento científico”, en el Racionalismo aplicado, versión castellana de Irene A. Ramos, Buenos Aires, Paidós, 1978.

- Boscan, Rafael y otros. (2005). El método formativo para la vida. Ponencia presentada en Congreso internacional de Pedagogía 2005. Publicada en las memorias. La Habana-Cuba.

- Carr Wilfred y S. Kemmis (1988). Teoría crítica de la Enseñanza. Ediciones Martínez Roca. España.

- Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. 1999

- Clotilde Proveyer Cervantes y otros. (1998) Trabajo social comunitario. Selecciones de lecturas. La Habana-Cuba

- Damiani, L y Bolivar O. 2007. (Coord) PENSAMIENTO PEDAGÓGICO EMANCIPADOR LATINOAMERICANO. 1era edición. Universidad Bolivariana de Venezuela. Caracas.

- Documento Rector (2003) Universidad Bolivariana de Venezuela.

- Documentos curriculares de los programas de formación de grado.

- Fernández, Sergio Paulo. Habermas y la Teoría Crítica de la Sociedad. Facultad de ciencias sociales. Universidad de chile 1997. www.rehue.csociales.uchile.com. (Consultado el 28/11/06).


 

 
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