Cuadernos de Educación y Desarrollo

Vol 3, Nº 27 (mayo 2011)

LA MOTIVACIÓN LECTORA EN ESTUDIANTES DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANÍSTICAS


Amarilys Suárez Alfonso
Profesora de Estudios Socioculturales
asuarez@ucf.edu.cu
Gisela Yanes Rodríguez
Profesora de Estudios Socioculturales
gayanes@ucf.edu.cu
Yudith Miranda Torres (CV)
Profesora de Inglés
ymiranda@ucf.edu.cu




RESUMEN

Esta investigación se realizó debido a la necesidad de fomentar el hábito por la lectura desde las edades tempranas y fundamentalmente en los jóvenes estudiantes universitarios que tenemos en nuestras aulas. Es necesario instruir y formar a la población iniciando uno de los periodos más intensos en el fortalecimiento de la cultura y la identidad nacional.

Los egresados universitarios tienen que conocer de cultura así como conocen de su especialidad. Uno de los programas que se llevan a cabo por las diferentes instituciones educacionales es el Programa Nacional por la Lectura, que pretende, con la coordinación de esfuerzos de todos los organismos e instituciones, promover el libro y la lectura.

Este trabajo sirve de apoyo a la asignatura Literatura Cubana de la carrera de Licenciatura en Estudios Socioculturales. El mismo está basado en la revisión de los documentos propios de la carrera e incluye una propuesta para motivar el hábito de lectura en los estudiantes así como el interés por la misma.

Palabras claves: Motivación, lectura, estudiantes universitarios, literatura.

Reading Motivation in students of Humanistic and Social Sciences

Abstract

This research was conducted because of the need to encourage the habit of reading from early ages and mostly in young college students we have in our classrooms. It is necessary to educate and train the population starting one of the most intense periods in the strengthening of culture and national identity.

University graduates should be aware of culture as well as knowledge of their specialty. One of the programs carried out by different educational institutions is the National Program for Reading, which aims to coordinate efforts of all agencies and institutions, promoting books and reading.

This work supports the subject Cuban literature of Sociocultural Studies career. It is based on the review of documents relating to the career and includes a proposal to motivate the reading habit among students as well as their interest in it.

Keywords: Motivation, reading, university students, literature.

INTRODUCCIÓN

Leer aparece como objetivo priorizado de la educación. Se espera que los alumnos puedan leer textos adecuados a su edad de forma autónoma y utilizar los recursos a su alcance para soslayar las dificultades con la que puedan tropezar en esa tarea, establecer inferencias, conjeturas, releer el texto, preguntar al profesor u otra persona igualmente capacitada, se espera asimismo que tengan preferencias en la lectura y que puedan expresar opiniones de lo leído. La lectura es importante para obtener de ella información y aprendizaje.

Leer nos comunica con el mundo”: Así lo expresó la destacada poetisa fina García Marruz. De ahí que podamos entender la lectura como un “viaje”, como una “aventura”, como un “desafío constante” frente a nuestras propias limitaciones.

La lectura es un medio para mejorar la calidad de vida en diversas formas, pues nos sirve para informarnos de todo lo que nos interesa y lo que acontece a nuestro alrededor; es una afición que engrandece nuestra mente, cuando una persona lee, adquiere conocimientos, lo que redunda en una cultura más amplia, que puede significar para los individuos su satisfacción personal. Según Kenneth S Goodman, “La lectura es una interacción entre el lector y el lenguaje escrito, donde el que lee trata de reconstruir el mensaje del que escribe.”

Pero la lectura es algo más que esto, leer es introducirse en otro mundo, otra época, vivir disímiles situaciones. Si es una ficción, si es un testimonio, un libro de texto, o la simple lectura de la prensa: Cada acto de lectura es una inmersión a fondo, a veces, cuando el texto es sólo informativo, nos basta el acto de decodificar las palabras escritas en un sentido recto, pero cuando el texto tiene otros propósitos, hay que buscar en sus relaciones, en un mismo autor, en una época, o movimiento literario, etc. Y pudiera añadirse que la lectura es una actividad de muestreo, selección, comparación, predicción, que tiene como punto de partida, lo que se ve y espera ver. Como afirmó Víctor Flower Calzada: “La lectura implica la reconstrucción de los hechos que existen detrás de los símbolos.”

Y establece Bamberger, Richard. “La lectura es un proceso social que pone al lector en relación con su entorno y condiciona tal relación”. Este es uno de los propósitos de su proyecto: devolver a los niños y a sus padres el vínculo con el mundo que los rodea y que excede al hospital; también, mejorar las relaciones entre ellos como forma para superar con más fortaleza las situaciones difíciles que cada día deben enfrentar.

El escritor y poeta Jorge Luis Borges planteó en 1979: “Una forma de felicidad es la lectura y otra la creación poética o la que llamamos creación que es una mezcla de olvido y recuerdo de lo que hemos leído”

Para la poetisa cubana Fina García Marruz, “… la lectura es como un sexto sentido. Si el hombre no hubiera inventado esos signos, se hubiera perdido la memoria cabal del pasado, y su ciencia reciente toda su poesía. La civilización retrocedería siglos. ¿Qué debemos a la lectura?. El hombre no puede calcularlo.

Por tanto concebimos la lectura como uno de los aprendizajes más importantes, e indiscutibles, que proporciona la escolarización. Es un instrumento potentísimo de aprendizaje: leyendo libros, periódicos o papeles se puede aprender cualquiera de las disciplinas del saber humano. Pero además, la adquisición del código escrito implica el desarrollo de capacidades cognitivas superiores: la reflexión, el espíritu crítico, la conciencia. Quien aprende a leer eficientemente y lo hace con constancia, desarrolla, su pensamiento. Por eso en definitiva, la lectura se convierte en un aprendizaje trascendental para la escolarización y para el crecimiento intelectual de la persona.

Podemos afirmar que la lectura es fundamental para el conocimiento humano y su valor estriba, no en el acto mecánico de leer, sino en la utilidad de lo que lee y su influencia provechosa para la vida.

En el libro Práctica Integral del Idioma, primera parte, de Migdalia Porro y Mireya Báez se plantea: “la lectura es una de las actividades más importantes en la formación cultural del ser humano. Sus efectos abarcan la actividad intelectual, educacional y psicológica del individuo”

¿A qué llamamos hábitos de lectura?

Podemos definir que, un hábito es un modo especial de proceder o conducirse, adquirido por repetición de actos iguales a semejantes... Es motivar al estudiante a desarrollar una actitud positiva hacia lectura y establecer un sólido vínculo.

El hábito de lectura puede ser visto también como:

• El camino que conduce a los niños a disfrutar de la lectura.

• El resultado de un proceso de aprendizaje, a través del cual se desarrolla una habilidad, un patrón de conducta.

• Costumbres enraizadas, conductas incorporadas con carácter cotidiano a nuestra existencia.

• Vínculos sólidos que permiten despertar en los niños una actitud favorable hacia la lectura.

El hábito de lectura se da cuando se convierte en una actividad constante que se considera como una forma particular de auto desarrollarse como persona dentro de la sociedad, este hábito no se da por sí mismo en la persona, necesita de alguien que esté orientando los mecanismos y estrategias para convertir un hábito en una habilidad más, dentro de sus costumbre. La lectura es uno de los mejores caminos que toda persona debería realizar, diariamente durante toda su vida, y a la vez se concibe como una forma de auto educarse.

El hábito de la lectura está determinado en gran parte por las primeras experiencias del individuo con los libros. Los libros entran por los sentidos, por eso hay que verlos, hojearlos, hacer que se conviertan en un compañero de juegos para el adolescente. Hay que proporcionarle libros que conecten con sus gustos.

A tal afirmación no se escapa el término: desarrollar hábitos lectores es lograr que el individuo recurra regularmente y por su propia voluntad a los materiales escritos como medio eficaz para satisfacer sus demandas cognoscitivas y de esparcimiento”

Los datos sobre hábitos de lectura revelan que el principal reto en el fomento de la lectura no es familiarizar a los niños con los libros, sino evitar que se alejen de ellos al acercarse a la adolescencia. Está comprobado que los libros pierden su atractivo inicial a medida que los contenidos narrativos ceden terreno a las materias de estudio y a los textos más especializados.

La pregunta que nos hacemos ahora es: ¿Cómo hacer para que el adolescente continué disfrutando de la lectura ?.

De ahí la importancia de la motivación lectora, es como la llave que abre la puerta del mundo de la independencia personal tan deseado por todos en estos tiempos. Despertar emociones, el interés y la curiosidad, describir sensaciones soñar y fantasear, descubrir otro mundo más maravilloso y... aprender jugando.

Según plantea V. KELLER. Motivación: Estimulo conciente que condiciona una acción encaminada a satisfacer alguna necesidad del individuo. Desempeñan un importante papel en la estimación de acciones y actos.

La motivación constituye la premisa fundamental para llegar a poseer intereses, aspiraciones y comunicaciones, expresando el desarrollo de la personalidad.

Una de las razones para cultivar la motivación lectora es por ejemplo su importancia para el aprendizaje de la literatura.

Ningún aspecto es más importante, en cuanto a la literatura se refiere, que despertar el interés y la motivación del educando por la lectura, por lo que coincidimos con lo que al respecto apunta Nila Banton Smith: “El interés es la clave de toque de la adquisición de la habilidad lectora, del placer de la lectura y su utilidad. Y es también el generador de toda lectura voluntaria.

Motivación lectora supone buscar el acercamiento y desarrollar el hábito lector en los estudiantes con las que trabajamos (en este caso los adolescentes) en su doble vertiente (formal y lúdica). De este modo, a la hora de incitarlos para que lean de forma regular debemos tener presente que éstos leen por imitación, sabiendo que el texto que tiene en sus manos les debe seducir, estimular, además de responder y despertar sus inquietudes y necesidades, potenciando la curiosidad y ayudando a conocerse a uno mismo.

Resulta indispensable destacar como Motivación Lectora, al conjunto de actividades, técnicas y estrategias que persiguen la práctica de la lectura, aunque teniendo en el horizonte la meta de formar lectores activos, capaces de comprender mensajes diferentes y de relacionar una historia en su contexto.

La motivación de la lectura es una labor especializada, que debe ser asumida con sentido profesional y de manera responsable, convencidos de que si bien puede realizarse sin grandes recursos materiales, resulta imprescindible disponer de material humano formado, entrenado con técnicas comunicacionales eficaces y documentado sobre los intereses y características de los lectores en cada una de las etapas de su desarrollo, muy especialmente quienes trabajamos con niños, adolescentes y jóvenes.

Como objetivo general se pretende desarrollar en el estudiante el hábito lector, de manera que la lectura se convierta en una actividad placentera elegida libremente. Pero al mismo tiempo también buscamos alcanzar objetivos más concretos:

• Que descubra el libro físicamente, iniciándose de forma paralela en el lenguaje de la imagen

• Que relacione lo oral y lo escrito dando paso a la lectura como un ejercicio posterior.

• Que los niños desarrollen la capacidad de escuchar, comprender y que comprenda lo que dice el libro completo.

• Que desarrolle su capacidad analítica y creativa: repetir y recrear a partir de lo contado.

• Evolucionen de una lectura pasiva a una activa, incorporando este aprendizaje en su vida cotidiana.

• Logren otras formas de comunicación no estereotipadas a partir de la recreación y la invención.

• Reflexionen sobre los valores y actitudes que encierran los libros con espíritu crítico.

• Que el niño descubra la diversidad de los libros.

• Conozcan otras experiencias diferentes a las que ellos han vivido.

• Les sirva la lectura como estímulo para superar los propios problemas.

Ampliar su visión del mundo, abrir su mente a otras realidades y culturas, con actitud de respeto. Se introduzca al niño en la literatura a través de la lectura: que pueda comprender, que además pueda gozar y que le permita reflexionar.

Así, si se cumplen estos objetivos, la lectura acabará educando el sentido crítico del estudiante, contribuirá al desarrollo de su personalidad y le preparará para la vida.

Tomando en cuento lo que plantea Noemí Gayoso Suárez en su libro Español 2: hablemos de lectura. La motivación por la lectura es una temática que requiere de un análisis profundo y urgente. La labor principal del promotor para estimular la motivación por la lectura en sus estudiantes demanda el establecimiento de estrategias que incentiven el gusto por la lectura:

Para desarrollar el gusto por la lectura, para que esta actividad sea un placer, un gusto, es necesario ser un buen lector. De ahí que lo primero que se debe garantizar sea la formación de lectores capaces, que conozcan los libros y sepan cómo “entenderse con ellos”

Lograr que se sienta la necesidad de leer, ya sea esta una lectura instructiva o por placer. Esta necesidad lo llevara a encontrarse con el libro, buscando una información o sencillamente como un acto de amor y entrega.

Esto podemos lograrlo creando las condiciones propicias para convertir la lectura de un libro en una actividad placentera y deseada.

Debe utilizarse un libro completo, no un fragmento.

Debe presentarse el libro: título, autor, ilustrador, traductor, editorial... Adaptando la información a la edad del estudiante.

Después de la lectura del libro debe haber una puesta en común donde los estudiantes expresen lo que más les ha gustado del libro de forma espontánea, sin que el animador trate de que descubran lo que él ve en el libro.

Necesitan continuidad, no deben convertirse en algo aislado. Tienen que ser programadas pensando en todo el curso.

Más efectivas si se comienzan a realizar en los primeros niveles (Educación Infantil) y se siguen realizando a lo largo de toda la Primaria y Secundaria Básica.

La motivación a la lectura debe ser activa: el estudiante escucha, lee, juega, observa, se mueve...

Debe ser voluntaria: el estudiante debe querer participar. Nunca debe convertirse en una actividad más de clase, es algo distinto que tiene que ver más con la diversión y el juego. No debe preocuparnos si al principio no todos leen el libro y participan, cuando los no lectores vean lo divertido que puede resultar se irán incorporando. Es normal y conveniente que después de realizada los estudiantes vuelvan a leer el libro de manera voluntaria profundizando en la lectura con las pistas que la actividad les ha proporcionado.

Debe ser participativa: el estudiante debe ser protagonista. El promotor vigilará que todos intervengan, teniendo especial cuidado en la participación de los niños más retraídos.

No es competitiva: no se trata de ganar o perder, no hay notas ni calificaciones. Alabará los aciertos, pero quitará importancia a las equivocaciones. Procurará invitar a los estudiantes a ayudar a los compañeros que no sepan.

En las que así lo precisen será necesario que el estudiante haya leído en su totalidad el libro fijado. El estudiante lo llevará bien o mal leído, pero con una lectura completa.

Es conveniente que los libros elegidos para hacer animaciones tengan un nivel de lectura ligeramente inferior al de los participantes, con el fin de que todos los estudiantes se sientan capaces de leer el libro.

Otro aspecto de gran significación es el ejemplo y aquí, tanto la escuela como la familia tienen una gran responsabilidad. En las edades mas tempranas, el profesor es un modelo que el estudiante trata de seguir. Si ellos ven a su maestro leer, lo escuchan realizando un comentario sobre un libro o escuchan un cuento o un poema que les ha gustado mucho, se interesaran por compartirlo y por buscar otros que sean de su agrado. De esta forma se relacionaran cada vez más con los libros e irán a su encuentro espontáneamente.

En la motivación por la lectura es necesario la creación de un espacio, ya sea e aula, la biblioteca, el hogar donde el adolescente pueda compartir los libros, los sentimientos que ha provocado en él determinada obra, debatir sobre la interpretación personal que ha realizado de un texto. Para que este espacio sea efectivo se requiere de atención y estímulo por parte del profesor, y del interés y la participación del colectivo.

Para que todo este trabajo sea satisfactorio, la relación hogar-escuela resulta indispensable. El papel de la familia no debe minimizarse, si los padres leen este ejemplo debe continuar en ellos.

Motivar a los adolescentes a explorar el placer que hay en los libros y alimentar esta habilidad durante todo un curso escolar es la gran tarea que tienen los padres, maestros y los bibliotecarios.

La biblioteca escolar aportará muchas ventajas a la escuela, pero también exigirá el compromiso entusiasta y decidido de los diversos agentes de la educación lectora: maestros, bibliotecarios, padres, estudiantes.... Ninguno de ellos podrá delegar en los otros sus responsabilidades ni incumplir su papel porque debilitaría el trabajo de todos.

A muchos padres y profesores les preocupa el hecho de que su hijo o su alumno, según corresponda, no lea ni un solo libro fuera de las aulas y estén todo el día pegados al televisor o a sus videojuegos.

Sobre este punto Andricaín. Afirmó lo siguiente:

“En la tarea de acercar a los más jóvenes a la lectura, los padres no se encuentran solos. En esa batalla pueden hallar el apoyo de importantes aliados, como los maestros y los bibliotecarios. Cada quién en su terreno y con las armas propias de su condición, puede hacer mucho. Lo ideal es que esos tres factores (hogar, escuela, biblioteca), conjuguen sus empeños”.( 32)

El bibliotecario y el docente forman parte del entorno educativo de los estudiantes siendo necesaria su cooperación y trabajo en conjunto para fomentar hábitos de lectura. La biblioteca debe integrar sus servicios a las necesidades del docente y el docente debe de integrar su acción educativa a la biblioteca.

Muchas son las actividades que pueden realizar de manera coordinada para desarrollar los hábitos de la lectura, el interés por leer

Los comentarios acerca del contenido de un nuevo libro, la narración del pasaje de la obra, la observación de ilustraciones; la lectura de algunos párrafos previamente seleccionados crean la curiosidad por saber lo que ocurre y estimulan la lectura de la obra.

Organizadas por la biblioteca escolar y los profesores deben realizarse actividades de “libro-debate”, con la participación de los alumnos y con obras seleccionadas por ellos mismos, de acuerdo con sus intereses e inquietudes. Esta actividad permite que el alumno profundice en el conocimiento sobre el auto, el contenido de la obra, los recursos de que se vale el escritor para expresar las ideas etc. Además favorece a que los alumnos valoren, comparen, analicen, en fin expresen sus ideas, desarrollen su expresión.

La coordinación de talleres y actividades con los docentes en las bibliotecas sin duda alguna permitirá a los niños acercarse a los libros, por que ellos aprenden de las imágenes, texto, palpando los libros y materiales educativos.

Propiciar la creación de espacios de lectura, reflexión y análisis acerca de la presencia de la literatura en la escuela.

Aportar herramientas metodológicas y pedagógicas para el uso creativo del lenguaje, la producción de textos y el mejoramiento de la comprensión lectora.

Introducir nuevas literaturas en las aulas ya que durante muchos años sólo han estado presentes tres tipos de libros: los de texto, los que podían ampliar la “cultura” de los escolares y la llamada literatura “clásica” (Quijote, Divina Comedia, Lazarillo...).

Todas las actividades relacionadas con las lecturas incluidas en el texto y las que se derivan de ellas deben verse favorablemente, además de aumentar la cultura del alumno, desarrolla su independencia cognoscitiva, brindándole la posibilidad de aplicar en otras obras lo aprendido.

CONCLUSIONES

A partir de los resultados obtenidos, teniendo en cuenta los instrumentos aplicados se plantean como consideraciones finales:

La lectura es una de las cuatro habilidad hades básicas que inciden directamente en el aprendizaje.

La formación de hábitos de lectura constituye un proceso complejo y constante que comprende el trabajo con las diferentes de la vida de los estudiantes y el apoyo del equipo docente y familiar.

LA formación de hábitos de lectura no ha sido suficientemente jerarquizado, por los docentes, ni sistematizado, ni variado lo que atenta contra el desarrollo de habilidades en el estudiantes y requiere con urgencia el empleo de tiempo y nuevas técnicas que lo propicien.

La formación de hábitos de lectura requiere de un estudio detallado de las características del lector, sus necesidades y preferencias, que resultan criterios esenciales para organizar metodológicamente el desarrollo de éste, además de la acertada selección de obras de la literatura infantil y juvenil, tanto nacional como extranjera.

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