Cuadernos de Educación y Desarrollo

Vol 3, Nº 25 (marzo 2011)

IMPORTANCIA DE LA EVALUACIÓN EN LOS ESTUDIANTES DE DERECHO
 

María Fernanda Ramírez Navarro
Gerardo Jacinto Gómez Velázquez
Alfredo Sánchez Ortiz
lagosmafer@yahoo.com.mx 
Universidad de Guadalajara
Centro Universitario de los Lagos
 

 

Palabras clave: evaluación, amplitud, factibilidad

Introducción.

Este artículo presenta la importancia de la evaluación de los alumnos de la carrera de Derecho, toda vez que el evaluar es un concepto demasiado amplio, el cual no podemos considerar simplemente la asignación de una nota; por el contrario, conforme a este documento, podemos demostrar los objetivos que la evaluación debe incluir, tomando en cuenta el desempeño durante todo el proceso educativo.

DESARROLLO.

Hoy en día, en el proceso enseñanza – aprendizaje, resulta trascendental la transmisión de información y conocimientos. El proceso antes señalado va más allá, el cual se refiere a un proceso formativo, en donde la capacitación del alumnado está centrado en el auto aprendizaje, como parte esencial de un proceso de desarrollo personal, por ello, la evaluación tiene que referirse no sólo al aspecto cuantitativo, sino al cognoscitivo y al cualitativo; para esto, en el desarrollo del tema, iremos esbozando cómo podemos lograr que la evaluación sea integral, tiene que adquirir una nueva dimensión, con la necesidad de personalizar y diferenciar la labor docente.

Por esto, tenemos que concebir mentalmente que el alumno es un ser único, en desarrollo y cambiante en razón de las propias circunstancias personales y sociales, no sin antes, considerarlo en un núcleo social que lo envuelve. Para esto, tenemos que conocer a los alumnos, detectando sus puntos débiles para poder corregirlos y tener un conocimiento cabal de cada uno.

De lo anterior, podemos entonces inferir que la evaluación no puede ser reducida a una simple cuestión de método o técnica, puesto que cada proceso de enseñanza – aprendizaje es distinto y particular.

La evaluación de los estudiantes en el nivel Universitario tiene que comprender diversos elementos. Por ello vamos a comenzar por definir qué es la evaluación en el nivel universitario.

En cualquier diccionario encontramos la palabra evaluación y su significado común y general, la señala como “el valor de algo, estimar, apreciar o calcular el valor de algo”. De aquí podemos inferir que la evaluación es el atribuir valor o juicio sobre algo o alguien, en función de un determinado propósito, ya sea recogiendo información y la consecuente emisión de un juicio para la respectiva toma de decisión.

Encontramos otras definiciones que serán expuestas a fin que quede claro el término de la evaluación, las cuales son las siguientes:

“La etapa del proceso educativo que tiene como finalidad comprobar, de manera sistemática, en que medida se han logrado los objetivos propuestos con antelación. Entendiendo a la educación como un proceso sistemático, destinado a lograr cambios duraderos y positivos en la conducta de los sujetos, integrados a la misma, en base a objetivos definidos en forma concreta, precisa, social e individualmente aceptables (P.D. Laforucade).”

“Evaluación es el acto que consiste en emitir un juicio de valor, a partir de un conjunto de informaciones sobre la evolución o los resultados de un alumno, con el fin de tomar una decisión (B. Maccario)”.

“La evaluación es una operación sistemática, integrada en la actividad educativa con el objetivo de conseguir su mejoramiento continuo, mediante el conocimiento lo más exacto posible del alumno en todos los aspectos de su personalidad, aportando una información ajustada sobre el proceso mismo y sobre todos los factores personales y ambientales que en ésta inciden. Señala en que medida el proceso educativo logra sus objetivos fundamentales y confronta los fijados con los realmente alcanzados (A. Pila Teleña)”.

Entonces resulta que la evaluación en el aprovechamiento de los estudiantes puede conceptualizarse como un proceso dinámico, continuo y sistemático, enfocado hacia los cambios de las conductas y rendimientos, mediante el cual verificamos los logros adquiridos de los estudiantes en función de los objetivos propuestos por el docente. De aquí que la evaluación de los estudiantes a nivel universitario adquiere un sentido especial pues comprueba la eficacia y posibilita el perfeccionamiento de la acción docente.

Una evaluación y diagnóstico requiere de la búsqueda de información, necesaria y suficiente para poder mediante un amplio y profundo análisis para así llegar a una posible explicación de las características, logros, dificultades y causas que la provocan, para determinarle un valor al aprendizaje obtenido por el estudiante.

Por estas razones los educadores a nivel universitario, tienen que llegar a conocer al estudiante, con sus características y condiciones de su desarrollo que se han venido formando a lo largo de su vida estudiantil, conocer cómo marcha el proceso de aprendizaje en el alumno.

La evaluación y el diagnóstico es la vía esencial a través de la cual se puede realizar una intervención educativa, una práctica social transformadora y más efectiva. Todo programa interventivo, práctico, de modificación y orientación requiere una evaluación totalizadora, que implique las actividades y los objetivos a alcanzar durante el desarrollo de su aprendizaje.

Sin embargo, tenemos que afirmar que la labor de evaluación y diagnóstico están unidas de manera tal, que no pueden concebirse de manera aislada o separada. Así mismo, tenemos que tomar en cuenta que aún después de esta unión, pueden producirse diferentes tipos de procesos de evaluación y de diagnóstico, los cuales estarán interactuando para lograr un conocimiento verdadero del avance en el aprovechamiento del alumno.

A fin de hacer un pequeño estudio comparativo, podemos establecer las diferencias y/o coincidencias en la evaluación del proceso enseñanza – aprendizaje entre México y Estados Unidos de América.

En el sistema estadounidense se evalúa el aprendizaje de los alumnos tomando en consideración los siguientes aspectos:

• Trabajo en el aula.

• Solución de problemas.

• Exámenes practicados.

• Actividades deportivas o extracurriculares.

• El entrenamiento práctico adquirido.

• Alternativa de usos en medios de solución de controversias.

• La evaluación implica un proceso sistemático y continuo.

En México consideramos que la evaluación es un proceso continuo que abarca:

• Evaluación numérica.

• Exámenes de conocimientos.

• Trabajos de exposición.

• Participación en talleres.

En el último punto, vemos cómo esta participación permite la solución de problemas, y a la vez, el presentar propuestas que alienten a los estudiantes de derecho a concluir su carrera, a fin de producir cambios en la sociedad.

Derivado de lo anterior, podemos afirmar que la evaluación tiene que ser concebida como un proceso que no se detiene, ni sus resultados se obtienen de manera aislada; por el contrario debemos poner atención en que la evaluación constituye un elemento indisoluble del proceso de formación del estudiante universitario; es entonces aquí, en donde debemos de partir del principio de que los objetivos educativos deben ser previamente establecidos e identificados, en los cuales, la evaluación atiende a todas las manifestaciones de la conducta de los estudiantes.

Ahora bien, al querer establecer un sistema de evaluación muestra para todas las materias de derecho, resulta una tarea titánica; puesto, que no podemos decir, que la evaluación que se practique en Derecho Civil será la misma para el Derecho Procesal en cualquiera de sus áreas especializantes; toda vez que esta última, requiere de un mayor porcentaje de práctica y análisis reflexivo por parte de los alumnos que en la primera materia.

La evaluación entonces, resulta ser un proceso complejo en el que se debe buscar la armonía en las técnicas de aprendizaje y las técnicas de evaluación, para que así al final obtengamos, que la evaluación del proceso de aprendizaje y enseñanza sirva como un mecanismo de regulación de los conocimientos adquiridos.

En la evaluación del proceso educativo está entonces integrado por cinco componentes esenciales:

a) Objetivos.

b) Contenidos.

c) Métodos.

d) Medios.

e) Evaluación.

La evaluación del proceso educativo, tiene sentido cuando visualizamos un conjunto de relaciones entre los objetivos, los métodos, el modelo pedagógico, los alumnos, la sociedad, el docente, los medios, etc. Cumpliendo entonces una función muy importante, la cual consiste en, la relación de los alumnos con el conocimiento y con su propio entorno social dentro del aula.

Por lo tanto la evaluación implica analizar qué es lo que se está haciendo (o se hizo), de qué modo, si ello se orienta según la direccionalidad deseable, cuáles escollos y cuáles facilidades u oportunidades se presentan y cuáles logros se han obtenido; a eso se hace referencia cuando decimos que la evaluación es reflexión sobre la acción. Esto conlleva al núcleo que toda evaluación tiene, y que consiste en emitir juicios valorativos fundamentados y comunicables, es decir, atribuir un valor, medir o apreciar si se ejecutan las actividades de acuerdo a lo programado, si los resultados obtenidos corresponden a los objetivos y metas propuestos, asi como en qué medida ha mejorado la situación de los estudiantes frente al proceso de enseñanza – aprendizaje.

El docente universitario de la Carrera de Derecho, tiene un gran reto, puesto que tiene que desarrollar estrategias de evaluación que respondan, en concreto, a una integración e interpretación del conocimiento y a una transferencia de dicho conocimiento a otros contextos. Eisner (1993, pp. 226 – 232) plantea algunos principios que creemos pertinentes tomar en cuenta para entender mejorar el proceso de evaluación, así como también en la selección de instrumentos. Para él, la evaluación debe:

a) Reflejar las necesidades del mundo real, aumentando las habilidades de resolución de problemas y de construcción de significado.

b) Mostrar cómo los estudiantes resuelven problemas y no solamente atender al producto final de una tarea, ya que el razonamiento determine la habilidad para transferir aprendizaje.

c) Reflejar los valores de la comunidad intelectual.

d) No debe ser limitada a ejecución individual ya que la vida requiere de la habilidad de trabajo en equipo.

e) Permitir contar con más de una manera de hacer las cosas, ya que las situaciones de la vida real raramente tienen solamente una alternativa correcta.

f) Promover la transferencia presentan de tareas que requieran que se use inteligentemente las herramientas de aprendizaje.

g) Requerir que los estudiantes comprendan el todo, no sólo las partes.

h) Permitir a los estudiantes escoger una forma de respuesta con la cual se sientan cómodos.

Es entonces que tenemos que considerar a la evaluación alternativa, misma que incluye una variedad de técnicas de evaluación, entendiendo estas como “cualquier instrumento, situación, recurso o procedimiento que se utilice para obtener información sobre la marcha del proceso” (Zabalza, 1991); dichas técnicas se pueden adaptar a diferentes situaciones. Existen dos clases de alternativas, las técnicas para la evaluación del desempeño y las técnicas de observación, éstas constituyen un auxiliar para las primeras.

BIBLIOGRAFÍA.

Carvajal, A. (1993). «Estado del conocimiento sobre los alumnos». Cuaderno Nº 1, Congreso Nacional de Investigación Educativa, México.

MONTENEGRO, J. (1994): La Reforma en Perspectiva. Reforma y utopía. México.

Rugarcía, A. (1998).»Lo que usted siempre ha querido saber sobre la docencia y no se ha atrevido a preguntar», en: Revista de la Educación Superior, Nº 107. ANUIES. México.

Enrique Soler Vázquez (coord.), José Carlos Núñez Pérez (coord.), Julio Antonio González-Pienda García (coord.), Luis Alvarez Pérez. Ediciones Pirámide. España.


 

 
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